Guilloché vs Cloisonné: Entendiendo el Esmalte

Valoración: 4.56 (4980 votos)

La orfebrería y la platería nos regalan piezas de belleza incomparable, a menudo realzadas por la magia del esmalte. Este material vítreo, brillante y colorido, ha sido utilizado durante milenios para añadir detalle y esplendor a los objetos metálicos. Sin embargo, el término 'esmalte' abarca diversas técnicas, cada una con su propio proceso y estética distintiva. Dos de las más conocidas y a veces confundidas son el Cloisonné y el Guilloché. Aunque ambas implican la aplicación de esmalte sobre metal, la forma en que se prepara la superficie metálica antes de aplicar el esmalte es fundamentalmente diferente, dando lugar a resultados visualmente muy distintos.

What is the difference between guilloche and Cloisonne?
Guilloché differs from the more familiar cloisonné enamel as glass mixtures lie over the engraved metal and is fused directly to it by heat.

Entender la diferencia entre estas técnicas no solo enriquece nuestra apreciación por la artesanía, sino que también nos permite identificar y valorar correctamente las piezas que encontramos, ya sean antigüedades o creaciones contemporáneas. Acompáñanos en este recorrido por el fascinante mundo del esmalte sobre metal, explorando el origen, el proceso y las características únicas del Cloisonné y el Guilloché, y cómo distinguirlos.

Índice de Contenido

¿Qué es el Esmalte en Metal?

Antes de adentrarnos en las técnicas específicas, es crucial entender qué es el esmalte en sí mismo. El esmalte, en el contexto de la orfebrería, es una forma de vidrio, a menudo descrito como vidrio alocromático. No es simplemente pintura, sino una sustancia vítrea compuesta por una mezcla de óxido de hierro, óxido de potasio (potasa), arena de cuarzo y bórax. Estos componentes se funden juntos y luego se muelen hasta obtener un polvo fino. Se le añaden óxidos metálicos para darle color: cobalto para el azul, cobre para el verde, hierro para el rojo o marrón, etc.

El proceso de esmaltado es delicado y requiere gran habilidad. El polvo de esmalte, mezclado con agua o un aglutinante, se aplica sobre una superficie metálica, generalmente de metal precioso como plata u oro. Luego, la pieza se somete a altas temperaturas en un horno. El calor derrite el polvo de esmalte, permitiendo que fluya y se nivele sobre el metal. Al enfriarse, el esmalte se solidifica, formando una capa vítrea y brillante que se adhiere al metal.

Este proceso de enfriamiento es crítico, ya que el esmalte se contrae y corre un gran peligro de agrietarse si no se maneja con cuidado. En trabajos finos, se aplican múltiples capas de esmalte, con cada capa requiriendo un nuevo horneado. Para técnicas que implican pintura con esmalte, pueden ser necesarios hasta 20 horneados para acomodar los diferentes tiempos de fusión de los distintos óxidos colorantes utilizados. Es un trabajo que exige paciencia, precisión y un profundo conocimiento del material y el proceso.

El Antiguo Arte del Cloisonné

El Cloisonné es quizás una de las técnicas de esmaltado más antiguas y reconocibles. Su nombre proviene de la palabra francesa 'cloison', que significa 'tabique' o 'celda'. Y es precisamente eso lo que define la técnica: la creación de celdas o compartimentos sobre la superficie metálica mediante el uso de finos alambres de metal. Estos alambres, a menudo de oro, plata, cobre o latón, se doblan y moldean para formar el diseño deseado.

Los alambres se adhieren a la base metálica, ya sea soldándolos o fijándolos con un adhesivo temporal que se quema durante el horneado. Una vez que el diseño está delimitado por los alambres, cada celda individual se rellena con esmalte en polvo de diferentes colores. Luego, la pieza se hornea. El esmalte se derrite y llena los compartimentos. Este proceso de rellenado y horneado se repite varias veces hasta que el esmalte alcanza el nivel deseado, a menudo ligeramente por encima de la altura de los alambres.

Finalmente, la superficie se lija y se pule para que los alambres y el esmalte queden al mismo nivel, creando una superficie lisa y pulida donde el diseño está claramente definido por los contornos metálicos. El resultado es una obra vibrante y colorida, con patrones definidos por las líneas metálicas.

El arte del Cloisonné se conoce desde la antigüedad. Se han descubierto ejemplos tempranos en Chipre, que se dice datan del siglo XIII a.C. (1300-1201 a.C.). La técnica floreció en el Imperio Bizantino, en China y Japón, donde alcanzó niveles de sofisticación extraordinarios, especialmente en bronces y porcelanas esmaltadas.

Una variante ingeniosa del Cloisonné es el Plique à jour. En esta técnica, el esmalte se aplica en celdas, pero sin una base metálica sólida debajo. Los alambres crean 'ventanas' que se rellenan con esmalte transparente o translúcido. El resultado, después de retirar la base temporal sobre la que se trabajó, es una pieza donde el esmalte queda suspendido dentro de los marcos de alambre, similar a pequeñas vidrieras. Es una técnica extremadamente delicada y de gran belleza, que permite que la luz pase a través del esmalte.

El Sofisticado Guilloché

Por otro lado, el Guilloché (pronunciado 'gui-o-shé') es una técnica que combina el grabado mecánico con el esmaltado. A diferencia del Cloisonné, donde los alambres crean celdas *sobre* la superficie, en el Guilloché, la superficie metálica se decora primero con un patrón intrincado y repetitivo mediante una máquina de grabado de precisión, y luego se aplica el esmalte *sobre* este grabado.

Esta técnica de grabado a máquina, también conocida como 'engine turning', se realiza tradicionalmente utilizando un torno de motor de rosas (rose engine lathe) o máquinas similares. Estas máquinas permiten al artesano grabar patrones geométricos extremadamente precisos y finos, como líneas onduladas, espirales, rosetas o patrones lineales repetitivos, con una simetría y uniformidad perfectas que serían imposibles de lograr a mano alzada. Piensa en los patrones complejos y finos que a menudo se ven en los billetes de banco para disuadir la falsificación; esa es una forma de grabado mecánico que comparte principios con el Guilloché decorativo.

Una vez que la superficie metálica (generalmente plata u oro) ha sido grabada con el patrón deseado, se aplica el esmalte transparente o translúcido sobre ella. El esmalte se hornea y se funde, llenando las depresiones del grabado y cubriendo las crestas. Como el esmalte es translúcido, el patrón grabado debajo se ve a través de él. La magia del Guilloché reside en cómo el grabado interactúa con el esmalte.

La textura creada por el grabado confiere al esmalte una fascinante tridimensionalidad y un brillo refractado. Las líneas grabadas actúan como trampas de luz, haciendo que el esmalte parezca brillar desde dentro, especialmente en patrones ondulados o espirales que capturan y reflejan la luz de maneras únicas. Dependiendo de la profundidad del grabado y la opacidad del esmalte, se pueden lograr efectos de color y luminosidad variados. Las áreas más profundas del grabado tienden a retener más esmalte, resultando en un color más intenso, mientras que las áreas elevadas cubiertas por una capa más fina de esmalte pueden parecer más claras, creando sutiles gradaciones y juego de luces.

La Diferencia Clave y el Efecto Visual

La distinción fundamental entre Guilloché y Cloisonné radica en la forma en que se prepara la superficie metálica antes de la aplicación del esmalte y el tipo de esmalte que se suele usar.

En el Cloisonné, se construyen tabiques metálicos (celdas) sobre la superficie plana del metal, y el esmalte (a menudo opaco, aunque también se usa translúcido) se aplica dentro de estas celdas. El diseño es creado por los alambres metálicos y los diferentes colores de esmalte en las celdas adyacentes. La superficie final es lisa, con los alambres y el esmalte al mismo nivel.

