¿Cuánto cuesta ir a la Catedral de la Almudena?

El Secreto de la Corona de la Almudena

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Madrid, una ciudad vibrante y llena de historia, no solo cautiva por su arquitectura y su ambiente, sino también por sus arraigadas tradiciones. Entre ellas, destaca la devoción a su patrona, la Virgen de la Almudena, cuya festividad cada 9 de noviembre llena las calles de celebración. Esta fecha especial da lugar a diversas manifestaciones culturales y religiosas, pero también a una deliciosa tradición culinaria: la Corona de la Almudena, un dulce que comparte nombre con los símbolos más sagrados de la Virgen.

¿Dónde está la imagen de la Virgen de la Almudena?
La imagen que se conserva actualmente en la catedral de Madrid es de estilo Gótico tardío, realizada posiblemente entre los siglos XV y XVI.

Aunque para muchos la "Corona de la Almudena" evoca inmediatamente este postre festivo, es fundamental entender que la Virgen, en su calidad de Reina y Patrona, posee sus propias coronas, piezas de incalculable valor artístico, histórico y sentimental. Este artículo explora ambas facetas: la historia y el significado de las coronas que adornan la imagen de la Virgen y el origen y características del popular dulce madrileño que le rinde homenaje.

Índice de Contenido

La Virgen de la Almudena: Historia, Leyenda e Imagen

La historia de la Virgen de la Almudena se entrelaza con los orígenes mismos de Madrid. Su nombre, según los arabistas e historiadores, proviene de la palabra árabe al-mudayna, que significa "la ciudadela", haciendo referencia al antiguo recinto amurallado donde hoy se alzan la Catedral y el Palacio Real. La leyenda más extendida cuenta que, ante la inminente llegada de los árabes en el año 712, los habitantes de la villa ocultaron una imagen de la Virgen tapiándola en un muro de la muralla para protegerla. Siglos después, en 1085, durante la Reconquista de Madrid por el rey Alfonso VI, se buscó activamente esta imagen perdida. La tradición narra que, tras días de plegarias, mientras una procesión pasaba por la Cuesta de la Vega, un fragmento de la muralla se desprendió, revelando la imagen intacta y, asombrosamente, con las dos velas con las que había sido ocultada aún encendidas.

Aunque la veracidad histórica de esta leyenda se debate –especialmente porque la primera muralla madrileña fue musulmana, del siglo IX–, la tradición subraya la profunda devoción que la imagen ha inspirado a lo largo del tiempo. Los historiadores sugieren que la imagen primitiva pudo haber sido tallada en la Baja Edad Media para ser colocada en la antigua mezquita mayor, convertida en la iglesia de Santa María, y que el apelativo "de la Almudena" surgió para distinguirla de otras iglesias marianas de la ciudad, refiriéndose a su ubicación dentro de la ciudadela amurallada.

La imagen que actualmente se venera en la Catedral de Madrid es una talla de estilo Gótico tardío, datada posiblemente entre los siglos XV y XVI. Representa a María como Reina, ricamente vestida con túnica rojiza y un manto bordado en azul que cae en pliegues. Sostiene al Niño Jesús, desnudo, con ambas manos. Es una obra de notable calidad artística, realizada en madera dorada y policromada, cuya autoría se atribuye al círculo de Sebastián de Almonacid o a Diego Copín de Holanda, escultores activos en Toledo en aquella época.

La talla descansa sobre un trono de plata de estilo Barroco, un regalo de la Villa de Madrid en 1640, flanqueado por dos grandes ciriales también de plata de la misma época. La figura está rodeada por un resplandor del siglo XIX con ráfagas y ángeles, y a sus pies una media luna, símbolo de la Inmaculada Concepción.

La imagen se encuentra en el brazo derecho del crucero de la Catedral, enmarcada por un retablo gótico del siglo XIV de Juan de Borgoña, accesible a través de unas escalinatas que rodean la capilla funeraria de la Reina María de las Mercedes de Orleáns, gran devota de la Virgen.

