La Península Ibérica guarda secretos milenarios bajo su tierra, testigos de culturas que florecieron y desaparecieron dejando apenas un rastro. Uno de los más fascinantes y valiosos es, sin duda, el Tesoro del Carambolo, un conjunto de piezas de oro que ha redefinido nuestra comprensión de la antigua Tartessos y sus contactos con el Mediterráneo oriental. Su descubrimiento casual en 1958 no solo reveló una riqueza material y artística insospechada, sino que también abrió un debate académico que perdura hasta hoy: ¿Es tartésico, es fenicio, o es el resultado de una fusión cultural única?

- Contexto Histórico: Tartessos y el Contacto Oriental
- El Hallazgo Fortuito en el Cerro del Carambolo
- Composición y Características del Tesoro
- La Maestría de la Orfebrería Antigua
- Análisis Detallado de las Piezas Principales
- Interpretaciones y Controversias: ¿Cuál era su Función?
- La Estatua de Astarté de Sevilla: Un Hallazgo Asociado
- ¿Dónde se Encuentra el Original del Tesoro del Carambolo?
- Conservación y Desafíos Futuros
- Resumen de las Piezas del Tesoro del Carambolo
- Preguntas Frecuentes sobre el Tesoro del Carambolo
- Conclusión
Contexto Histórico: Tartessos y el Contacto Oriental
Hacia el año 1000 a.C., diversas culturas se asentaron en la Península Ibérica, destacando la que hoy conocemos como Tartessos. Aunque su ubicación exacta sigue siendo objeto de estudio, su foco principal se situaba en las actuales provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla. Esta civilización mantuvo estrechos contactos con pueblos navegantes del Mediterráneo, especialmente los fenicios, quienes fundaron la ciudad de Gadir (Cádiz) alrededor del 1000 a.C., estableciendo un templo a la diosa Astarté.
La relación entre tartesios y fenicios era fundamentalmente comercial. Los fenicios, atraídos por la riqueza en materias primas del territorio, intercambiaban conocimientos y productos. Fue un proceso de aculturación mutua: los locales aprendieron técnicas avanzadas de agricultura, ganadería y, crucialmente, metalurgia, además de adquirir nuevas especies como la vid, el olivo o las gallinas. A cambio, los tartesios proveían a los fenicios de minerales, especialmente plata, cobre y, por supuesto, oro.

Durante mucho tiempo, el estudio de la cultura tartésica estuvo marcado por la frustración ante la escasez de restos arqueológicos significativos. La propia identidad de esta cultura, a menudo envuelta en leyendas como la del rey Argantonio, era puesta en tela de juicio. El hallazgo del Tesoro del Carambolo supuso un punto de inflexión radical, aportando evidencia tangible de una sociedad con una capacidad artística y una riqueza material extraordinarias, cuyas características parecían claramente alineadas con lo que se esperaba de la enigmática Tartessos o, quizás, de sus influyentes vecinos fenicios.
El Hallazgo Fortuito en el Cerro del Carambolo
La historia del descubrimiento del Tesoro del Carambolo es tan fascinante como las piezas que lo componen. A solo tres kilómetros de Sevilla capital, en el término municipal de Camas, se elevan unos pequeños cerros conocidos como los carambolos. En uno de ellos se ubicaba La Real Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla, que en 1958 emprendió obras de ampliación para un torneo internacional.
La leyenda de un tesoro en el lugar existía desde antiguo, pero nadie le daba crédito real. El 30 de septiembre de 1958, un obrero llamado Alonso Hinojo del Pino, siguiendo las indicaciones del arquitecto para profundizar unos 15 cm más el terreno donde iría una terraza, encontró algo inusual casi a ras de superficie: un brazalete de oro de 24 quilates. Al notar que le faltaba un adorno, él y sus compañeros continuaron excavando.
La sorpresa fue mayúscula cuando encontraron un recipiente de barro cocido, una especie de lebrillo, que contenía muchas más piezas. Lamentablemente, el recipiente se rompió al sacarlo, mezclándose con restos de cerámica del entorno, lo que impidió su posterior reconstrucción. Inicialmente, los trabajadores pensaron que las piezas eran burdas imitaciones de latón o cobre y no les dieron mayor valor. Incluso se las repartieron, y uno de ellos llegó a doblar y romper una pieza para demostrar que no era oro. El temor a consecuencias legales, sin embargo, hizo que finalmente entregaran los objetos encontrados.
La directiva del Tiro de Pichón contactó al arqueólogo y catedrático Juan de Mata Carriazo y Arroquia, una de las mayores autoridades en estudios tartésicos de la época. Mata Carriazo examinó las piezas y confirmó su incalculable valor arqueológico y material. Describió el hallazgo con emoción:
El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo y un estado de conservación satisfactorio, salvo algunas violencias ocurridas en el momento del hallazgo (...) Un tesoro digno de Argantonio
Mata Carriazo dató inicialmente las piezas entre los siglos VII y VIII a.C., aunque investigaciones posteriores sugieren que pudieron ser elaboradas dos siglos antes y enterradas deliberadamente en el siglo VI a.C. El uso de la referencia a Argantonio, el mítico rey tartésico, evocaba la tradición de Heinrich Schliemann, el descubridor de Troya, de asociar hallazgos con figuras legendarias para destacar su importancia.
Las piezas fueron encontradas enterradas en una estructura que contenía abundantes huesos de animales y cerámica del tipo que, a raíz del hallazgo, se denominó precisamente “carambolo”. Este contexto ritual o de culto es clave para entender una de las posibles funciones del tesoro.
Composición y Características del Tesoro
El Tesoro del Carambolo es un conjunto homogéneo y de gran riqueza artística. Está compuesto por 21 objetos de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Aunque se mencionan materiales como el latón en algunas descripciones de piezas individuales, la consistencia del peso total en oro puro es un dato fundamental.
Las 21 piezas se distribuyen de la siguiente manera:
- 16 placas rectangulares
- 2 pectorales
- 1 collar
- 2 brazaletes
La variedad de funciones que sugieren estas piezas (ornamento personal, ajuar ritual) se refleja en la diversidad de técnicas orfebres empleadas en su elaboración, demostrando un dominio excepcional del trabajo del oro en la antigüedad.

La Maestría de la Orfebrería Antigua
El Tesoro del Carambolo es un testimonio impresionante de la habilidad técnica de los artesanos que lo crearon. Se emplearon diversas técnicas avanzadas para la época, lo que contribuye al debate sobre su filiación cultural, ya que algunas parecen tener origen local y otras, claras influencias orientales, especialmente fenicias o chipriotas.
Entre las técnicas identificadas se encuentran:
- Fundido a la cera perdida: Utilizado para dar forma a piezas complejas como los pectorales o los brazaletes.
- Laminado: Para obtener finas láminas de oro que luego se trabajaban.
- Troquelado: Para crear motivos repetitivos en relieve, como las semiesferas o rosetas.
- Soldado: Para unir diferentes partes de las piezas, esencial en la elaboración de brazaletes o cadenas.
- Filigrana: Uso de finísimos hilos de oro para crear intrincados diseños decorativos, visible en los colgantes del collar.
- Granulado: Aplicación de diminutas esferas de oro para formar patrones, una técnica de gran precisión.
- Microsoldadura: Técnica avanzada para unir elementos pequeños como hilos o gránulos sin dañar el oro circundante.
Algunas piezas presentan concavidades que sugieren la posible incrustación original de turquesas, piedras semipreciosas o materiales vítreos, añadiendo aún más color y riqueza al conjunto. La combinación de estas técnicas, algunas de tradición local y otras claramente orientales, refuerza la idea de una interacción cultural intensa en la zona.
Análisis Detallado de las Piezas Principales
Cada pieza del tesoro es una obra de arte en sí misma, con características y decoración distintivas.
Los Pectorales
Miden aproximadamente 15,50 cm de longitud y 10,20 cm de anchura. Su forma recuerda a una piel de toro estilizada, un posible símbolo religioso o ritual asociado al culto a deidades como Baal. La ornamentación alterna cenefas de semiesferas con umbo (protuberancia central) y cenefas semicirculares en escama. Están realizados en oro (y posiblemente latón en partes internas o de soporte) mediante fundición a la cera perdida.
Los Brazaletes
Con unos 11 cm de altura y 12 cm de diámetro, tienen una estructura cilíndrica formada por una lámina de oro enrollada y soldada. Su decoración consiste en una alternancia de cenefas de rosetas y semiesferas, separadas por cordones de hilo de oro. También se utilizó la fundición a la cera perdida.
El Collar
Mide 28 cm de longitud. La cadena es de tipo “loop-loop”, una técnica de origen oriental. Cuenta con un pasador bicónico del que penden ocho cadenillas finas. Originalmente, estas cadenillas sostenían ocho colgantes huecos, aunque uno se ha perdido. Estos colgantes ovalados están profusamente decorados con motivos geométricos y florales realizados en filigrana. Al ser huecos, contienen un elemento móvil que les permite funcionar como pequeños cascabeles, sugiriendo un uso en movimiento, quizás en ceremonias o danzas.
Las Placas Rectangulares
Son las más numerosas (16 piezas), con un tamaño aproximado de 11 cm de largo y 4,50 cm de ancho, aunque varían ligeramente entre sí. Todas presentan una estructura similar con ornamentación basada en cenefas longitudinales que alternan rosetas y semiesferas, separadas por tiras de púas o cordones de hilos. La variación principal entre ellas es el número de cenefas horizontales. Están realizadas en oro (y latón) mediante fundición a la cera perdida.
Interpretaciones y Controversias: ¿Cuál era su Función?
El Tesoro del Carambolo no solo es un enigma por su origen cultural, sino también por su función. Las diversas teorías reflejan la complejidad del hallazgo:
- Ajuar de un Dignatario: La interpretación inicial y una de las más extendidas es que se trataba del ajuar personal de un importante personaje, posiblemente un rey, un jefe o un sacerdote. La riqueza y el esplendor de las piezas sugieren un alto estatus. Algunos, basándose en la posible división decorativa en dos grupos, proponen que pudo pertenecer a dos personas.
- Exorno para Toros Sagrados: Una interpretación más reciente, apoyada por el contexto del hallazgo (junto a huesos de animales) y paralelos arqueológicos y etnográficos, sugiere que algunas piezas, especialmente los pectorales y las placas, podrían haber sido utilizadas para adornar toros u otros animales sagrados en rituales.
- Ajuar Ritual o Exvoto: La presencia de huesos de animales y la estructura oval donde se halló el tesoro apuntan a un espacio de culto o ritual. Se ha propuesto que las piezas formaran parte de un ajuar utilizado en sacrificios a deidades como Baal y Astarté. La inscripción de la cercana estatua de Astarté (ver siguiente sección) refuerza esta idea. Un exvoto sería una ofrenda realizada a una divinidad en agradecimiento o cumplimiento de una promesa.
Las palabras de Juan de Mata Carriazo, "digno de Argantonio", aunque evocadoras, inclinaron inicialmente la balanza hacia una interpretación tartésica y de ajuar real. Sin embargo, las investigaciones posteriores, incluyendo análisis químicos del oro y el estudio de las técnicas orfebres, han complejizado el panorama. Los análisis isotópicos han demostrado que el oro es de procedencia local, probablemente de las mismas minas que abastecieron a las comunidades que construyeron los dólmenes de Valencina de la Concepción, también en Sevilla, miles de años antes (3000 a.C.).
Este origen local del oro, combinado con el uso de técnicas claramente fenicias y la identificación de posibles estructuras de culto fenicio en la zona, lleva a la conclusión de que el Tesoro del Carambolo es el producto de una cultura mixta, donde la materia prima local (oro tartésico) fue trabajada con técnicas orientales (fenicias), posiblemente al servicio de ritos o dignatarios locales influenciados por las prácticas religiosas fenicias.

La Estatua de Astarté de Sevilla: Un Hallazgo Asociado
Junto al Tesoro del Carambolo se encontró también una pequeña escultura de bronce conocida como la Astarté de Sevilla o Astarté de El Carambolo. Aunque menos espectacular visualmente que el oro, esta pieza es de una importancia histórica y epigráfica inmensa.
La estatua destaca por la inscripción fenicia en su pedestal, considerada la más antigua existente hasta la fecha en las colonias occidentales, datada en el siglo VIII a.C. La inscripción es un exvoto, una ofrenda a la diosa Astarté, realizada por dos hermanos, Baal-yatón y Abd-Baal, hijos de Damilku y nietos de Yishal, en agradecimiento porque la diosa escuchó sus plegarias.
La presencia de esta estatua con una clara dedicatoria a Astarté, una deidad fenicia, en el mismo contexto arqueológico que el tesoro de oro, refuerza significativamente la hipótesis de que el tesoro estaba relacionado con un santuario o un espacio de culto dedicado a esta diosa, o quizás a la pareja Baal y Astarté, divinidades principales del panteón fenicio.
¿Dónde se Encuentra el Original del Tesoro del Carambolo?
Esta es una de las preguntas más frecuentes y que genera mayor interés. Dado su incalculable valor histórico, artístico y material (casi 3 kg de oro de 24 quilates), la seguridad del Tesoro del Carambolo es una prioridad absoluta. Por ello, las piezas originales no se exponen de forma permanente al público.
Actualmente, el Tesoro original se encuentra celosamente guardado en la caja fuerte de un banco, bajo estrictas medidas de seguridad.
Sin embargo, para permitir que el público pueda admirar la belleza y la complejidad de estas piezas, se han realizado réplicas de altísima fidelidad que sí se exhiben. La réplica más conocida y completa se puede contemplar en el Museo Arqueológico de Sevilla, ubicado en la Plaza de América, dentro del Parque de María Luisa. Aunque no son las piezas originales, la calidad de la reproducción permite apreciar todos los detalles de la orfebrería.
En ocasiones puntuales y bajo circunstancias de seguridad excepcionales, algunas piezas originales han sido expuestas temporalmente. Por ejemplo, parte del tesoro original fue exhibido durante varios meses en 2012 en el propio Museo Arqueológico de Sevilla, pero posteriormente regresó a su lugar seguro debido a que las instalaciones del museo no cuentan con las óptimas medidas de seguridad para una exposición permanente de un ajuar de esta exclusividad. La pugna entre instituciones (Ayuntamiento y Junta de Andalucía) por adecuar un espacio adecuado para su exposición permanente sigue vigente.
Además de en Sevilla, se pueden encontrar reproducciones del Tesoro del Carambolo en otros lugares, como el Ayuntamiento de Sevilla o el Museo Arqueológico Nacional en Madrid, aunque la réplica del Museo Arqueológico de Sevilla es la más completa y representativa del conjunto.

Conservación y Desafíos Futuros
Mientras el tesoro de oro se conserva bajo las máximas medidas de seguridad, el yacimiento donde fue encontrado presenta una situación menos ideal. El Cerro del Carambolo sigue en manos privadas y, a pesar de su relevancia histórica, no ha sido objeto de una excavación arqueológica sistemática y completa. Las ruinas del posible santuario o espacio ritual donde se halló el tesoro están cubiertas por un "búnker" de arena para protegerlas, una práctica común cuando no hay recursos para excavar y conservar adecuadamente los restos en superficie. La falta de financiación ha impedido hasta ahora la puesta en valor de este sitio arqueológico fundamental.
La investigación sobre el Tesoro del Carambolo continúa. Los avances en técnicas de análisis no destructivo y la reevaluación constante de los hallazgos en su contexto histórico y cultural siguen arrojando luz sobre su significado. La interacción entre tartesios y fenicios, la función religiosa o política del tesoro, y la propia identidad de la cultura que lo produjo son temas que aún generan debate y nuevas hipótesis.
Resumen de las Piezas del Tesoro del Carambolo
| Pieza | Cantidad | Características Principales | Técnicas |
|---|---|---|---|
| Placas Rectangulares | 16 | Alargadas, ornamentación con rosetas y semiesferas en cenefas longitudinales. | Fundido a la cera perdida, laminado, troquelado, soldado. |
| Pectorales | 2 | Forma de piel de toro estilizada, decoración con semiesferas y escamas. | Fundido a la cera perdida, troquelado, soldado. |
| Collar | 1 | Cadena tipo loop-loop, pasador bicónico, 8 cadenillas con colgantes huecos (7 conservados) con filigrana y función de cascabel. | Fundición a la cera perdida, filigrana, granulado, microsoldadura. |
| Brazaletes | 2 | Estructura cilíndrica, ornamentación con rosetas y semiesferas en cenefas, separadas por cordones. | Fundido a la cera perdida, laminado, soldado, troquelado. |
Preguntas Frecuentes sobre el Tesoro del Carambolo
A continuación, respondemos algunas de las dudas más comunes sobre este fascinante hallazgo:
¿Dónde está el original del Tesoro del Carambolo?
El Tesoro original, compuesto por 21 piezas de oro de 24 quilates y un peso de 2.950 gramos, se encuentra guardado en una caja fuerte de banco por motivos de seguridad. No está expuesto permanentemente al público.
¿Qué piezas componen el Tesoro del Carambolo?
El tesoro está formado por 21 objetos de oro: 16 placas rectangulares, 2 pectorales, 1 collar y 2 brazaletes. Todos son de oro de 24 quilates y fueron elaborados con técnicas avanzadas de orfebrería antigua.
¿Cuánto pesa el Tesoro del Carambolo?
El peso total del Tesoro del Carambolo es de 2.950 gramos (2,95 kg) de oro de 24 quilates.
¿Qué representa o para qué servía el Tesoro del Carambolo?
Su función exacta no está totalmente clara y existen varias teorías. Podría haber sido el ajuar de un dignatario (rey, jefe o sacerdote), parte de un ajuar ritual utilizado en sacrificios o ceremonias religiosas (posiblemente dedicadas a Baal y Astarté, dadas las asociaciones), o incluso adornos para animales sagrados (como toros). El contexto del hallazgo junto a huesos de animales y cerámica sugiere una relación con un espacio de culto.
¿Puedo ver el Tesoro del Carambolo?
Sí, pero lo que se expone habitualmente son réplicas de alta calidad. La réplica más completa y representativa se exhibe en el Museo Arqueológico de Sevilla. También se pueden encontrar reproducciones en otros lugares como el Ayuntamiento de Sevilla o el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El original solo se expone en contadas ocasiones especiales y temporales debido a su valor y la necesidad de medidas de seguridad extremas.
Conclusión
El Tesoro del Carambolo es mucho más que un conjunto de objetos preciosos; es una ventana abierta a una época fascinante de la historia de la Península Ibérica, marcada por la riqueza, la habilidad artesanal y el intenso intercambio cultural entre Tartessos y los pueblos orientales. Su estudio continuo, las técnicas sofisticadas que revela y los enigmas que plantea, lo convierten en una pieza clave de la arqueología y la orfebrería antigua. Mientras esperamos que algún día pueda ser expuesto permanentemente en condiciones óptimas, las réplicas nos permiten acercarnos a la belleza y el misterio de este tesoro que, pese a su peso en oro, tiene un valor histórico y cultural incalculable.
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