¿Qué es el trabajo de orfebrería?

Descubre 5 Metales Preciosos Clave

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En el fascinante universo de la orfebrería y la platería, ciertos elementos destacan por su belleza intrínseca, su rareza y su resistencia al paso del tiempo. Son los metales preciosos, materiales codiciados desde la antigüedad para crear objetos de adorno, símbolos de estatus y reserva de valor. Aunque existen otros metales con ciertas propiedades valiosas, un grupo selecto de cinco es universalmente reconocido y utilizado en la alta joyería y la artesanía fina. Conocerlos es adentrarse en la esencia misma de la riqueza y la maestría artesanal.

Índice de Contenido

¿Qué Define a un Metal Precioso?

No cualquier metal con brillo es considerado precioso. La denominación se basa en una combinación de factores clave: su rareza en la corteza terrestre, su belleza y lustre natural, su resistencia a la corrosión y oxidación (lo que garantiza su durabilidad) y, a menudo, su ductilidad y maleabilidad, propiedades que los hacen aptos para ser trabajados en formas complejas sin romperse.

Los 5 Metales Preciosos Fundamentales

Si bien la lista puede variar ligeramente dependiendo del contexto (geología, economía, etc.), en el ámbito de la orfebrería y la inversión, los cinco metales que indiscutiblemente ocupan este sitial de honor son el oro, la plata, el platino, el paladio y el rodio. Cada uno posee cualidades únicas que los hacen valiosos y deseables.

1. Oro: El Rey Eterno

El Oro (Au) es quizás el más conocido y universalmente apreciado de los metales preciosos. Su historia está entrelazada con la de la humanidad, siendo utilizado como moneda, adorno y símbolo de poder y divinidad en casi todas las culturas. Químicamente, es un metal blando, maleable y dúctil, lo que significa que puede ser laminado en láminas extremadamente finas (pan de oro) o estirado en hilos delgados. Es notablemente resistente a la corrosión y no se oxida ni deslustra, manteniendo su brillo característico a lo largo del tiempo.

Su pureza se mide en quilates (k), donde 24k representa oro puro (99.9% Au). Sin embargo, el oro puro es demasiado blando para la joyería de uso diario, por lo que se alea con otros metales como cobre, plata, zinc o níquel para aumentar su dureza y crear diferentes colores (oro amarillo, blanco, rosa). Las aleaciones comunes para joyería son 18k (75% Au) y 14k (58.3% Au).

Usos principales: Joyería, inversión (lingotes, monedas), electrónica, odontología.

2. Plata: El Reflejo de la Luna

La Plata (Ag) ha sido valorada durante milenios por su hermoso lustre blanco metálico y su alta reflectividad. Es el metal con la mayor conductividad eléctrica y térmica de todos, lo que le confiere importantes usos industriales. En orfebrería, es un metal muy versátil, maleable y dúctil, aunque más duro que el oro puro.

A diferencia del oro, la plata tiende a deslustrarse (oxidarse) al reaccionar con el sulfuro de hidrógeno presente en el aire, formando una capa oscura de sulfuro de plata. Para la joyería y la platería, se utiliza comúnmente la plata esterlina (.925), que es una aleación compuesta por 92.5% de plata pura y 7.5% de otros metales, usualmente cobre, para mejorar su dureza y durabilidad. También existen aleaciones de mayor pureza como .950 o .999 (plata pura, usada a veces en inversión o piezas artísticas).

Usos principales: Joyería, cubertería, platería, fotografía (histórico), electrónica, espejos, medicina.

3. Platino: La Rareza Elegante

El Platino (Pt) es significativamente más raro que el oro y la plata. Pertenece al grupo de metales del platino (MGP), que incluye también al paladio, rodio, rutenio, iridio y osmio. Es un metal denso, resistente a la corrosión y a las altas temperaturas, y es hipoalergénico, lo que lo hace ideal para personas con piel sensible. Su color es un blanco plateado natural que no deslustra.

El platino utilizado en joyería suele tener una pureza muy alta, a menudo superior al 90% (ej. Pt950), lo que contribuye a su elevado precio. Es más duro y denso que el oro, lo que dificulta su trabajo pero también lo hace más duradero para engastes de piedras preciosas. Su extracción es costosa y compleja, lo que añade a su valor.

Usos principales: Joyería (especialmente para anillos de compromiso y piezas de alta gama), catalizadores automotrices, industria química, medicina, electrónica.

4. Paladio: El Ascenso Silencioso

El Paladio (Pd) es otro miembro del grupo del platino y ha ganado prominencia en las últimas décadas, superando incluso al oro en precio en ciertos momentos debido a su alta demanda industrial, especialmente en catalizadores automotrices. Es un metal blanco plateado, ligero y más maleable que el platino, aunque más duro que el oro puro.

Al igual que el platino, es resistente a la corrosión y no se deslustra. Es hipoalergénico. Aunque menos tradicional que el platino en joyería, su uso ha aumentado debido a su durabilidad, su color blanco brillante y, a veces, un precio más accesible que el platino puro. Se utiliza a menudo en aleaciones de oro blanco para darle su coloración.

Usos principales: Catalizadores automotrices, electrónica, odontología, joyería (cada vez más), industria química.

