¿Cuántos años tiene Marcelo González?

Orfebrería y Platería: Maestría Ancestral

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Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha sido cautivada por el brillo, la durabilidad y la maleabilidad de los metales preciosos. El oro y la plata, en particular, han ocupado un lugar central no solo como símbolos de riqueza y estatus, sino también como medios para expresar la belleza y la creatividad humana a través de la orfebrería y la platería. Estas artes ancestrales, que implican transformar lingotes brutos en intrincadas joyas, objetos decorativos o utensilios funcionales, representan una fusión única de habilidad técnica, conocimiento metalúrgico y visión artística que ha pasado de generación en generación.

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El trabajo con metales preciosos es un oficio que requiere paciencia, precisión y un profundo respeto por el material. Cada golpe de martillo, cada pasada de lima, cada soldadura, es un paso deliberado en la creación de una pieza que no solo posee valor intrínseco por el metal, sino también un valor artístico y cultural incalculable.

¿Cuántos años tiene Marcelo González?
Marcelo González GodoyInformación personalNombre de nacimientoMarcelo Alejandro González GodoyNacimiento18 de diciembre de 1963 (61 años)​ Coquimbo, ChileNacionalidadChilena
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Un Legado de Siglos: Breve Historia

La práctica de trabajar el oro y la plata se remonta a las primeras civilizaciones conocidas. En el antiguo Egipto, ya hace miles de años, se creaban elaboradas joyas, amuletos y objetos funerarios para los faraones y la nobleza, utilizando técnicas sorprendentemente avanzadas para la época, como la granulación y la incrustación de piedras. Las culturas de Mesopotamia, Grecia y Roma también dejaron un legado impresionante de trabajos en metales preciosos, desde delicadas filigranas hasta robustos objetos rituales y monedas.

En América, las civilizaciones precolombinas, como los Muiscas en Colombia, los Incas en Perú o los Mixtecas en México, desarrollaron técnicas de orfebrería asombrosas, creando máscaras, pectorales, figuras votivas y adornos personales de oro y plata de una complejidad y belleza extraordinarias, a menudo utilizando la fundición a la cera perdida con gran maestría.

Durante la Edad Media en Europa, los artesanos, a menudo vinculados a monasterios y cortes reales, perfeccionaron las técnicas existentes y desarrollaron nuevos estilos, especialmente en la platería religiosa y los objetos de uso litúrgico, como cálices y custodias. El Renacimiento trajo consigo un auge en la demanda de objetos suntuosos por parte de la nobleza y la burguesía, impulsando innovaciones en diseño, técnica y el desarrollo de talleres más especializados. La llegada de vastas cantidades de metales preciosos de América tras el descubrimiento expandió aún más el alcance y la riqueza de estas artes, especialmente en países como España y las colonias americanas, donde florecieron escuelas y talleres de platería colonial que fusionaron estilos europeos e indígenas.

La Revolución Industrial introdujo nuevas herramientas y procesos de producción en masa, cambiando el panorama de la orfebrería y la platería. Si bien la producción en serie hizo los objetos de metal precioso más accesibles para un público más amplio, el valor del trabajo artesanal y las piezas únicas nunca desapareció. La alta orfebrería y platería continuó siendo un campo de excelencia artesanal, manteniendo vivas las técnicas tradicionales y explorando nuevas posibilidades artísticas.

Los Metales Protagonistas: Oro y Plata

El oro (Au) es un metal noble conocido por su resistencia inigualable a la corrosión y oxidación, su brillo inalterable y su maleabilidad y ductilidad excepcionales. Es tan maleable que un solo gramo puede estirarse en un hilo de kilómetros de longitud. Su pureza se mide en quilates (kt), donde 24 kt representan oro puro. En joyería y orfebrería, el oro puro es generalmente demasiado blando para el uso diario, por lo que se suelen utilizar aleaciones con otros metales como cobre, plata, zinc, níquel o paladio. Estas aleaciones no solo aumentan su dureza y durabilidad, sino que también permiten variar su color, dando lugar al oro amarillo (con cobre y plata), oro blanco (con paladio, níquel o plata) u oro rosa (con mayor proporción de cobre).

La plata (Ag), aunque menos resistente a la corrosión que el oro, es también un metal precioso muy maleable y dúctil. Posee el mayor índice de reflectividad de todos los metales, lo que le confiere su característico brillo. Su pureza se mide en milésimas; la plata esterlina (sterling silver) es la aleación más común en joyería y platería a nivel mundial, compuesta por 92.5% de plata pura y 7.5% de cobre. Esta aleación, indicada a menudo con el sello "925", ofrece un buen equilibrio entre pureza, belleza y durabilidad. A diferencia del oro, la plata es susceptible a la oxidación o deslustre al reaccionar con el sulfuro de hidrógeno presente en el aire y otros elementos, lo que requiere limpieza periódica para mantener su brillo.

