El arte de la joyería y la platería es tan antiguo como la civilización misma. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado adornarse con piezas que no solo reflejen belleza, sino también estatus, significado y habilidad artesanal. Para lograrlo, se han empleado una vasta gama de materiales y técnicas que han evolucionado a lo largo de los siglos. Comprender estos fundamentos es clave para apreciar la verdadera complejidad y valor de una joya. Exploraremos los metales preciosos más comunes, los procesos mediante los cuales toman forma y los cuidados necesarios para preservar su esplendor.

La creación de una joya es un proceso que combina arte, ciencia y paciencia. No se trata simplemente de tomar un material y darle forma, sino de entender sus propiedades, cómo interactúa con otros elementos y las mejores prácticas para trabajarlo. La elección del material es fundamental, ya que define no solo el aspecto estético de la pieza, sino también su durabilidad y comportamiento a lo largo del tiempo. A continuación, profundizaremos en los pilares de la joyería: sus metales, sus formas, sus métodos de creación y cómo mantenerlos.

Los Metales Protagonistas en Joyería
Los metales son la base sobre la que se construyen la mayoría de las joyas. Sin embargo, rara vez se utilizan en su estado puro. La razón principal es práctica: muchos metales preciosos, como el oro o la plata, son demasiado blandos en su forma pura para soportar el uso diario. Para mejorar su durabilidad, maleabilidad, resistencia a la oxidación, color o incluso abaratar costes, se mezclan con otros metales en un proceso conocido como aleación. La porción de metal que se añade al metal fino se denomina "liga".
La orfebrería requiere un conocimiento profundo de estas aleaciones y de los procedimientos necesarios para trabajar los metales resultantes, incluyendo técnicas de fundición, laminado, trefilado, soldadura, pulido y limpieza.
Oro: El Rey de los Metales Preciosos
El oro es un metal icónico en la joyería, conocido por su distintivo color amarillo y su brillo inalterable. Funde a una temperatura de 1062º C. La pureza del oro se mide en quilates, una unidad que no debe confundirse con la unidad de peso del mismo nombre. El oro puro al 100%, sin alear, tiene 1000 milésimas de pureza, lo que equivale a 24 quilates.
Una de las características más apreciadas del oro es que, a diferencia de otros metales más comunes, conserva su brillo pulido durante periodos muy prolongados. Se alea con facilidad con metales como el cobre y la plata. La proporción de estos metales en la aleación determina el tono final del oro, permitiendo una variedad de colores más allá del tradicional amarillo.
Aleaciones Comunes de Oro
Aunque el oro puro de 24K es muy maleable, es excesivamente blando para la mayoría de las aplicaciones en joyería, salvo en algunos casos específicos o en numismática (monedas), donde algunos países reconocen la ley de 22K. Para obtener oro de la ley de 18K, que es la más común y apreciada en joyería (equivalente a 750 milésimas de pureza), se añade un 33.33% de liga a 750 milésimas de oro puro. A menudo, esta proporción de liga se reduce ligeramente, alrededor del 32%, para garantizar que la pureza mínima de 750 milésimas se cumpla rigurosamente.
Cuando se busca una mayor dureza o flexibilidad en la aleación, se incrementa la proporción de cobre, lo que a su vez confiere a la aleación un tono más rojizo.
Oro Blanco
El oro blanco es una aleación que busca imitar el color del platino. Históricamente, se utilizaban aleaciones de oro y níquel, pero estas han sido ampliamente abandonadas en la mayoría de los mercados, especialmente en la Unión Europea (donde se legisló su limitación desde el 20 de enero de 2000) debido al riesgo de alergias al níquel. Además, el oro con níquel resultaba en un metal muy duro, propenso a romperse y difícil de trabajar y engastar.
Actualmente, la aleación más común para el oro blanco es la de oro y paladio. Aunque el paladio es más caro que el oro y tiene un punto de fusión ligeramente más alto, lo que introduce pequeñas diferencias de comportamiento respecto al oro amarillo, es preferido por sus propiedades hipoalergénicas y su mejor trabajabilidad en comparación con las antiguas aleaciones de níquel. A menudo, esta aleación de oro y paladio se mezcla también con plata y cobre.
El color natural del oro blanco con liga de paladio es, en realidad, un tono grisáceo, que puede variar a grisáceo amarillento dependiendo de la liga exacta utilizada. Para conseguir un blanco más brillante y similar al del platino, la joyería de oro blanco suele recibir un baño superficial de rodio, un metal de la familia del platino conocido por su blancura y brillo intensos.
Oro Amarillo
El oro amarillo utilizado en joyería, generalmente de 18K (750 milésimas), se obtiene aleando oro puro con plata y cobre. La proporción de plata y cobre determina el matiz exacto del amarillo, desde tonos más claros con mayor plata hasta tonos más intensos o ligeramente rojizos con mayor cobre.
Otras Aleaciones y Colores
La creatividad en la joyería ha llevado al desarrollo de aleaciones de oro con otros metales para conseguir una sorprendente variedad de colores:
- Oro Verde: Se logra aleando oro con plata (Au + Ag). Variando las proporciones (por ejemplo, 75% Au + 25% Ag o 75% Au + 15% Ag + 10% Cu) se pueden obtener tonalidades desde un amarillo claro hasta un blanco verdoso.
- Oro Rojo: Principalmente oro con cobre (Au + Cu). Con una ley de 750 milésimas, se obtiene un color rojo intenso. Esta aleación también mejora las propiedades mecánicas, aumentando la dureza y disminuyendo el punto de fusión.
- Oro Rosa: Una combinación de oro, plata y cobre (Au + Ag + Cu). Dependiendo de los porcentajes, se consiguen colores que van del rojo (poco contenido de plata) a colores verdosos (poco contenido en cobre).
- Oro Gris: Típicamente una aleación de oro, níquel y cobre (Au + Ni + Cu). Un ejemplo dado es 750 milésimas de Au, 150 milésimas de Níquel y 100 milésimas de Cobre (aunque el níquel está restringido en la UE).
- Oro Azul: Se obtiene aleando oro con hierro (Au + Fe). Por ejemplo, 750 milésimas de Au y 250 milésimas de Hierro para obtener una liga de 18K.
La siguiente tabla resume algunas aleaciones típicas para obtener distintos colores de oro, aunque las proporciones exactas pueden variar según el fabricante y el efecto deseado:
| Color | Oro (mm) | Plata (mm) | Cobre (mm) | Hierro (mm) | Otros (mm) |
|---|---|---|---|---|---|
| Blanco | 750 | 190 | 60 | ||
| Medio blanco | 750 | 170 | 80 | ||
| Amarillo claro | 750 | 150 | 100 | ||
| Amarillo | 750 | 125 | 125 | ||
| Rosa | 750 | 200 | 50 | ||
| Rojo claro | 750 | 75 | 175 | ||
| Rojo | 750 | 250 | |||
| Verde | 750 | 200 | También con Cu y Ag (proporciones variables) | ||
| Gris | 800/850 | 150 (También con Cu y Ni) | |||
| Azul | 750 | 250 |
Plata: El Brillo de la Luna
La plata es otro metal precioso fundamental en joyería, reconocido por su hermoso color blanco brillante. Funde a 960º C. A diferencia del oro, la plata se oxida con relativa rapidez, lo que requiere técnicas de trabajo y cuidado especiales para mantener su lustre. Al igual que el oro, la plata pura es demasiado blanda para la mayoría de las joyas y se trabaja aleada con otros metales, principalmente cobre. En ocasiones, se le añaden pequeñas cantidades de níquel y zinc para aumentar su dureza.
La pureza de la plata también se mide en milésimas. Las monedas de plata suelen contener un 90% de plata fina (900/1000). La plata de 1ª ley, que es el estándar más común en joyería de calidad, tiene una pureza de 925/1000 y es conocida internacionalmente como plata sterling.
Existe una aleación interesante llamada Vermeil, que consiste en plata sterling a la que se aplica una capa superficial de oro. Es importante distinguir la plata de ley de otros materiales que a veces se confunden con ella, como la "plata alemana" o "plata níquel", que en realidad no contienen plata en su composición, sino que son aleaciones de base (como cobre, níquel o zinc) con una fina capa electrostática de plata.
Platino: Durabilidad y Prestigio
El platino es un metal brillante de color blanco grisáceo, apreciado por su rareza, densidad y durabilidad. Tiene un punto de fusión significativamente más alto que el oro y la plata, fundiendo a 1755º C. Se alea con facilidad con otros metales como cobre, níquel, rutenio e iridio. El iridio es el endurecedor más eficaz y habitual para el platino, mientras que el oro, aunque lo endurece, lo hace frágil. El paladio también puede endurecerlo ligeramente.
Durante muchas décadas, el platino fue el metal predilecto para la fabricación de joyas de alta calidad, hasta que el oro blanco ganó popularidad. En la actualidad, su uso es menos extendido que el del oro o la plata, principalmente debido a las dificultades técnicas y los costes asociados a su elevado punto de fusión y a la complejidad de trabajarlo.
La Diversidad de Tipos de Joyas
El mundo de la joyería abarca una asombrosa variedad de formas y propósitos. Cada pieza, desde el más simple anillo hasta el más elaborado aderezo, tiene un nombre y una historia. Comprender la terminología ayuda a apreciar la riqueza de este arte.
Podemos encontrar piezas diseñadas para adornar diferentes partes del cuerpo o del atuendo:
- Anillos y Sortijas: Aros que se llevan en los dedos. Varían desde la simple alianza (anillo nupcial) hasta sortijas elaboradas con piedras (solitario, tresillo, roseta) o con funciones específicas (anillo de sello, ajustador).
- Collares y Gargantillas: Adornos para el cuello. Pueden ser simples cadenas, aros, o composiciones más complejas con colgantes o perlas. Los collares de perlas se distinguen por su longitud (gargantilla, princesa, matinée, ópera, sautoir) y si son graduados o uniformes.
- Pendientes: Adornos sujetos al lóbulo de la oreja. Existen variantes sin colgante (zarcillos) o con colgante (arracadas). Los cierres varían ampliamente (aro, gancho, tornillo, presión). Nombres específicos como dormilonas (diamante discreto) o criollas (aros grandes) identifican estilos particulares.
- Pulseras y Brazaletes: Adornos para la muñeca o el brazo. La pulsera es una adaptación moderna del brazalete antiguo, popularizada con la manga larga. La esclava es una pulsera rígida y ancha con un origen histórico particular.
- Broches y Alfileres: Piezas diseñadas para sujetar prendas o simplemente como adorno en la ropa. El broche, derivado de la fíbula antigua, puede tener dos partes que se enganchan.
- Colgantes: Piezas diseñadas para ser suspendidas de un collar o cadena, a menudo a la altura del escote.
- Aderezos: Conjuntos armoniosos de varias piezas (típicamente collar, pendientes, pulsera y sortija) diseñados para ser usados juntos, especialmente en alta joyería.
Además de estos tipos principales, existen piezas como diademas (adornos para la cabeza), gemelos (para los puños de camisas), camafeos (piezas talladas en relieve), cruces (figuras con valor simbólico) y fornituras (los mecanismos de cierre de las joyas).
Procesos de Fabricación: Del Metal a la Joya
La transformación de los metales en joyas es un arte que emplea diversas técnicas, que pueden clasificarse principalmente en métodos artesanales y procesos de producción en serie como la microfusión. A menudo, ambos se combinan, especialmente en la alta joyería.
Fabricación Artesanal
El método artesanal implica la creación de cada pieza individualmente, a menudo partiendo de un diseño o dibujo. El orfebre (también llamado "sacador de fuego" en esta fase inicial) traza los contornos de las piezas sobre una chapa del metal elegido y las corta con una segueta. Estas piezas planas se les da volumen y forma tridimensional utilizando herramientas como dados de embutir, lastras, tas o bigornias.
Una vez conformadas, las distintas partes de la joya se unen mediante soldadura, una técnica fundamental en la orfebrería. La soldadura se refiere tanto al proceso de unión como al metal de aportación utilizado para fundir las piezas.
Tras la unión, la joya pasa por varias fases de acabado:
- Limado: Se utiliza para eliminar el material sobrante y dar la forma exacta a las piezas, repasando superficies y bordes.
- Lijado: Se realiza minuciosamente para eliminar las marcas dejadas por las herramientas de limado y preparar la superficie para el pulido.
- Pulido: El objetivo es eliminar cualquier aspereza y dotar al metal del brillo necesario. Puede ser a mano (con hilos de algodón y cañas, común en alta joyería), mecánico (con rodillos), en tambor o electropulido.
Microfusión (Fundición a la Cera Perdida)
La microfusión es el procedimiento estándar para la producción de joyas en serie o para piezas con formas complejas que serían difíciles de lograr artesanalmente. Se estima que alrededor del 90% de las joyas producidas globalmente utilizan esta técnica. El proceso se basa en la reproducción de un modelo a través de un molde de cera que se "pierde" al fundirse durante el calentamiento.
Las fases principales son:
- Modelado: Se crea un modelo original a partir del cual se obtendrá un molde. Tradicionalmente, este modelo se hacía artesanalmente en metal o cera.
- Diseño y Modelado por Ordenador (CAD): La tecnología moderna permite diseñar joyas en 3D en un ordenador. Estos diseños digitales pueden visualizarse de forma foto-realística y modificarse fácilmente. Lo más innovador es la posibilidad de imprimir directamente el modelo en cera utilizando impresoras 3D. Este modelo de cera impreso se utiliza directamente en la siguiente fase.
- Preparación del Molde de Caucho (en método tradicional): Si el modelo original es en metal, se crea un molde de caucho alrededor de él, que se vulcaniza. Una vez abierto, este molde permite inyectar cera para obtener reproducciones exactas del modelo original.
- Preparación del Revestimiento (Árbol de Fusión): Las piezas de cera (obtenidas por inyección en caucho o por impresión 3D) se unen a un tronco central de cera, formando una estructura que recuerda a un árbol. Este "árbol" se sumerge repetidamente en baños de cerámica refractaria, secando cada capa, hasta formar una carcasa resistente. Se aplica vacío para eliminar burbujas de aire en el revestimiento.
- Vaciado de la Cera (Quemado): El cilindro con la carcasa de cerámica y el árbol de cera en su interior se calienta en un horno a altas temperaturas. La cera se funde y se vacía (de ahí "cera perdida"), dejando un hueco perfecto dentro de la carcasa con la forma exacta del árbol de piezas.
- Fundición Final y Generación de las Piezas: El metal de la aleación deseada se funde y se introduce en el hueco de la carcasa de cerámica. A menudo, se utiliza un proceso de centrifugado para asegurar que el metal fundido llene completamente todos los detalles del molde. Una vez enfriado, se rompe la capa externa de cerámica y se cortan las piezas del tronco central.
Las piezas obtenidas por microfusión ya tienen la forma básica, pero aún requieren procesos de acabado como limado y lijado antes de pasar a la fase de engastado y decoración.
Engastado de Gemas: El Arte de Sujetar la Luz
El engastado es la técnica mediante la cual las piedras preciosas o semipreciosas se fijan a la estructura metálica de la joya. Es un trabajo de gran especialización que requiere precisión y habilidad para asegurar la gema de forma segura y, al mismo tiempo, realzar su belleza.
Históricamente, las piedras se engastaban a menudo en forma de cabujón (superficie pulida y convexa) encajadas en el metal. A partir del Renacimiento, se popularizó el uso de "uñas" soldadas alrededor de la piedra. Un cambio significativo ocurrió hacia 1750, cuando se comenzó a eliminar el fondo de la joya bajo la piedra para permitir que la luz pasara a través de ella, aumentando su brillo y ligereza.
Hoy en día, existen numerosas formas de engastar, adaptadas a la forma, talla y fragilidad de cada piedra. El engastador debe crear un asiento perfecto para cada gema, a menudo en láminas muy finas de metal.
Tipos Comunes de Engaste
- Engaste Biselado Cerrado (o Plano): La piedra se rodea completamente con un borde de metal que se dobla sobre ella. Es seguro, no engancha en la ropa y protege los bordes de la piedra. Se usa para cabujones y piedras frágiles, común en bisutería y joyería para ciertas gemas.
- Engaste en Chatón: La piedra se sienta sobre una base (cinturilla) y se sujeta con garras que se doblan sobre su corona. Puede ser con o sin cinturilla. Las formas varían infinitamente. El término "chatón" también se usa para un tipo de engaste tubular con una pestaña para piedras redondas. Los solitarios (anillos con una sola piedra) a menudo usan engastes de chatones sin cinturilla, donde las garras se unen en la base.
- Engaste a Granos: Las piedras pequeñas se fijan levantando diminutos puntos o "granos" del metal de la superficie circundante y doblándolos sobre el borde de la piedra. A menudo se combina con otros tipos de engaste.
- Engaste en Clavos: Una variante donde las garras tienen forma de pequeños clavos.
- Engaste Mecánico: Usado en la industria, a menudo para decoración de cajas de reloj.
- Engaste Mixto: Combina diferentes técnicas, usado para piedras de forma o calibradas, también en decoración de relojes.
- Engaste Pleno: El metal rodea completamente el perímetro de la piedra, como se usa tradicionalmente en los anillos de sello.
Decoración y Acabado: El Toque Final
Una vez que la joya está formada y las gemas engastadas, se aplican diversas técnicas para decorar la superficie y darle el acabado final deseado:
- Grabado: Se crea un diseño ornamental cortando la superficie del metal con un instrumento llamado buril. Tradicionalmente a mano, hoy también existen técnicas mecánicas.
- Cincelado: Técnica para decorar superficies (como el martelé, que crea una textura martillada) obteniendo brillos o moteados con cinceles, aplanadores, punzones, etc.
- Chorro de Arena: Método para conseguir superficies matizadas o satinadas.
- Esmaltado: Técnica antigua que consiste en fusionar sustancias vítreas (esmaltes) sobre la superficie metálica en un horno. Existen diversas versiones como el cloisonné (tabicado con finos hilos de metal), champlevé (campos excavados), baja talla (sobre relieve bajo) y pliqué à jour (calado, sin base metálica).
- Dorado o Rodiado: Son baños electrolíticos que depositan una fina capa de otro metal (oro o rodio) sobre la joya. Se usan para unificar o cambiar el color del metal base, por ejemplo, el rodiado es común para dar al oro blanco su color más brillante y blanco.
Cuidados y Mantenimiento de Joyas y Gemas
Aunque muchas gemas son conocidas por su dureza, es fundamental recordar que la dureza no es lo mismo que la tenacidad. Una gema muy dura puede ser frágil y romperse con un golpe seco en ciertas direcciones (como el diamante por sus planos de exfoliación), o ser sensible a cambios de temperatura o productos químicos.
El cuidado adecuado es esencial para preservar la belleza y el valor de las joyas a lo largo del tiempo.
Normas Generales de Cuidado
- Almacenamiento: Nunca se deben guardar diferentes piezas de joyería juntas "revueltas", ni siquiera por poco tiempo. La dureza variable de las gemas y metales puede causar arañazos. Cada joya debe tener su propio estuche o compartimento forrado para protegerla de arañazos, polvo y golpes.
- Evitar el Calor: El fuego es un enemigo general para muchas gemas. La llama de un soldador o incluso la de una cocina de gas pueden dañar piedras como la amatista, el ámbar, las perlas o algunas turquesas.
- Productos Químicos: Cremas de belleza, perfumes, lacas para el pelo, tintes y ácidos pueden dañar tanto las gemas como los metales. Es recomendable ponerse las joyas después de aplicar productos cosméticos y, idealmente, no llevarlas a la peluquería.
- Limpieza: La limpieza profesional es la más segura. Para la limpieza casera, se suele recomendar agua templada con un detergente neutro y un cepillo suave. Es crucial aclarar bien y secar con cuidado. Si la joya tiene muchas piedras pequeñas, es prudente colar el agua de aclarado para no perder gemas que pudieran desprenderse. Se debe tener precaución con los líquidos limpiadores comerciales, ya que la diferente dilatación de la gema y el metal podría dañar la piedra si el engaste está muy ajustado.
Cuidados Específicos para Gemas Comunes
- Diamante: Aunque es la gema más dura, puede romperse por golpes en sus planos de exfoliación o ser rayado por otro diamante. Por ello, guárdalos separados. Los diamantes tienen una gran afinidad por la grasa, lo que puede hacer que pierdan brillo. Se limpian bien con agua templada y detergente neutro, frotando con un cepillo suave.
- Esmeralda: Es una gema muy delicada y frágil, sensible al calor. Las fisuras naturales ("jardines") a menudo se rellenan con aceites para hacerlas menos visibles. El calor, los jabones o la limpieza con ultrasonidos pueden disolver o secar este aceite, haciendo que las fisuras vuelvan a ser visibles o, peor aún, que la piedra se rompa. Lo ideal es evitar que se ensucie. Manipulaciones como ajustar un anillo con esmeralda deben hacerse con extremo cuidado profesional.
- Perlas: Son muy delicadas y sensibles a perfumes, maquillaje, sudor y calor. Deben ser lo último en ponerse y lo primero en quitarse. Guárdalas extendidas en un estuche con forro natural, evitando materiales sintéticos o cuero (por químicos de curtido/tinte). Limpia con un paño húmedo y solución jabonosa neutra, evitando mojar el hilo. El calor las seca, volviendo ásperas las capas externas y haciendo que pierdan brillo o "pardeen".
- Ópalo: El calor es su principal enemigo. Al ser poroso, también puede mancharse con perfumes y aceites.
Los joyeros deben informar a sus clientes sobre estos cuidados, lo cual no solo es un servicio valioso, sino que también fomenta la fidelidad.
Preguntas Frecuentes sobre Materiales y Técnicas en Joyería
A continuación, respondemos algunas preguntas comunes basadas en la información proporcionada:
Q: ¿Por qué los metales preciosos como el oro y la plata no se usan puros en joyería?
A: Principalmente porque en estado puro son demasiado blandos para ser duraderos y resistir el uso diario. Se alean con otros metales (liga) para mejorar su dureza, maleabilidad, resistencia a la oxidación y otras propiedades.
Q: ¿Qué significa la medida en quilates para el oro?
A: Los quilates miden la pureza del oro. 24 quilates representa oro puro (1000 milésimas). 18 quilates (18K) significa que de 24 partes, 18 son de oro puro y 6 son de otros metales (liga), equivalente a 750 milésimas de pureza.
Q: ¿Cómo se obtiene el oro blanco y por qué a veces parece grisáceo?
A: El oro blanco es una aleación de oro con metales blancos, comúnmente paladio (antes níquel, ahora restringido). El color natural de esta aleación es grisáceo o grisáceo amarillento. Para lograr un blanco brillante similar al platino, las joyas de oro blanco suelen recibir un baño superficial de rodio.
Q: ¿Qué es la plata sterling?
A: La plata sterling es la plata de 1ª ley, con una pureza de 925 milésimas (92.5% plata pura y 7.5% otros metales, usualmente cobre). Es el estándar común para la joyería de plata de calidad.
Q: ¿Qué es el proceso de microfusión y cuándo se utiliza?
A: La microfusión, o fundición a la cera perdida, es una técnica para reproducir modelos en metal a partir de un original de cera. Se utiliza ampliamente para la fabricación de joyas en serie o para piezas con formas complejas, permitiendo obtener múltiples reproducciones exactas listas para el acabado.
Q: ¿Qué es el engastado y por qué es importante?
A: El engastado es la técnica para fijar las gemas a la estructura metálica de la joya. Es crucial no solo para asegurar la piedra, sino también para realzar su belleza, permitiendo que la luz interactúe adecuadamente con ella.
Q: ¿Cómo debo cuidar mis joyas con gemas?
A: Guárdalas siempre separadas para evitar arañazos. Evita exponerlas a calor intenso y productos químicos (perfumes, cremas, tintes). Límpialas suavemente con agua templada y jabón neutro, o busca limpieza profesional, teniendo cuidado con la fragilidad de ciertas gemas como esmeraldas o perlas.
Q: ¿Es seguro limpiar todas las gemas con ultrasonidos?
A: No. Algunas gemas, especialmente las que tienen planos de exfoliación marcados o muchas fisuras (como la esmeralda), pueden romperse o dañarse con la vibración de la limpieza por ultrasonidos.
Conclusión
La creación de una joya es un proceso fascinante que combina la nobleza de los metales preciosos y la belleza de las gemas con la maestría de técnicas ancestrales y modernas. Desde la selección y aleación de metales como el oro, la plata y el platino, pasando por la conformación artesanal o la precisión de la microfusión, hasta el delicado engastado de cada piedra y los toques finales de decoración, cada paso contribuye a la singularidad de la pieza. Conocer estos materiales y procesos no solo enriquece nuestra apreciación por la joyería, sino que también nos capacita para cuidar nuestras preciadas posesiones y asegurar que su brillo perdure por generaciones.
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