¿Qué es el oficio de orfebre?

El Quinto: Marcando la Calidad en Joyería

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En el fascinante mundo de la orfebrería y la platería, cada detalle cuenta. Desde la elección del metal precioso hasta el diseño final, cada paso es fundamental para crear una pieza de valor y belleza. Sin embargo, hay un pequeño detalle, a menudo pasado por alto por el ojo inexperto, que es quizás uno de los más importantes: la marca que certifica su pureza. Y detrás de esta marca, en el proceso tradicional, se encuentra una herramienta esencial conocida como 'el quinto'.

¿Qué es el quinto en joyería?
QUINTO RECTO . Hechos de acero templado,para marcar la ley o el quilataje en la joyería de oro y plata.

Esta herramienta, hecha de acero templado, es fundamental para grabar sobre el metal la información crucial sobre su composición. Es el responsable de dejar impresa la "ley" o el "quilataje", indicando la proporción de metal precioso puro presente en la aleación de la joya de oro o plata. Su existencia y uso son un pilar en la tradición joyera, sirviendo como garantía de autenticidad y valor.

Índice de Contenido

¿Qué es Exactamente 'El Quinto' en el Contexto Joyero?

Aunque la palabra "quinto" puede tener otras acepciones, en el ámbito específico de la joyería tradicional y la platería, se refiere a un tipo de punzón. Es un instrumento metálico, pequeño y robusto, cuya punta tiene grabada en relieve la figura o el número que se desea transferir al metal precioso. Su construcción en acero templado le confiere la dureza necesaria para soportar el impacto de un martillo sin deformarse, permitiendo que la marca se transfiera nítidamente al metal, que es mucho más blando.

No es un punzón cualquiera; a menudo, 'el quinto' lleva grabada la marca de finura (como 750 para oro de 18 quilates, o 925 para plata de ley), la marca del fabricante, o incluso la marca de un organismo de contraste oficial que certifica la pureza del metal. Es, en esencia, la herramienta que materializa la certificación de la pieza.

La Importancia Fundamental de la Marca de Finura

La presencia de una marca que indica la pureza, conocida como contraste o sello, es vital por múltiples razones:

  • Garantía de Autenticidad: Es la primera y principal garantía para el comprador de que la joya contiene la cantidad de metal precioso declarada.
  • Cumplimiento Legal: En muchos países, marcar la finura es un requisito legal para comercializar joyas fabricadas con metales preciosos. Esto protege tanto al consumidor como a los comerciantes honestos.
  • Protección al Consumidor: Evita el fraude, asegurando que el cliente paga por el valor real del metal precioso contenido en la pieza.
  • Valor Intrínseco: La marca certifica la calidad del metal, lo que directamente impacta su valor de mercado y su durabilidad.
  • Trazabilidad: Algunas marcas, como las de fabricante o las de oficinas de contraste, permiten rastrear el origen y la certificación de la joya.

Sin estas marcas, sería extremadamente difícil para el consumidor distinguir entre una pieza de alta pureza y otra de menor calidad o incluso una imitación. 'El quinto', al ser la herramienta que aplica físicamente esta marca, juega un papel silencioso pero crucial en todo este sistema de confianza y regulación.

Un Vistazo Histórico a los Contrastes y el Marcado

La práctica de marcar objetos de metales preciosos no es nueva; tiene raíces antiguas que se remontan a civilizaciones que buscaban asegurar la pureza de las monedas y los objetos de valor. En Europa, el sistema de contrastes (sellos oficiales) se formalizó en la Edad Media para combatir el fraude. Gremios de orfebres y plateros, y posteriormente oficinas de contraste independientes, se encargaban de analizar la aleación y, si cumplía con el estándar, aplicar un sello oficial.

Estos sellos iniciales eran aplicados con punzones metálicos, herramientas que eran, en esencia, los predecesores del 'quinto' moderno utilizado para la marca de finura. La necesidad de herramientas duras y precisas para este fin llevó al desarrollo de punzones de acero templado capaces de dejar una impronta clara y permanente en el metal precioso.

El Proceso Artesanal de Marcado con 'El Quinto'

Aunque hoy en día existen métodos más modernos como el marcado láser, la técnica tradicional utilizando 'el quinto' sigue siendo común, especialmente para marcas pequeñas o en talleres artesanales. El proceso requiere habilidad y precisión:

  1. Preparación de la Joya: La zona donde se aplicará la marca debe estar limpia y tener una superficie plana o ligeramente curvada adecuada para recibir el impacto.
  2. Selección del Punzón ('El Quinto'): Se elige el punzón o 'quinto' con la marca deseada (finura, fabricante, etc.).
  3. Posicionamiento: El artesano coloca cuidadosamente el punzón sobre el punto exacto de la joya donde irá la marca. Esto a menudo se hace sobre una superficie dura y estable, como un pequeño yunque o tas de acero, para proporcionar soporte.
  4. Aplicación de la Marca: Con un martillo pequeño, el artesano golpea la parte superior del punzón con la fuerza justa. El golpe debe ser firme y único para asegurar que la marca se transfiera de manera limpia y legible al metal sin dañar excesivamente la pieza.
  5. Verificación: Una vez aplicado el golpe, se retira el punzón y se examina la marca con una lupa para asegurar que es clara, completa y se ha aplicado en el lugar correcto.

Este proceso, aunque parece simple, requiere práctica para lograr una marca perfecta que no deforme la joya ni sea ilegible. La calidad del punzón de acero templado es crucial para obtener un resultado óptimo.

Entendiendo las Marcas de Finura: Ley y Quilataje

Las marcas aplicadas con herramientas como 'el quinto' comunican la pureza del metal utilizando dos sistemas principales: la ley (en milésimas) y el quilataje (en quilates para el oro).

Oro: Quilates vs. Ley

La pureza del oro se mide tradicionalmente en quilates (K). El oro puro es de 24 quilates. Las aleaciones de oro se expresan como una proporción de oro puro sobre 24 partes totales. La ley lo expresa en partes por mil:

  • 24K: Oro puro (o casi puro), 999 partes por mil (Ley 999).
  • 18K: 18 partes de oro puro de 24, es decir, 750 partes por mil (Ley 750). Es una aleación común para joyería fina por su durabilidad y color.
  • 14K: 14 partes de oro puro de 24, es decir, 585 partes por mil (Ley 585). Más duradero que el 18K, común en diversas joyerías.
  • 10K: 10 partes de oro puro de 24, es decir, 417 partes por mil (Ley 417). El mínimo legal de oro para ser considerado "oro" en algunos lugares.

Las marcas en el oro suelen mostrar el número de quilates (ej. 18K, 14K) o la ley en milésimas (ej. 750, 585).

Plata: Ley en Milésimas

La pureza de la plata se mide casi siempre en milésimas, indicando las partes de plata pura por cada mil partes de aleación:

  • Plata Fina (999): 999 partes de plata pura por mil. Demasiado blanda para la mayoría de las joyas, se usa a veces para lingotes o piezas muy maleables.
  • Plata de Ley (925): 925 partes de plata pura por mil (el 7.5% restante es usualmente cobre). Es el estándar internacional para la plata de joyería por su equilibrio entre pureza, belleza y durabilidad.
  • Plata (800): 800 partes de plata pura por mil. Es una aleación de menor pureza, más dura, utilizada en algunos objetos y joyería.

Las marcas en la plata suelen mostrar la ley en milésimas (ej. 925, 800).

Tabla Comparativa de Finura Común

Para clarificar las equivalencias, aquí tienes una tabla con las purezas más comunes:

MetalSistemaMarca ComúnMilésimas% Puro Aproximado
OroQuilates/Ley24K / 99999999.9%
OroQuilates/Ley18K / 75075075.0%
OroQuilates/Ley14K / 58558558.5%
OroQuilates/Ley10K / 41741741.7%
PlataLey99999999.9%
PlataLey92592592.5%
PlataLey80080080.0%

Entender estas marcas, aplicadas con precisión gracias a herramientas como 'el quinto', es esencial para apreciar el verdadero valor de una pieza.

Otros Tipos de Marcas en Joyería

Además de la marca de finura, una joya puede llevar otras marcas importantes aplicadas con punzones o métodos similares:

  • Marca del Fabricante/Maestro: Un sello distintivo que identifica al orfebre, platero o taller que creó la pieza. Es como una firma y a menudo tiene valor para coleccionistas.
  • Marca de Oficina de Contraste: Un sello oficial que indica que la pieza ha sido analizada y certificada por una entidad independiente autorizada por la ley. Estas marcas varían mucho entre países y regiones.
  • Letra de Año: En algunos sistemas de contraste históricos, se incluía una letra que indicaba el año en que la pieza fue contrastada.

