¿Cómo se cura el mate de alpaca?

Curado y Cuidado del Mate de Alpaca

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El mate es mucho más que una simple bebida; es un ritual, un momento de conexión, una tradición arraigada en la cultura de varios países sudamericanos. Y el recipiente en el que se prepara, el mate propiamente dicho, juega un papel fundamental en esta experiencia. Entre los diversos tipos de mates, aquellos que combinan la naturaleza de una calabaza con la elegancia y durabilidad de la alpaca son particularmente apreciados. Sin embargo, para disfrutar plenamente de un mate en un recipiente de calabaza, es esencial realizar un proceso conocido como 'curado'. Aunque la alpaca en sí misma no requiere curación, la calabaza sí, y entender este proceso es clave para asegurar un sabor óptimo y una vida útil prolongada para tu compañero matero.

La alpaca, una aleación de cobre, níquel y zinc, es valorada en la orfebrería y platería por su brillo, resistencia a la corrosión y similitud estética con la plata, a menudo utilizada en las virolas (el borde superior) y los detalles decorativos de los mates de calabaza. Esta combinación crea piezas de gran belleza y valor artesanal.

¿Cómo saber si mi mate es de alpaca?
La alpaca es un poco más brillante y tirando a dorado. El acero brilla, no tanto como la alpaca y es color más tirando a blanco... La alpaca es mucho más cara que el acero, a tener en cuenta cuando te venden un mate de acero por alpaca 🧉🙌
Índice de Contenido

¿Por qué es necesario curar un mate de calabaza?

El curado es un proceso fundamental para los mates fabricados con materiales orgánicos como la calabaza o la madera. Su objetivo principal es sellar los poros del material, eliminar residuos orgánicos que puedan darle un sabor amargo a la infusión y fortalecer las paredes internas. En el caso de la calabaza, este proceso ayuda a desprender el 'hollejo' o membrana interna, preparando el recipiente para absorber y potenciar el sabor de la yerba mate a lo largo del tiempo. La alpaca, al ser un metal, no requiere este tipo de tratamiento; su cuidado se enfoca en mantener su brillo y evitar la oxidación, aunque es bastante resistente a ella.

Proceso detallado para curar tu mate de calabaza con virola de alpaca

El proceso de curado para un mate de calabaza, incluso si tiene una hermosa virola de alpaca, se centra en el interior orgánico. Aquí te describimos los pasos:

  1. Preparación inicial con yerba húmeda: Comienza llenando el mate con yerba mate usada o nueva, previamente humedecida con agua a temperatura ambiente. La idea es que la yerba esté bien empapada, pero sin que el agua rebose. Deja reposar esta mezcla dentro de la calabaza por aproximadamente 24 horas. Este primer paso ayuda a que la humedad ablande las paredes internas y comience el desprendimiento del hollejo.
  2. Primer raspado: Pasadas las 24 horas, vacía completamente el mate. Utiliza una cuchara (idealmente una con borde redondeado para no dañar la calabaza) para raspar suavemente las paredes internas. Notarás que se desprende una capa de tejido vegetal (el hollejo). Raspa con cuidado hasta retirar la mayor cantidad posible.
  3. Repetición con agua tibia: Al día siguiente, repite el proceso. Vuelve a llenar el mate con yerba húmeda (puede ser la misma si aún está en buen estado, o nueva) o simplemente con agua tibia (no hirviendo, idealmente entre 40-50°C). Deja reposar por otras 24 horas.
  4. Segundo raspado: Vacía el mate y vuelve a raspar las paredes internas. Es probable que aún quede hollejo por desprender. Sé paciente y raspa hasta que sientas que la superficie interna está más lisa y limpia.
  5. Repetición final con agua caliente: Para el tercer día, repite el proceso utilizando agua más caliente (sin llegar a hervir, sugerimos entre 70 y 80°C máximo). Llena el mate con yerba húmeda o solo con el agua caliente y deja reposar por 24 horas. El calor ayuda a ablandar aún más los residuos restantes.
  6. Raspado final: Vacía el mate y realiza el último raspado. A estas alturas, las paredes internas deberían estar significativamente más limpias y lisas. Continúa raspando hasta que no quede prácticamente nada más que remover.
  7. Secado: Una vez finalizado el proceso de raspado, enjuaga ligeramente el interior con agua (sin usar jabón) y deja secar el mate completamente al aire libre, boca arriba, en un lugar ventilado. Asegúrate de que esté completamente seco antes de usarlo para evitar la formación de moho.

