El bezote es mucho más que una simple pieza de joyería o un adorno corporal. Es un testigo silencioso de las complejas estructuras sociales, creencias espirituales y avanzadas técnicas de orfebrería y lapidaria de diversas culturas ancestrales, particularmente en Mesoamérica y otras regiones de América precolombina. Este ornamento, insertado en una perforación realizada en el labio inferior, se convirtió en un distintivo inconfundible de identidad, rango y poder para quienes tenían el privilegio de portarlo.
Lejos de ser una moda pasajera, el uso del bezote estaba profundamente arraigado en el tejido social y ritual de civilizaciones como la mexica (azteca), maya, mixteca y otras. Su material, tamaño y diseño no eran aleatorios; cada detalle comunicaba información crucial sobre el portador: su linaje, su estatus militar o sacerdotal, su edad o su participación en ceremonias específicas. Explorar el mundo del bezote es adentrarse en la rica historia de la orfebrería y las prácticas corporales que definieron a estas sociedades.
Orígenes e Historia Antigua
La práctica de modificar el cuerpo con fines estéticos, rituales o sociales tiene raíces milenarias en diversas partes del mundo, y el uso del bezote en América no es la excepción. Evidencia arqueológica sugiere que los bezotes se utilizaban desde periodos muy tempranos, mucho antes del apogeo de los grandes imperios. Se han encontrado piezas en contextos funerarios y asentamientos que datan de siglos antes de nuestra era, lo que indica una larga tradición en la región.
En Mesoamérica, el bezote alcanzó gran sofisticación y simbolismo durante el Periodo Clásico y Posclásico. Culturas como la maya clásica representaron a sus gobernantes y élites portando elaborados bezotes en estelas, murales y cerámica. Los mexicas, por su parte, integraron el bezote de manera prominente en su iconografía y jerarquía social. La conquista española en el siglo XVI representó un quiebre abrupto en muchas de estas tradiciones. Los invasores europeos, ajenos y a menudo hostiles a las prácticas corporales indígenas, desalentaron o prohibieron el uso de ornamentos como el bezote, viéndolos como costumbres paganas o bárbaras. Esto llevó a una disminución drástica de su uso y, eventualmente, a su casi total desaparición como práctica cultural viva.
Materiales: Un Reflejo de Estatus y Creencia
Uno de los aspectos más fascinantes del bezote es la diversidad de materiales con los que se elaboraba, cada uno con su propio valor intrínseco y simbólico. La elección del material estaba directamente relacionada con el estatus del portador y el contexto de uso. Los materiales más preciados estaban reservados para la élite gobernante, sacerdotes de alto rango y guerreros distinguidos.
El jade era quizás el material más valorado en Mesoamérica, incluso por encima del oro en muchas culturas. Su color verde se asociaba con el agua, la vegetación, la vida, la fertilidad y el renacimiento. Los bezotes de jade, a menudo finamente tallados y pulidos, eran símbolos de poder, linaje y conexión con lo divino. Su elaboración requería una habilidad lapidaria excepcional, utilizando abrasivos y herramientas rudimentarias.
El oro, trabajado magistralmente mediante técnicas como el vaciado a la cera perdida o el martillado, era otro material de altísimo prestigio. Los bezotes de oro podían tener formas complejas, a menudo representando figuras zoomorfas o antropomorfas, o diseños geométricos intrincados. El brillo del oro se asociaba con el sol, una deidad central en muchas cosmogonías mesoamericanas, confiriendo al portador una aura de divinidad y poder solar.
La plata, aunque menos común que el oro en algunas regiones como el centro de México antes de la llegada de los españoles (quienes explotaron intensivamente los yacimientos de plata), también se utilizaba para elaborar bezotes, especialmente en áreas con acceso a este metal. La platería precolombina, aunque quizás no tan famosa como la orfebrería en oro de ciertas culturas, produjo piezas de gran belleza y sofisticación.
Otros materiales como la obsidiana, una roca volcánica vítrea y afilada, también se empleaban. Los bezotes de obsidiana podían ser simples plugs o piezas más elaboradas. La obsidiana tenía connotaciones rituales y se asociaba con la noche, el inframundo y la guerra. La madera y el hueso eran materiales más accesibles y probablemente utilizados por individuos de menor rango o en contextos menos formales, aunque también podían ser finamente trabajados.
