La Semana Santa es una explosión de sentidos: el sonido inconfundible de una saeta, el aroma del incienso y la cera, la cadencia solemne de una marcha procesional y, por supuesto, la deslumbrante belleza visual de los pasos que recorren las calles. Más allá de las imágenes sagradas, los tejidos bordados y las flores, un elemento fundamental que contribuye de manera decisiva a este esplendor es el arte de la orfebrería y la platería. El metal, trabajado con paciencia y maestría por manos artesanas, se transforma en piezas que no solo decoran, sino que cargan de simbolismo y luz a cada cortejo penitencial.

La orfebrería, definida como el arte de trabajar los metales preciosos como el oro, la plata y sus aleaciones, tiene una presencia omnipresente en la Semana Santa. Desde los elementos estructurales que soportan el peso hasta los más delicados adornos que realzan la figura de Cristo o de la Virgen, el metal cincelado, labrado y repujado cuenta historias de fe, tradición e historia. Es un legado artístico que se transmite de generación en generación, conservando técnicas ancestrales para crear obras que son verdaderas joyas procesionales.
El Paso: Un Retablo Andante de Metal y Luz
El paso, esa estructura imponente que porta las imágenes, es un lienzo sobre el que la orfebrería despliega todo su esplendor. Cada elemento metálico tiene una función y un significado, contribuyendo a la armonía y suntuosidad del conjunto.
Los Varales, por ejemplo, son piezas cilíndricas de metal (a menudo plata o dorado) que sustentan el palio de la Virgen. Su número, generalmente ocho, diez o doce, marca la estructura del dosel. Estos varales no son simples tubos; están profusamente cincelados y adornados, a menudo presentando en su parte recta labrados o salientes llamados macollas o nudentes, que rompen la linealidad y añaden riqueza visual. En la parte inferior, el basamento soporta el peso, mientras que en la superior, remates como la macolla o perilla finalizan la pieza.
La Canasta o Canastilla, la parte labrada del paso de Cristo, puede ser de madera dorada con pan de oro o, en muchos casos, de orfebrería. Situada entre la mesa (donde descansa el peso) y el calvario (el monte o base de la imagen), presenta intrincados repujados y calados. Estos huecos, además de su valor estético, permiten la entrada de aire, crucial para los costaleros que trabajan bajo ella. El Dorado, aplicado por expertos doradores usando técnicas como el bruñido con piedra de ágata y panes de oro, transforma la madera, dándole un brillo y riqueza comparables a los del metal noble.
El Respiradero es otro elemento clave, una celosía calada que rodea la parte baja del paso. Su función práctica es permitir a los costaleros ver y respirar sin ser vistos, pero su valor artístico es inmenso. Realizados en metal repujado o calado, los respiraderos suelen contar con escenas bíblicas, motivos vegetales, heráldica de la hermandad y una profusión de detalles que los convierten en obras de arte por sí mismas.

