¿Dónde se fabrican las joyas de filigrana?

Platería y Orfebrería de Chiapas: Tesoros Únicos

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Chiapas es un estado de México mundialmente reconocido por su riqueza cultural y la diversidad de sus artesanías. Si bien es famoso por sus textiles vibrantes, alfarería tradicional y talla en madera, existe una rama de la artesanía que brilla con luz propia, a menudo combinada con otros elementos locales: la platería y orfebrería chiapaneca. Este arte del metal precioso, pasado de generación en generación, no solo crea objetos de gran belleza, sino que cuenta historias de sincretismo cultural, habilidad manual y la profunda conexión con los recursos naturales de la región, especialmente el ámbar.

La tradición de trabajar los metales en Chiapas tiene raíces que se hunden en tiempos prehispánicos, donde diversas culturas desarrollaron técnicas para manipular oro y otros metales con fines ornamentales y rituales. Con la llegada de los españoles, se introdujeron nuevas herramientas y técnicas, como el repujado y la filigrana, que se fusionaron con el conocimiento local. La plata, abundante en México, se convirtió en el metal protagonista, dando origen a una escuela de platería que, en Chiapas, adquirió características distintivas, influenciadas por la cosmovisión indígena y la disponibilidad de materiales únicos como el ámbar de Chiapas.

¿Qué ciudad es famosa por la filigrana?
Trabajo de filigrana de Cuttack , conocido popularmente como Tarakasi, es un tipo de alambre artístico finamente diseñado en plata y oro de Cuttack, la ciudad más antigua de Odisha.
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San Cristóbal de las Casas: Corazón de la Platería Chiapaneca

Si hay un lugar emblemático para la platería y orfebrería en Chiapas, ese es sin duda San Cristóbal de las Casas. Esta ciudad colonial, con su atmósfera mística y sus calles empedradas, alberga numerosos talleres y joyerías donde los artesanos transforman lingotes de plata y trozos de ámbar en verdaderas obras de arte. Pasear por sus mercados y tiendas es adentrarse en un mundo de brillo y color, donde cada pieza parece tener su propia historia que contar.

En San Cristóbal, la platería no es solo un oficio, es una forma de vida. Muchos talleres son negocios familiares donde los secretos y las habilidades se transmiten de padres a hijos. Los visitantes pueden tener la oportunidad de ver a los artesanos trabajando, observando la paciencia y precisión con la que martillan, sueldan y pulen la plata, o cómo engastan delicadamente las piedras de ámbar.

Materiales que Dan Vida a las Creaciones

La plata es el metal principal utilizado en la platería chiapaneca. Generalmente se trabaja con plata .925, conocida como plata esterlina, que garantiza una alta calidad y durabilidad. Sin embargo, lo que realmente distingue a la platería de Chiapas es su frecuente y magistral combinación con otros materiales locales.

El protagonista indiscutible en esta combinación es el ámbar de Chiapas. Este fósil vegetal, extraído principalmente de las minas de Simojovel, es famoso por su calidad y su vibrante gama de colores, que van desde los amarillos pálidos y dorados intensos hasta los rojizos profundos e incluso tonos verdosos o azulados (aunque estos últimos son menos comunes). La calidez y transparencia del ámbar contrastan maravillosamente con el brillo frío de la plata, creando piezas de joyería y objetos decorativos únicos en el mundo. La inclusión de insectos o vegetación fosilizada dentro del ámbar añade un valor y fascinación adicionales a la pieza.

Aunque en menor medida que el ámbar, ocasionalmente se pueden encontrar piezas de orfebrería chiapaneca que incorporan otras piedras semipreciosas locales o de otras regiones de México, como el jade (también con presencia histórica en Chiapas), la obsidiana o el lapislázuli, pero es la dupla plata-ámbar la que define gran parte de su identidad.

Técnicas Ancestrales y Modernas

Los plateros de Chiapas dominan diversas técnicas, algunas heredadas de la época colonial y otras desarrolladas localmente o adaptadas a sus materiales y diseños. Entre las más destacadas se encuentran:

La Filigrana: Hilos de Magia

La filigrana es una de las técnicas más apreciadas y delicadas. Consiste en retorcer finísimos hilos de plata, a menudo combinando hilos lisos con otros retorcidos, para crear intrincados encajes y patrones calados. Estos hilos se sueldan cuidadosamente sobre una base de plata o entre sí para formar estructuras ligeras y etéreas. La filigrana requiere una paciencia extrema y una habilidad manual excepcional, resultando en piezas que parecen bordados de metal, con un aire clásico y elegante.

El Repujado: Dando Volumen al Metal

El repujado es la técnica de dar forma y volumen a una lámina de metal martillando desde el reverso para crear un relieve en el anverso. Los artesanos utilizan diversas herramientas con puntas redondeadas o cinceles para "empujar" el metal y modelar figuras, patrones o texturas. Esta técnica permite crear detalles finos y dar una sensación tridimensional a la superficie de la plata, siendo común en placas, cajas, marcos o elementos decorativos de la joyería.

Vaciado y Modelado

Otras técnicas incluyen el vaciado a la cera perdida o en moldes, que permite crear formas sólidas y complejas, a menudo utilizadas para figuras, dijes o componentes estructurales de las piezas. El modelado directo, el martillado para dar forma a láminas o alambres, y el pulido son pasos esenciales en el proceso creativo.

Engaste de Piedras

La técnica de engaste es crucial, especialmente al trabajar con el ámbar. Los artesanos deben dominar la forma de fijar las piedras de manera segura y estética, utilizando biseles, garras o cavidades que resalten la belleza natural del ámbar sin dañarlo. El engaste de ámbar en plata es un arte en sí mismo, ya que cada pieza de ámbar es única en forma y tamaño.

Diseños con Identidad Chiapaneca

Los diseños en la platería de Chiapas a menudo reflejan la riqueza cultural y natural del estado. Se pueden encontrar motivos inspirados en la flora y fauna local, símbolos prehispánicos y religiosos, elementos geométricos o representaciones de la vida cotidiana. Las cruces de San Juan, con sus diseños florales o calados, son un ejemplo icónico. Los dijes y pendientes con formas de animales como jaguares, quetzales o mariposas son muy populares. La combinación de plata con ámbar permite jugar con el contraste de materiales y colores, dando como resultado piezas vibrantes y llenas de vida.

La Combinación Perfecta: Plata y Ámbar

La fusión de plata y ámbar en la joyería chiapaneca no es casualidad. Representa la unión de dos elementos preciosos que coexisten en el territorio. La plata aporta estructura, brillo y durabilidad, mientras que el ámbar añade calidez, color y una conexión con la historia geológica de la región. El contraste entre el metal frío y la resina orgánica crea una estética única, que se ha convertido en un sello distintivo de la artesanía de Chiapas. Los artesanos seleccionan cuidadosamente cada pieza de ámbar para que encaje perfectamente en el diseño de plata, creando una armonía visual que es a la vez elegante y rústica.

Comparando Técnicas Comunes en la Platería Chiapaneca

TécnicaDescripciónResultado TípicoDificultad
FiligranaCreación de patrones con hilos finos de plata soldadosPiezas ligeras, caladas, apariencia de encajeAlta
RepujadoModelado de relieves en láminas de plata desde el reversoSuperficies con textura y volumen, figuras elevadasMedia a Alta
VaciadoFundición de plata en moldesFormas sólidas, detalladas, a menudo tridimensionalesMedia
EngasteFijación de piedras (especialmente ámbar) al metalJoyería con gemas, combinación de materialesMedia (varía según la piedra y el engaste)

Cómo Identificar Plata y Ámbar Auténticos de Chiapas

Dada la popularidad de estas artesanías, es importante saber cómo reconocer piezas auténticas. Para la plata, busca el sello .925, que indica que la pieza contiene 92.5% de plata pura. Aunque no todas las piezas artesanales llevan este sello, es un buen indicador de calidad. Para el ámbar, el ámbar auténtico de Chiapas es ligero. Una prueba sencilla (aunque no infalible) es frotarlo vigorosamente contra un paño de lana; si es auténtico, se cargará electrostáticamente y podrá atraer pequeños trozos de papel o cabello. También, el ámbar auténtico no se derrite fácilmente; si se calienta con cuidado (una aguja caliente), desprenderá un olor a resina de pino, no a plástico. Observa inclusiones naturales, burbujas irregulares y la variación de color dentro de la misma pieza. Comprar en talleres establecidos o joyerías con buena reputación en lugares como San Cristóbal de las Casas es la mejor garantía de adquirir piezas auténticas y de calidad, apoyando directamente a los artesanos locales.

Preguntas Frecuentes sobre la Platería y Orfebrería de Chiapas

¿El ámbar de Chiapas es de buena calidad?

Sí, el ámbar de Chiapas es mundialmente reconocido por su calidad, antigüedad (aproximadamente 25 millones de años) y la belleza de sus inclusiones y colores.

¿Cómo debo limpiar mi joyería de plata con ámbar?

Para la plata, usa un paño especial para pulir plata. Evita limpiadores líquidos o químicos que puedan dañar el ámbar. El ámbar se limpia suavemente con un paño húmedo y se seca inmediatamente. Evita la exposición a perfumes, lacas para el cabello y productos químicos fuertes.

¿Dónde es el mejor lugar para comprar estas artesanías?

El mejor lugar es directamente en los talleres de los artesanos o en joyerías de confianza en San Cristóbal de las Casas. También puedes encontrar piezas en mercados de artesanías, pero es recomendable informarse sobre la procedencia y la autenticidad.

¿Se utiliza oro en la orfebrería de Chiapas?

Aunque la plata es predominante, ocasionalmente se pueden encontrar piezas que combinan plata y oro, o piezas pequeñas de oro. Sin embargo, la tradición más fuerte y accesible es la de la platería, especialmente la que combina plata con ámbar.

¿Qué diferencia a la platería de Chiapas de la de otros estados de México?

La principal diferencia radica en la frecuente y destacada combinación de la plata con el ámbar de Chiapas, así como en los diseños que a menudo incorporan elementos de la iconografía y naturaleza local, dándole un carácter distintivo y regional.

La platería y orfebrería de Chiapas es mucho más que simple joyería; es una expresión del alma de un estado rico en historia, cultura y belleza natural. Cada pieza elaborada con maestría artesanal y el brillo único del ámbar narra una tradición que perdura y se renueva, ofreciendo al mundo un pedacito del tesoro chiapaneco.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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