La combinación de materiales era común, con bezotes que incorporaban incrustaciones de concha, turquesa o pirita para añadir color y brillo, demostrando una avanzada comprensión de las técnicas de incrustación y ensamble.
El bezote no era un simple accesorio; su uso estaba cargado de significado en múltiples niveles:
- Estatus Social y Jerarquía: Como se mencionó, el material y la elaboración del bezote indicaban el rango del individuo. Solo la nobleza, los sacerdotes de alto nivel y los guerreros de élite tenían permitido usar bezotes de materiales preciosos como jade u oro. Portar un bezote era una declaración pública de la posición social del individuo dentro de la estricta jerarquía de estas sociedades.
- Rito de Paso: Para los jóvenes guerreros mexicas, por ejemplo, ganar el derecho a usar un bezote era un rito de paso significativo. Después de capturar a su primer prisionero para el sacrificio, un guerrero podía recibir un bezote, a menudo de materiales menos preciosos inicialmente, y ascender en rango, ganando el derecho a usar bezotes más elaborados con futuros logros militares.
- Identidad y Afiliación: La forma o el material del bezote podían indicar la afiliación a un determinado grupo social, clan o incluso una ocupación específica (como sacerdote o guerrero).
- Conexión con lo Divino: Los materiales preciosos como el jade y el oro se asociaban con deidades y conceptos cosmológicos. Portar un bezote de estos materiales podía interpretarse como una manifestación de la conexión del individuo con el mundo espiritual o como una encarnación de ciertos atributos divinos.
- Belleza y Estética: Dentro de los cánones de belleza de estas culturas, la perforación del labio y el uso del bezote eran considerados estéticamente agradables y una forma de realzar la apariencia.
Tipos, Formas y Estilos
Los bezotes presentaban una sorprendente variedad de formas y estilos, que variaban según la cultura, el periodo y el estatus del portador. Algunos de los tipos más comunes incluían:
- Bezotes de Plug o Cilindro: Piezas cilíndricas o ligeramente cónicas que simplemente llenaban la perforación. Podían ser lisos o tener grabados y estar hechos de diversos materiales.
- Bezotes de Disco: Consistían en un disco plano que se insertaba en el labio, con una parte posterior más pequeña para mantenerlo en su lugar. El disco frontal podía ser liso, pulido, o estar decorado con relieves o incrustaciones.
- Bezotes en Forma de 'T' o 'Botón': Tenían una parte posterior en forma de 'T' o un botón que pasaba a través de la perforación y una parte frontal más ancha, a menudo decorada. Esta forma proporcionaba una sujeción segura.
- Bezotes Figurativos: Las piezas más elaboradas a menudo representaban figuras de animales (serpientes, águilas, jaguares), seres mitológicos, rostros humanos o símbolos abstractos. Estos eran típicamente reservados para la élite y demostraban la maestría del artesano.
- Bezotes de Serpentina: Algunas piezas de jade o piedra verde tenían una forma curva que se adaptaba a la forma del labio, a menudo pulidas hasta alcanzar un brillo intenso.
El tamaño de los bezotes también variaba enormemente, desde pequeñas piezas discretas hasta ornamentos tan grandes que llegaban a descansar sobre la barbilla o el pecho, indicando un altísimo estatus o un rol ceremonial particular.
La Artesanía Detrás del Bezote
La creación de un bezote, especialmente aquellos elaborados con materiales preciosos como el jade o el oro, requería una habilidad artesanal excepcional. Los lapidarios que trabajaban el jade y otras piedras duras utilizaban técnicas de abrasión con arena y agua, frotando pacientemente la piedra con herramientas de madera, hueso o piedra más dura. El pulido final se lograba frotando la pieza con materiales más finos hasta obtener un brillo especular.
