¿Qué significa la rana en la cultura precolombina?

El Poporo Quimbaya: Icono de Oro Precolombino

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La orfebrería precolombina de América Latina es un vasto universo de conocimiento, arte y simbolismo. Entre las culturas que destacaron por su excepcional dominio del metal, la Quimbaya ocupa un lugar primordial. Y dentro de la riqueza de su legado, una pieza brilla con luz propia, no solo por su belleza intrínseca, sino por su profundo significado cultural e histórico: el Poporo Quimbaya. Este objeto, más allá de su función práctica, encapsula siglos de tradición, técnica ancestral y una visión del mundo única, convirtiéndose hoy en un símbolo de identidad nacional y en la pieza fundacional de uno de los museos más importantes de Colombia y el mundo: el Museo del Oro.

¿Qué significa la rana en la cultura precolombina?
La rana fue un símbolo importante en todas las culturas indígenas americanas. Entre los mayas, por ejemplo, las ranas eran los músicos del dios de la lluvia Chac. Se creía que una rana, a la que los mayas llamaban uo, venía del cielo con granos de maíz verde en sus intestinos.
Índice de Contenido

¿Qué es el Poporo Quimbaya y cuál era su función?

El Poporo Quimbaya es, ante todo, un recipiente. Pero no un recipiente cualquiera. Fue diseñado y utilizado por individuos de alto rango dentro de la sociedad Quimbaya para un propósito muy específico y ritual: almacenar la cal que se usaba en la masticación ceremonial de las hojas de coca. La práctica de mascar hojas de coca, común en muchas culturas andinas y de otras regiones de América, a menudo implicaba el uso de un alcalinizante, como la cal, para facilitar la liberación de los alcaloides presentes en la planta. El poporo era el contenedor de esta cal.

Para extraer la cal del poporo, se empleaban palillos, que también podían ser elaborados en metal u otros materiales. La combinación de la hoja de coca, la cal del poporo y el acto de la masticación no era meramente recreativa, sino que estaba cargada de simbolismo, asociada a rituales, comunicación con el mundo espiritual, concentración y estatus social.

La Maestría Técnica de la Orfebrería Quimbaya

El Poporo Quimbaya no solo es notable por su función, sino también por la extraordinaria habilidad con la que fue creado. Fue elaborado en tumbaga, una aleación de oro y cobre muy utilizada en la orfebrería precolombina, que en este caso particular presenta un alto contenido de oro. Esta aleación permitía a los orfebres trabajar con el metal a temperaturas más bajas que el oro puro y obtener diferentes tonalidades y durezas.

La técnica principal empleada fue el vaciado a la cera perdida, pero con una complejidad adicional crucial: la inclusión de un núcleo interno. La técnica de la cera perdida es milenaria y consiste en modelar la pieza en cera, recubrirla de arcilla, calentar el molde para que la cera se derrita y salga, y luego verter el metal fundido en el espacio vacío. Una vez frío, se rompe el molde para liberar la pieza.

El Poporo Quimbaya añade la maestría del "vaciado a la cera perdida con núcleo". Esto implicaba crear primero un núcleo interno de arcilla y carbón con la forma del interior deseado de la pieza. Este núcleo se sostenía dentro del molde externo mediante pequeños soportes o tabiques. Luego, se aplicaba la capa de cera entre el núcleo y el molde externo, modelando los detalles de la pieza. Esta técnica permitía crear objetos huecos, más ligeros y con un uso más eficiente del metal precioso, además de posibilitar decoraciones tanto internas como externas.

En el caso específico del Poporo Quimbaya del Museo del Oro, las investigaciones han revelado que fue elaborado en dos fundiciones sucesivas. Una unión cerca de la base indica que la parte inferior, que incluye su compleja base en filigrana fundida con diseño de espirales, fue fundida primero. Esto probablemente se hizo para asegurar la perfección de esta delicada sección. Luego, el resto del cuerpo del recipiente fue fundido. Una gammagrafía de la pieza ha mostrado los orificios remachados de los tabiques que sostenían el núcleo, así como una parte más densa en la base que se corresponde con un cambio de color visible en la superficie, confirmando la técnica de fundición en etapas.

Una vez solidificado el metal y retirado el molde externo y el núcleo interno (este último a través de la boca del recipiente), la pieza fue sometida a un intenso pulimento y bruñido. Este proceso final era fundamental para dar al poporo su característico brillo, un fulgor que los Quimbaya asociaban con el sol y las fuerzas vitales.

Simbolismo y Significado Cultural del Poporo

Como ya se mencionó, el uso del poporo estaba reservado a personas de alto estatus dentro de la comunidad Quimbaya. Poseer y usar un objeto de oro tan elaborado y técnicamente complejo era un claro indicador de poder, prestigio y conexión con el ámbito ritual y espiritual.

La forma del Poporo Quimbaya está inspirada en la del calabazo (Cucurbita lagenaria), un fruto natural que también era y sigue siendo utilizado como recipiente por diversos grupos indígenas. El calabazo, en muchas culturas, está fuertemente asociado con la mujer, la fertilidad, la vida y la abundancia. Al replicar esta forma en metal precioso, los orfebres Quimbaya probablemente infundieron al poporo de metal parte de este profundo simbolismo, conectando el objeto ritual con las fuerzas generativas de la naturaleza.

Más allá de su significado original, el Poporo Quimbaya ha adquirido un simbolismo adicional en la actualidad. Se ha convertido en un poderoso símbolo de la identidad colombiana y del rico patrimonio precolombino del país. Su imagen ha sido utilizada en múltiples ocasiones para representar a Colombia, desde eventos deportivos internacionales como los Juegos Bolivarianos hasta aparecer en el billete y el anverso de la moneda de 20 pesos a fines de la década de 1980. Es un recordatorio tangible de la sofisticación de las sociedades que habitaron el territorio colombiano antes de la llegada de los europeos.

Historia de un Icono: Del Sepulcro al Museo

La historia moderna del Poporo Quimbaya es tan fascinante como su creación. Aunque su hallazgo exacto está rodeado de cierto misterio, investigaciones sugieren que probablemente fue encontrado a mediados del siglo XIX, cerca de Yarumal, Antioquia, en la loma de Pajarito. Se cree que fue parte del ajuar funerario de una tumba, un contexto común para encontrar objetos de oro de alto valor simbólico en las sociedades precolombinas.

El objeto pasó por varias manos antes de llegar a un punto crucial en la historia de la conservación del patrimonio colombiano. El 22 de diciembre de 1939, el Banco de la República adquirió esta pieza de oro. Con un peso de 777.7 gramos y una altura de 23.5 centímetros, el Poporo Quimbaya no solo era una adquisición valiosa, sino que se convirtió en la primera pieza de la colección que daría origen al Museo del Oro. Esta compra marcó el inicio de la labor sistemática de rescate, conservación, estudio y exhibición del patrimonio orfebre precolombino de Colombia, una labor que el Banco de la República ha continuado y expandido a lo largo de las décadas.

¿Qué representa el poporo en la orfebrería Quimbaya?
Algunos grupos indígenas actuales, al igual que diversos pueblos prehispánicos, utilizan calabazos naturales como poporos y asocian simbólicamente estos frutos con la mujer, la fertilidad y la vida.

Identificar la pieza como un Poporo y comprender su significado cultural tomó tiempo, involucrando a generaciones de viajeros, exploradores, arqueólogos e historiadores a lo largo de casi 100 años. Su estudio ha permitido desentrañar no solo su función y técnica, sino también vislumbrar aspectos de la compleja cosmovisión y estructura social del pueblo Quimbaya.

Características Físicas del Poporo Quimbaya

Más allá de su historia y simbolismo, el Poporo Quimbaya es una obra de arte de gran belleza formal. Se destaca por sus proporciones armónicas y la elegancia de su diseño, que imita la forma de un calabazo, pero con refinamientos metálicos.

Sus características principales incluyen:

  • Un cuerpo globular pulido que parece flotar.
  • Una base cónica elaborada con una delicada filigrana fundida, presentando un diseño de espirales.
  • Una "trenza" o anillo decorativo al inicio del cuello.
  • Un adorno superior que corona el cuello, compuesto por cuatro esferas.
  • Dimensiones: 23.5 centímetros de altura.
  • Peso: 777.7 gramos.
  • Material: Tumbaga (aleación de oro y cobre con alto contenido de oro).
  • Técnica: Vaciado a la cera perdida con núcleo, realizado en dos fundiciones sucesivas.

La combinación de la forma natural del calabazo con la sofisticación de las técnicas metalúrgicas crea un objeto único que fusiona lo orgánico y lo artificial, lo ritual y lo estético.

Tabla Resumen: Poporo Quimbaya

CaracterísticaDetalle
CulturaQuimbaya (Cauca Medio - Periodo Temprano)
Cronología200 a.C. - 1000 d.C.
FunciónRecipiente para cal (masticación ritual de coca)
UsuariosPersonas de alto rango
MaterialTumbaga (aleación de oro y cobre)
TécnicaVaciado a la cera perdida con núcleo (dos fundiciones)
Altura23.5 cm
Peso777.7 gramos
Ubicación ActualMuseo del Oro, Bogotá
Significado SimbólicoEstatus, ritualidad, posible asociación con fertilidad/vida (forma de calabazo), símbolo nacional

Preguntas Frecuentes sobre el Poporo Quimbaya

¿Qué es un Poporo Quimbaya?

Es un recipiente ceremonial elaborado por la cultura Quimbaya, utilizado para almacenar cal.

¿Para qué se utilizaba la cal en el Poporo?

La cal se utilizaba en la masticación ritual de hojas de coca para potenciar sus efectos.

¿Quiénes usaban el Poporo Quimbaya?

Estos objetos eran utilizados por personas de alto rango o estatus social dentro de la comunidad Quimbaya.

¿De qué material está hecho el Poporo Quimbaya?

Está elaborado en tumbaga, una aleación de oro y cobre con un alto contenido de oro.

¿Cuál es la técnica de orfebrería utilizada?

La técnica principal es el vaciado a la cera perdida con núcleo interno, realizada en dos fundiciones sucesivas.

¿Por qué es tan famoso el Poporo Quimbaya?

Es famoso por su belleza, sus proporciones armónicas, la maestría de su técnica de elaboración, por haber sido la primera pieza adquirida para la colección del Museo del Oro y por ser un símbolo de la identidad cultural colombiana.

¿Dónde se puede ver el Poporo Quimbaya original?

El Poporo Quimbaya original se encuentra en exhibición en la Sala Cosmología y Simbolismo del Museo del Oro en Bogotá, Colombia.

En conclusión, el Poporo Quimbaya es mucho más que un simple objeto de oro. Es una ventana a la sofisticación tecnológica, la complejidad social y la rica cosmovisión de la cultura Quimbaya. Su historia, desde su probable hallazgo en una tumba hasta su lugar preeminente en el Museo del Oro, subraya su valor incalculable como patrimonio cultural. Como obra de arte, testimonio histórico y símbolo nacional, el Poporo Quimbaya sigue maravillando y enseñando sobre la grandeza de las civilizaciones precolombinas que florecieron en el territorio colombiano.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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