5. Rodio: El Toque Final de Brillo

El Rodio (Rh) es el más raro y, a menudo, el más caro de los metales del grupo del platino y de todos los metales preciosos. No se utiliza en estado sólido para fabricar joyas debido a su extrema dureza y fragilidad, sino que se emplea principalmente como un baño o recubrimiento electroquímico.

El baño de rodio confiere a las piezas (especialmente de oro blanco o plata) un acabado blanco brillante y muy reflectante, además de aumentar su durabilidad y resistencia al deslustre y los arañazos. Es el responsable del brillo intenso y duradero de muchos anillos y otras joyas de oro blanco. Es un metal muy difícil de extraer y procesar, lo que explica su altísimo precio.

Usos principales: Recubrimientos (baño de rodio en joyería, espejos de alta calidad), catalizadores automotrices (cruciales para reducir emisiones), contactos eléctricos.

Comparativa de los 5 Metales Preciosos

Para visualizar mejor las diferencias entre estos metales, aquí presentamos una tabla comparativa con algunas de sus propiedades clave:

MetalSímboloColorDensidad (g/cm³)Dureza (Mohs)Resistencia a CorrosiónUsos Principales en OrfebreríaPrecio Relativo (vs Oro)
OroAuAmarillo (puro) / Varias aleaciones19.32.5 - 3 (puro) / Mayor en aleacionesExcelenteJoyería, inversiónBase (1x)
PlataAgBlanco plateado10.52.5 - 3 (puro) / Mayor en aleacionesModerada (se deslustra)Joyería, platería, cuberteríaBajo (~0.01-0.02x)
PlatinoPtBlanco plateado21.454 - 4.5ExcelenteJoyería de alta gama, engastesAlto (~0.8-1.2x, variable)
PaladioPdBlanco plateado12.024.5 - 5ExcelenteJoyería (creciente), aleaciones de oro blancoAlto (~0.8-1.5x, variable)
RodioRhBlanco brillante12.416ExcelenteRecubrimientos (baño de rodio)Muy Alto (~5-10x, variable)

*Nota: Los precios relativos son aproximados y fluctúan constantemente en los mercados globales.

¿Por Qué Son Tan Apreciados en Joyería?

Más allá de su valor monetario, estos metales son fundamentales en la orfebrería por varias razones. Su durabilidad garantiza que las piezas perduren a través de generaciones. Su maleabilidad y ductilidad permiten a los artesanos crear diseños intrincados y detallados. Su resistencia a la corrosión asegura que las joyas mantengan su belleza y brillo sin deteriorarse fácilmente. Además, sus colores y lústres únicos ofrecen una paleta rica para complementar y realzar la belleza de las piedras preciosas.

El uso de aleaciones es clave para adaptar las propiedades de los metales puros a las necesidades específicas de la joyería. Por ejemplo, el oro blanco es una aleación que imita el aspecto del platino pero con una trabajabilidad y costo diferentes, a menudo requiriendo un baño de rodio para lograr un blanco más puro y brillante.

Preguntas Frecuentes sobre Metales Preciosos

¿Son estos los únicos metales preciosos?

En un sentido estricto, metales como el rutenio, iridio y osmio (también del grupo del platino) también son raros y valiosos, pero su uso en orfebrería es mínimo o nulo debido a sus propiedades (ej. fragilidad, toxicidad). El término 'metales preciosos' se refiere más comúnmente a los cinco mencionados, más el rutenio, iridio y osmio en contextos más técnicos.

¿Cuál es el metal precioso más caro?

Históricamente, el platino ha sido a menudo el más caro, pero en los últimos años, el rodio ha superado con creces a todos los demás debido a su extrema rareza y alta demanda industrial. El paladio también ha rivalizado o superado al precio del oro. La fluctuación de los mercados es constante.

¿Por qué el oro blanco se pone amarillo con el tiempo?

El oro blanco es una aleación de oro amarillo con metales blancos como níquel, paladio o plata. Su coloración no es un blanco puro por naturaleza. La mayoría de las joyas de oro blanco reciben un baño de rodio para lograr ese acabado blanco brillante. Con el uso, esta capa de rodio se desgasta, revelando el tono ligeramente amarillento o grisáceo de la aleación de oro blanco subyacente. Un nuevo baño de rodio restaura su brillo blanco.

¿La plata esterlina es plata pura?

No, la plata esterlina es una aleación con 92.5% de plata pura y 7.5% de otros metales (generalmente cobre). La plata pura es demasiado blanda para la mayoría de las aplicaciones de joyería y platería.

¿El platino es mejor que el oro para joyería?

Depende de las preferencias. El platino es más denso, más duradero (aunque se raya, el material no se pierde como en el oro), hipoalergénico y mantiene su color blanco sin necesidad de baño. El oro es más versátil en colores (amarillo, rosa, blanco aleado), generalmente más fácil de trabajar y puede ser más accesible. Ambos son excelentes opciones de alta gama.

Conclusión

El Oro, la Plata, el Platino, el Paladio y el Rodio son los pilares del mundo de los metales preciosos utilizados en orfebrería y platería. Cada uno, con su historia, propiedades y aplicaciones únicas, contribuye a la rica tradición y la innovación constante en la creación de objetos de arte y belleza que perduran a través del tiempo. Conocerlos no solo enriquece nuestra apreciación por las joyas y objetos de valor, sino que también nos conecta con la fascinación ancestral de la humanidad por estos extraordinarios dones de la tierra.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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