What is the meaning of Mazahuas?

Mazahuas: Cultura, Artesanías y Platería

Valoración: 4.06 (3083 votos)

A pesar de su cercanía con la Ciudad de México, la cultura Mazahua permanece relativamente desconocida para muchos, incluso para algunos especialistas. Este pueblo originario, cuyo nombre podría derivar del náhuatl y significar algo similar a 'pie de venado' (refiriéndose a la cacería, una práctica hoy extinta por la pérdida de hábitat), o quizás provenir del nombre de su primer jefe, Mazatlí-Tecutli, se autodenomina Tetjo ñaa jñatjo, que se traduce aproximadamente como 'aquellos que hablan su propia lengua'. Su idioma pertenece a la rama otomí-pame de las lenguas otomangues, emparentado con el Otomí, Pame, Matlatzinca, entre otros. Aunque es la sexta lengua indígena más hablada en la Ciudad de México debido a la migración, el porcentaje de niños que la aprenden como primera lengua está disminuyendo, planteando desafíos para su preservación.

What is the meaning of Mazahuas?
The Mazahua call themselves Tetjo ñaa jñatjo, roughly meaning "those who speak their own language." The word Mazahua probably comes from Nahuatl for "deer-foot" to refer to those who track deer for hunting. However, deer hunting has long since died out as a tradition with the loss of the deer habitat.

Sin embargo, los Mazahuas han encontrado diversas formas de mantener viva su identidad y tradiciones a lo largo del tiempo. Sus expresiones culturales se manifiestan en rituales que fusionan creencias católicas e indígenas, festividades basadas en el calendario católico con santos patronos, y danzas tradicionales como la Danza de Pastoras o la Danza de Concheros. El Día de Muertos, por ejemplo, es una celebración fundamental donde se cree que las almas regresan en forma de mariposas monarca, recibiendo ofrendas de alimentos y bebidas en altares decorados con elementos tradicionales y textiles bordados con motivos Mazahuas. Ceremonias locales como el Xita Corpus o la Ofrenda al Agua, así como el Centro Ceremonial Mazahua en Santa Ana Nichi, son pilares en la preservación de su cosmovisión, historia y artesanías.

Índice de Contenido

La Vestimenta Femenina: Un Manto de Significado

Una de las vías más notables por las que las mujeres Mazahuas han conservado su cultura es a través de su vestimenta tradicional. Cada elemento de su atuendo posee significados concretos y valores específicos, creando un conjunto rico en simbolismo. Las prendas incluyen una blusa, una falda llamada chincuete, una enagua, un delantal, un rebozo, un quezquémetl y una faja. La superposición de faldas, en particular, les confiere una apariencia robusta y distintiva. Aunque la versión tejida a mano en lana de este traje tradicional enfrenta el riesgo de desaparecer, existen esfuerzos por salvar las habilidades y la tradición necesarias para su confección.

El chincuete es una falda con muchos pliegues, confeccionada generalmente con satín y encaje, que ha reemplazado a la antigua lía (dos largos de tela unidos horizontalmente con un borde bordado). Esta prenda se pliega intrincadamente y se lleva alrededor de la cintura. Quienes usan el chincuete también visten una enagua, cuyo borde bordado asoma por debajo de la falda exterior. La parte superior del cuerpo se cubre con un saco o blusa bordada, sobre la cual se superpone un quechquemetl y/o un rebozo.

Las faldas se sujetan con una faja tejida, cuyos diseños son de gran relevancia cultural. La faja es uno de los elementos más importantes, ceñida a la cintura, considerada el centro energético que conecta con el cosmos y la Madre Tierra. Estas fajas están tejidas con diseños variados destinados a transmitir ideas, historias, sentimientos y experiencias. Por ejemplo, una abundancia de aves suele simbolizar belleza, libertad y gracia. Sin embargo, si un ave se representa con una espina en la pata, puede aludir a algún tipo de dolor físico o espiritual. Otro símbolo importante es una estrella estilizada, que simboliza la guardiana de la noche que trae mensajes y es protectora de la salud. Cada hilo, cada color y cada diseño en estas fajas narra una parte de la vida y la cosmovisión Mazahua.

La Platería Mazahua: Aretes con Historia y Tradición

Dentro del universo de las artesanías Mazahuas, la platería ocupa un lugar especial, particularmente en la elaboración de aretes. En la región Mazahua, es casi una costumbre que todas las mujeres usen aretes de media luna. Esta tradición está ligada a una práctica matrimonial significativa: en lugar de un anillo, el novio compra un par de estos aretes para su prometida. Estos aretes se elaboran tradicionalmente a partir de monedas de plata proporcionadas por el novio, trabajadas por plateros tradicionales de la comunidad.

En la década de 1970, la tradición de la platería Mazahua se encontraba en peligro de extinción. Sin embargo, gracias a los esfuerzos liderados por María Teresa Pomar, se logró revitalizar y preservar esta habilidad artesanal. Su iniciativa fue fundamental y culminó con la creación de un gremio de plateros Mazahuas. Desde entonces, los miembros de este gremio han continuado la tradición, produciendo piezas de gran valor cultural y artístico, y algunos de ellos han ganado premios por su destacado trabajo. Esta labor se concentra principalmente en San Felipe del Progreso, una de las áreas reconocidas por la producción de diversas artesanías.

Los aretes de media luna no son solo adornos; son símbolos de compromiso, de la unión de la pareja y de la continuidad de una tradición ancestral que ha sido rescatada y valorada. Representan la habilidad heredada de generación en generación para transformar un metal precioso en una joya cargada de significado cultural e histórico. La supervivencia de esta práctica de platería es un testimonio de la resiliencia y el ingenio del pueblo Mazahua para mantener vivas sus costumbres.

Otras Artesanías Mazahuas: Un Mosaico de Habilidades

La artesanía Mazahua es diversa y se distribuye en varias localidades de la región, cada una con sus especialidades. Las principales áreas productoras de artesanías son San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca y Atlacomulco. Estas creaciones manuales son un reflejo de la vida, la visión del mundo y los símbolos de la cultura Mazahua, y se elaboran tanto para uso personal como para la venta, constituyendo en algunos casos una fuente de ingresos vital.

Los textiles son especialmente importantes y variados. Incluyen mantas, fajas, tapetes, cojines, manteles, bolsas de transporte y quezquémetls, muchos de ellos elaborados con lana. La tejeduría y el bordado a menudo comienzan con la compra de tela e hilo en ciudades cercanas como Toluca y Zitácuaro. Existen reglas establecidas para la disposición de diseños y colores en los textiles, lo que demuestra un conocimiento profundo y una estética particular. Además de su uso cotidiano o comercial, los textiles también se elaboran como ofrendas, cubriendo altares y paredes en ceremonias especiales, como los días de los santos patronos.

En otras localidades, la producción artesanal varía. En San Felipe del Progreso y Villa Victoria, existen talleres dedicados a la elaboración de escobas y cepillos. Temascalcingo se distingue por su alfarería de barro rojo, creando principalmente ollas de cocina, macetas y crisoles. Ixtlahuaca es conocida por la confección de guantes, bufandas y suéteres. En Atlacomulco, predomina la elaboración de sombreros de paja.

La importancia de las artesanías trasciende lo meramente funcional o estético; son vehículos de transmisión cultural. Un ejemplo interesante de cómo la tradición puede dialogar con la modernidad fue una exposición en el Museo de Arte Popular en 2011, donde muñecas de trapo hechas por mujeres Mazahuas fueron vestidas al estilo de famosos diseñadores internacionales, en un evento patrocinado por Vogue México. Sin embargo, a pesar de estas iniciativas y de la rica herencia artesanal, la tradición de hacer estas artesanías enfrenta un desafío significativo: está desapareciendo entre las generaciones más jóvenes, lo que subraya la necesidad de continuar los esfuerzos de preservación y fomento.

Preguntas Frecuentes sobre los Mazahuas

A continuación, respondemos algunas preguntas comunes sobre este fascinante pueblo:

  • ¿Qué significa el nombre Mazahua? Se cree que proviene del náhuatl y podría significar 'pie de venado', o del nombre de un jefe antiguo, Mazatlí-Tecutli. Ellos se autodenominan 'aquellos que hablan su propia lengua'.
  • ¿Qué artesanías son típicas de los Mazahuas? Sus artesanías son diversas e incluyen textiles (mantas, fajas, etc.), alfarería de barro rojo, escobas, cepillos, guantes, bufandas, suéteres, sombreros de paja y, notablemente, platería, especialmente aretes.
  • ¿Por qué son importantes los aretes de media luna en la cultura Mazahua? Son un símbolo de compromiso matrimonial; el novio los compra para su prometida en lugar de un anillo. Son elaborados por plateros tradicionales y representan una tradición rescatada.
  • ¿La cultura Mazahua está desapareciendo? Aunque enfrentan desafíos como la disminución de hablantes de su lengua nativa entre los niños y la pérdida de interés en algunas artesanías por parte de las generaciones jóvenes, existen importantes esfuerzos de preservación cultural a través de ceremonias, centros culturales, gremios de artesanos y la continuidad de sus tradiciones vivas.
  • ¿Dónde se concentran las artesanías Mazahuas? Las principales áreas productoras son San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca y Atlacomulco, cada una con sus especialidades. La platería se concentra en San Felipe del Progreso.

Tabla Comparativa de Artesanías por Región

Tipo de ArtesaníaLocalidades PrincipalesMateriales DestacadosCaracterísticas Notables
Textiles (mantas, fajas, etc.)San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Ixtlahuaca, AtlacomulcoLana, HiloDiseños con símbolos culturales, uso para vestimenta, hogar y ofrendas
Platería (Aretes)San Felipe del ProgresoPlata (Monedas)Aretes de media luna, ligados a tradición matrimonial, tradición rescatada
AlfareríaTemascalcingoBarro RojoOllas de cocina, macetas, crisoles
Escobas y CepillosSan Felipe del Progreso, Villa Victoria--
Confección (Guantes, Bufandas, Suéteres)Ixtlahuaca--
SombrerosAtlacomulcoPaja-

La cultura Mazahua es un entramado complejo y fascinante de historia, lengua, creencias y prácticas cotidianas. Sus artesanías, desde los elaborados textiles cargados de simbolismo hasta la distintiva platería de los aretes de compromiso, son testimonios vivos de su identidad y resistencia. A pesar de los desafíos de la modernidad y la globalización, comunidades y organizaciones trabajan para asegurar que estas ricas tradiciones perduren, transmitiendo a las nuevas generaciones el legado y el orgullo de ser Mazahua. Explorar su cultura es adentrarse en un mundo donde el pasado y el presente se entrelazan, ofreciendo una visión profunda de la riqueza cultural de México.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Mazahuas: Cultura, Artesanías y Platería puedes visitar la categoría Cultura.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir