¿Cuándo se creó la platería?

Plata Barroca: Esplendor y Diseño Fluido

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El periodo Barroco, conocido por su dramatismo, opulencia y movimiento, no solo dejó su huella en la pintura, la escultura y la arquitectura, sino que también transformó radicalmente el arte de la orfebrería, particularmente en el trabajo de la plata. Este metal precioso se convirtió en el lienzo ideal para expresar la grandiosidad y la exuberancia que definieron la época, dando lugar a piezas que son verdaderas obras maestras de diseño y artesanía.

¿Qué materiales usaba el Barroco?
El material más utilizado es la piedra sillar, sin embargo, para determinados edificios y en especial para los interiores, se usa el mármol de varios colores.

La platería barroca no era simplemente funcional; era un símbolo de estatus, poder y riqueza. Las cortes reales, la aristocracia y la Iglesia encargaban vastas colecciones de objetos de plata, desde vajillas elaboradas y centros de mesa monumentales hasta candelabros intrincados y mobiliario decorativo. Cada pieza estaba diseñada para impresionar, para reflejar la magnificencia del propietario o de la institución.

Índice de Contenido

¿Qué es la Plata Barroca?

La plata de estilo barroco se distingue por una serie de características que la hacen inconfundible. Como era de esperar, presentaba temas y motivos similares a los que se encontraban en otras artes de la época: una exuberante decoración floral y diseños fluidos. Lejos de la simetría y contención del Renacimiento, el Barroco abrazó la asimetría, el movimiento y la profusión decorativa.

Los diseños florales en la platería barroca eran a menudo detallados y realistas, representando hojas, flores y enredaderas que parecían cobrar vida en el metal. Se retorcían y entrelazaban, creando composiciones dinámicas que cubrían gran parte de la superficie del objeto. Este naturalismo botánico se combinaba con una sensación de movimiento constante, lograda a través de líneas curvas y formas onduladas que daban a las piezas una apariencia casi escultural.

Los diseños fluidos, por su parte, evocaban la sensación de agua en movimiento, nubes o formas orgánicas sin límites definidos. Estas formas onduladas y sinuosas se integraban perfectamente con los motivos florales, creando un efecto de unidad y continuidad en la decoración. La superficie del metal rara vez se dejaba lisa; en su lugar, se trabajaba para crear texturas ricas y variadas que capturaban y reflejaban la luz de manera espectacular, aumentando el sentido de drama y opulencia.

La Influencia del Estilo Auricular

La plata barroca fue precedida y notablemente influenciada por el estilo ornamental auricular, muy popular en el norte de Europa, especialmente en los Países Bajos y Alemania, a finales del siglo XVI y principios del XVII. El auricular (también conocido como «lobulado») se caracterizaba por sus fluidos patrones abstractos en relieve. Estas formas a menudo recuerdan a los lóbulos de una oreja o a cartílagos, con superficies lisas y pulidas que contrastan con áreas hundidas y texturizadas, creando un efecto visual intrigante y a veces incluso inquietante.

Aunque el estilo auricular era predominantemente abstracto, su énfasis en las formas fluidas y la manipulación escultural del metal tuvo un impacto directo en el desarrollo de la platería barroca. El Barroco tomó esta fluidez y la aplicó a motivos más figurativos, como los florales y los elementos arquitectónicos distorsionados, pero manteniendo esa sensación de movimiento orgánico y maleabilidad del metal. La transición del auricular al pleno Barroco muestra una evolución de lo abstracto y lobulado hacia lo naturalista y floral, pero conservando la técnica maestra del relieve y la búsqueda de superficies dinámicas.

El Material Protagonista: La Plata

Aunque la pregunta sobre qué materiales usaba el Barroco en general abarcaría una vasta gama (madera, piedra, textiles, metales diversos), en el contexto específico de la platería barroca, el material central e indispensable era, evidentemente, la plata. La elección de la plata no fue casual; sus propiedades la hacían ideal para el tipo de trabajo intrincado y detallado que caracterizó el estilo barroco.

La plata es un metal relativamente blando y maleable, lo que permitía a los plateros dar forma a láminas finas y trabajarlas con herramientas para crear los complejos relieves y las intrincadas decoraciones florales y fluidas. La técnica del repujado (dar forma al metal desde el reverso para crear un relieve en el anverso) y el cincelado (trabajar el metal desde el anverso para definir detalles y texturas) eran fundamentales y se adaptaban perfectamente a la maleabilidad de la plata.

Además de su trabajabilidad, la plata posee un brillo y una reflectividad únicos. En una época donde la iluminación artificial era limitada, la capacidad de la plata para reflejar la luz de velas y lámparas era muy valorada. Las superficies ricamente decoradas de las piezas barrocas, con sus contrastes de luces y sombras creados por los relieves, maximizaban este efecto, haciendo que los objetos parecieran vibrar con vida y opulencia en los interiores a menudo tenues.

Si bien el cuerpo principal de las piezas era de plata maciza, a menudo se utilizaban técnicas complementarias. El dorado (aplicación de una fina capa de oro) era común para resaltar ciertas áreas o para dar la apariencia de oro a piezas de plata, añadiendo un nivel extra de lujo. Sin embargo, el protagonismo en la platería de este estilo recaía firmemente en la plata y en la habilidad del artesano para transformarla.

Técnicas Maestras en la Plata Barroca

La creación de piezas de plata barroca de gran tamaño y complejidad requería un dominio excepcional de diversas técnicas de orfebrería. El repujado era quizás la más característica para lograr los grandes volúmenes y los fluidos relieves. Los plateros trabajaban con martillos y punzones especiales para empujar el metal desde el lado opuesto al diseño final, creando así las formas salientes de flores, hojas y patrones ondulados.

