¿Cuánto cuesta una coronilla de oro?

El Oro en la Orfebrería: Joyas Reales y Costos

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El oro y la plata han fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, no solo por su belleza intrínseca y durabilidad, sino también por el valor que les hemos otorgado. Desde la antigüedad, estos metales preciosos han sido la base de la orfebrería y la platería, transformados por hábiles artesanos en objetos de adorno personal, utensilios ceremoniales y, quizás lo más emblemático, símbolos de poder y realeza.

El valor del oro puede manifestarse de formas muy diversas en nuestra vida cotidiana. Un ejemplo práctico y moderno de su uso se encuentra en la odontología, donde una 'coronilla de oro' es una restauración dental. El costo de este tipo de aplicación puede variar significativamente dependiendo de factores como el peso del oro, la complejidad del trabajo y la ubicación geográfica. A modo de referencia, la información proporcionada sugiere rangos de precios y opciones de financiamiento disponibles en ciertos mercados:

PlazoCosto por Mes*Costo de FinanciamientoTotal
24 meses$41.06$285.60$985.60
18 meses$50.75$213.50$913.50
12 meses$71.05$152.60$852.60
9 meses$90.84$117.60$817.60
6 meses$131.01$86.10$786.10
3 meses$251.76$55.30$755.30

* Incluye costo de financiamiento mensual. No incluye costos de envío. Opciones sin intereses pueden estar disponibles con tarjetas bancarias específicas.

¿Cuánto cuesta una coronilla de oro?
Opciones de compra y productos PlusOpciones de compra y productos PlusPlazo**Por mesTotal12 meses$71.05*$852.609 meses$90.84*$817.606 meses$131.01*$786.103 meses$251.76*$755.30

Sin embargo, más allá de las aplicaciones personales o prácticas, el oro y la plata alcanzan su máximo esplendor y simbolismo en las Joyas de la Corona. Estos objetos, que suelen incluir la Corona, el Cetro y otros regalia, no son meros adornos; son la encarnación material del derecho al cargo, la continuidad de una dinastía y la historia misma de una nación. Pertenecen al soberano y se transmiten al siguiente monarca, constituyendo el 'iura regalia'.

Índice de Contenido

Las Joyas de la Corona Española: Un Valor Histórico

En España, las joyas reales más representativas son la corona y el cetro real, consideradas parte esencial de las joyas de la corona española. Estas piezas son custodiadas por el Patrimonio Nacional y se resguardan en la cámara acorazada del Palacio Real de Madrid. Su uso es estrictamente ceremonial, saliendo de la cámara solo en ocasiones trascendentales como la proclamación o el fallecimiento de un rey. A diferencia de la realeza británica, por ejemplo, la corona española no se coloca sobre la cabeza del monarca; en España, los reyes se proclaman, no se coronan, una tradición que se remonta a la monarquía electiva del Reino de Asturias.

El valor material en metales y piedras preciosas de la corona actual no es excepcionalmente alto, ya que está fabricada en plata dorada. Su verdadero valor reside en su inmensa carga histórica y su profundo significado como símbolo nacional. Esta corona comenzó a usarse en las proclamaciones con el reinado de Isabel II y fue encargada por Carlos III al platero madrileño Fernando Velasco, quien grabó su firma en el metal. Se utilizó por primera vez en la proclamación de Isabel II y posteriormente en las de Alfonso XVII, Alfonso XVIII y Juan Carlos I.

¿Dónde se encuentran las joyas de la corona?
La mayoría de las joyas de la Corona de la dinastía Mehmet Alí se encuentran en el Museo del Palacio de Abdín en El Cairo.

El cetro español, por su parte, posee mayor valor por sus componentes y antigüedad. Originario del reinado de Felipe IV, es un bastón cilíndrico de 68 cm revestido de plata con esmaltes azules. Anillos de rubíes lo adornan cada 20 cm y termina en un cristal de roca tallado en forma de rombos. Inicialmente un bastón de mando militar, con el tiempo se transformó en el símbolo del poder de la monarquía española.

Aunque existieron muchas otras joyas reunidas por las dinastías de los Austrias y los Borbones, la mayoría ha desaparecido a lo largo de los siglos. Las pocas que quedan son conservadas por Patrimonio Nacional.

Tesoros Reales Alrededor del Mundo

Las joyas de la corona se encuentran en diversas formas y ubicaciones a lo largo y ancho del planeta, reflejando la rica historia y las tradiciones de las monarquías que aún existen o existieron. Su resguardo varía, a menudo encontrándose en palacios, museos o cámaras de seguridad bancarias.

  • Uganda: Tras la restauración de algunas monarquías en los 90, las joyas reales, a menudo tambores sagrados, se guardan en los palacios de las capitales estatales.
  • Nigeria: Las joyas de la corona se custodian generalmente en la capital de cada Estado.
  • Asante (Ghana): El Taburete Sagrado de Oro (Sika 'dwa) simboliza el poder del Asantehene y se guarda junto a otras joyas en el Palacio Real en Kumasi.
  • Etiopía: Las joyas del emperador Haile Selassie y la emperatriz Menem Asfaw están en el Palacio Nacional en Adís Abeba. Las de dinastías anteriores se hallan en iglesias.
  • Danhomè (Benín): Una vasta colección de insignias reales se conserva en Abomey, Patrimonio de la Humanidad. Muchos artículos saqueados están en museos en Francia.
  • Burundi: El emblema real tradicional es el tambor Karyenda, guardado en santuarios especiales.
  • México: Las joyas del Segundo Imperio (Maximiliano I), incluyendo la Corona Imperial y diademas de la Emperatriz Carlota, se encuentran en el Castillo de Chapultepec. El trono del Primer Imperio (Agustín I) está en la Catedral Metropolitana. Las joyas precolombinas están en el Museo del Oro de Bogotá (Colombia) y el Museo Oro del Perú (Perú).
  • Araucanía (Chile/Francia): Una corona hecha de acero repujado se exhibe en el Museo de los Reyes de Araucania en Francia.
  • Brasil: La corona imperial de Pedro II y otras joyas se guardan en el Palacio Imperial de Petrópolis, ahora Museo Imperial.
  • Vietnam: El gran sello imperial y la espada de los emperadores Nguyen, cedidos a las autoridades comunistas en 1945.
  • Tailandia: Las joyas se guardan en el Gran Palacio en Bangkok y se usan solo en coronaciones.
  • Malasia: En un estado federal con varias monarquías, las joyas se guardan en los palacios respectivos y las joyas de la Corona federal en Istana Negara (Palacio Nacional) en Kuala Lumpur.
  • Laos: Las joyas de la Corona se encuentran en el Palacio Real de Luang Prabang.
  • Japón: Los Tres Tesoros Sagrados (Sanshu no Jingi) consisten en la espada Kusanagi, la joya Yasakani no magatama y el espejo Yata no kagami. Se guardan en capillas Shinto y el palacio imperial.
  • Indonesia: Las insignias reales se guardan en los Kraton o istana de las 23 o más cortes reales existentes.
  • India: La corona imperial, realizada por los británicos, se custodia en la Torre de Londres.
  • Irán: Considerada la colección más valiosa del mundo, las joyas imperiales se exhiben en el banco central en Teherán. Incluye piezas de las dinastías Safavid, Qajar y Pahlavi, con tronos y numerosas tiaras y joyas.
  • China: Los sellos imperiales, símbolo de la autoridad del cielo, se guardan en la Ciudad Prohibida o el Museo del Palacio Nacional.
  • Brunéi: Las joyas de la Corona se custodian en el Royal Regalia Building en Bandar Seri Begawan.
  • Myanmar: Los tesoros de la dinastía Konbaung, incluyendo el Trono del Gran León, se guardan en el Museo Nacional de Rangún.
  • Alemania:
    • Baviera: Las joyas (Corona de Baviera, corona de la reina, espada, orbe, cetro) están en el Tesoro del Palacio Residenz en Múnich.
    • Prusia: Guardadas en el Palacio de Charlottenburg en Berlín, incluyen las coronas de Federico I y Guillermo I, cetro y orbe.
    • Wurtemberg: La corona (oro, diamantes, perlas, esmeraldas) y una diadema de diamantes están en el Museo de Wurtemberg en Stuttgart. La corona no se llevaba, solo para proclamación.
  • Austria: Las extensas y antiguas joyas de la Corona Austríaca (desde el siglo X al XIX), incluyendo la corona imperial, el manto, el orbe y el cetro, así como las joyas del Sacro Imperio Romano, se guardan en la Schatzkammer (Tesoro Imperial) en el Palacio Imperial de Hofburg en Viena. La colección se divide en seis partes temáticas.
  • República Checa: Las joyas de la Corona de Bohemia y la Corona de San Venceslao se guardan en el Castillo de Praga y se muestran raramente. Hecha para Carlos IV en 1346, pesa 2,475 kg y tiene un diseño único. Existe una leyenda sobre el destino de los usurpadores que la portan.
  • Dinamarca: Las joyas de la Corona (coronas de Cristián IV y V, de reinas, cetro, espada, orbe, crismera) y collares de órdenes se guardan en el castillo de Rosenborg en Copenhague desde 1680. La espada de Cristián III data de 1551.
  • Finlandia: Una corona diseñada en 1918 para un rey propuesto, pero nunca usada debido al cambio político a república. Una réplica hecha en los 90 se conserva en un museo en Kemi. Está hecha de plata dorada y lleva el león rampante de Finlandia en lugar de un orbe.
  • Francia: La mayoría de las joyas de la Corona Francesa fueron vendidas en 1885 por la Tercera República. Las piezas supervivientes, a menudo re-adornadas con cristal, se exhiben en el Museo del Louvre en París.
  • Grecia: Las joyas de la Corona elaboradas para el primer rey Otón (de Baviera) fueron devueltas a Grecia en 1959 por la casa Wittelsbach. No se usan para coronaciones, ya que los monarcas griegos no se coronan, pero permanecen en el país.
  • Hungría: La Sacra Corona de Hungría (Corona de San Esteban), utilizada desde el siglo XI, se considera la representación misma de Hungría. Se guarda en el Museo Nacional de Hungría en Budapest desde 2000.
  • Irlanda: Las joyas de la Corona Irlandesa (insignias de la Orden de San Patricio) fueron robadas del castillo de Dublín en 1907, un caso aún sin resolver.
  • Italia:
    • Lombardía: La Corona de Hierro está en la Catedral de Monza.
    • Reino de Italia (1861-1946): Las joyas están custodiadas en el Banco de Italia debido a una disputa legal sobre la propiedad con la familia Saboya. Su valor se estima en más de 2,5 billones de euros.
  • Noruega: Las joyas (coronas del rey, reina y príncipe, espada del reino, cetros, orbes, trompa ungida, prendas de coronación, estandartes, tronos) se guardan en el Palacio del Arzobispo en Trondheim.
  • Países Bajos: Las joyas (corona real, cetro, orbe, espada de estado, estandarte real) son relativamente recientes (encargadas en 1840) y simbolizan la autoridad del monarca y el territorio.
  • Polonia: La única parte conservada de las joyas Piast es la espada de coronación Szczerbiec, en el Castillo de Wawel en Cracovia. La mayoría fueron robadas. Una corona hecha para Augusto II en 1697 se muestra en el castillo Real de Dresde, Alemania.
  • Portugal: La corona real, creada en 1817 en Brasil, se guarda junto a otros objetos reales en el Palacio de Ajuda en Lisboa.
  • Reino Unido:
    • Inglaterra: Las joyas de Inglaterra (ahora del Reino Unido) se guardan en la Torre de Londres.
    • Escocia: Las joyas (Honores de Escocia) y la Piedra de Scone se encuentran en el Castillo de Edimburgo.
    • País de Gales: Las joyas originales se han perdido. La corona de Llywelyn se conservó entre 1284 y 1649.
  • Rumanía: Las joyas (Corona de Acero, Corona de Elisabetta, Corona de la Reina María) se muestran en el Museo Nacional de Historia en Bucarest.
  • Rusia: La Gran Corona Imperial y otras piezas se custodian en el Museo del Kremlin en Moscú. Pedro el Grande fundó el Fondo de Diamantes en 1719 para albergar estos tesoros estatales, declarándolos inviolables.
  • Serbia: Las joyas fueron creadas en 1904 para Pedro I, usando bronce de un cañón histórico como gesto simbólico. Fueron hechas en París por la firma Falise.
  • Suecia: Las joyas de la Corona se guardan en la cámara acorazada del Tesoro Real en el Palacio Real de Estocolmo. No se usan desde 1907, pero se exhiben en ceremonias. Incluyen objetos antiguos como la espada de Gustavo Vasa y la corona, orbe, cetro y llave del rey Erico XIV.

Preguntas Frecuentes

¿Cuánto cuesta una coronilla de oro?
El costo de una coronilla dental de oro varía según el proveedor, la complejidad y los planes de pago disponibles. La información proporcionada muestra rangos totales entre aproximadamente $755 y $985 dólares, dependiendo del plazo de financiamiento elegido, sin incluir costos de envío.

¿Cuál es el objeto más caro del Louvre?
La Mona Lisa\n\n Es la obra de arte más emblemática del mundo y también la más cara. En 1962, las aseguradoras valoraron la Mona Lisa en 100 millones de dólares. Hoy en día, eso equivale a unos 860 millones de dólares. En realidad, el Louvre jamás se desprendería de esta obra, lo que la convierte en algo invaluable.

¿Dónde están guardadas las joyas de la corona española?
Las joyas de la corona española, como la corona y el cetro, son custodiadas por Patrimonio Nacional y se encuentran guardadas en la cámara acorazada del Palacio Real de Madrid.

¿Dónde se encuentran las joyas de la corona en general?
Las joyas de la corona, que simbolizan el poder real, se encuentran resguardadas en una variedad de lugares alrededor del mundo, incluyendo palacios reales, museos nacionales, castillos históricos y cámaras acorazadas de bancos centrales, dependiendo del país y su historia.

Ya sea en una pequeña aplicación práctica o en la magnificencia de un tesoro real, el oro y la plata continúan siendo metales de gran valor, tanto material como simbólico, en el vasto y fascinante mundo de la orfebrería y la platería.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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