Otros metales como el cobre, el zinc, el níquel o el paladio, si bien no son preciosos por sí mismos, son fundamentales en la orfebrería y platería al formar parte de las aleaciones que modifican las propiedades de trabajo, la dureza, el color y, en última instancia, el coste final de las piezas.

El Taller del Maestro: Herramientas Esenciales

El orfebre y el platero se valen de una variedad de herramientas, muchas de las cuales han evolucionado poco a lo largo de los siglos, demostrando la atemporalidad de las técnicas fundamentales. Algunas de las más fundamentales incluyen:

  • Martillos: De diferentes formas, tamaños y pesos (de bola, de pena, de repujar) para forjar, dar forma, texturizar el metal o remachar.
  • Yunques y Tas: Bloques de acero duro de diversas formas (planos, curvos, con salientes) que sirven como superficie de apoyo y conformación para trabajar el metal con el martillo.
  • Sierras de joyero: Con un arco y hojas muy finas y dentadas, permiten cortar con precisión formas intrincadas en láminas de metal.
  • Limas y escofinas: Herramientas de acero con superficies estriadas para desbastar, dar forma y alisar superficies metálicas. Existen en multitud de formas (planas, redondas, medias cañas) y grosores.
  • Pinzas y alicates: Indispensables para sujetar, doblar, manipular y posicionar piezas pequeñas, así como para engarzar piedras. Hay gran variedad: de punta redonda, plana, de corte, etc.
  • Sopletes: Utilizados con diferentes combustibles (gas propano, butano, acetileno) para fundir el metal, soldar piezas mediante la aplicación controlada de calor y recocer (calentar el metal para ablandarlo y permitir seguir trabajándolo).
  • Embutidores y buriles: Los embutidores son punzones de acero con punta redondeada para crear concavidades o relieves. Los buriles son herramientas afiladas con mango de madera para grabar líneas y diseños en la superficie del metal.
  • Laminadores e hiladores: Máquinas con rodillos (laminador) para reducir el grosor de láminas de metal o crear hilos planos y cuadrados, y placas con orificios calibrados (hilador) para estirar el metal y obtener hilos de diferentes diámetros.
  • Pulidoras y brillantadoras: Máquinas con discos o cepillos de diferentes materiales y pastas abrasivas para alisar, pulir y dar el acabado final y lustre deseado a la pieza.

Técnicas que Dan Vida al Metal

La magia de la orfebrería y la platería reside en la maestría de diversas técnicas que permiten transformar el metal bruto en obras de arte tridimensionales y detalladas:

Fundición

Proceso por el cual el metal se derrite a altas temperaturas y se vierte en un molde para crear una forma deseada. La técnica más célebre es la fundición a la cera perdida, utilizada desde la antigüedad para objetos complejos y detallados. Consiste en modelar la pieza en cera, cubrirla con material refractario, calentar el molde para derretir la cera (que se pierde), y verter el metal fundido en la cavidad resultante. Otras técnicas incluyen la fundición en arena o en moldes de yeso refractario.

Forja

Consiste en dar forma al metal, generalmente en frío o ligeramente calentado, golpeándolo con un martillo sobre un yunque o tas. Es una técnica fundamental para crear formas básicas, endurecer el metal (endurecimiento por trabajo) y crear texturas o superficies martilladas. Requiere fuerza y control del martillo.

Laminado y Hilado

Técnicas preparatorias esenciales. El laminado consiste en pasar el metal repetidamente a través de los rodillos de un laminador para reducir su grosor y obtener láminas delgadas del calibre deseado. El hilado implica pasar el metal a través de orificios progresivamente más pequeños en una placa de hilado para estirar el metal y obtener hilos de diferentes diámetros.

Soldadura

Unir dos o más piezas de metal aplicando calor y un material de aporte (soldadura, que es una aleación con un punto de fusión menor que el metal base) que se derrite y fluye por capilaridad en la unión, creando una conexión fuerte al enfriarse. Requiere precisión, control de la temperatura del soplete y el uso de fundentes para evitar la oxidación.

Grabado y Cincelado/Repujado

Grabado: Crear diseños lineales, textos o imágenes cortando surcos en la superficie del metal con buriles u otras herramientas de corte afiladas. Es una técnica de sustracción de material.

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Cincelado y Repujado: Trabajar el metal en frío utilizando cinceles y martillos para crear relieves o texturas. El repujado se realiza a menudo desde el reverso de la pieza para empujar el metal hacia afuera y crear volumen en el anverso. El cincelado se utiliza para detallar o texturizar la superficie en el anverso.

Filigrana

Técnica decorativa exquisita que utiliza finos hilos de metal, a menudo retorcidos o trenzados, que se curvan, enrollan y sueldan sobre una base o entre sí para formar intrincados patrones calados o rellenos que parecen encaje metálico. Requiere una destreza manual excepcional y mucha paciencia.

Granulación

Consiste en decorar una superficie metálica soldando miles de pequeñas esferas de metal (gránulos) individualmente o en patrones densos. Es una técnica antigua originaria de la Etruria y el Oriente Medio, muy compleja de ejecutar correctamente y que crea texturas únicas y lujosas.

Engaste

Proceso de fijar piedras preciosas o semipreciosas, así como otros materiales (como esmalte o conchas), a una pieza de metal. Existen diversas técnicas de engaste, como el engaste con garras (la piedra se sujeta con pequeñas patas metálicas), engaste bisel (el metal se dobla sobre el borde de la piedra), engaste pavé (muchas piedras pequeñas juntas) o engaste a tensión (la piedra se sujeta por la presión del metal), cada una con su propio efecto estético y de seguridad para la gema.

Esmaltado

Aplicación de una capa vítrea de color (esmalte, que es vidrio en polvo mezclado con pigmentos) sobre una superficie metálica. La pieza se cuece luego en un horno a altas temperaturas (entre 700°C y 900°C) para que el esmalte se derrita y se adhiera permanentemente al metal, creando una superficie dura, brillante y colorida. Hay diferentes técnicas como cloisonné, champlevé o esmalte a fuego.

Aplicaciones: Más Allá de la Joyería

Si bien la joyería (anillos, collares, pulseras, pendientes) es quizás la aplicación más conocida de la orfebrería, estos oficios abarcan un espectro mucho más amplio de objetos:

  • Platería de Mesa: Cubiertos, bandejas, fuentes, copas, candelabros, teteras, cafeteras, azucareros y otros utensilios y objetos decorativos para el hogar y la mesa.
  • Objetos Religiosos: Cálices, custodias, cruces procesionales, relicarios, coronas y otros elementos utilizados en ceremonias religiosas y en la ornamentación de iglesias.
  • Escultura y Objetos de Arte: Piezas únicas creadas con fines puramente estéticos, que pueden variar en tamaño desde pequeñas figuras hasta grandes instalaciones.
  • Objetos Conmemorativos y Ceremoniales: Trofeos, medallas, insignias, cetros y otros objetos utilizados en ceremonias oficiales o para reconocer logros.
  • Restauración: Un campo importante dedicado a reparar, limpiar y conservar piezas antiguas o dañadas, requiriendo un profundo conocimiento de las técnicas originales.

Oro vs. Plata: Una Comparativa Detallada

Aunque ambos son metales preciosos fundamentales trabajados por orfebres y plateros, presentan diferencias clave en sus propiedades y usos:

CaracterísticaOroPlata
Símbolo QuímicoAuAg
Número Atómico7947
Punto de Fusión1064 °C961.8 °C
Color NaturalAmarillo metálico brillanteBlanco metálico brillante
DensidadMuy alta (19.3 g/cm³)Alta (10.5 g/cm³)
Resistencia a Corrosión/OxidaciónExcelente (metal noble, no se oxida ni deslustra en condiciones normales)Buena, pero reacciona con sulfuros (se deslustra)
Maleabilidad/DuctilidadExcepcionalmente altaMuy alta
Dureza (Escala de Mohs)2.5 - 32.5 - 3
Pureza Común en Joyería/PlateríaAleaciones como 18kt (75%), 14kt (58.5%), 10kt (41.7%)Principalmente Plata Esterlina 925 (92.5%)
Conductividad Eléctrica y TérmicaMuy altaLa más alta de todos los metales
Costo TípicoGeneralmente significativamente más alto por gramoGeneralmente más bajo que el oro
CuidadoRequiere limpieza para mantener el brillo superficialRequiere limpieza regular para eliminar el deslustre (pátina)

Cuidado y Preservación de Piezas de Metal Precioso

Para mantener la belleza y el valor de los objetos de oro y plata a lo largo del tiempo, es esencial un cuidado adecuado y regular:

