¿Qué es la técnica del cloisonné?

El Arte del Cloisonné: Esmalte Alveolado

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El arte de trabajar los metales y los esmaltes ha dado lugar a técnicas de belleza incomparable a lo largo de la historia. Una de las más notables es el cloisonné, cuyo nombre evoca la delicadeza de sus formas y la riqueza de sus colores. Originario del Medio Oriente, este método decorativo ha viajado a través de culturas y continentes, dejando una huella imborrable en la orfebrería y el arte decorativo. Su característica distintiva reside en la creación de pequeños muros o compartimentos metálicos que definen el diseño, antes de ser rellenados con materiales vítreos o piedras preciosas.

Índice de Contenido

¿Qué es la Técnica del Cloisonné?

La técnica del cloisonné, también conocida en español como esmalte alveolado, es un método artístico utilizado principalmente para la decoración de objetos metálicos. Su nombre deriva del francés «cloison», que significa ‘compartimento’, un término clave para entender su esencia. La base de esta técnica consiste en trazar y fijar líneas o delgadas cintas de metal, como plata, oro, cobre o bronce, sobre una superficie metálica para formar pequeños compartimentos o alvéolos. Estos compartimentos son los que darán forma al diseño final.

¿Qué significa cloisonné?
El esmalte alveolado o cloisonné es una antigua técnica para decoración de objetos metálicos, en siglos recientes mediante el uso de esmalte vidriado, y en periodos antiguos mediante el uso también de incrustaciones de piedras preciosas, vidrio y otros materiales.

Una vez creados los compartimentos, estos se rellenan cuidadosamente con esmalte vítreo de diferentes colores. La pieza así preparada se somete a altas temperaturas en un horno especial, que pueden oscilar entre los 700 °C y los 900 °C. El calor endurece la masa vítrea, fusionándola y logrando un acabado liso y prolijo. El metal que delimita cada compartimento permanece visible, sirviendo no solo como separador de colores sino también como parte integral del diseño.

Aunque el esmalte es el material de relleno más común en la versión más conocida del cloisonné, especialmente en épocas recientes, la técnica en sus inicios y en algunas variantes históricas también empleaba incrustaciones de piedras preciosas, vidrio u otros materiales.

Orígenes y Evolución Temprana

Los orígenes del cloisonné se remontan a la Edad del Bronce, específicamente al siglo XII a.C., en el Medio Oriente. Los hallazgos más antiguos conocidos provienen de la Isla de Chipre, donde se descubrieron pequeñas piezas de joyería con esta técnica en tumbas faraónicas. Se cree que estas piezas eran parte de la ornamentación de pectorales, demostrando un uso temprano en objetos de alto valor y simbolismo.

Desde esta región inicial, la técnica comenzó a difundirse, siendo adoptada por las culturas de los pueblos cercanos. Cada cultura le fue imprimiendo sus propias características. Un ejemplo notable de esta adaptación se ve en las tribus bárbaras migratorias, como los visigodos. Sus orfebres desarrollaron un estilo particular de cloisonné que combinaba compartimentos de paredes gruesas con incrustaciones de piedras granates rojas, oro y esmalte vítreo. Este contraste entre el rojo intenso del granate y el brillo del oro creaba un efecto visual muy atractivo y simbólico (para los cristianos, el granate representaba a Cristo).

En la joyería del antiguo Egipto, se utilizaron cintas metálicas más gruesas para formar alvéolos pequeños, rellenados tanto con piedras preciosas y semipreciosas como con materiales tipo esmalte, a veces denominados "pasta de vidrio". Este uso de diferentes materiales de relleno en compartimentos delimitados por metal es una constante en las etapas tempranas de la técnica.

El Cloisonné en el Imperio Bizantino

Un punto de inflexión importante en la historia del esmalte alveolado fue su desarrollo en el Imperio Bizantino, a partir del siglo VI. Mientras que las técnicas primitivas a menudo empleaban alambre grueso y se centraban en diseños geométricos o esquemáticos, los orfebres bizantinos comenzaron a utilizar alambres mucho más delgados. Esta innovación permitió la creación de diseños más complejos, detallados y, sobre todo, pictóricos.

El cloisonné bizantino se centró principalmente en la producción de imágenes religiosas y joyería. El uso del esmalte vítreo se volvió predominante sobre las incrustaciones de piedras, permitiendo una mayor gama cromática y la posibilidad de "pintar" con esmalte dentro de los compartimentos. Piezas famosas como la Pala de Oro en Venecia o placas con imágenes de santos (como San Demetrio) son ejemplos magníficos de este período, donde a menudo se combinaban varias placas más pequeñas para formar objetos de mayor tamaño.

Es interesante notar que en el cloisonné bizantino, y posteriormente en el chino, el alambre no siempre rodeaba completamente cada área de color. A veces, el alambre se usaba de forma decorativa dentro de una zona esmaltada, o la frontera entre dos colores de esmalte no estaba marcada por un alambre. Además, a menudo se dejaba una porción importante del fondo liso en oro, evocando los mosaicos bizantinos contemporáneos. La zona a esmaltar solía ser estampada o marcada con rayaduras para asegurar la adhesión del esmalte.

La Llegada y el Esplendor en China

La técnica del cloisonné llegó a China, probablemente desde Bizancio o el mundo islámico, en los siglos XIII-XIV. Las primeras referencias escritas datan de 1388, donde se le denomina "Objeto Dashi" (Musulmán). Aunque no se han identificado objetos chinos de esa época, las piezas más antiguas conservadas, del reinado del emperador Xuande (1425–35), ya muestran una gran maestría y un desarrollo de estilos chinos propios, sugiriendo una experiencia previa considerable.

Inicialmente, el cloisonné fue visto con cierta reserva en China por ser una técnica extranjera, e incluso se asociaba con el gusto femenino. Sin embargo, ganó una enorme popularidad, especialmente a partir del siglo XVIII. El emperador Kangxi, por ejemplo, estableció un taller imperial dedicado a esta técnica. Las piezas chinas más elaboradas y valoradas son las de principios de la dinastía Ming, particularmente de los reinados de Xuande y Jingtai (1450–57). De hecho, la denominación china para la técnica, jingtailan, que significa "objetos Jingtai azules", hace referencia a uno de estos emperadores y al predominio del color azul en muchas de las piezas más antiguas y famosas.

A diferencia del cloisonné bizantino que se centraba en objetos pequeños, en China la técnica se utilizó para decorar grandes contenedores, jarrones y vasijas. La industria china de cloisonné prosperó y sus productos fueron muy demandados. Aunque la calidad general decayó un poco en el siglo XIX, la técnica sigue muy difundida y utilizada en China en la actualidad. Inicialmente, se empleaban bases pesadas de bronce o latón y los alambres se soldaban, pero posteriormente se pasaron a usar recipientes más ligeros de cobre con alambres pegados antes de la cocción.

El Cloisonné en Europa y Otras Regiones

Como mencionamos, el esmalte alveolado tuvo una presencia temprana en Europa a través de las migraciones bárbaras. En España, es notable su uso en la época visigoda, con hallazgos significativos en necrópolis de Segovia como Castiltierra, Duratón o Madrona. Se han encontrado hebillas de cinturón y fíbulas aquiliformes de bronce y hierro fundidos, decoradas con pasta vítrea aplicando la técnica del mosaico de esmalte alveolado. Estas piezas, datadas entre los siglos V y VII, son testigos importantes de la aplicación de la técnica en el territorio español.

¿Qué es la técnica del cloisonné?
La técnicaconsiste en trazarlíneas con hilos de metal sobre una superficie para formar figuras dentro de las cuales se aplica esmalte vítreo de diferentes colores. Luego, la pieza se lleva a un horno especial para que las altas temperaturas (de 700 °C a 900 °C) endurezcan la masa vítrea y selogreun acabado prolijo.

En la Europa medieval, la técnica del esmaltado cloisonné fue gradualmente reemplazada en popularidad por el esmaltado champlevé. No obstante, el cloisonné continuó siendo practicado, especialmente influenciado por las importaciones bizantinas y, posteriormente, chinas.

A partir de mediados del siglo XIX, Japón también comenzó a producir objetos de cloisonné de gran calidad, conocidos allí como 'Shippo'. En Rusia, durante la era zarista, el cloisonné alcanzó gran refinamiento, especialmente en talleres como la famosa Casa Fabergé o Khlebnikov, cuyas piezas son muy apreciadas por los coleccionistas.

Técnicas y Materiales en Detalle

La ejecución del cloisonné implica varios pasos clave. Primero, se prepara la base metálica del objeto a decorar. Luego, se doblan y cortan delgadas tiras o alambres de metal (oro, plata, cobre, bronce) para formar los contornos del diseño. Estas tiras, que se colocan de canto, se fijan a la base mediante soldadura (en las técnicas más antiguas y de mayor calidad) o pegamento (en métodos más recientes y comerciales). Estas tiras forman los característicos compartimentos o alvéolos.

Una vez que la estructura de compartimentos está completa y fijada, se prepara el material de relleno. Si se trata de esmalte, se muele hasta obtener un polvo fino, se mezcla con agua u otro aglutinante para formar una pasta. Esta pasta de esmalte se aplica cuidadosamente en cada compartimento, a menudo en varias capas, ya que el esmalte se contrae durante la cocción. Si se usan piedras, vidrio o pasta de vidrio, se cortan o moldean para encajar en los alvéolos.

La pieza se introduce luego en un horno a temperaturas elevadas (700-900°C) para fundir el esmalte. Este proceso puede repetirse varias veces para llenar completamente los compartimentos y lograr la profundidad de color deseada. Finalmente, la superficie se lija y pule para que el esmalte quede liso y a nivel con los tabiques metálicos, revelando el brillo de los metales y la intensidad de los colores.

La evolución de la técnica ha visto cambios en los materiales y métodos. Mientras que los primeros ejemplos usaban alambres gruesos y diversos rellenos, el cloisonné bizantino y chino se inclinó por alambres más finos y el predominio del esmalte. La elección del metal para los alambres también influye en el resultado estético y el valor de la pieza.

Cloisonné frente a Otras Técnicas Similares

Es importante distinguir el cloisonné de otras técnicas de esmaltado o incrustación que pueden parecer similares:

CaracterísticaCloisonné (Esmalte Alveolado)Champlevé (Esmalte Vaciado)
Creación de CompartimentosMediante la soldadura o adhesión de alambres o tiras metálicas sobre la superficie base.Mediante el vaciado o grabado de la superficie base para crear cavidades en ella.
Paredes de los CompartimentosLos alambres o tiras metálicas visibles en la superficie terminada.El metal base restante entre las cavidades vaciadas.
Origen / Época de ApogeoAntigüedad (Oriente Medio), Bizancio, China.Europa medieval.
Materiales de Relleno TípicosEsmalte vítreo (principalmente), piedras, vidrio.Esmalte vítreo.

Otra técnica relacionada es el plique-à-jour. Esta técnica es similar al cloisonné en que utiliza alambres metálicos para crear compartimentos, pero la diferencia fundamental es que no tiene una base metálica sólida. El esmalte vítreo se aplica en los compartimentos de forma que, tras la cocción y la remoción de un soporte temporal (como mica o cobre disuelto), queda translúcido, como si fuera una miniatura de vidrio de colores, con los alambres formando las celdas. Esto crea un efecto similar al de una vidriera en miniatura.

En la actualidad, el término cloisonné a menudo se usa de forma incorrecta para describir objetos decorados con esmalte donde los compartimentos se crean directamente al fundir el metal base con las cavidades ya formadas. Esta técnica, donde las cavidades están *en* el metal base, es en realidad una forma de champlevé fundido, no de cloisonné, donde los alambres o tiras se añaden *sobre* la base.

Ejemplos Notables y Colecciones

A lo largo de la historia, se han producido innumerables obras maestras de cloisonné. Desde las pequeñas joyas encontradas en las tumbas de Chipre que datan del siglo XII a.C., pasando por las fíbula aquiliformes y hebillas de cinturón visigodas halladas en España, hasta las impresionantes imágenes religiosas bizantinas como las placas de San Demetrio o la Pala de Oro en Venecia.

El período de mayor esplendor en China nos legó grandes vasijas y objetos decorativos de una belleza excepcional, especialmente los producidos durante las dinastías Ming (reinados de Xuande y Jingtai) y Qing. Estas piezas chinas son quizás las más conocidas a nivel mundial. También son muy valoradas las piezas rusas de la era zarista, particularmente las creadas por la Casa Fabergé y Khlebnikov.

Un ejemplo interesante del uso temprano con rellenos mixtos es la tapa del monedero encontrado en el sitio arqueológico de Sutton Hoo, donde los alvéolos se rellenaron con una combinación de piedras partidas, vidrio y esmalte.

Para aquellos interesados en ver una vasta colección de este arte, el G.W. Vincent Smith Art Museum en Springfield, Massachusetts, cuenta con una gran colección de 150 piezas de cloisonné chinas, ofreciendo una oportunidad única para apreciar la maestría alcanzada en esta técnica.

Preguntas Frecuentes sobre el Cloisonné

Aquí respondemos algunas preguntas comunes sobre esta fascinante técnica:

  • ¿Qué significa exactamente la palabra "cloisonné"?
    Proviene del francés y significa "compartimentado" o "con tabiques", refiriéndose a los muros de metal que dividen las áreas de esmalte.
  • ¿Es el cloisonné lo mismo que el esmalte alveolado?
    Sí, "esmalte alveolado" es el término en español para la técnica conocida internacionalmente como cloisonné.
  • ¿Cuáles son los principales materiales utilizados?
    Se utilizan alambres o tiras de metal (oro, plata, cobre, bronce) para crear los compartimentos, y esmalte vítreo, piedras preciosas, vidrio u pasta de vidrio para rellenarlos.
  • ¿Dónde y cuándo se originó el cloisonné?
    Se originó en el Medio Oriente, específicamente en la Isla de Chipre, alrededor del siglo XII a.C.
  • ¿Es el cloisonné una técnica de esmaltado o de incrustación?
    Es ambas cosas. En sus inicios se usaba para incrustaciones de piedras, pero su versión más conocida y extendida implica el esmaltado vítreo dentro de los compartimentos.
  • ¿Cuál es la principal diferencia entre cloisonné y champlevé?
    En el cloisonné, los compartimentos se forman añadiendo tiras de metal *sobre* la base. En el champlevé, las cavidades se excavan o vacían *en* la superficie de la base metálica.
  • ¿Fue importante el cloisonné en España?
    Sí, tuvo una presencia notable durante la época visigoda (siglos V-VII), con importantes hallazgos de piezas decoradas con esta técnica.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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