¿Cuáles son los tipos de martillos?

Martillos Esenciales en Orfebrería y Platería

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En el milenario arte de la orfebrería y la platería, las manos del artesano y su creatividad son fundamentales, pero las herramientas son la extensión de su voluntad sobre el metal. Entre todas ellas, el martillo ocupa un lugar de honor. No es solo un instrumento para golpear, sino una herramienta de precisión para dar forma, texturizar, unir y refinar. Cada tipo de martillo tiene un propósito específico, y conocerlos es clave para dominar las técnicas que transforman un simple trozo de metal en una obra de arte.

¿Qué es y para qué sirve el martillo de peña?
El uso principal del martillo de peña es clavar puntas. La forma de este martillo está compuesta por un extremo plano y rectangular, ideal para clavar puntas; y otro extremo más fino, idóneo para los primeros golpes que requieren mayor precisión y evitan el riesgo de doblar el clavo.

Aunque la lista de martillos es vasta y abarca múltiples oficios, en el contexto de trabajar metales preciosos como el oro, la plata o el platino, así como metales base como el cobre o el latón utilizados en prototipos o piezas de menor coste, nos centramos en aquellos cuyas características son óptimas para la maleabilidad y las exigencias de estos materiales. Olvidemos los martillos comunes de carpintero para clavar clavos de construcción; aquí hablamos de herramientas diseñadas para la delicadeza y la resistencia del metal artístico.

Índice de Contenido

El Versátil Martillo de Bola (o Martillo de Peña)

El martillo de bola, conocido también como martillo de peña, es quizás uno de los más reconocibles y utilizados en el taller de metales. Su nombre proviene de la forma de su 'peña' o extremo opuesto a la cara plana, que es semiesférica o en forma de bola.

¿Qué es y para qué sirve el martillo de peña?

El martillo de peña es, en esencia, el martillo de bola. La 'peña' es precisamente la parte redondeada. Este diseño dual le otorga una gran versatilidad. La cara plana se utiliza para trabajos generales de impacto, como aplanar, enderezar o golpear herramientas como cinceles o punzones. Sin embargo, es la peña la que le da su característica distintiva y funcionalidad en orfebrería y platería.

La peña de bola se utiliza principalmente para dos propósitos fundamentales:

  • Remachado: Es ideal para expandir el extremo de un remache, formando la cabeza final que asegura dos piezas de metal. La forma redonda permite un golpeo uniforme alrededor del remache, asegurando una unión fuerte y limpia.
  • Texturizado: Golpear la superficie del metal con la peña de bola crea una textura característica de pequeños cráteres o puntos. Variando la fuerza y el ángulo, se pueden lograr diferentes efectos decorativos sobre la pieza.
  • Inicio de formado (Embutido inicial): En algunos casos, la peña puede usarse para iniciar la forma cóncava de una pieza sobre una superficie blanda como plomo o madera, antes de pasar a otras técnicas de embutido con herramientas específicas.

Los martillos de bola vienen en diferentes pesos y tamaños, desde muy pequeños para trabajos finos de joyería hasta más grandes para platería. La elección del tamaño dependerá del grosor del metal y del tipo de trabajo a realizar.

Martillos con Caras Blandas: Nylon y Caucho

No todo el trabajo con metal implica dejar marcas o texturas con el martillo. A menudo, es necesario dar forma, ajustar o enderezar el metal sin alterar su superficie pulida o sin dejar las marcas de impacto de un martillo de acero. Aquí es donde entran los martillos con caras blandas.

Martillo de Boca de Nylon

Este tipo de martillo tiene cabezas hechas de nylon u otro polímero duro pero no metálico. Son herramientas esenciales para:

  • Conformado sin marcas: Se utilizan para dar forma a láminas de metal sobre mandriles o yunques sin dejar abolladuras o marcas de impacto. Es perfecto para formar anillos, pulseras o biseles.
  • Ajustes y enderezado: Permiten corregir pequeñas deformaciones o ajustar componentes sin dañar la superficie.
  • Golpear punzones o cinceles de baja fricción: Aunque para cinceles de grabado se suelen usar martillos específicos, para golpear herramientas auxiliares que no requieren un golpeo muy fuerte, el nylon es útil para no dañar el mango de la herramienta.

Las cabezas de nylon suelen ser reemplazables, lo que prolonga la vida útil de la herramienta.