En el Guilloché, la superficie metálica se decora con un grabado a máquina intrincado y repetitivo *antes* de aplicar el esmalte. El esmalte (generalmente translúcido) se aplica *sobre* este grabado. El diseño y el interés visual provienen del patrón grabado *debajo* del esmalte, que interactúa con la luz para crear efectos de profundidad, luminosidad y movimiento. La superficie final también es lisa, pero la textura subyacente es visible a través del esmalte.

What is the difference between guilloche and Cloisonne?
Guilloché differs from the more familiar cloisonné enamel as glass mixtures lie over the engraved metal and is fused directly to it by heat.

En resumen, Cloisonné utiliza alambres para crear el diseño y contener el esmalte en celdas, mientras que Guilloché utiliza grabado mecánico para crear un patrón *bajo* un esmalte translúcido.

Basse Taille: El Grabado a Mano

Es importante mencionar otra técnica relacionada que también implica grabar el metal debajo del esmalte: el Basse Taille. A diferencia del Guilloché, donde el grabado se realiza a máquina con patrones geométricos precisos, en el Basse Taille el grabado se hace a mano. Esto permite diseños más fluidos, pictóricos o esculturales en lugar de los patrones repetitivos y simétricos del Guilloché.

El Basse Taille apareció por primera vez en Italia en el siglo XIV. Al igual que el Guilloché, se aplica esmalte translúcido sobre el grabado, permitiendo que la imagen o el patrón grabado a mano sea visible a través del esmalte, creando efectos de sombreado y profundidad según la profundidad del grabado.

Historia y Popularidad

Mientras que el Cloisonné tiene una historia milenaria que abarca diversas culturas, el Guilloché es más reciente en su aplicación decorativa con esmalte, popularizándose en Europa a partir del siglo XVIII para decorar objetos de metal, a menudo con patrones sencillos.

Sin embargo, fue en la década de 1880 cuando el Guilloché alcanzó su máximo esplendor, gracias a la casa Fabergé. Carl Fabergé y su taller perfeccionaron la técnica, aplicándola a una amplia gama de objetos de lujo: marcos de fotos, joyas, cigarreras, relojes de escritorio y, por supuesto, sus mundialmente famosos huevos de Pascua imperiales. Fabergé elevó el Guilloché a una forma de arte, utilizando esmaltes translúcidos en más de 150 colores conocidos, aplicados sobre grabados tan finos que podían imitar la textura de la seda moiré. Su capacidad para controlar la profundidad del grabado y la aplicación del esmalte les permitía crear sutiles gradaciones de color y efectos visuales asombrosos.

El esmalte Guilloché se convirtió en un ingrediente popular en la joyería y los accesorios de lujo desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, simbolizando riqueza y opulencia. Su producción era costosa y requería una habilidad y precisión excepcionales, lo que lo convertía en un signo de estatus.

Coleccionar Piezas Esmaltadas

Hoy en día, tanto las piezas antiguas de Cloisonné como las de Guilloché son objetos de colección muy buscados. Las piezas de Fabergé alcanzan precios astronómicos en subastas, pero hay muchas otras oportunidades para adquirir ejemplos bellos de estas técnicas.

Las joyas victorianas y eduardianas son un excelente punto de partida para buscar esmalte Guilloché. Accesorios de tocador como polveras, cepillos, espejos y estuches de maquillaje de principios del siglo XX a menudo presentan exquisitos trabajos de esmalte Guilloché. Marcas como Cartier o Ripley & Gowan produjeron polveras de plata con Guilloché que eran verdaderas joyas portátiles.

Para el Basse Taille, el trabajo del platero noruego David Anderson en la década de 1950 es un ejemplo más asequible y popular, conocido por sus broches y pendientes de mariposa y hoja esmaltados sobre grabado a mano. Mientras que una pieza sencilla de Basse Taille de David Anderson puede encontrarse por un precio accesible, las piezas más complejas y raras de Guilloché de este mismo diseñador, como saleros de mesa o cocteleras, pueden alcanzar precios considerablemente más altos.