La iluminación del paso, más allá de las velas de cera, también depende en gran medida de la orfebrería. La Candelería, ese mar de velas que inunda los pasos de Virgen, se asienta sobre soportes metálicos. En los pasos de Cristo, las luminarias pueden adoptar formas variadas, como las Caracolas, estructuras circulares o con forma de planta que albergan tulipas con velas. Los Faroles del Paso, a menudo situados en las esquinas o flanqueando la imagen, son piezas de metal elaboradas con vidrio o cristal (guardabrisas) que protegen la llama y añaden puntos de luz focalizados.
El Llamador o Martillo, esa aldaba de plata u otro metal situada en el frontal del respiradero, es quizás una de las piezas de orfebrería más icónicas y con más alma del paso. No solo es una herramienta fundamental para el capataz, que marca el ritmo y las paradas con sus golpes, sino que suele ser una pieza de gran belleza artística, con diseños únicos, figuras, escudos y roleos. Justo detrás del llamador, en la 'calle' central de la candelería en los pasos de Virgen, a menudo se coloca una Miniatura, una pequeña capilla, ostensorio o imagen de plata, a veces con rostros de marfil, que representa una advocación ligada a la hermandad, añadiendo un punto devocional y artístico singular.
Las Joyas de la Devoción: Orfebrería en las Imágenes y el Ajúar de la Virgen
La orfebrería alcanza una de sus expresiones más sublimes en las piezas que adornan directamente a las imágenes sagradas, especialmente a las Dolorosas.
La Corona de la Virgen es el símbolo máximo de su realeza y divinidad. Realizada en metales preciosos como el oro y la plata, a menudo enriquecida con pedrería, es una obra de arte suntuosa que se posa sobre la cabeza de la Madre. Cuando la imagen de la Virgen se presenta en un paso de calvario (sin palio), puede llevar una Diadema, una especie de nimbo o resplandor de mayor tamaño que la corona, igualmente trabajada en metales preciosos y rematada con ráfagas y estrellas, que se fija a su cabeza.
En las imágenes de Cristo, las Potencias son un distintivo de su divinidad. Son grupos de rayos de luz, tradicionalmente tres, que se colocan en la cabeza, realizadas en metal dorado.

Un elemento particularmente emotivo y artístico en las Dolorosas son los Puñales. Inspirados en la profecía de Simeón a María sobre la espada que traspasaría su alma, estas piezas de joyería, a menudo de oro, plata y con incrustaciones de pedrería, se colocan en el pecho de la Virgen, entre los pliegues de su tocado, simbolizando su dolor.
Aunque los mantos son principalmente textiles, la orfebrería se integra en ellos a través de los bordados. Hilos de oro, plata y seda se bordan sobre terciopelo o malla, creando intrincados diseños que cubren grandes superficies. Elementos metálicos como alamares, flecos (a veces configurados como bellotas de metal) y las estructuras que dan forma a las bambalinas del palio también son parte de esta fusión de arte textil y metálico.
Otras piezas de orfebrería que forman parte del ajuar de la Virgen o del paso incluyen Navetas, esas "salseras" de ricos metales donde se transporta el incienso, a menudo portadas por monaguillos o acólitos, y que son pequeñas obras de arte en sí mismas.
Insignias: El Metal que Marca el Camino
El cortejo procesional está jalonado por una serie de insignias que representan la identidad, historia y devoción de la hermandad. Muchas de ellas incorporan importantes elementos de orfebrería.
El Sudario, ese paño ricamente bordado que sirve de guía para un tercio de penitentes, es sostenido por un varal que puede tener remates metálicos, como la cruceta que lleva el emblema de la agrupación. Las Galas, paños bordados portados sobre pequeñas varas de orfebrería, son otro ejemplo.
El Simpecado, la insignia que abre la sección de Virgen y ostenta el lema 'sine labe concepta' (referente a la Inmaculada Concepción), a menudo es un estandarte con un asta rematada en metal y, en ocasiones, con elementos de orfebrería integrados en el propio paño o en la estructura que lo soporta. El Senatus (SPQR), el estandarte que representa al Senado y Pueblo Romano, también suele incorporar elementos metálicos.