Todas estas marcas, aplicadas con la ayuda de punzones de acero templado en el método tradicional, cuentan la historia de la pieza, su origen y su calidad.

La Herramienta: 'El Quinto' como Objeto de Precisión

'El quinto', en sí mismo, es una pequeña obra de metalurgia. Su fabricación requiere precisión para que la marca grabada en su punta sea nítida y se transfiera limpiamente. El uso de acero templado no es casual; el proceso de templado aumenta la dureza y durabilidad del acero, haciendo que el punzón sea resistente al uso repetido y a la fuerza del martillo. Un punzón de baja calidad se deformaría rápidamente, produciendo marcas borrosas o incompletas.

Estos punzones vienen en diferentes tamaños y formas de punta, adaptándose al tamaño de la joya y al diseño de la marca. Algunos son simples cilindros, otros tienen mangos ergonómicos. Las marcas grabadas pueden ser números, símbolos, letras o combinaciones de ellos, cada uno con un significado específico dentro del sistema de marcado.

¿Cómo Identificar y Leer las Marcas?

Para el comprador o coleccionista, saber dónde y cómo buscar estas marcas es fundamental. Suelen estar en lugares discretos pero accesibles:

  • Anillos: En la parte interior de la banda.
  • Collares y Pulseras: Cerca del cierre o en una pequeña placa adjunta.
  • Pendientes: En el poste, el gancho o la parte trasera.
  • Colgantes: En la anilla o en la parte trasera.

Las marcas suelen ser pequeñas, por lo que es indispensable usar una lupa de joyero para verlas con claridad. Una vez localizadas, se pueden comparar con tablas de pureza o con catálogos de marcas de fabricante y de contraste para verificar la información.

Preguntas Frecuentes sobre las Marcas en Joyería

Aquí respondemos algunas dudas comunes sobre estas importantes marcas:

¿Todas las joyas llevan marca?

La mayoría de las joyas de metales preciosos vendidas a través de canales legítimos deberían llevar una marca de finura. Sin embargo, algunas piezas muy antiguas, piezas hechas a mano de forma muy artesanal sin intención comercial a gran escala, o piezas de muy bajo peso donde aplicar la marca dañaría la estructura, pueden no tenerla. La ausencia de marca no siempre indica que una pieza no es de metal precioso, pero sí que no ha pasado por un proceso de certificación estándar.

¿Qué significa si una joya no tiene marca?

Puede significar varias cosas: que es una pieza antigua sin sistema de contraste, que fue hecha de forma privada, que es de un metal no precioso, o que es una pieza de metal precioso que no cumple con la ley mínima o que es una falsificación. Para saber con certeza, sería necesario realizar un análisis del metal.

¿Puede la marca desgastarse?

Sí, con el uso prolongado, el roce con la ropa o la piel, y la limpieza, las marcas, especialmente si son superficiales o están en zonas de mucho contacto, pueden desgastarse y volverse difíciles o imposibles de leer.

¿Es lo mismo ley que quilataje?

Son dos formas de expresar la pureza de una aleación de oro. El quilataje es una medida de proporción sobre 24 (partes de oro puro en 24 partes totales), mientras que la ley es una medida de proporción sobre 1000 (partes de metal precioso puro en 1000 partes totales). Hay una equivalencia directa entre ambas (ej. 18K es equivalente a Ley 750).

¿Quién pone la marca?

La marca de finura y la marca del fabricante suelen ser aplicadas por el propio joyero u orfebre durante el proceso de fabricación. La marca de la oficina de contraste, si es requerida por ley, la aplica un organismo independiente después de verificar la pureza del metal.

¿Por qué algunas marcas son difíciles de ver?

Las marcas suelen ser muy pequeñas para ser discretas y no afectar el diseño de la joya. También pueden estar en zonas de difícil acceso visual. El uso de una lupa es casi siempre necesario para verlas con claridad.

Conclusión

En resumen, 'el quinto' es un humilde pero poderoso punzón de acero templado que encarna una larga tradición de garantía y autenticidad en el mundo de la orfebrería y la platería. Es la herramienta que permite grabar permanentemente la ley o el quilataje, informando al mundo sobre la pureza del metal. Comprender su función y la importancia de la marca que aplica no solo te ayuda a verificar la calidad de una joya, sino que también te conecta con la rica historia y la meticulosa artesanía que hay detrás de cada pieza de metal precioso.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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