Cuidado de las Piezas Esmaltadas

Las piezas esmaltadas, ya sean Cloisonné, Guilloché o Basse Taille, deben tratarse con cuidado, ya que el esmalte es vidrio y puede astillarse o romperse si se golpea o cae. Es recomendable limpiarlas suavemente con un paño de limpieza de plata si la base es de este metal, evitando abrasivos o productos químicos fuertes que puedan dañar el esmalte o el metal.

Siempre que sea posible, guarde estas piezas en sus estuches originales o en compartimentos separados para evitar que se rayen o golpeen con otras joyas u objetos. Con el cuidado adecuado, estas hermosas obras de arte en miniatura pueden conservarse durante generaciones.

En Resumen: Tabla Comparativa

Para clarificar las diferencias, aquí tienes una tabla comparativa:

CaracterísticaCloisonnéGuillochéBasse Taille
Técnica BaseAlambres metálicos crean celdas sobre la superficie.Grabado mecánico crea patrón bajo la superficie.Grabado a mano crea patrón bajo la superficie.
PatrónDefinido por los alambres y la distribución del esmalte en celdas.Patrones geométricos repetitivos y simétricos creados por máquina.Diseños fluidos, pictóricos o esculturales creados a mano.
Herramienta PrincipalAlambres y herramientas para doblar/fijar.Torno de motor de rosas u otra máquina de grabado mecánico.Herramientas de grabado a mano.
Esmalte TípicoOpaco o translúcido, aplicado en celdas.Translúcido, aplicado sobre el grabado.Translúcido, aplicado sobre el grabado.
Efecto VisualColores planos o sombreados dentro de celdas definidas por metal; superficie lisa.El patrón grabado brilla a través del esmalte; efectos de profundidad y refracción de la luz; superficie lisa.El patrón grabado a mano es visible a través del esmalte; efectos de sombreado y profundidad; superficie lisa.
Origen HistóricoAntiguo (milenios).Popularizado en el siglo XVIII, auge con Fabergé (finales siglo XIX).Siglo XIV (Italia).

Preguntas Frecuentes

Q: ¿Qué es el esmalte en orfebrería?

A: Es un material vítreo, similar al vidrio coloreado, que se aplica en polvo sobre una superficie metálica y se hornea a altas temperaturas hasta que se funde y se adhiere al metal, creando una superficie brillante y duradera.

Q: ¿Cuál es la principal diferencia entre Cloisonné y Guilloché?

A: La diferencia clave está en cómo se prepara la superficie metálica. En el Cloisonné, se usan alambres para crear compartimentos (celdas) sobre el metal que se rellenan con esmalte. En el Guilloché, la superficie del metal se graba mecánicamente con patrones finos antes de aplicar un esmalte translúcido sobre el grabado.

Q: ¿El Guilloché siempre se hace a máquina?

A: Sí, la característica distintiva del Guilloché es el uso de un grabado mecánico (engine turning) para crear sus patrones precisos y repetitivos. El grabado a mano bajo esmalte translúcido se conoce como Basse Taille.

Q: ¿Qué es el Plique à jour?

A: Es una variante del Cloisonné donde el esmalte se aplica en celdas sin una base metálica sólida, permitiendo que la luz pase a través del esmalte, como en una pequeña vidriera.

Q: ¿Por qué el esmalte Guilloché de Fabergé es tan valorado?

A: Fabergé perfeccionó la técnica, logrando una precisión y belleza sin precedentes en el grabado y la aplicación del esmalte. Sus piezas son ejemplos magistrales de artesanía, con una amplia gama de colores y efectos visuales.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Guilloché vs Cloisonné: Entendiendo el Esmalte puedes visitar la categoría Orfebreria.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir