¿Qué es la técnica troquelado?

Troquelado: Cortes y Formas en el Arte

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El término 'troquelado' resuena en diversos oficios, desde las artes gráficas hasta el meticuloso mundo de la orfebrería y la platería. Aunque el concepto subyacente implica el uso de una herramienta o 'troquel' para aplicar forma, corte o relieve sobre un material, su aplicación y las herramientas específicas varían significativamente entre disciplinas. En esencia, el troquelado es una técnica que permite la creación de formas precisas y a menudo complejas mediante la aplicación de presión con un molde o matriz especializado. Esta capacidad de replicar formas idénticas con exactitud lo convierte en un proceso invaluable para la producción, ya sea de miles de folletos con formas únicas o de componentes delicados para una pieza de joyería.

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El Troquelado en el Mundo Gráfico y del Packaging

En el ámbito de la impresión y el diseño gráfico, el troquelado es la técnica por excelencia para ir más allá del simple corte recto. Permite realizar cortes, hendiduras o perforaciones de formas irregulares en papel, cartulina u otros pliegos, creando diseños únicos y distintivos que capturan la atención. Es fundamental en la elaboración de packagings originales, tarjetas de presentación con siluetas especiales, etiquetas, o cualquier material publicitario que requiera una forma personalizada.

¿Qué quiere decir troquelado?
En palabras simples, el troquelado es la técnica que permite realizar cortes o hendiduras de formas irregulares a cualquier tipo de papel o pliego. A fin de crear diseños especiales para distintas aplicaciones.

El proceso se inicia con un diseño específico que incluye la forma de corte deseada. A partir de este diseño, se fabrica un 'troquel'. Este troquel consiste típicamente en una base de madera sobre la cual se dibuja el contorno del diseño. Alrededor de este contorno, se incrustan diferentes tipos de cuchillas, cuya función dependerá del resultado buscado:

  • Cuchillas de corte: Diseñadas para traspasar completamente el pliego, separando la forma deseada del material sobrante.
  • Cuchillas de marcado (o hendido): No cortan el material, sino que crean un pliegue o doblez definido, esencial para cajas o elementos que necesitan ser plegados con precisión.
  • Cuchillas de perforado: Crean una línea de pequeños cortes discontinuos, permitiendo que una sección del material sea rasgada fácilmente a mano posteriormente, como en el caso de los tickets desglosables.
  • Cuchillas de semi corte: Cortan solo una capa del material, dejando la base intacta. Esto es común en la producción de etiquetas adhesivas, donde se corta la etiqueta pero no el papel soporte.

Una vez que el troquel está listo, se coloca junto con el material a troquelar en una máquina de presión hidráulica llamada troqueladora. La máquina aplica una presión considerable, forzando las cuchillas del troquel a cortar, marcar o perforar el pliego según su configuración. El resultado es una pieza con la forma deseada, que a menudo requiere un proceso adicional llamado 'descartonado' para retirar el material sobrante alrededor de la forma troquelada.

Lograr un troquelado perfecto requiere atención al detalle desde la fase de diseño. Es crucial presentar el trazado del corte en una capa separada del diseño gráfico, especificando claramente qué líneas son de corte y cuáles de hendido. Además, se recomienda dejar un área de seguridad, evitando colocar textos o gráficos importantes demasiado cerca de las líneas de corte o hendido para prevenir problemas de registro o recorte. Para diseños particularmente complejos, la realización de una maqueta previa puede ser muy útil para verificar que el resultado final sea el esperado.

El Troquelado en Orfebrería y Platería

En el contexto de la metalistería, y específicamente en la creación de joyas y objetos de plata u oro, el término 'troquel' a menudo se refiere a herramientas utilizadas para dar forma, estampar o cortar metal de manera precisa. Aunque el concepto de un 'troquel' que corta formas complejas de una lámina es similar al uso gráfico (y existen troqueles de corte para metal), una aplicación muy común y específica en joyería es la formación de curvas y tubos utilizando herramientas que también se denominan troqueles o matrices.

A diferencia del troquelado gráfico que se enfoca principalmente en el corte y el doblado plano, en orfebrería, el troquelado puede implicar dar volumen y forma tridimensional al metal. Una herramienta fundamental en este sentido es el 'Dé à Cambrer', conocido en español como troquel de abombado o dedal curvador.

El 'Dé à Cambrer': Dando Forma al Metal

El Dé à Cambrer es un bloque sólido, generalmente de acero de alta calidad, que presenta una serie de ranuras o canales. Estas ranuras varían en tamaño y, en algunos casos, en forma (pueden ser semicirculares, triangulares o cuadradas). Es una herramienta indispensable para los joyeros que necesitan crear arcos, curvas o estructuras tubulares con gran precisión y consistencia.

La función principal de este tipo de troquel es permitir al artesano, mediante la aplicación de fuerza controlada (generalmente con un martillo), ir doblando y dando forma a una tira o lámina de metal hasta que adquiera la curvatura o forma deseada que coincide con la ranura seleccionada del troquel.

El proceso para formar una curva o un tubo con un Dé à Cambrer sigue varios pasos:

  • Preparación del Metal: Se comienza con una tira de metal (previamente cortada y preparada al tamaño adecuado) que generalmente está recocida para asegurar su máxima maleabilidad.
  • Selección de la Ranura: Se elige la ranura del Dé à Cambrer que corresponda al diámetro o curvatura final deseada para la pieza.
  • Conformado Inicial: Se coloca la tira de metal sobre la ranura elegida.
  • Martillado Gradual: Utilizando un martillo (a menudo un martillo de bola o uno específico para dar forma), se golpea el metal progresivamente a lo largo de la ranura. Los golpes deben ser firmes pero controlados, moviéndose a lo largo de la tira para ir doblando el metal poco a poco dentro de la forma de la ranura.
  • Recocido: A medida que se martilla el metal, este se endurece (fenómeno conocido como endurecimiento por trabajo o acritud), perdiendo maleabilidad. Para continuar dando forma sin que el metal se agriete, es esencial detenerse periódicamente y recocer la pieza. El recocido implica calentar el metal a una temperatura específica (dependiendo del metal) y luego dejarlo enfriar, restaurando así su ductilidad. Este paso puede repetirse varias veces durante el proceso de conformado, especialmente con metales más gruesos o formas complejas.
  • Unión (para Tubos): Si el objetivo es crear un tubo, se continúa martillando hasta que los bordes de la tira de metal se encuentren y se toquen a lo largo de toda su longitud. Una vez formada la costura, se sueldan los bordes para crear un tubo cerrado.
  • Refinado de la Forma (para Tubos): Después de soldar, el tubo puede no ser perfectamente circular. Se puede 'aplastar' ligeramente el tubo y luego pasarlo a través de una matriz de estirado o utilizar otras herramientas para refinar y asegurar una forma perfectamente redonda o de la sección deseada.

La habilidad en el uso del Dé à Cambrer reside en la paciencia y la técnica de martillado y recocido. Permite a los joyeros crear elementos estructurales con curvaturas precisas para anillos, pulseras, aros de pendientes, o para fabricar los tubos necesarios para charnelas o engastes tubulares. La presencia de ranuras con formas no solo semicirculares, como triángulos o cuadrados, amplía aún más las posibilidades, permitiendo crear perfiles con ángulos de 45° o tubos con secciones cuadradas o triangulares.

Otros Tipos de Troqueles en Metalistería

Además de los troqueles para formar curvas o tubos como el Dé à Cambrer, existen otros tipos de troqueles utilizados en orfebrería y platería. Los 'troqueles de estampado' se utilizan para imprimir un diseño o textura en la superficie del metal mediante presión. Pueden ser simples punzones con un diseño en la punta o sistemas más complejos que utilizan matrices y contramatrices para crear relieves tridimensionales.

¿Qué es troquel en joyería?
El troquel de abombado es un bloque, normalmente de acero, con varias ranuras semicirculares de distintos tamaños. Estas ranuras permiten a los joyeros formar arcos perfectos en los metales, un paso crucial en la creación de muchos tipos de joyas, como pulseras, anillos o collares.Mar 20, 2024

También existen troqueles de corte específicos para metal, que funcionan de manera similar a los troqueles gráficos, pero están construidos con acero mucho más robusto para soportar la fuerza necesaria para cortar láminas de metal. Estos son útiles para cortar formas idénticas en serie, como las piezas base para pendientes o colgantes.