Una vez que el repujado básico estaba completo, se recurría al cincelado. Con cinceles de diferentes formas y tamaños, los artesanos refinaban los contornos, añadían detalles finos a los motivos florales, creaban texturas (como el veteado de las hojas o la superficie de las flores) y definían las áreas hundidas y elevadas. Esta técnica permitía un nivel de detalle asombroso y era crucial para dar vida a los diseños.

¿Qué son las joyas de estilo barroco?
Término general para una ornamentación audaz, recargada y de aspecto recargado . Este estilo de joyería se caracteriza por piezas audaces, recargadas y de aspecto recargado. El término «barroco» se refiere al período comprendido entre 1600 y 1775.

Otras técnicas importantes incluían la fundición para crear elementos tridimensionales como asas, patas de objetos o figuras decorativas que luego se soldaban al cuerpo principal. La soldadura era esencial para ensamblar las diversas partes de objetos complejos como candelabros, jarras o bandejas. El grabado también se utilizaba, aunque quizás menos prominentemente que el relieve, para añadir inscripciones o detalles lineales en áreas más planas.

Objetos Típicos y su Contexto

La platería barroca abarcó una amplia gama de objetos, cada uno reflejando la ostentación de la época. Las vajillas eran especialmente impresionantes, incluyendo platos, fuentes, copas, jarras y cubiertos ricamente decorados. Estas no eran solo herramientas para comer, sino exhibiciones de riqueza en banquetes y ceremonias.

Los candelabros y las lámparas de plata eran fundamentales para iluminar y decorar los interiores, sus superficies pulidas y trabajadas multiplicando la luz de las velas. Los centros de mesa a menudo se convertían en verdaderas esculturas, representando escenas mitológicas, alegóricas o naturales con gran dinamismo.

Otros objetos incluían saleros elaborados, espejos con marcos de plata repujada, cofres y joyeros, e incluso mobiliario como mesas consolas con patas de plata. En el ámbito religioso, cálices, custodias y otros vasos sagrados se realizaban con la misma exuberancia barroca, reflejando la gloria divina.

El contexto de uso de estas piezas era casi siempre ceremonial o de ostentación. Se exhibían en salones, comedores y capillas para impresionar a los invitados y afirmar el estatus social o la devoción religiosa. La posesión de grandes cantidades de plata trabajada era una forma tangible de mostrar riqueza y poder en una sociedad donde el lujo visible era primordial.

Comparativa: Plata Barroca vs. Estilo Auricular

Aunque relacionados por la fluidez, existen diferencias clave basadas en las descripciones proporcionadas:

CaracterísticaPlata BarrocaEstilo Auricular
Motivos PrincipalesDecoración floral, diseños fluidosPatrones fluidos abstractos, lobulados
Naturaleza de los MotivosFigurativa (flores, hojas) y abstracta (fluidos)Principalmente abstracto
Apariencia GeneralExuberante, dinámica, a menudo asimétricaOrgánica, a veces visceral, fluidos "lobulados"
ÉnfasisMovimiento, drama, naturalismo (floral)Fluidez pura, manipulación abstracta del metal
Relación TemporalPrecedida por el Auricular, lo incorpora y evolucionaPrecede al Barroco pleno, influye en su fluidez

Preguntas Frecuentes sobre la Plata Barroca

¿Qué distingue principalmente la plata barroca de estilos anteriores?

La distinción principal radica en su exuberancia, dinamismo y el uso intensivo de diseños fluidos y decoración floral en relieve. Rompe con la simetría renacentista para abrazar el movimiento, el drama y la opulencia visual.

¿De dónde proviene el nombre "auricular" para el estilo que influyó en el Barroco?

El nombre "auricular" proviene de la palabra latina para "oreja" (auricula), ya que los patrones fluidos y lobulados a menudo recuerdan la forma del cartílago de una oreja o de otras partes orgánicas del cuerpo. También se le conoce como estilo "lobulado".

¿Eran funcionales todos los objetos de plata barroca?

Aunque muchos objetos como vajillas o candelabros tenían una función práctica, su diseño y elaboración iban mucho más allá de lo necesario para la utilidad. Eran прежде всего obras de arte y símbolos de estatus, diseñados para ser exhibidos y admirados tanto o más que utilizados en el día a día.

¿Se utilizaban otras técnicas además del repujado y cincelado?

Sí, aunque el repujado y cincelado eran centrales para crear los relieves característicos, también se empleaban la fundición para elementos complejos, la soldadura para ensamblar piezas y, en menor medida, el grabado.

¿La plata barroca se limitaba a Europa?

El estilo barroco se originó en Europa (principalmente en Italia) y se extendió por todo el continente y las colonias americanas. Cada región desarrolló sus propias variantes, pero las características generales de opulencia, fluidez y decoración floral se mantuvieron.

Conclusión

La plata barroca es un testimonio del ingenio y la maestría de los orfebres de una época fascinante. Utilizando la maleabilidad y el brillo de la plata, crearon piezas que capturaban la esencia del Barroco: movimiento, drama, opulencia y una conexión con la naturaleza a través de la exuberante decoración floral. Influenciada por la fluidez abstracta del estilo auricular, la platería barroca llevó estas formas a un nuevo nivel de expresividad figurativa y ornamental.

Estas obras no eran solo objetos; eran manifestaciones de poder, riqueza y fe, diseñadas para deslumbrar y evocar asombro. Hoy en día, la plata barroca sigue siendo admirada por su audacia, su intrincada artesanía y su capacidad para transformar un metal en una expresión artística llena de vida y movimiento. Es un legado brillante de una era que no temió abrazar el exceso y la emoción en la búsqueda de la belleza.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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