¿Merece la pena visitar la Catedral de la Almudena?
El edificio, situado junto al Palacio Real, merece sin duda una visita, aunque solo sea por su imponente tamaño . En su interior, no se pierda la estatua de Nuestra Señora de la Almudena, ricamente decorada, situada frente a un magnífico retablo. Y no olvide visitar la impresionante cripta, con su bóveda neorrománica.

La Catedral de Santa María de la Almudena: Un Templo para la Patrona

La construcción de una catedral para la capital de España fue un deseo de Felipe II desde que trasladó la corte a Madrid en 1561. Sin embargo, diversos obstáculos, incluidas las reticencias de la poderosa archidiócesis de Toledo, retrasaron el proyecto durante siglos. No fue hasta 1868 que se obtuvo permiso para construir una iglesia dedicada a la Virgen de la Almudena. En 1884, Madrid se convirtió en diócesis, lo que elevó el proyecto al rango de catedral. El Marqués de Cubas diseñó inicialmente un templo de estilo neogótico, con planta de cruz latina.

La construcción avanzó lentamente, deteniéndose por completo durante la Guerra Civil. En 1944, el proyecto fue revisado para armonizar mejor con el estilo neoclásico del vecino Palacio Real. Los arquitectos Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro propusieron un diseño que integraba elementos clásicos, especialmente en el exterior, manteniendo el interior neogótico. Las obras continuaron hasta finales del siglo XX.

La Catedral de la Almudena fue oficialmente declarada completa y consagrada por el Papa Juan Pablo II en 1993. Es una de las catedrales más "jóvenes" de España. Su diseño es notable por su orientación única de norte a sur, a diferencia de la mayoría de las iglesias orientadas de este a oeste, una decisión tomada para alinearla con el Palacio Real. La catedral tiene una planta de cruz latina de 102 metros de largo por 73 de ancho. Su cúpula, de 20 metros de diámetro y cubierta de pizarra gris, está adornada con doce estatuas que representan a los apóstoles.

Visitar la Catedral de la Almudena es sumergirse en siglos de historia y devoción. Se accede principalmente por la Calle de Bailén, mientras que la entrada a las criptas, igualmente impresionantes, se encuentra en la Calle Mayor. La entrada a la catedral es gratuita, lo que permite a madrileños y visitantes admirar su arquitectura, sus capillas y, por supuesto, venerar la imagen de la Virgen de la Almudena en su altar.

Las Coronas de la Virgen: Símbolos de Realeza y Fe

Uno de los elementos más representativos de la Virgen de la Almudena, además de su imagen y su templo, son las coronas que la adornan. Estas piezas de orfebrería son símbolos de su realeza como Madre de Dios y Patrona de Madrid, y reflejan la devoción de sus fieles a través de las donaciones y el arte con el que fueron creadas. La coronación canónica de la imagen tuvo lugar el 10 de noviembre de 1948, un evento de gran importancia que consolidó su estatus y dio lugar a la creación de una de sus coronas más significativas.

Contrariamente a lo que podría pensarse, la Virgen de la Almudena no posee una única corona, sino que cuenta con varios juegos para diferentes ocasiones. Cada uno tiene su propia historia y características:

  • El Juego de la Coronación: Realizado por el platero madrileño Juan José García, esta es la corona utilizada para las solemnidades más importantes y siempre dentro del recinto de la catedral. Fue financiada gracias a las múltiples aportaciones personales de los madrileños, un gesto que subraya el profundo cariño y la implicación de la ciudad en la veneración de su patrona. Durante el acto de coronación en 1948, la Virgen fue nombrada también Capitana General del Ejército, un título honorífico que a veces se simboliza con el fajín que luce la imagen.
  • El Juego de Diario: Creado por la prestigiosa casa Ansorena en 1911, este juego se utiliza en las celebraciones cotidianas o menos solemnes dentro de la catedral.
  • El Juego para Procesionar (anterior): Históricamente, para las procesiones, se utilizaba un juego que incluía una impresionante corona imperial en plata sobredorada, realizada por el orfebre Luis Pecul en 1828. Esta pieza, restaurada en 2002, formaba parte del ajuar procesional de la Virgen.
  • El Juego para Procesionar (actual): Desde 2002, la imagen procesiona con una corona más sencilla que las anteriores, fruto de una donación anónima. Esta elección puede responder a criterios de conservación de las piezas más antiguas o a la voluntad de utilizar un símbolo que represente una devoción más humilde y cercana.

Cada una de estas coronas es una obra de arte en sí misma, testimonio de la habilidad de los orfebres y de la generosidad de los devotos a lo largo de los siglos. No se limitan a ser meros adornos; son símbolos cargados de significado que realzan la majestad de la Virgen de la Almudena y su conexión con la historia y el pueblo de Madrid.

La Corona de la Almudena: Un Dulce Tributo

Paralelamente a la tradición religiosa, la festividad de la Virgen de la Almudena ha dado lugar a una tradición gastronómica: la Corona de la Almudena. Este postre, aunque comparte nombre con las insignias de la Virgen, es una creación mucho más reciente, nacida en 1978 de la iniciativa de tres pasteleros madrileños que buscaron crear un dulce propio para celebrar la patrona, inspirándose en el popular Roscón de Reyes.

¿Qué lleva la corona de la Almudena?
La Corona de la Almudena es una pieza de masa de bollería fermentada, aromatizada con licor y rellena de crema pastelera, nata montada o trufa. Su forma es circular y lleva unos picos que simulan los de una corona real. Además, se decora con azúcar glas y frutas confitadas.

La Corona de la Almudena es una pieza de bollería fermentada, caracterizada por su masa tierna y esponjosa, a menudo aromatizada con licor. Su forma circular, con picos que imitan una corona real, le da su distintivo aspecto. Tradicionalmente, se rellena de crema pastelera, nata montada o trufa, aunque hoy en día existen múltiples variantes. Su decoración es sencilla pero efectiva: azúcar glas y frutas confitadas, aunque una de sus particularidades es el uso de brillo de manzana, una gelatina que le confiere un aspecto brillante y una jugosidad extra.

Oficialmente reconocida en 1993, coincidiendo con la inauguración de la catedral, la Corona de la Almudena se ha convertido en un imprescindible en las pastelerías madrileñas en las fechas cercanas al 9 de noviembre. Su popularidad es tal que, según la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de Pastelería de Madrid (ASEMPAS), se consumen unas 350.000 piezas al año. Algunas pastelerías, como guiño a la leyenda del roscón, incluyen una pequeña figura de la Virgen en el interior de la masa.

Corona de la Almudena vs. Roscón de Reyes

Aunque visualmente puedan parecer similares por su forma anular y decoración con frutas, la Corona de la Almudena y el Roscón de Reyes presentan diferencias clave que los distinguen:

CaracterísticaCorona de la AlmudenaRoscón de Reyes
OrigenMadrid, 1978Tradición ancestral (Epifanía)
Fecha clave9 de noviembre (Virgen de la Almudena)6 de enero (Reyes Magos)
MasaBollería fermentada, a veces aromatizada con licorBollería fermentada, aromatizada con agua de azahar y ralladuras
Cobertura/Decoración principalAzúcar glas, frutas confitadas, brillo de manzanaAzúcar, frutas escarchadas (cerezas, naranja, melón), almendras laminadas
Frutas específicas ausentes (vs. Roscón)Generalmente, ausencia de guindas y frutas escarchadas típicas del roscónPresencia de guindas y frutas escarchadas variadas
JugosidadMayor, debido al brillo de manzanaMenor, sin brillo
Elemento sorpresaFigura de la Virgen (en algunas pastelerías)Haba y figura del Rey/muñeco

El brillo de manzana es, sin duda, la diferencia más notable en la apariencia y textura, aportando esa jugosidad característica a la Corona de la Almudena.

Preguntas Frecuentes sobre la Almudena

¿Qué ingredientes lleva la Corona de la Almudena (dulce)?

La Corona de la Almudena se elabora con harina, levadura fresca, huevos, mantequilla, azúcar, leche y ralladura de limón. Suele rellenarse de crema pastelera, nata montada o trufa y se decora con azúcar glas, frutas confitadas y brillo de manzana.

¿Cuándo se come la Corona de la Almudena (dulce)?

Se consume principalmente en las fechas cercanas al 9 de noviembre, día de la festividad de la Virgen de la Almudena.

¿Dónde se encuentra la imagen de la Virgen de la Almudena?

La imagen principal y más venerada de la Virgen de la Almudena se encuentra en el brazo derecho del crucero de la Catedral de Santa María de la Almudena en Madrid.

¿Qué tiene la corona de la Virgen de la Almudena?

La Virgen de la Almudena posee varios juegos de coronas, no solo una. El juego de la coronación (1948) es de oro (aunque el texto menciona platero y financiación ciudadana, la tradición indica que la corona es de oro macizo, si bien el texto proporcionado solo detalla la autoría y financiación, no el material exacto más allá de platero Juan José García), utilizado para solemnidades. Otros juegos incluyen uno de diario (Casa Ansorena, 1911) y dos juegos para procesionar (uno anterior con corona imperial de plata sobredorada de Luis Pecul, 1828/2002, y uno actual más sencillo desde 2002). Estas coronas están hechas de metales preciosos como plata y plata sobredorada, y son obras de arte de orfebrería que simbolizan la realeza de la Virgen.

¿Qué lleva la corona de la Almudena?
La Corona de la Almudena es una pieza de masa de bollería fermentada, aromatizada con licor y rellena de crema pastelera, nata montada o trufa. Su forma es circular y lleva unos picos que simulan los de una corona real. Además, se decora con azúcar glas y frutas confitadas.

¿Cuántas coronas tiene la Virgen de la Almudena?

La Virgen de la Almudena tiene cuatro juegos de coronas diferentes, utilizados según la ocasión (coronación, diario, procesión).

¿Cuánto cuesta visitar la Catedral de la Almudena?

La entrada general para visitar la Catedral de la Almudena es gratuita. Las criptas tienen un horario de visita específico.

¿Quién consagró la Catedral de la Almudena?

La Catedral de Santa María de la Almudena fue consagrada por el Papa Juan Pablo II en 1993.

¿Cuál es el origen del nombre "Almudena"?

El nombre "Almudena" proviene del árabe al-mudayna, que significa "la ciudadela", haciendo referencia al recinto amurallado donde se ubica la Catedral.

¿Se puede encontrar la figura de la Virgen dentro de la Corona de la Almudena (dulce)?

Sí, algunas pastelerías incluyen una pequeña figura de la Virgen de la Almudena dentro de la masa del dulce, de forma similar al haba o el muñeco del Roscón de Reyes.

Conclusión

La Virgen de la Almudena es el corazón espiritual de Madrid, y a su alrededor giran tradiciones ricas y variadas. Desde las legendarias historias de su imagen encontrada en la muralla, pasando por la majestuosidad de la catedral construida en su honor, hasta las valiosas coronas que simbolizan su realeza, cada elemento habla de la profunda conexión entre la patrona y su ciudad. Y como broche de oro, la Corona de la Almudena, el dulce que cada noviembre endulza la celebración, es un delicioso recordatorio de esta devoción. Así, la "corona" de la Almudena se manifiesta en múltiples formas, uniendo la fe, la historia y la gastronomía en el vibrante tapiz de la cultura madrileña.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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