Comparativa: Troquelado Gráfico vs. Troquelado en Orfebrería

CaracterísticaTroquelado GráficoTroquelado en Orfebrería (Ej: Dé à Cambrer)
Material PrincipalPapel, cartulina, plásticos finosMetales (oro, plata, cobre, latón, etc.)
Objetivo PrincipalCortar formas irregulares, crear hendidos, perforarDar forma (curvas, arcos, tubos), estampar relieves
Herramienta (Troquel)Base de madera con cuchillas incrustadas (corte, hendido, perforado)Bloques de acero con ranuras de forma, herramientas de estampado, matrices de corte robustas
Proceso de AplicaciónPresión en máquina troqueladora sobre pliego planoMartillado manual o prensado sobre el metal en la ranura/molde del troquel
Resultado ComúnPackaging, etiquetas, tarjetas con formas únicas, cuponesComponentes curvos para joyas, tubos, piezas estampadas, formas base cortadas
Consideraciones ClavePrecisión del diseño, área de seguridad, tipo de cuchillaMaleabilidad del metal (recocido), técnica de martillado, lubricación

Preguntas Frecuentes sobre el Troquelado en Artesanía

Aquí respondemos algunas preguntas comunes sobre el uso de troqueles, especialmente en el contexto de la metalistería.

¿Por qué es necesario recocer el metal al usar un Dé à Cambrer?

Al golpear o doblar el metal repetidamente, su estructura cristalina se deforma, volviéndolo más duro y quebradizo. Este fenómeno se llama endurecimiento por trabajo o acritud. Recocer el metal (calentarlo y enfriarlo) permite que los cristales se reorganicen, restaurando su maleabilidad y ductilidad. Esto evita que el metal se agriete o rompa al seguir dándole forma con el martillo.

¿Qué tipo de martillo se usa para dar forma con un troquel de abombado?

Comúnmente se utilizan martillos de bola o martillos específicos para dar forma a metales. Un martillo de bola tiene una cabeza redondeada en un extremo, ideal para seguir la curva de la ranura del troquel y distribuir la fuerza de manera uniforme sin dejar marcas agudas. La elección exacta dependerá del tamaño de la ranura y del tipo de metal.

¿Se puede usar un Dé à Cambrer para cortar metal?

No, el Dé à Cambrer está diseñado para dar forma y curvar metal, no para cortarlo. Para cortar formas con un troquel en metalistería, se necesitaría un troquel de corte específicamente diseñado para ese propósito, que funciona como una especie de 'cortador de galletas' muy robusto para metal, a menudo utilizado con una prensa.

¿El troquelado siempre requiere una máquina?

En el troquelado gráfico de producción masiva sí, se utiliza una máquina troqueladora. Sin embargo, en orfebrería, muchas técnicas de troquelado, como el uso del Dé à Cambrer o los troqueles de estampado simples, se realizan de forma manual o con la ayuda de una prensa manual o de tornillo, sin necesidad de maquinaria hidráulica compleja.

¿Es el Dé à Cambrer la única forma de hacer tubos de metal para joyería?

No es la única forma, pero es una técnica muy versátil y accesible, especialmente para tubos de diámetros pequeños y medianos, o cuando se necesitan tubos con perfiles específicos (como cuadrados o triangulares). Otras técnicas incluyen el estirado de tubo a través de matrices de estirado, o la conformación y soldadura de láminas de metal mediante otras herramientas y métodos de doblado.

Conclusión

El troquelado, en sus diversas manifestaciones, es una técnica que subraya la importancia de la precisión y la repetición controlada en la artesanía. Ya sea definiendo los bordes de un empaque atractivo o dando la curvatura perfecta a una pieza de metal precioso, el uso de troqueles permite a los creadores lograr resultados profesionales y consistentes. En orfebrería y platería, herramientas como el Dé à Cambrer son ejemplos brillantes de cómo un simple bloque de metal con ranuras puede ser fundamental para transformar una lámina plana en elementos tridimensionales esenciales para la creación de joyas. Dominar estas técnicas de conformado es crucial para expandir el repertorio de cualquier artesano del metal, permitiendo la realización de diseños más complejos y refinados.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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