¿Cómo se llaman las abrazaderas de metal?

Herramientas de Sujeción en Orfebrería

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La pregunta sobre cómo se llaman las abrazaderas de metal es muy común, y la respuesta es que no hay un único nombre. El término "abrazadera" es bastante general y se refiere a cualquier dispositivo diseñado para sujetar o apretar objetos. Sin embargo, en el mundo especializado de la orfebrería, la platería y el trabajo del metal en general, existen una gran variedad de herramientas de sujeción, cada una con nombres específicos y diseñada para cumplir funciones muy concretas y cruciales en el proceso creativo y de fabricación.

¿Cómo se llaman las abrazaderas de metal?
Los tipos de abrazaderas son; abrazaderas tipo Clevis, abrazaderas Sinfín, abrazaderas tipo Pera, abrazaderas de doble perno, abrazaderas tipo U, abrazaderas tipo Isofónicas, abrazaderas de acero 216, abrazaderas tipo uña, abrazaderas tipo clip, abrazaderas Omega, entre muchas otras.

La habilidad de mantener una pieza de metal inmóvil y segura es fundamental para realizar trabajos de precisión, ya sea cortando, limando, taladrando, soldando, grabando o engastando piedras. Sin estas herramientas, muchas de las técnicas que permiten transformar un trozo de metal en una obra de arte serían imposibles de ejecutar con la calidad y seguridad requeridas. Por ello, conocer los diferentes tipos de "abrazaderas" o, mejor dicho, herramientas de sujeción, es esencial para cualquier artesano del metal.

Índice de Contenido

El Tornillo de Banco: El Pilar del Taller

Quizás la herramienta de sujeción más icónica y fundamental en un taller de orfebrería o platería sea el tornillo de banco, también conocido como mordaza de banco. Este robusto dispositivo se monta firmemente en la superficie del banco de trabajo y consta de dos mandíbulas (una fija y otra móvil) que se aprietan mediante un tornillo para sujetar piezas de metal de diversas formas y tamaños.

El tornillo de banco es indispensable para una amplia gama de tareas. Permite sujetar barras o chapas para serrar con la sierra de joyero, limar con precisión, taladrar agujeros rectos y seguros, o incluso realizar ciertos tipos de conformados. Su firmeza garantiza que la pieza no se mueva inesperadamente, lo que es vital para la seguridad y la calidad del acabado. Existen diferentes tamaños, desde pequeños tornillos de precisión para trabajos delicados hasta modelos más grandes para platería o forja ligera. Algunos modelos tienen bases giratorias para permitir un acceso más fácil a la pieza desde diferentes ángulos.

Pinzas y Abrazaderas para Soldadura

La soldadura es una de las técnicas más utilizadas en orfebrería para unir piezas de metal. Durante este proceso, es crucial mantener las piezas en la posición correcta mientras se aplica calor. Aquí entran en juego las pinzas y abrazaderas diseñadas específicamente para soldar.

A diferencia de las pinzas comunes, las pinzas de soldar suelen estar hechas de materiales resistentes al calor, como acero inoxidable o titanio, y a menudo tienen mangos aislantes. Vienen en una variedad de formas y tamaños, como pinzas rectas, curvas, de punta fina, de cocodrilo, etc., para adaptarse a diferentes configuraciones de piezas. Algunas tienen bases pesadas o soportes para sujetar la pieza en alto y permitir el acceso del soplete por debajo. Las abrazaderas de soldar, por su parte, son dispositivos más específicos, a menudo con resortes o tornillos de mariposa, diseñados para mantener dos o más piezas alineadas y bajo una ligera presión mientras se calientan al rojo vivo.

Estas herramientas no solo aseguran la correcta alineación de las juntas a soldar, sino que también protegen las manos del artesano del calor intenso. La elección de la pinza o abrazadera correcta depende de la complejidad de la unión, el tamaño de las piezas y el acceso necesario para aplicar la soldadura y la llama del soplete.

Mordazas y Sistemas de Sujeción para Engaste y Grabado

Cuando se trata de tareas que requieren una estabilidad absoluta y la posibilidad de girar la pieza en múltiples ángulos, como el engaste de piedras o el grabado a mano, se utilizan herramientas de sujeción altamente especializadas.

La mordaza de engastar o mordaza de bola (también conocida como bola de grabar) es un ejemplo perfecto. Consiste en una bola de acero pesada y pulida, montada sobre una base que permite su rotación libre. En la parte superior de la bola hay una mordaza de precisión con mandíbulas ajustables que sujetan firmemente la pieza (por ejemplo, un anillo o una montura). La pesada bola proporciona estabilidad, mientras que la capacidad de inclinar y girar la pieza permite al engastador o grabador trabajar desde cualquier ángulo sin tener que soltar y volver a sujetar constantemente.

Existen también otras mordazas más pequeñas y específicas para sujetar piezas delicadas durante el engaste, como mordazas de mano con diferentes accesorios para sujetar anillos o colgantes de formas irregulares. La precisión en estas tareas es milimétrica, y la herramienta de sujeción juega un papel crítico en el éxito del trabajo.

Otras Herramientas de Sujeción Relevantes

Además de las mencionadas, hay otras herramientas que, aunque no siempre se llamen "abrazaderas", cumplen la función de sujetar:

  • Pinzas de Mano: Un término muy amplio que incluye desde pinzas de punta fina para manipular piezas pequeñas hasta pinzas planas o de nylon para sujetar sin rayar. Aunque no suelen tener un mecanismo de apriete fijo como una abrazadera, su función principal es sujetar.
  • Sargentos o Gatos de Carpintero (usos limitados): Aunque son más comunes en carpintería, los sargentos tipo C pueden ser útiles en platería para sujetar temporalmente piezas más grandes o para sujetar plantillas a la superficie de trabajo. Sin embargo, sus mandíbulas metálicas pueden dañar superficies pulidas si no se usan protecciones.
  • Jigs o Plantillas de Sujeción: A menudo son herramientas hechas a medida o específicas para un tipo de trabajo repetitivo. Son dispositivos diseñados para sujetar una o varias piezas en una configuración muy particular para facilitar la soldadura, el taladrado o el ensamblaje en serie.

Cada una de estas herramientas tiene su lugar en el taller y su elección depende de la tarea específica que se esté realizando. La seguridad es un factor clave; una pieza mal sujeta puede deslizarse, causando daños a la pieza, a las herramientas o, lo que es peor, al propio artesano.

La Importancia de la Sujeción Adecuada

Más allá del nombre específico de la herramienta, lo crucial es entender la importancia de una sujeción adecuada en el trabajo del metal. Una sujeción firme y correcta permite:

  • Realizar cortes limpios y rectos.
  • Limar superficies planas o curvas con control.
  • Taladrar agujeros en la ubicación exacta.
  • Soldar uniones fuertes y alineadas.
  • Engastar piedras de forma segura y estéticamente agradable.
  • Grabar detalles finos sin que la pieza se mueva.
  • Pulir y acabar la pieza de manera uniforme.

Invertir en herramientas de sujeción de buena calidad y aprender a utilizarlas correctamente es tan importante como tener buenas herramientas de corte o conformado. Son las herramientas silenciosas que hacen posible que el trabajo visible se realice con maestría.

Tabla Comparativa de Herramientas de Sujeción en Orfebrería

HerramientaUso PrincipalMecanismoVentajasConsideraciones
Tornillo de Banco (Mordaza de Banco)Limado, serrado, taladrado, conformación generalTornilloMuy firme, versátil, indispensableRequiere espacio en el banco, peso
Pinzas de SoldarSujetar piezas durante la soldaduraPresión manual, resorteResistentes al calor, variedad de formas, ligerasMenos fuerza de sujeción que un tornillo, específicas para soldar
Mordaza de Engastar (Bola de Engrabar)Engaste de piedras, grabadoMordaza de precisión en bola giratoriaEstabilidad, permite rotación 360°, gran precisiónEspecializada, requiere accesorios (pines), peso
Sargento (Tipo C)Sujeción temporal fuerte, fijar a superficiesTornilloMucha fuerza de apriete, relativamente económicoPuede marcar la pieza, menos preciso que un tornillo de banco
Pinzas de Mano (diversas)Manipular, sujetar temporalmente, sostener piezas pequeñasPresión manual, resorte ligeroLigeras, versátiles para manipulación, variedad de puntasBaja fuerza de sujeción, no para trabajos pesados

Preguntas Frecuentes sobre Herramientas de Sujeción

¿Puedo usar cualquier abrazadera de metal para joyería?

No es recomendable usar cualquier tipo de abrazadera. Las herramientas de joyería y orfebrería están diseñadas específicamente para el tamaño, la forma y la delicadeza de las piezas, así como para resistir procesos como la soldadura. Usar herramientas genéricas como un sargento de carpintero sin protección podría dañar o deformar el metal precioso.

¿Qué material es mejor para las pinzas de soldar?

Las pinzas de soldar suelen ser de acero inoxidable o titanio. El acero inoxidable es común y resistente al calor. El titanio es más ligero, no transfiere tanto calor al mango y es menos propenso a contaminar la soldadura.

¿Necesito una mordaza de bola si solo hago trabajos sencillos?

Si tus trabajos no implican engaste de piedras complejo o grabado detallado, quizás no necesites una mordaza de bola de inmediato. Sin embargo, si planeas expandir tus habilidades en estas áreas, es una inversión crucial por la estabilidad y versatilidad que ofrece.

¿Cómo evito marcar el metal precioso con las herramientas de sujeción?

Muchas herramientas de sujeción tienen mordazas de metal duro. Para evitar marcar la pieza, puedes usar protectores de mordaza hechos de materiales más blandos como cuero, madera, plástico o latón. Algunas herramientas especializadas ya vienen con mordazas de nylon o materiales que no rayan.

¿Cuál es la diferencia entre una pinza y una abrazadera?

Generalmente, una pinza se opera con una mano y aplica presión directamente al apretar los mangos (como unas pinzas de la ropa o para depilar, aunque las de joyero son más robustas). Una abrazadera o mordaza suele usar un mecanismo de tornillo o palanca para aplicar y mantener una presión constante y más fuerte sin requerir fuerza manual continua (como un tornillo de banco o un sargento).

En conclusión, aunque la palabra "abrazadera" es un término general, en el oficio de la orfebrería y la platería, las herramientas de sujeción tienen nombres específicos que reflejan su función y diseño particular. Conocerlas y dominarlas es tan vital como cualquier otra técnica, ya que son las manos auxiliares que permiten al artesano trabajar con la firmeza y el control necesarios para crear belleza en metal.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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