¿Quién es el autor de la custodia de Toledo?

Juan de Arfe, Maestro de la Custodia de Sevilla

Valoración: 3.51 (2341 votos)

La orfebrería monumental siempre ha despertado admiración, combinando la maestría técnica con la expresión artística y espiritual. Entre las piezas más impresionantes de este arte se encuentran las custodias procesionales, verdaderas joyas arquitectónicas y escultóricas destinadas a albergar el Santísimo Sacramento. Si bien muchas catedrales españolas poseen custodias de gran valor, una destaca por su escala, perfección y riqueza iconográfica: la Custodia de la Catedral de Sevilla.

¿Quién es el autor de la custodia?
La custodia procesional del Corpus Christi labrada por Juan de Arfe es una de las obras más importantes entre las de su género por su perfección arquitectónica, sus correctas proporciones y su extraordinaria iconografía que manifiesta en plata la exaltación de la Eucaristía.

A menudo, surge la pregunta sobre quién fue el artífice de tan magnífica obra. Basándonos en la información proporcionada, podemos afirmar con certeza que el autor principal de la Custodia procesional de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla es el insigne platero y tratadista Juan de Arfe y Villafañe.

Es importante aclarar, dado que la consulta inicial mencionaba la “custodia de Toledo”, que la información detallada en el texto proporcionado corresponde a la famosa Custodia de la Catedral de Sevilla. Ambas son obras maestras de la orfebrería española y custodia de gran renombre, pero son creaciones distintas con autores y características propios. El presente artículo se centrará, pues, en la Custodia de Sevilla y su creador, Juan de Arfe, tal como se describe en la fuente.

Índice de Contenido

Juan de Arfe y Villafañe: Un Legado en Plata

Juan de Arfe y Villafañe (1535-1603) no fue un platero cualquiera; fue una figura clave del Renacimiento español, conocido no solo por su habilidad como orfebre, sino también por sus tratados teóricos sobre el arte de la platería, la anatomía y la proporción. Su obra cumbre, sin duda, es la Custodia de Sevilla, encargada en 1580 y terminada en 1587. Este encargo representó un desafío monumental y una oportunidad única para demostrar su genio.

El propio Arfe, consciente de la magnitud y la importancia de su creación, dejó constancia escrita de ella, describiendo la traza y el ornato de la Custodia. En sus palabras, la considera «la mayor y mejor pieza de plata que de este género se sabe». Esta afirmación no solo subraya su orgullo por la obra, sino también la conciencia de su valor excepcional dentro del panorama artístico de su tiempo.

La Necesidad de una Nueva Custodia: Historia del Corpus Christi en Sevilla

La creación de la Custodia de Arfe se enmarca en la larga y rica tradición de la Solemnidad del Corpus Christi en Sevilla. Esta fiesta, instituida por Urbano IV en 1264, adquirió particular relevancia en la ciudad hispalense, con procesiones documentadas al menos desde 1363.

¿Cuántos kilos de oro tiene la custodia de Toledo?
La Custodia cobija el llamado Ostensorio de Isabel la Católica, de estilo gótico y construido por su joyero, Almerique. Según cuentan nuestros mayores toledanos se utilizaron ¡17 kilos del primer oro traído de América! Fue encargo del arzobispo Cisneros y contiene piedras preciosas y figuras esmaltadas ¡Menuda joya!

Inicialmente, el Santísimo Sacramento era procesionado en un arca de madera sobre unas andas adornadas. Esta arca sirvió a la catedral hasta 1506. Sin embargo, con el paso del tiempo y el auge de la festividad, el Cabildo Catedralicio deseaba un recipiente más digno y ostentoso para mostrar la Hostia Santa: una custodia de plata.

Este deseo no fue un camino fácil ni rápido. Ya en el siglo XV, se encargó una custodia de plata al mayordomo Juan Martínez de Victoria, pero esta quedó inconclusa en 1433. A comienzos del siglo XVI, el platero Nicolás Alemán inició otra, que fue terminada en 1528 y utilizada en las procesiones hasta que la obra de Arfe estuvo lista.

La historia de estas custodias previas y fallidas subraya la ambición y la persistencia del Cabildo sevillano por poseer una pieza que estuviera a la altura de la importancia de la celebración y de la propia catedral, una ambición que finalmente se materializaría en el encargo a Juan de Arfe.

Un Programa Teológico y Artístico Monumental

La Custodia de Arfe no es solo una proeza técnica de la platería; es también una profunda declaración teológica plasmada en metal. El programa ideológico y doctrinal fue elaborado por el canónigo Francisco Pacheco, tío del famoso pintor del mismo nombre y figura intelectual relevante en la Sevilla de la época. Este programa se fundamentó en las directrices del Concilio de Trento, que buscaba reafirmar la doctrina católica, promover el conocimiento de las Sagradas Escrituras y, muy especialmente, incentivar el culto al Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

La iconografía de la custodia, cuidadosamente diseñada, manifiesta esta exaltación eucarística y la relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, elementos clave del programa de Pacheco. Cada cuerpo, cada figura, cada relieve, tiene un significado preciso dentro de este gran discurso visual.

¿Quién es el autor de la custodia de Toledo?
Otros acuden a contemplar la mejor pieza de la orfebrería hispana, la Custodia encargada por Cisneros y labrada por Enrique de Arfe entre 1515 y 1524.

Arquitectura y Estructura de la Custodia

La Custodia de Sevilla es una obra colosal que alcanza los 3.90 metros de altura y pesa 475 kilogramos de plata. Presenta una estructura arquitectónica de cinco cuerpos decrecientes, inspirada en el Renacimiento, con órdenes clásicos perfectamente articulados. Esta concepción arquitectónica le otorga una monumentalidad y una armonía que son características del estilo de Arfe.

Analicemos la distribución iconográfica a través de sus cuerpos:

  • Primer Cuerpo: Representa la Iglesia militante. En el interior, se sitúan figuras como San Pedro y San Pablo, la Sabiduría y el Entendimiento. Originalmente, albergaba una escultura de la Fe, sustituida posteriormente por una Inmaculada. En la parte externa, se encuentran los seis doctores de la Iglesia. El basamento de este cuerpo está adornado con treinta y seis relieves que alternan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, todas alusivas a la institución de la Eucaristía. En el límite superior, se colocan esculturas que simbolizan los Sacramentos.
  • Segundo Cuerpo: Es el espacio central reservado para el viril que contiene la Sagrada Forma. Está rodeado por las figuras de los Evangelistas, quienes narran la vida de Cristo y la institución de la Eucaristía. En la zona exterior, doce santos patronos de la diócesis de Sevilla rinden alabanza al Santísimo Sacramento.
  • Tercer Cuerpo: Simboliza la Iglesia triunfante. Aquí se encuentra la figura del Cordero apocalíptico sobre el libro de los Siete Sellos, rodeado por los símbolos de los Evangelistas. Los relieves en el basamento de este cuerpo están vinculados al sacrificio del Cordero, prefiguración de la Eucaristía.
  • Cuarto Cuerpo: Contiene la representación de la Santísima Trinidad, fundamento de la fe cristiana y objeto último de la adoración eucarística.
  • Quinto Cuerpo: Corona la estructura con la figura de la Fe, que guía y sostiene la creencia en el misterio eucarístico. (Nota: La figura actual de la Fe en el remate sustituyó al Orbe con la cruz originario).

La complejidad y riqueza de esta iconografía convierten a la Custodia en una verdadera catequesis en plata, un compendio visual de la doctrina católica sobre la Eucaristía y la Iglesia.

Reformas Posteriores: La Mano de Juan de Segura

Aunque la esencia y la mayor parte de la Custodia son obra de Juan de Arfe, la pieza sufrió una reforma importante en época barroca. Entre 1667 y 1668, el platero Juan de Segura llevó a cabo modificaciones significativas. A él se debe la peana actual que rodea la base con doce jarras. También sustituyó la escultura original de la Fe en el interior del primer cuerpo por una de la Inmaculada Concepción, un cambio iconográfico relevante que refleja el auge de la devoción mariana en ese periodo. Además, añadió ángeles que circundan la balaustrada de los cuerpos altos y renovó el remate, reemplazando el Orbe con la cruz por la figura actual de la Fe que hoy vemos coronando la obra.

Estas reformas, aunque alteraron algunos aspectos del diseño original de Arfe, no disminuyen la magnitud ni la importancia de su trabajo, que constituye el armazón y la mayor parte de la obra que procesiona cada año en Sevilla.

Comparativa de las Custodias de Sevilla (Según el Texto)

El texto proporcionado nos permite trazar una breve historia de los intentos por dotar a la Catedral de Sevilla de una custodia digna para la procesión del Corpus Christi:

PeriodoTipo/AutorEstado/Características
Anterior a 1506Arca de maderaTransportada en andas con ángeles pintados.
Encargada antes de 1433Custodia de plata (Juan Martínez de Victoria)Quedó inconclusa.
Iniciada principios s. XVI, terminada en 1528Custodia de plata (Nicolás Alemán)Procesionó hasta la finalización de la de Arfe.
1580-1587Custodia de plata (Juan de Arfe)Obra monumental, 5 cuerpos, arquitectura renacentista, rica iconografía.
Reforma 1667-1668Custodia de plata (Juan de Arfe con reforma de Juan de Segura)Añadida peana con jarras, sustitución de la Fe por Inmaculada en primer cuerpo, ángeles en balaustradas, nueva figura de la Fe en el remate. Es la custodia actual.

Esta tabla ilustra el largo proceso y la ambición por crear la pieza definitiva que hoy admiramos.

¿Quién fue Enrique de Arce?
Arce fue un distinguido educador e historiador panameño nacido el 6 de mayo de 1871 en la Ciudad de Panamá. Es reconocido por su contribución a la historiografía de Panamá, especialmente por colaborar con Juan Bautista Sosa en la elaboración del primer compendio histórico de Panamá como nación.

Preguntas Frecuentes sobre la Custodia

A partir de las consultas planteadas y la información disponible, podemos responder a algunas preguntas comunes:

¿Quién es el autor de la Custodia de Sevilla?

El autor principal es Juan de Arfe y Villafañe, quien la labró entre 1580 y 1587. Posteriormente, Juan de Segura realizó reformas significativas entre 1667 y 1668.

¿Es esta la Custodia de Toledo?

No, la información proporcionada en el texto se refiere a la Custodia de la Catedral de Sevilla. La Custodia de Toledo es otra obra maestra de la orfebrería española, creada por Enrique de Arfe (abuelo de Juan de Arfe) y Francisco de Villalpando, también de gran tamaño y valor, pero distinta a la de Sevilla.

¿Cuántos kilos de oro tiene la Custodia de Sevilla?

La Custodia de Sevilla, tal como se describe en el texto, está realizada en plata. Se menciona que pesa 475 kilogramos. El texto no especifica si contiene oro, ni en qué cantidad. La confusión puede venir de otras custodias famosas que sí están hechas parcial o totalmente de oro, como la de Toledo (que contiene oro y procede en parte del oro del primer viaje de Colón).

¿Quién fue Enrique de Arce?

El texto proporcionado menciona a Juan de Arfe y Villafañe y a Juan de Segura como artífices de la Custodia de Sevilla, y a Juan Martínez de Victoria y Nicolás Alemán como autores de intentos previos. También menciona a Enrique de Arfe en el contexto de los seises de Toledo, pero no proporciona ninguna información sobre quién fue Enrique de Arce en relación con la orfebrería o la custodia de Sevilla. Sin información adicional del texto, no podemos responder a esta pregunta en el contexto de este artículo.

Conclusión

La Custodia de la Catedral de Sevilla, obra maestra de Juan de Arfe y Villafañe, es mucho más que una simple pieza de orfebrería. Es un monumento de plata que fusiona la más alta técnica artística con un complejo programa teológico, diseñado para exaltar el misterio de la Eucaristía. A pesar de las reformas posteriores, la visión original de Arfe, enriquecida por la iconografía de Pacheco, perdura, convirtiéndola en uno de los tesoros más valiosos del patrimonio artístico y religioso de España y un testimonio perdurable del genio de su creador.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Juan de Arfe, Maestro de la Custodia de Sevilla puedes visitar la categoría Orfebreria.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir