¿Dónde se rodó la película El orfebre?

El Orfebre y el Secreto de La Rioja Alavesa

Valoración: 4.94 (9172 votos)

El cine tiene la capacidad de transportarnos a mundos y escenarios fascinantes, y a menudo, estos lugares existen mucho más allá de la ficción. La película "El secreto del orfebre", un drama romántico que capturó la atención del público, no solo nos presentó una historia de amor y reencuentro, sino que también nos desveló la belleza escondida de un rincón particular de la geografía española. Aunque el título principal evoca el arte milenario de la orfebrería, la trama se entrelaza de manera indisoluble con el paisaje y la atmósfera de su principal lugar de rodaje.

¿Dónde se rodó la película El orfebre?
El rodaje de El secreto del orfebre se ha llevado a cabo varios pueblos de la zona de La Rioja Alavesa, una de las siete comarcas de la provincia de Álava. Uno de ellos es Elciego. Un pequeño municipio de 955 habitantes, según los últimos datos del INE.Feb 20, 2025

El protagonista de esta historia es un joven orfebre, un artesano que moldea metales preciosos para crear belleza duradera. Su profesión, arraigada en la tradición y la habilidad manual, sirve como telón de fondo para un viaje que lo lleva de regreso a sus raíces. Este regreso no es solo geográfico, sino también emocional, desenterrando recuerdos y un intenso romance que marcó su vida. Pero, ¿dónde se desarrolla esta introspección y reencuentro? La respuesta nos lleva a una comarca conocida por sus viñedos y su encanto rural.

Índice de Contenido

La Rioja Alavesa: El Corazón del Rodaje

La elección del escenario para "El secreto del orfebre" recayó en la pintoresca zona de La Rioja Alavesa. Esta comarca, situada en la provincia de Álava, en el País Vasco, es famosa por su impresionante paisaje de colinas cubiertas de viñedos, salpicado de bodegas históricas y modernos diseños arquitectónicos dedicados al vino. Es un territorio que respira tradición vitivinícola y ofrece un marco incomparable, perfecto para un drama con tintes de nostalgia y romance.

Dentro de La Rioja Alavesa, varios pueblos sirvieron como telón de fondo, pero uno en particular se convirtió en el epicentro del rodaje, transformándose en el pueblo natal del protagonista. Este lugar es Elciego.

Elciego: El Pueblo que Se Convirtió en Cine

Elciego es un pequeño municipio que, a pesar de su modesto tamaño (con poco menos de mil habitantes según los últimos censos), posee una gran personalidad y un rico patrimonio. Situado en la parte más meridional de Álava, limita directamente con la comunidad autónoma de La Rioja, de ahí el nombre de la comarca. Su ubicación estratégica lo sitúa a una distancia cómoda de importantes ciudades del norte de España, como Logroño (aproximadamente a media hora), Vitoria-Gasteiz (la capital de Álava, a una hora) y Bilbao (a poco más de una hora).

Este encantador pueblo no era ajeno al turismo antes del rodaje, pero la película contribuyó a aumentar su notoriedad. Su atractivo reside no solo en su tranquilidad y belleza rural, sino también en su destacada oferta gastronómica y, por supuesto, en su profunda conexión con el mundo del vino. Elciego es considerado, con razón, el corazón vinícola de La Rioja Alavesa.

El rodaje de "El secreto del orfebre" tuvo lugar durante el mes de junio, un momento en que la naturaleza de la región está en pleno esplendor. Durante esas semanas, Elciego se convirtió en un auténtico plató de cine. Las calles empedradas, las plazas tranquilas y la arquitectura tradicional del pueblo sirvieron como escenario natural, impregnando la película de una autenticidad palpable. Incluso muchos de los vecinos de Elciego tuvieron la oportunidad de participar en la producción, actuando como figurantes y viviendo de cerca la magia del cine en su propia casa.

El Vínculo Entre el Orfebre y su Pueblo

Aunque la película se centra en la historia personal del orfebre, el entorno de Elciego y La Rioja Alavesa juega un papel crucial. El regreso a este lugar evoca los recuerdos del protagonista, la nostalgia de su juventud y el romance que lo marcó. El paisaje vinícola, con sus ciclos estacionales, puede interpretarse como un reflejo del paso del tiempo y de la evolución de los sentimientos. La solidez y la tradición asociadas a la orfebrería, el arte de trabajar materiales nobles para crear objetos de valor perdurable, encuentran un paralelo en la solidez de la arquitectura del pueblo y la tradición arraigada en la cultura del vino.

La película utiliza este escenario para potenciar la carga emocional de la historia. Las escenas rodadas entre viñedos, en las bodegas o en las calles del pueblo no son meros fondos, sino que contribuyen a crear la atmósfera íntima y personal que requiere un drama romántico. La belleza serena de Elciego contrasta o complementa los conflictos internos del personaje, creando una sinergia entre el arte cinematográfico y el arte de vivir en un lugar con tanta historia y carácter.

Más Allá del Cine: Los Atractivos de Elciego

Para aquellos que se sientan atraídos por Elciego después de ver "El secreto del orfebre", el pueblo ofrece mucho más que un simple decorado de cine. Su fama vinícola se sustenta en la presencia de algunas de las bodegas más prestigiosas del mundo. La más icónica es, sin duda, la bodega Marqués de Riscal, cuya impresionante arquitectura diseñada por Frank Gehry (el mismo arquitecto del Museo Guggenheim de Bilbao) se ha convertido en un símbolo de la innovación en un entorno tradicional. Visitar sus instalaciones y degustar sus vinos es una experiencia imprescindible.

La gastronomía es otro pilar fundamental de la identidad de Elciego y La Rioja Alavesa. La cocina local se basa en productos de la tierra y recetas tradicionales que maridan a la perfección con los excelentes vinos de la región. Platos como las chuletillas de cordero al sarmiento, cocinadas sobre las brasas de los restos de la poda de las vides, las contundentes alubias rojas, las clásicas patatas con chorizo o una buena chuleta de buey son solo algunos ejemplos de la riqueza culinaria que se puede disfrutar. Aunque el restaurante de Marqués de Riscal es renombrado (y en su momento ostentó una Estrella Michelin), numerosos establecimientos en el pueblo y la comarca ofrecen experiencias gastronómicas auténticas y memorables.

El patrimonio cultural de Elciego también merece una mención. La imponente Iglesia parroquial de San Andrés, con su arquitectura religiosa, domina el horizonte del pueblo y es un punto de referencia. La ermita de la Virgen de la Plaza es otro lugar de interés, testigo de la historia y las devociones locales. Pasear por las calles de Elciego es descubrir rincones con encanto, casas blasonadas y detalles arquitectónicos que hablan de su pasado.

El Orfebre, el Secreto y el Destino

La historia de "El secreto del orfebre" es una invitación a reflexionar sobre el pasado, el presente y cómo los lugares que habitamos (o habitamos en algún momento) moldean quiénes somos. Al igual que un orfebre trabaja el metal para darle forma y significado, los personajes de la película son moldeados por sus experiencias y por el entorno en el que estas se desarrollan. Elciego, con su belleza atemporal y su atmósfera cargada de historia y tradición, se convierte en un personaje más, un testigo silencioso de los secretos y las pasiones que se desvelan en la trama.

Comparativa: Aspectos de Elciego Revelados por el Cine

Aspecto de ElciegoCómo se Refleja en la PelículaImportancia para el Visitante Real
Paisaje VinícolaEscenario principal, atmósfera romántica y nostálgica.Ruta de bodegas, catas, vistas panorámicas, turismo enológico.
Arquitectura TradicionalFondo auténtico para las escenas del pueblo.Paseo por calles históricas, descubrimiento de plazas y edificios singulares.
Tranquilidad RuralAmbiente propicio para la introspección del protagonista.Escape del bullicio, relax, conexión con la naturaleza.
Cultura Local (Vecinos)Participación como figurantes, dotando de realismo.Hospitalidad, interacción con la gente local, sentir la vida del pueblo.

Esta tabla ilustra cómo los elementos que hacen de Elciego un lugar especial en la vida real también fueron clave para construir la narrativa visual de "El secreto del orfebre". La autenticidad del lugar enriqueció la película, y a su vez, la película ha puesto a este rincón de La Rioja Alavesa en el mapa para muchos espectadores.

Preguntas Frecuentes sobre la Película y su Rodaje

¿Cuál es el título exacto de la película?
El título exacto es "El secreto del orfebre".
¿Quién es el protagonista principal y cuál es su profesión en la película?
El protagonista es interpretado por Mario Casas y su personaje es un orfebre.
¿Dónde se rodó principalmente "El secreto del orfebre"?
Se rodó en varios pueblos de La Rioja Alavesa, siendo Elciego el lugar más destacado y central.
¿Es Elciego un lugar real o ficticio?
Elciego es un municipio real situado en la provincia de Álava, en el País Vasco, España.
¿Qué otros atractivos ofrece Elciego además de ser un escenario de cine?
Elciego es famoso por su turismo enológico, su gastronomía, bodegas de renombre (como Marqués de Riscal) y patrimonio histórico-artístico.
¿La película está basada en alguna obra previa?
Sí, "El secreto del orfebre" es una adaptación de la novela homónima de Elia Barceló.
¿Participaron los habitantes de Elciego en el rodaje?
Sí, muchos vecinos del pueblo participaron como figurantes durante las grabaciones.

En conclusión, "El secreto del orfebre" no solo nos sumerge en un drama romántico con un protagonista dedicado a un noble oficio artesanal, sino que también nos regala el descubrimiento de Elciego, un tesoro en La Rioja Alavesa. Un lugar donde el arte del vino, la rica gastronomía, la historia y un paisaje de ensueño se unen para ofrecer una experiencia inolvidable, tanto en la pantalla como en la vida real. La próxima vez que veas la película, presta atención a los detalles del entorno; cada rincón de Elciego cuenta una historia, al igual que cada pieza creada por un hábil orfebre.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a El Orfebre y el Secreto de La Rioja Alavesa puedes visitar la categoría Orfebreria.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir