¿Son reales las joyas de oro de Turquía?

Joyas de Turquía: Zultanita y Oro Turco

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Turquía, un país puente entre Europa y Asia, posee una herencia cultural milenaria que se manifiesta de forma exquisita en su orfebrería y platería. Desde tiempos ancestrales, el trabajo con metales preciosos y gemas ha sido una parte fundamental de su identidad, produciendo piezas únicas que combinan la tradición artesanal con diseños cautivadores. Exploraremos dos de los tesoros más representativos de esta tradición: la singular piedra Zultanita y el renombrado oro turco.

¿Cómo se llamaba Turquía antes de Cristo?
La Antigua Anatolia es subdividida por los estudiosos modernos en diversas regiones como Lidia, Licia, Caria, Misia, Bitinia, Frigia, Galacia, Licaonia, Pisidia, Paflagonia, Cilicia y Capadocia.

La orfebrería turca no es solo un oficio; es un arte que se transmite de generación en generación, una expresión de la rica historia del país, marcada por diversas civilizaciones. Esta fusión cultural ha dado lugar a estilos variados y técnicas refinadas que hoy en día siguen asombrando al mundo.

Índice de Contenido

La Zultanita: La Gema que Baila con la Luz

Cuando se habla de la piedra preciosa de Turquía por excelencia, inmediatamente surge el nombre de la Zultanita. Esta gema es verdaderamente única, no solo por su belleza inherente, sino por una característica fascinante que la distingue: su capacidad para cambiar de color drásticamente según el tipo de luz a la que esté expuesta. Es una diáspora rara, y su origen está intrínsecamente ligado a la geografía turca, siendo extraída específicamente en la región de Muğla - Milas.

La Zultanita recibe su nombre en honor a los sultanes otomanos, un tributo a la rica historia imperial de Turquía. Su uso en joyería data al menos del siglo XIX, aunque ha ganado reconocimiento internacional más recientemente, especialmente bajo el nombre comercial registrado de Zultanita, que subraya su exclusividad turca.

El Mágico Cambio de Color

La propiedad más asombrosa de la Zultanita es su pleocroísmo y su efecto de cambio de color. Bajo la luz natural del sol, la gema puede mostrar tonos que van desde el rosa suave, el morado delicado o incluso el marrón champán. Sin embargo, al pasar a una luz artificial blanca, como la de un fluorescente, la Zultanita se transforma, revelando un vibrante color verde brillante.

Esta metamorfosis cromática la convierte en una gema excepcionalmente versátil y deseada. Una misma pieza de joyería con Zultanita puede complementar una amplia gama de atuendos y adaptarse a diferentes ambientes, luciendo colores completamente distintos del día a la noche. La intensidad y los matices del cambio de color pueden variar ligeramente entre piedras, lo que añade un carácter único a cada gema.

Tipo de LuzColor Típico de la Zultanita
Luz Natural (Sol)Rosa, Morado, Marrón (Champán)
Luz Artificial Blanca (Fluorescente)Verde Brillante
Luz Mixta o IncandescenteTonos intermedios, Amarillo, Violeta

La Zultanita se utiliza comúnmente en diversos tipos de joyas, a menudo engastada en plata de ley 925, como se describe en algunos productos típicos. Los tamaños de las piedras varían para adaptarse a anillos, pendientes o dijes, permitiendo que la gema sea la protagonista de la pieza. La elaboración de estas joyas, a menudo realizada con alta calidad y cuidado en talleres artesanales en lugares como Estambul, garantiza piezas bien acabadas que realzan la belleza natural de la piedra.

El Oro Turco: Tradición, Calidad y Variedad

La historia del oro en Turquía es milenaria, remontándose a civilizaciones que habitaron Anatolia hace más de 5000 años (3000 a.C.). Esta larga tradición ha cimentado la reputación del oro turco a nivel mundial. Durante mucho tiempo, la exportación de joyas de oro estuvo restringida, pero el levantamiento de esta prohibición en 1993 abrió las puertas al mercado internacional, permitiendo que la exquisitez del trabajo turco llegara a compradores de todo el mundo, incluyendo grandes distribuidores.

La calidad del oro turco es reconocida internacionalmente. El establecimiento de instituciones como el Istanbul Gold Exchange en 1995 y la Istanbul Gold Refinery (IGR) en 2002, autorizada por el Tesoro turco, refuerzan la seriedad y el estándar del sector del oro en el país. IGR, por ejemplo, refina y vende lingotes de oro certificado en varios tamaños, lo que indica un mercado robusto y regulado.

Quilates Comunes del Oro Turco

Una característica interesante del mercado de joyería de oro en Turquía es la variedad de quilates que se manejan, adaptándose a diferentes mercados y preferencias. Es común encontrar joyas que van desde los 10 quilates hasta los 21 quilates.

  • 10 Quilates (10k): Equivalente a 41.7% de oro puro. A menudo marcado con el sello '417'.
  • 14 Quilates (14k): Equivalente a 58.5% de oro puro. A menudo marcado con el sello '585'.
  • 18 Quilates (18k): Equivalente a 75% de oro puro. A menudo marcado con el sello '750'.
  • 21 Quilates (21k): Equivalente a 87.5% de oro puro. A menudo marcado con el sello '875'.

Las joyas de 10k y 14k son más frecuentemente producidas y exportadas para mercados minoristas como el de Estados Unidos, donde estos quilates son más populares. Sin embargo, dentro de Turquía, y a menudo para turistas que visitan el país, es muy común encontrar y adquirir joyas de 18k e incluso 21k. Estos quilates más altos tienen una mayor proporción de oro puro, lo que se traduce en un color más intenso y un mayor valor intrínseco.

Es importante que los compradores, especialmente aquellos que no están familiarizados con los estándares turcos, sepan que el oro de 18k y 21k es prevalente y de alta calidad. Comerciantes confiables y con experiencia en la evaluación de oro turco, a menudo utilizando tecnología como analizadores de Rayos X XRF, pueden determinar con precisión la pureza de estas piezas.

¿Qué significan los pendientes de oro?
Los aretes de oro son una pieza de joyería que se colocan en las orejas a través de una pequeña perforación que generalmente se posiciona en cada lóbulo. Aunque también se pueden colocar los aretes de oro en diferentes partes de la oreja dependiendo los gustos de quien los porta.

La diversidad de joyas de oro turco es vasta, incluyendo una amplia gama de diseños en collares de eslabones, pulseras, anillos, pendientes y cadenas de todo tipo. Además de la joyería, Turquía también tiene una tradición en la acuñación de monedas de oro, como las históricas monedas Kurush con el emblema Toughra, que combinan valor como inversión con un profundo significado histórico y cultural.

Quilates% Oro PuroSello ComúnMercado Típico
10k41.7%417Exportación (Ej: EE.UU.)
14k58.5%585Exportación (Ej: EE.UU.)
18k75.0%750Turquía, Turistas
21k87.5%875Turquía, Turistas

La compra de oro turco, ya sea en forma de joyería o monedas, representa no solo la adquisición de un metal precioso de calidad, sino también una inversión en una pieza con historia y arte. Muchos productos, como los mencionados juegos de plata con Zultanita o las monedas de oro, se presentan en embalajes de regalo cuidadosos, lo que añade un toque especial a la experiencia de compra.

Preguntas Frecuentes sobre Joyas Turcas

A continuación, respondemos algunas preguntas comunes que surgen al explorar la joyería y orfebrería de Turquía.

¿Cómo se llama la piedra preciosa que cambia de color en Turquía?

La piedra preciosa más conocida de Turquía que exhibe un notable efecto de cambio de color se llama Zultanita. Es una variedad rara de diáspora y es extraída exclusivamente en Turquía. Su color puede variar del rosa/marrón al verde brillante dependiendo de la fuente de luz.

¿Son auténticas y de buena calidad las joyas de oro de Turquía?

Sí, las joyas de oro de Turquía son consideradas auténticas y de alta calidad, con una tradición que se remonta a miles de años. El país cuenta con un sector del oro bien establecido, incluyendo la Istanbul Gold Refinery (IGR) que produce oro certificado. La calidad del oro se verifica por su pureza, medida en quilates, y se sella adecuadamente.

¿Cuántos quilates suele tener el oro vendido en Turquía?

El oro turco se encuentra en una variedad de quilates, siendo los más comunes el 10k, 14k, 18k y 21k. Mientras que el 10k y 14k son frecuentes en las exportaciones, las joyas de 18k y especialmente 21k son muy populares y fáciles de encontrar dentro de Turquía. La pureza está indicada por sellos como '417' (10k), '585' (14k), '750' (18k) y '875' (21k).

¿De dónde proviene la Zultanita?

La Zultanita es una gema de origen único. Se extrae exclusivamente en una región específica de Turquía, cerca de la ciudad de Milas, en la provincia de Muğla.

¿Por qué la Zultanita cambia de color?

El cambio de color en la Zultanita se debe a su composición química y a la forma en que absorbe y refleja diferentes longitudes de onda de luz. Este fenómeno óptico, conocido como efecto alejandrita (aunque la Zultanita es diáspora, no crisoberilo como la alejandrita), hace que la gema muestre colores distintos bajo diferentes fuentes de luz.

¿La Zultanita es una piedra rara?

Sí, la Zultanita es considerada una gema muy rara, especialmente las piedras de buena calidad y tamaño considerable. Su único lugar de origen en el mundo contribuye a su rareza y valor.

En conclusión, la joyería turca ofrece una combinación fascinante de historia, arte y materiales preciosos. Desde la mágica Zultanita, con su cautivador juego de colores, hasta el oro de alta pureza trabajado con maestría, cada pieza cuenta una historia y refleja la rica herencia cultural de Turquía. Adquirir una joya turca es llevar consigo un fragmento de esta tradición milenaria.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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