Opcional: Ahumado para un sabor especial

Algunos materos prefieren darle un toque ahumado a su mate de calabaza una vez que el proceso de raspado ha concluido. Para esto, se puede colocar una pequeña cantidad de una bebida alcohólica fuerte como whisky o cognac dentro de la calabaza, moverla para que impregne bien las paredes internas, y con mucha precaución, encender un fósforo o encendedor para prender fuego al alcohol. Deja que se queme por unos segundos (¡con extremo cuidado para no quemar la calabaza ni a ti mismo!) y luego apaga la llama o deja que se consuma. Este paso le confiere un sabor particular a la infusión.

Cuidados posteriores al curado y uso

Una vez que tu mate de calabaza con virola de alpaca ha sido curado correctamente, el cuidado diario es esencial para mantenerlo en buen estado y asegurar que el sabor del mate mejore con cada cebada.

  • No lavar con detergente: La regla de oro para los mates de calabaza curados es NO lavarlos con detergentes o jabones. Estos productos pueden ser absorbidos por el material orgánico y alterar permanentemente el sabor del mate.
  • Secado después de cada uso: Después de terminar de materar, vacía toda la yerba húmeda del mate. Utiliza una servilleta de papel para secar el interior lo mejor posible. Algunos recomiendan dejar una servilleta de papel nueva dentro del mate para que absorba la humedad residual mientras se seca al aire.
  • Secado al aire: Siempre deja secar tu mate al aire libre o en un lugar bien ventilado, boca arriba, para permitir que la humedad se evapore completamente. Esto previene la aparición de moho, que no solo es desagradable sino que puede arruinar el mate.
  • Evita el exceso de agua: Al cebar, trata de no llenar el mate con agua hasta el borde superior, especialmente si la virola es de alpaca. La virola cumple principalmente una función decorativa y de refuerzo del borde; el contacto constante y prolongado del agua caliente con la unión entre la calabaza y la virola podría, a largo plazo, debilitar el pegamento o la unión. Además, el mate sabe mejor si el agua no llega a la virola.
  • Cuidado de la alpaca: La alpaca es relativamente resistente al deslustre, pero con el tiempo puede perder algo de brillo. Puedes limpiar la virola y las partes de alpaca frotándolas suavemente con un paño seco o, si es necesario, usar un producto específico para limpiar metales (asegurándote de que no entre en contacto con el interior de la calabaza curada) y pulir.

¿Cómo saber si la virola de mi mate es de alpaca?

Identificar si la virola o los detalles de tu mate son de alpaca puede ser útil para su cuidado y para valorar la pieza. Aquí tienes algunas pistas:

  • Apariencia: La alpaca tiene un color blanco plateado, similar a la plata, pero con un tono ligeramente más cálido o amarillento en comparación con la plata pura o el acero inoxidable pulido.
  • Peso: La alpaca es una aleación de metal relativamente densa. Si la virola se siente sólida y tiene un peso perceptible, es más probable que sea alpaca o plata que un metal más ligero o plástico pintado.
  • Brillo: La alpaca puede pulirse a un alto brillo, similar al de la plata. Sin embargo, no mantendrá un brillo 'espejo' tan impoluto como el acero inoxidable a menos que se pula con frecuencia.
  • Tarnishing (Deslustre): A diferencia de la plata, la alpaca no se deslustra (se pone negra) tan fácilmente ni tan intensamente. Puede desarrollar una pátina o un ligero oscurecimiento con el tiempo, especialmente en las zonas de menor roce, pero no llegará al ennegrecimiento característico de la plata oxidada.
  • Sonido: Al golpear suavemente la virola (con cuidado), un sonido metálico claro y resonante puede indicar un metal de calidad como la alpaca o la plata, a diferencia de un sonido sordo.
  • Marcas o Sellos: En piezas de mayor calidad o de artesanos reconocidos, es posible encontrar pequeños sellos o marcas en la virola que indiquen el material ('Alpaca', 'German Silver', 'Alpacca') o la firma del artesano.
  • Prueba de Imán: La alpaca no es magnética. Si un imán se adhiere a la virola, definitivamente no es alpaca (podría ser acero niquelado, por ejemplo).

Si bien la alpaca se asemeja a la plata, es importante recordar que no contiene plata y su valor radica en la aleación y la mano de obra artesanal.

Mate de alpaca vs. Mate de acero: ¿Cuál elegir?

La elección entre un mate con detalles de alpaca (usualmente calabaza o madera) y un mate de acero inoxidable depende en gran medida de las preferencias personales, la prioridad en el ritual matero y el estilo de vida.

CaracterísticaMate de Calabaza con AlpacaMate de Acero Inoxidable
Material PrincipalCalabaza (orgánico)Acero Inoxidable (inorgánico)
Necesidad de CuradoSí (la calabaza)No
SaborDesarrolla un sabor único y personal con el tiempo y el curado. El material orgánico interactúa con la yerba.Sabor neutro. No altera el sabor de la yerba.
Retención de TemperaturaModerada. Puede calentarse al tacto con agua caliente.Excelente (especialmente los de doble pared). Mantiene la temperatura del agua por más tiempo.
Durabilidad GeneralLa calabaza es frágil y puede romperse con golpes. El metal (alpaca) es duradero. Requiere más cuidado.Muy alta. Resistente a golpes y caídas.
Facilidad de LimpiezaRequiere secado cuidadoso. No se lava con jabón. Propenso a moho si no se seca bien.Muy fácil. Se puede lavar con agua y jabón. Higiénico.
EstéticaTradicional, artesanal, cada pieza es única. La alpaca añade un toque de elegancia clásica.Moderna, limpia, uniforme. Diversidad de colores y acabados.
PesoVariable, generalmente ligero (la calabaza) con el peso del metal.Generalmente más pesado, especialmente los térmicos.
CostoVariable, puede ser más elevado si es una pieza artesanal de calidad con mucha alpaca.Variable, desde muy económicos hasta gama alta con tecnología térmica avanzada.

Si valoras la tradición, el desarrollo de un sabor personal en tu mate, la singularidad de una pieza artesanal y disfrutas del ritual del curado y el cuidado posterior, un mate de calabaza con virola de alpaca es una excelente elección. Si, por el contrario, priorizas la practicidad, la facilidad de limpieza, la durabilidad extrema, la higiene y la capacidad de mantener la temperatura por largo tiempo sin necesidad de curado, un mate de acero inoxidable podría ser más adecuado para ti.

¿Qué es mejor, mate de alpaca o acero?
👉🏼 El ACERO mantiene su brillo a lo largo del tiempo, y es muy sencillo de mantener. Lo bueno de estos dos materiales es que son MÁS DURADEROS para la virolas, así tus #mates te acompañaran más tiempo. 👌

Preguntas Frecuentes sobre el Curado y Mates de Alpaca

¿Cuánto tiempo dura el proceso de curado?

El proceso básico descrito (3 días) es suficiente para la mayoría de los mates de calabaza. Sin embargo, algunos materos prefieren extenderlo por unos días más, repitiendo los pasos de remojo y raspado, para asegurarse de que el hollejo se desprenda por completo y la calabaza quede bien 'curtida'.

¿Puedo usar mi mate de calabaza inmediatamente después de curarlo?

Sí, una vez que el mate ha sido curado y está completamente seco, ya está listo para ser usado. De hecho, usarlo con regularidad es parte del 'curado continuo' que mejora el sabor con el tiempo.

¿Qué pasa si aparece moho en mi mate de calabaza?

La aparición de moho suele ser por no secar correctamente el mate después de usarlo. Si es solo superficial y en las primeras etapas, puedes intentar limpiarlo raspando suavemente la zona afectada y secando muy bien. Si el moho es extenso o ha penetrado el material, lamentablemente, puede ser difícil de eliminar por completo y podría ser necesario descartar el mate, ya que el moho puede ser perjudicial para la salud.

¿La alpaca necesita algún mantenimiento especial además de la limpieza?

La alpaca es bastante resistente. Evitar el contacto prolongado con sustancias ácidas (como el jugo de limón, que a veces se usa para limpiar metales) es recomendable. Para mantener su brillo, un pulido ocasional con un paño suave suele ser suficiente. Si se deslustra, existen limpiadores específicos para alpaca o metales plateados que se pueden usar con precaución, evitando el contacto con el interior curado.

¿El curado afecta la virola de alpaca?

No, el proceso de curado se enfoca en el interior de la calabaza. El contacto con la yerba húmeda o el agua no debería dañar la virola de alpaca. Lo importante es secar bien la parte metálica después de cada uso, como se haría con cualquier otro objeto de metal.

Conclusión

El curado de un mate de calabaza, especialmente aquellos embellecidos con alpaca, es un paso esencial para preparar el recipiente para la noble tarea de cebar mate. Aunque la alpaca aporta belleza y durabilidad a la estructura, el proceso de curación se centra en el alma orgánica del mate, la calabaza, transformándola de un simple fruto seco en un compañero fiel que enriquecerá el sabor de tu yerba con cada uso. Conociendo cómo curarlo, cuidarlo y apreciar sus características, podrás disfrutar plenamente de la experiencia de un mate tradicional en un recipiente de gran valor estético y cultural.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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