  • Limpieza Regular: La forma más sencilla es usar un paño suave, preferiblemente uno diseñado específicamente para limpiar joyería o platería, que a menudo contiene un agente pulidor suave. Para una limpieza más profunda, se pueden usar soluciones limpiadoras comerciales adecuadas para cada metal. Una alternativa casera suave es usar agua tibia con unas gotas de jabón líquido neutro; cepillar suavemente con un cepillo de cerdas blandas (como un cepillo de dientes viejo) y luego enjuagar bien con agua limpia y secar completamente con un paño suave. Es crucial secar bien para evitar manchas de agua, especialmente en la plata.
  • Evitar Contacto con Químicos: Perfumes, lacas para el pelo, cosméticos, productos de limpieza doméstica (especialmente los que contienen cloro o amoníaco), azufre (presente en algunos alimentos o gomas elásticas) pueden dañar, decolorar o acelerar el deslustre de los metales, en particular la plata y ciertas aleaciones de oro. Es recomendable ponerse las joyas después de aplicar perfumes y cosméticos, y quitárselas al usar productos de limpieza o nadar en piscinas cloradas.
  • Almacenamiento Adecuado: Guardar las piezas individualmente en bolsas de tela suave (como franela o terciopelo) o en joyeros con compartimentos forrados. Esto evita que las piezas se rayen entre sí. La plata se beneficia enormemente de ser almacenada en bolsas anti-deslustre o junto a tiras de papel anti-deslustre, que absorben los compuestos de azufre del aire y ralentizan la oxidación.
  • Manejo: Manipular las piezas con cuidado, evitando golpes o caídas que puedan abollar o deformar el metal o aflojar el engaste de las piedras.
  • Mantenimiento Profesional: Periódicamente, puede ser beneficioso llevar las piezas a un joyero o platero profesional para una limpieza a fondo, inspección de engastes y posibles reparaciones menores antes de que se conviertan en problemas mayores.

Preguntas Frecuentes (FAQ)

¿Qué significa un sello como '925' o '750' en mi joya?

Estos números son sellos de pureza (contrastes). '925' indica que la pieza es de plata esterlina, conteniendo 92.5% de plata pura. '750' indica que la pieza es de oro de 18 quilates, conteniendo 75% de oro puro. Son indicadores importantes de la calidad del metal.

¿Es normal que la plata se oscurezca?

Sí, es completamente normal. La capa oscura que aparece en la plata se llama pátina o deslustre y es el resultado de la reacción química entre la plata y los compuestos de azufre en el aire. La limpieza regular ayuda a eliminarla.

¿Puedo limpiar oro y plata de la misma manera?

Generalmente no se recomienda usar los mismos productos. Los limpiadores específicos para plata suelen contener agentes que ayudan a eliminar el deslustre (sulfuro de plata), mientras que los limpiadores para oro están formulados para mantener su brillo sin ser tan abrasivos. Algunos limpiadores ultrasónicos son seguros para ambos, pero siempre es mejor seguir las instrucciones del fabricante del limpiador y considerar el tipo de gema o acabados de la pieza.

¿Cómo puedo saber si una pieza de metal es antigua o valiosa?

Determinar el valor de una pieza antigua requiere el conocimiento de un experto. Factores como la pureza del metal, la complejidad de la técnica utilizada, la época, el artista o taller, el estado de conservación y la procedencia influyen en su valor. Los sellos o contrastes pueden dar pistas sobre la pureza y origen, pero no siempre indican la antigüedad o el valor artístico.

¿Qué diferencia hay entre orfebrería y platería?

Aunque a menudo se usan juntas, tradicionalmente la orfebrería se refiere al trabajo con oro (y a veces platino), mientras que la platería se refiere específicamente al trabajo con plata. Sin embargo, en la práctica moderna, muchos artesanos trabajan ambos metales y el término orfebre puede usarse de forma más amplia para referirse a un artesano de metales preciosos.

La orfebrería y la platería son mucho más que simples oficios; son artes que encapsulan historia, ciencia y una profunda conexión humana con la belleza y el valor. Cada pieza, ya sea una sencilla alianza o una elaborada bandeja ceremonial, cuenta la historia de las manos que la crearon, los materiales que la componen y las culturas que la valoraron. En un mundo cada vez más digital y estandarizado, la tangibilidad, la individualidad y la maestría inherente a estos metales trabajados a mano siguen fascinando y manteniendo viva una tradición milenaria. Es un legado de brillo y perdurabilidad que continúa adaptándose, innovando y brillando en la era moderna, demostrando que el arte de transformar el oro y la plata está lejos de perder su lustre y su lugar en el corazón de la apreciación artística y cultural.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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