Martillo de Caucho

Similar al martillo de nylon pero con una cabeza más blanda, el martillo de caucho se utiliza para trabajos donde se requiere una fuerza de impacto menor y una protección aún mayor de la superficie. Son útiles para:

  • Suave conformado: Ideal para dar curvas suaves a láminas finas o para trabajar con metales muy blandos.
  • Asentamiento de piezas: Se pueden usar para golpear suavemente una pieza en su lugar, como asentar una piedra en su engaste (con cuidado y técnica) o ajustar componentes de un montaje.
  • Trabajo sobre superficies delicadas: Cuando se trabaja sobre una pieza ya pulida o con detalles delicados, el martillo de caucho minimiza el riesgo de daño.

Ambos martillos, el de nylon y el de caucho, son indispensables para el trabajo de conformado y ajuste fino en orfebrería y platería.

El Mazo de Madera (o Madeta)

Aunque la lista menciona un «Martillo Madeta», en el contexto de la metalistería tradicional, este término puede referirse a un mazo de madera. El mazo, ya sea de madera dura, cuero crudo o plásticos especiales, es una herramienta fundamental que opera bajo un principio diferente al del martillo de metal.

A diferencia de los martillos de acero que concentran la fuerza en un punto pequeño para deformar el metal (estirar, texturizar, etc.), un mazo aplica la fuerza de manera más distribuida. La cabeza blanda no deforma el metal por impacto directo de la masa concentrada, sino que lo mueve por presión y empuje. Esto es crucial para:

  • Embutido y Repujado: Se utilizan mazos (a menudo con cabezas grandes y redondeadas) para golpear sobre punzones de embutido o repujado, moviendo el metal sin estirarlo ni adelgazarlo excesivamente.
  • Conformado sobre formas: Al trabajar láminas de metal sobre yunques de madera o formas de acero, un mazo permite doblar y dar forma al metal sin estirarlo, lo que ayuda a evitar el adelgazamiento indeseado de las paredes.
  • Trabajo con cinceles de grabar o texturizar (con cuidado): Algunos artesanos prefieren mazos pequeños para golpear ciertos tipos de cinceles, buscando un impacto menos seco que el de un martillo de metal.

El mazo de madera es especialmente valioso en técnicas que requieren embutido profundo o repujado, donde mantener el grosor del metal es importante.

Otros Martillos Relevantes o Adaptables

Aunque la lista proporcionada incluye tipos como el de arqueólogo (no relevante), carpintero (uso muy limitado) o chapista, algunos de estos últimos pueden tener aplicaciones en platería, especialmente en piezas de gran tamaño o con superficies extensas que requieren planchado o conformado.

Martillo de Chapista o Alcotana

Originalmente diseñados para reparar carrocerías de automóviles, estos martillos suelen tener caras variadas, una plana y otra con alguna forma curva o de cuña. En platería, un martillo de chapista con caras pulidas puede ser útil para el planchado de grandes superficies curvas (una técnica para alisar y endurecer el metal después de haber sido formado) o para el conformado inicial de formas complejas en láminas gruesas. Su uso requiere habilidad para evitar marcas no deseadas, por lo que a menudo se pulen sus caras meticulosamente.

¿Qué son los martillos suecos?
Pensado para el combate cuerpo a cuerpo, su diseño se asemeja al de un martillo y, al igual que este, consiste en una cabeza maciza de metal y un mango. Este último puede tener distintas longitudes, variando entre el de una alabarda y el de una maza.

Martillo de Ebanista

El término "martillo de ebanista" puede referirse a diversas herramientas. Si se trata de un pequeño martillo con cabeza metálica, podría ser útil en orfebrería para trabajos muy finos que requieran pequeños golpes de precisión. Sin embargo, es más probable que, en un contexto de taller, se refiera a un mazo de madera o con cabeza de material blando utilizado para golpear formones o cinceles de carpintería. Si lo interpretamos como un martillo para trabajar con formas de madera (comunes en el embutido de grandes piezas de plata), entonces su relevancia radica en su uso con materiales más blandos que el metal, protegiendo tanto el martillo como la forma de madera.

Elección y Mantenimiento del Martillo

Seleccionar el martillo adecuado para una tarea es fundamental. El peso, la forma de la cara y el material de la cabeza influyen directamente en el resultado. Un martillo demasiado pesado puede dañar el metal, mientras que uno demasiado ligero no tendrá el impacto necesario.

Además de la elección, el mantenimiento es crucial. Las caras de los martillos metálicos deben estar siempre limpias y pulidas. Cualquier mella o imperfección en la cara del martillo se transferirá al metal. Los martillos de caras blandas deben reemplazarse cuando estén desgastados o dañados.

En resumen, el martillo en orfebrería y platería no es solo una herramienta de fuerza, sino un instrumento de precisión para dar forma, texturizar, unir y refinar metales preciosos. Cada tipo, desde el versátil martillo de bola con su peña para remachar y texturizar, pasando por los martillos de nylon y caucho para el conformado sin marcas, hasta el mazo de madera esencial para el embutido, tiene un rol insustituible en el taller del artesano.

Tabla Comparativa de Martillos para Metalistería

Tipo de MartilloCaracterísticas ClaveUsos Principales en Orfebrería/PlateríaMaterial Típico de Cabeza
Martillo de Bola / PeñaCara plana y peña esféricaRemachado, texturizado, inicio de embutido, golpeo generalAcero templado
Martillo de Boca de NylonCaras cilíndricas o planas de nylon (reemplazables)Conformado sin marcas, ajuste, enderezadoNylon o plástico duro
Martillo de CauchoCabeza de caucho sólidoSuave conformado, asentamiento de piezas, trabajo sobre superficies delicadasCaucho
Mazo de Madera (o similar, como Madeta)Cabeza grande, a menudo redondeada, de material blandoEmbutido y repujado (golpeando punzones), conformado sobre formas de madera/acero (sin estirar)Madera, cuero crudo, plástico
Martillo de Chapista / AlcotanaVariedad de caras (plana, curvas, cuña), a menudo pulidasPlanchado de grandes superficies curvas, conformado inicial de formas complejasAcero pulido
Martillo de Ebanista (Interpretación fina/suave)Pequeño, a veces con caras de material blando o para golpear suavementeTrabajos de precisión, golpeo suave de herramientas, trabajo con formas de maderaAcero, madera, nylon

Preguntas Frecuentes sobre Martillos en Metalistería

¿Cuál es el martillo más importante para empezar?
Para empezar, un martillo de bola de peso medio (por ejemplo, entre 200 y 400 gramos) es muy versátil y te permitirá practicar remachado, texturizado y golpeo general. Un martillo de nylon o un mazo pequeño también son muy útiles para el conformado básico sin dejar marcas.

¿Necesito un martillo diferente para cada técnica?
Idealmente, sí. Cada martillo está diseñado con una geometría y material específicos para lograr un resultado óptimo en una técnica particular. Usar el martillo incorrecto puede dañar la pieza o la herramienta, o simplemente no lograr el efecto deseado.

¿Cómo sé qué peso de martillo usar?
El peso depende del grosor del metal y de la fuerza que necesites aplicar. Para metales delgados y trabajos finos, usa martillos ligeros. Para metales más gruesos o técnicas como el forjado o el planchado, necesitarás martillos más pesados. La práctica te ayudará a desarrollar una intuición sobre el peso adecuado.

¿Puedo usar un martillo de carpintero normal para empezar?
No es recomendable. Los martillos de carpintero suelen tener caras biseladas o con relieve para agarrar la cabeza del clavo, lo que dejará marcas indeseadas en el metal. Además, su diseño no es óptimo para las técnicas de conformado o texturizado propias de la metalistería artística.

¿Cómo mantengo mis martillos en buen estado?
Las cabezas de los martillos metálicos deben mantenerse limpias, pulidas y libres de óxido. Guárdalos en un lugar seco. Las cabezas de nylon o caucho deben limpiarse y reemplazarse cuando muestren signos de desgaste. Los mangos de madera deben estar firmes y sin grietas.

¿Qué es la 'cara' y la 'peña' de un martillo?
La 'cara' es la superficie plana y principal de golpeo del martillo. La 'peña' es el extremo opuesto a la cara, y puede tener diversas formas (bola, cuña, curva, etc.), cada una con una función específica.

Dominar el uso de los diferentes tipos de martillos es un paso esencial en el camino para convertirse en un orfebre o platero experto. Cada golpe, aplicado con la herramienta correcta y la fuerza precisa, contribuye a la belleza final de la pieza, transformando la materia prima en arte tangible.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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