Las Mazas, insignias de adorno o representación que desfilan en el cortejo, son con frecuencia piezas de orfebrería de gran tamaño y belleza. Los Faroles, ya mencionados en los pasos, también se portan junto a insignias importantes como la Cruz de Guía o el Simpecado, añadiendo solemnidad y luz al desfile.
Incluso el Libro de Estatutos o Reglas, una de las piezas patrimoniales más antiguas de una cofradía, puede tener encuadernaciones o cubiertas realizadas con metales preciosos, protegiendo y ennobleciendo el código jurídico de la hermandad.
Los Artífices: Manos de Orfebres y Doradores
Detrás de cada pieza de orfebrería procesional hay un artesano con un conocimiento y una habilidad transmitidos a menudo durante siglos. El Orfebre es el artista que trabaja directamente el metal. Sus herramientas, como la Embutidera (para dar volumen), buriles, gubias, cinceladores, martillos, sopletes y crisoles, son extensiones de sus manos y su visión artística. Es capaz de tomar una lámina de metal y transformarla mediante el cincelado (grabado), el labrado (trabajo en relieve) o el repujado (dar forma desde el reverso) en complejas figuras, roleos y adornos que parecen cobrar vida.
El Dorador, por su parte, es el especialista que aplica el dorado, transformando la madera en superficies que imitan el oro macizo. Utiliza herramientas como el Bruñidor, coronado a menudo por una Piedra de Ágata, para dar brillo al pan de oro, finísimas láminas del metal precioso que se aplican cuidadosamente sobre la madera imprimada. Su labor es esencial para complementar la orfebrería metálica y crear conjuntos visualmente ricos y coherentes.
Preguntas Frecuentes
La Semana Santa genera muchas preguntas sobre sus elementos y tradiciones. Aquí respondemos algunas:
¿Cómo se llaman los candelabros que se llevan en los pasos de Semana Santa?
En el argot cofrade, se les llama generalmente Candelabros. Específicamente en los pasos de Cristo, los soportes de las velas se denominan Candelabros. En los pasos de Virgen, el conjunto de velas es la Candelería, y las luminarias traseras, a menudo circulares con guardabrisas, se conocen como Candelabros de Cola o Candelabros de Guardabrisas. Las luminarias circulares con tulipas en los pasos de Cristo pueden llamarse Caracolas.

¿Cuándo se tapan las cruces e imágenes en Semana Santa?
Es una tradición, no obligatoria, que se lleva a cabo en algunas iglesias a partir del V Domingo de Cuaresma y se mantiene hasta el Viernes Santo. Las imágenes de santos y crucifijos se cubren con una tela morada, propia del tiempo litúrgico. Las razones son varias: evitar distracciones para que el fiel se centre en la conversión y las palabras del Evangelio; como una forma de penitencia, sintiéndose indigno de contemplar las imágenes; y como un signo de duelo o viudez de la Iglesia, recordando los sufrimientos de Cristo y la ausencia de su gloria antes de la Resurrección.
¿Cómo se llaman los que van en las procesiones de Semana Santa?
Principalmente se identifican tres figuras: los Nazarenos, que son los hermanos de la cofradía que acompañan las imágenes vestidos con túnica y capirote (o caperuz), portando cirios o insignias. Los Penitentes, que también son miembros de la cofradía que hacen estación de penitencia, a menudo descalzos y con antifaz en lugar de capirote, portando una cruz de madera. Y los Costaleros, que son las personas que llevan el peso del paso sobre sus hombros o a costal, protegiendo su cuello con una tela llamada costal.
¿Cómo se llama el cono de Semana Santa?
El cono de cartón cubierto de tela que los cofrades llevan en la cabeza para ocultar su rostro se llama Capirote.
¿Qué es un Orfebre en el contexto de la Semana Santa?
Un Orfebre es un artista artesano especializado en trabajar metales preciosos como el oro, la plata y pedrerías. En Semana Santa, son los encargados de crear y restaurar las piezas de metal que adornan los pasos, las insignias y las imágenes, utilizando técnicas tradicionales como el cincelado, el labrado y el repujado. Son fundamentales para el patrimonio artístico de las hermandades.
En conclusión, la orfebrería y la platería no son meros adornos en la Semana Santa. Son elementos esenciales que, con su brillo y su arte, realzan la belleza de los pasos, enriquecen el simbolismo de las imágenes y contribuyen a crear esa atmósfera única de devoción y esplendor que caracteriza esta celebración. Cada pieza metálica, desde el imponente varal hasta el más pequeño puñal, es el resultado de un oficio ancestral puesto al servicio de la fe y la tradición, un legado que brilla con luz propia en cada procesión.
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