¿Qué pasó en la época virreinal en el Perú?

El Fascinante Mundo de la Orfebrería

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Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha sentido una profunda atracción por los metales, especialmente por aquellos que brillan con un resplandor único: el oro y la plata. Esta fascinación dio origen a oficios tan nobles y antiguos como la orfebrería y la platería, artes que consisten en trabajar estos metales para crear objetos de belleza, utilidad o simbolismo. No se trata simplemente de fundir y moldear; es un proceso complejo que combina conocimiento técnico, destreza manual, paciencia infinita y una visión artística para dar vida a piezas que trascienden el tiempo.

La orfebrería, centrada tradicionalmente en el oro, y la platería, enfocada en la plata, comparten un legado histórico vastísimo, entrelazado con el desarrollo de civilizaciones a lo largo y ancho del planeta. Desde las tumbas faraónicas de Egipto, repletas de adornos de oro macizo, hasta las elaboradas joyas de las culturas precolombinas en América, o la suntuosa platería de las cortes europeas, el trabajo de los metales preciosos siempre ha sido un indicador de poder, estatus, devoción religiosa y, sobre todo, de una inigualable capacidad creativa.

¿Qué metales utilizaron en la orfebrería inca?
El cobre y sus aleaciones, la plata y el oro fueron metales ampliamente utilizados.

Este arte no solo ha producido objetos de adorno personal como collares, brazaletes y anillos, sino también utensilios ceremoniales, objetos decorativos para el hogar, mobiliario e incluso armaduras y armamento finamente trabajados. Cada pieza cuenta una historia, reflejando las creencias, la estética y la tecnología de la época y la cultura en la que fue creada. Adentrarse en el mundo de la orfebrería y la platería es descubrir un universo donde la materia inerte se transforma en expresiones palpables de arte y patrimonio.

Índice de Contenido

Una Historia con Raíces Antiguas

El descubrimiento de los metales y la forma de trabajarlos marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. El oro y la plata, por su maleabilidad y resistencia a la corrosión, fueron de los primeros en ser valorados y trabajados. Las evidencias más antiguas de orfebrería se remontan a miles de años antes de Cristo, con hallazgos en el antiguo Egipto y en civilizaciones de Mesopotamia.

En América, culturas como la Moche, la Nazca o la Chimú en el antiguo Perú, o los Aztecas y Mayas en Mesoamérica, alcanzaron niveles de maestría asombrosos en el trabajo del oro, la plata y el cobre. Crearon máscaras funerarias, pectorales, orejeras, narigueras y figuras rituales de una complejidad y belleza que aún hoy nos maravillan. Estas piezas no solo eran estéticamente impresionantes, sino que también estaban cargadas de un profundo simbolismo religioso y social.

Durante la época colonial, la platería adquirió una gran relevancia en América Latina. La abundancia de minas de plata impulsó el desarrollo de talleres donde artesanos locales, influenciados por estilos europeos pero manteniendo técnicas y motivos propios, produjeron una vasta cantidad de objetos religiosos, domésticos y decorativos. Las iglesias se adornaron con cálices, custodias y retablos de plata, mientras que las casas de la élite se llenaron de vajillas, bandejas y candelabros plateados. Esta fusión de técnicas y estilos dio lugar a una rica tradición platera que perdura hasta nuestros días.

Materiales Preciosos: El Alma del Oficio

El oro y la plata son los protagonistas indiscutibles de la orfebrería y la platería. Sus propiedades físicas y químicas los hacen ideales para ser trabajados:

  • Oro: Es el metal más maleable y dúctil conocido. Puede estirarse en hilos extremadamente finos o laminarse hasta obtener láminas casi transparentes. Es inalterable al aire y la mayoría de los ácidos, lo que le confiere una durabilidad excepcional. Su brillo cálido y su rareza lo han convertido en símbolo de riqueza y divinidad a lo largo de la historia. Se mide su pureza en quilates (kt), siendo 24kt oro puro.
  • Plata: Es el metal con mayor conductividad eléctrica y térmica. Es más abundante que el oro pero también muy maleable y dúctil. A diferencia del oro, la plata reacciona con el azufre del aire, lo que provoca que se empañe o "ennegrezca" con el tiempo, un proceso conocido como sulfuración. Su brillo blanco y versatilidad la han hecho popular para joyería, objetos decorativos y utilitarios. Su pureza se mide en milésimas, siendo la plata de ley 925 (92.5% plata pura).

Aunque el oro y la plata son los principales, otros metales como el cobre, el bronce e incluso el platino también se utilizan en este arte, a menudo como aleaciones para dar mayor dureza o cambiar el color de la pieza, o como metales base para baños o decoraciones.

Técnicas Fundamentales del Maestro Artesano

La belleza de una pieza de orfebrería o platería reside tanto en el metal como en la habilidad del artesano para manipularlo. A lo largo de los siglos, se han desarrollado numerosas técnicas, algunas de las cuales requieren una destreza y paciencia extraordinarias:

  • Fundición: Es el proceso de calentar el metal hasta que se vuelve líquido y verterlo en un molde para darle una forma deseada. Existen diversas técnicas de fundición, incluida la cera perdida, que permite crear formas complejas y detalladas.
  • Forja: Consiste en dar forma al metal golpeándolo con martillos sobre un yunque, generalmente mientras el metal está caliente para facilitar su maleabilidad. Es una técnica fundamental para crear formas básicas y estructuras.
  • Cincelado y Burilado: Son técnicas de grabado. El cincelado utiliza cinceles y martillos para marcar o modelar la superficie del metal, creando relieves o texturas. El burilado utiliza un buril, una herramienta de acero con punta afilada, que se empuja o golpea para cortar líneas o retirar material de la superficie, creando diseños grabados.
  • Repujado: Técnica que consiste en trabajar el metal desde el reverso con herramientas especiales para crear un relieve en la parte frontal. Permite obtener formas tridimensionales a partir de una lámina de metal.
  • Filigrana: Una técnica delicada que implica trabajar con hilos muy finos de metal, a menudo retorcidos, para crear diseños intrincados y calados. Los hilos se sueldan entre sí para formar patrones complejos, como encajes metálicos. Requiere una precisión y paciencia extremas.
  • Soldadura: Proceso esencial para unir diferentes partes de una pieza. Se utiliza una aleación de soldadura con un punto de fusión más bajo que el metal base, aplicada con soplete.
  • Pulido y Acabado: Una vez que la pieza ha sido formada y decorada, se somete a un proceso de pulido para darle brillo y eliminar imperfecciones. Se pueden aplicar diferentes acabados, como matizado, texturizado o baños de otros metales.

Cada una de estas técnicas requiere años de práctica y dedicación para ser dominada. Un maestro orfebre o platero es, ante todo, un artesano con un conocimiento profundo de los materiales y las herramientas, y una habilidad manual excepcional.

Comparación de Metales: Oro vs. Plata

CaracterísticaOroPlata
Símbolo QuímicoAuAg
Color NaturalAmarillo (puro)Blanco (puro)
Maleabilidad y DuctilidadMuy AltaAlta
Resistencia a la CorrosiónMuy Alta (no se empaña)Moderada (se empaña)
Conductividad Térmica/EléctricaBuenaExcelente (la mejor)
DensidadAlta (más denso que la plata)Alta
Medida de PurezaQuilates (kt)Millesimal (.925, .950, etc.)
Usos ComunesJoyería fina, inversión, electrónica, odontologíaJoyería, cubertería, objetos decorativos, electrónica, fotografía
Punto de Fusión1064 °C961.8 °C

Ambos metales son valiosos y se trabajan en orfebrería y platería, pero sus diferencias en propiedades y comportamiento determinan a menudo su uso y el tipo de acabado que se les aplica. La plata, al ser más reactiva, requiere más cuidado para evitar el empañamiento, mientras que el oro, especialmente en altas purezas, mantiene su brillo inalterable.

El Valor Cultural y Artístico

Más allá de su valor intrínseco como metales preciosos, las piezas de orfebrería y platería poseen un inmenso valor cultural y artístico. Han servido como símbolos de poder y riqueza, adornando reyes y emperadores; han sido elementos centrales en rituales religiosos, desde cruces y cálices hasta estatuillas y ofrendas; y han embellecido hogares y espacios públicos, reflejando el gusto estético de diferentes épocas. Son, en sí mismas, documentos históricos que nos hablan de la tecnología, la economía, la religión y la sociedad de quienes las crearon y usaron.

Coleccionar orfebrería antigua o contemporánea es preservar una parte de esta rica herencia. Cada pieza es el resultado de horas de trabajo, de la aplicación de técnicas perfeccionadas a lo largo de generaciones y de la expresión de una creatividad individual o colectiva. Son objetos que no solo son visualmente atractivos, sino que también evocan historias y tradiciones.

Cuidado y Mantenimiento de tus Tesoros Metálicos

Para preservar la belleza y el valor de tus piezas de orfebrería y platería, es fundamental cuidarlas adecuadamente:

  • Almacenamiento: Guarda las piezas individualmente en estuches blandos o bolsas de tela para evitar rayones, especialmente si son de plata, para minimizar su exposición al aire y reducir el empañamiento.
  • Limpieza: Utiliza productos de limpieza específicos para oro o plata, o métodos caseros suaves como agua tibia con jabón neutro. Para la plata empañada, existen paños especiales o soluciones limpiadoras. Evita el uso de materiales abrasivos.
  • Uso: Quítate las joyas de metales preciosos antes de realizar tareas domésticas, usar productos químicos fuertes, nadar en piscinas (el cloro puede dañarlos) o hacer ejercicio.
  • Manejo: Manipula las piezas con cuidado para evitar golpes o deformaciones, especialmente aquellas con detalles delicados como filigrana o engastes de piedras.

Un cuidado regular y adecuado garantizará que estas obras de arte metálicas conserven su esplendor a lo largo del tiempo, pudiendo ser disfrutadas por futuras generaciones.

Preguntas Frecuentes sobre Orfebrería y Platería

¿Cuál es la diferencia entre orfebrería y platería?

Históricamente, la orfebrería se refería al trabajo del oro y metales preciosos en general, mientras que la platería se centraba específicamente en la plata. Hoy en día, los términos a menudo se usan indistintamente para referirse al arte de trabajar metales preciosos, aunque orfebrería puede implicar un enfoque en joyería y objetos más pequeños, mientras que platería puede incluir objetos de mayor tamaño como bandejas, vajillas o elementos decorativos.

¿Qué significan los números en las piezas de oro o plata?

Estos números indican la pureza del metal. En el oro, se usan los quilates (kt) o milésimas. 24kt o 999 significa oro puro (99.9%). 18kt o 750 significa que la aleación contiene 75% de oro. En la plata, se usan milésimas. La plata de ley más común es 925, que significa que contiene 92.5% de plata pura y 7.5% de otros metales (generalmente cobre) para darle dureza. 950 es una aleación más pura con 95% de plata.

¿Por qué la plata se pone negra?

La plata se oscurece o empaña debido a una reacción química con el azufre presente en el aire, en la piel o en algunos materiales. Esta reacción forma sulfuro de plata en la superficie, que es de color oscuro. Es un proceso natural llamado sulfuración.

¿Es lo mismo chapado en oro/plata que oro/plata maciza?

No, no es lo mismo. Una pieza maciza está hecha completamente del metal precioso (o su aleación). Una pieza chapada o bañada tiene un metal base (a menudo cobre o latón) cubierto por una capa delgada de oro o plata, aplicada mediante procesos electrolíticos. Las piezas macizas tienen un valor mucho mayor y son más duraderas.

¿Cómo puedo saber si una pieza es realmente de oro o plata?

Las piezas legítimas de metales preciosos suelen llevar sellos o contrastes que indican su pureza (quilates o milésimas) y a menudo la marca del fabricante o del taller. Sin embargo, la verificación definitiva requiere pruebas químicas o análisis por parte de un experto.

El arte de la orfebrería y la platería es un testimonio de la habilidad, la paciencia y la dedicación de los artesanos a lo largo de la historia. Cada objeto creado es una pequeña maravilla que combina la belleza inherente de los metales preciosos con la maestría de la mano humana. Son más que simples objetos; son portadores de historia, cultura y una belleza atemporal que sigue cautivando al mundo.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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