La orfebrería en metales preciosos como el oro y la plata en Mesoamérica y otras regiones como el Área Intermedia (actual Colombia, Panamá, Costa Rica) y los Andes alcanzó niveles de sofisticación comparables o superiores a los de Europa en la misma época. Para crear bezotes de oro, los artesanos empleaban técnicas como el vaciado a la cera perdida, que permitía crear formas huecas y complejas con gran detalle. También dominaban el martillado, el repujado, la filigrana, la granulación y la soldadura para crear piezas únicas y elaboradas. La habilidad para trabajar estos materiales, transformándolos de su estado bruto en objetos de gran belleza y simbolismo, era altamente valorada en estas sociedades.
El Bezote en Comparación con Otras Prácticas Corporales
Si bien el bezote es distintivo por su ubicación en el labio, no era la única forma de modificación corporal o uso de ornamento en estas culturas. La perforación y el uso de orejeras (expansores de lóbulo) eran extremadamente comunes y también indicativos de estatus. Los ornamentos nasales (narigueras), los collares, las pulseras y los anillos también formaban parte del ajuar de la élite.
La particularidad del bezote residía en su visibilidad frontal y su impacto en la expresión facial y el habla, lo que sin duda aumentaba su poder como comunicador de identidad. A diferencia de las orejeras, que podían ser muy grandes pero quedaban a los lados de la cabeza, el bezote se situaba en el centro del rostro, atrayendo inmediatamente la atención hacia la boca del portador, un área crucial para el habla y la comunicación social.
El Bezote Hoy
Aunque el uso tradicional del bezote como práctica cultural desapareció en gran medida tras la conquista, el interés por estas piezas históricas perdura. Los bezotes son objetos de estudio para arqueólogos, historiadores del arte y antropólogos, ofreciendo valiosa información sobre las sociedades que los crearon y usaron. Piezas excepcionales se conservan en museos alrededor del mundo, admiradas por su belleza artística y su significado cultural.
En el contexto de la modificación corporal contemporánea, la perforación del labio (labret piercing) existe, y aunque a veces se utilizan plugs o discos que recuerdan lejanamente a los bezotes históricos, carecen del profundo contexto social, ritual y jerárquico que tenían las piezas precolombinas. La recreación o inspiración en diseños antiguos se da más en el ámbito artístico o de la joyería contemporánea que busca evocar la estética ancestral.
Preguntas Frecuentes sobre el Bezote
¿Era doloroso usar un bezote?
La perforación inicial sin duda implicaba dolor y riesgo de infección, dados los métodos rudimentarios. Sin embargo, una vez curada, el uso de la pieza podía ser relativamente cómodo, aunque un bezote grande podría afectar el habla y la alimentación. El significado cultural y social superaba probablemente las molestias físicas.
¿Quiénes tenían permitido usar bezotes?
Generalmente, su uso estaba restringido a las élites: gobernantes, nobles, sacerdotes y guerreros destacados. El acceso a bezotes de materiales preciosos como jade u oro era aún más limitado, reservado a la cima de la jerarquía social.
¿Cuál era el material más valorado para un bezote?
En muchas culturas mesoamericanas, el jade era el material más preciado, incluso más que el oro, debido a su profundo simbolismo asociado a la vida y la fertilidad. El oro también era de altísimo valor, especialmente en culturas como la mexica.
¿Se usaban bezotes en ambos labios?
La práctica más común era perforar únicamente el labio inferior. Rara vez se encuentran referencias o representaciones de bezotes en el labio superior, aunque algunas culturas podían usar narigueras que se extendían hasta cubrir la boca.
¿Por qué dejaron de usarse los bezotes?
El uso de bezotes y otras formas de modificación corporal indígena fue suprimido por los conquistadores españoles y las autoridades coloniales, quienes consideraban estas prácticas como paganas y contrarias a la moral cristiana. La imposición de nuevas normas culturales y religiosas llevó a su abandono.
En conclusión, el bezote es una pieza de joyería histórica de inmenso valor cultural y artístico. Representa no solo la maestría de los antiguos artesanos en el trabajo de materiales duros y preciosos, sino también un complejo sistema de comunicación social y simbólica. Cada bezote cuenta una historia sobre la persona que lo portaba, la sociedad en la que vivía y las creencias que daban forma a su mundo. Son un recordatorio tangible de la riqueza y diversidad de las prácticas corporales y la orfebrería en las civilizaciones precolombinas.
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