¿Qué aleaciones se utilizan en joyería?

Plata y Oro: La Intriga de Sus Aleaciones

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La plata y el oro, metales venerados a lo largo de la historia por su belleza y valor, no solo existen en estado puro, sino que a menudo se combinan para formar aleaciones con propiedades únicas. Estas mezclas metálicas son fundamentales en la orfebrería, la industria y la tecnología. Comprender cómo se comportan estos metales cuando se unen es crucial, especialmente a nivel atómico. Una de las áreas de estudio más intrigantes es la composición de su superficie y cómo esta puede diferir de la composición interna, un fenómeno conocido como segregación.

¿Cuáles son las aleaciones de plata?
La plata se puede alear con todos los metales de bajo punto de fusión, como el zinc, (Zn), estaño, (Sn), etc. En joyería la aleación más común suele ser: plata/cobre. Uno de los problemas de las aleaciones de plata es su oscurecimiento, esto debido a la reacción de la plata ante el azufre atmosférico.
Índice de Contenido

La Fascinante Unión de Plata y Oro

Cuando la plata (Ag) y el oro (Au) se mezclan, forman lo que se conoce como una aleación. Lo notable de la combinación de plata y oro es que pueden formar una serie continua de soluciones sólidas en todo el rango de composición. Esto significa que, en teoría, se puede crear una aleación con cualquier proporción de plata y oro, y los átomos de ambos metales se distribuirán de manera uniforme en la estructura cristalina. A diferencia de otras aleaciones, no se conocen estructuras químicamente ordenadas documentadas para Ag/Au, aunque sí hay evidencia de cierto orden a corto alcance. Un factor que contribuye a esta facilidad de mezcla es que las constantes de red de la plata y el oro puros son casi idénticas. Esto implica que hay muy poca tensión en la red cristalina cuando se mezclan, lo que normalmente impulsaría la segregación de un elemento sobre otro.

El Misterio de la Superficie: ¿Segrega la Plata?

A pesar de la aparente miscibilidad perfecta en la masa, el comportamiento de la superficie de las aleaciones Ag/Au ha sido objeto de intenso estudio y debate. La superficie de un material es su interfaz con el mundo exterior y sus propiedades (reactividad, catalíticas, estéticas) a menudo dependen fuertemente de su composición en las primeras capas atómicas. La pregunta clave ha sido si uno de los componentes, en este caso la plata o el oro, tiende a acumularse o segregarse en la superficie en comparación con la composición del interior (masa) de la aleación.

Primeras Investigaciones: Resultados Contradictorios

Los primeros estudios sobre la segregación en aleaciones de plata y oro arrojaron resultados contradictorios, lo que generó un considerable misterio. Fain y McDavid, por ejemplo, estudiaron aleaciones Ag/Au cultivadas epitaxialmente sobre sustratos de mica. Utilizaron Espectroscopia Auger de Electrones (AES) para medir la composición y no observaron evidencia de segregación en la superficie después de recocer las muestras a unos 700 K. Este resultado fue respaldado por Bouwman y colaboradores, quienes también utilizaron AES en muestras policristalinas con diferentes composiciones. Después de equilibrarlas a unos 920 K, encontraron que la composición de la superficie y la masa eran las mismas.

La Evidencia de la Segregación: Nuevas Técnicas y Descubrimientos

En marcado contraste con las conclusiones iniciales, otros investigadores sí midieron una segregación significativa de plata. Nelson utilizó Espectroscopia de Dispersión de Iones (ISS) para estudiar la composición superficial de dos aleaciones policristalinas. Para una composición de masa de aproximadamente 70% Ag, los datos mostraron una composición superficial de aproximadamente 85% Ag. En la muestra con aproximadamente 35% Ag en masa, la composición superficial medida fue de aproximadamente 58% Ag. Observó poco cambio en la composición superficial con la temperatura en el rango de 900 a 1200 K y encontró una concordancia cualitativa razonable con la teoría de la solución regular.

Overbury y Somorjai también encontraron que las superficies Ag/Au estaban enriquecidas en Ag utilizando AES. Estudiaron aleaciones policristalinas con seis composiciones diferentes, recocidas a aproximadamente 670 K. Las intensidades relativas de los picos Auger indicaron claramente la segregación de Ag a la superficie. Aunque no cuantificaron directamente las composiciones superficiales, compararon las relaciones de los picos Auger experimentales con modelos teóricos (uno sin segregación y otro basado en la teoría de la solución regular). Los resultados experimentales mostraron un enriquecimiento de plata mayor que el caso sin segregación, pero menor que el predicho por el modelo de solución regular.

Otro estudio con ISS, realizado por Kelley, Swartzfager y Sundaram, utilizó tres aleaciones policristalinas con composiciones de masa de aproximadamente 10, 27 y 65% Ag. Después de pulverizar y recocer las muestras a aproximadamente 770 K, las mediciones de ISS mostraron un enriquecimiento sustancial de plata en las superficies de las tres aleaciones (aproximadamente 30, 50 y 82% Ag en la superficie, respectivamente). Los resultados de estos dos experimentos con ISS mostraron una buena concordancia entre sí.

Yabumoto, Watanabe y Yamashina utilizaron AES para investigar seis muestras de aleaciones policristalinas en todo el rango de composición de masa. Las superficies equilibradas se recocieron a aproximadamente 820 K, y los datos Auger indicaron enriquecimiento de Ag. Las composiciones superficiales de Ag se informaron como típicamente un 10% más altas que las composiciones de Ag en masa, aunque los autores señalaron que la superficie podría estar aún más enriquecida en Ag si la segunda capa estuviera empobrecida.

El Papel de la Orientación Cristalina y la Profundidad

La pregunta sobre la composición de capas más allá de la primera y el papel de la orientación cristalina fue abordada en un estudio extenso por King y Donnelly. Utilizaron técnicas de barrido Auger (SAM) y canalización de electrones para obtener datos de AES de granos individuales de aleaciones policristalinas con composiciones de masa de 10, 20 y 30% Ag, identificando las orientaciones (111), (100) y (110). Adquirieron datos Auger de muchas transiciones, lo que les permitió muestrear la composición a diferentes profundidades debido a las diferencias en el camino libre medio de los electrones. De esta manera, pudieron determinar las composiciones capa por capa en la región superficial (selvedge). Después de recocer entre 550 y 750 K, encontraron segregación de plata a la superficie en todas las condiciones, con una segregación generalmente más fuerte en las caras más abiertas, como se esperaba. Sin embargo, observaron un empobrecimiento de plata en la segunda capa atómica. Este perfil de profundidad oscilatorio confirmó empíricamente las especulaciones sobre las discrepancias entre los datos de ISS (que son más sensibles a la primera capa) y los trabajos anteriores de Auger (que promedian más profundidad).

Observaron muy poca dependencia de la temperatura en la composición superficial en este trabajo. La superficie (111) exhibió la tendencia más débil a segregar. Por ejemplo, en la muestra con 30% Ag en masa, la superficie (111) tenía aproximadamente 40% Ag en el plano superficial y aproximadamente 30% Ag en la segunda capa. En contraste, la superficie (100) de la misma muestra con 30% Ag en masa tenía aproximadamente 70% Ag en su plano superficial y aproximadamente 20% Ag en la segunda capa. Se observó una tendencia muy similar en la muestra con 10% Ag en masa. Un resultado sorprendente fue que la superficie (110) podía exhibir un enriquecimiento superficial de Ag más débil que la superficie (100), menos abierta. Para la muestra con 30% Ag en masa, la superficie (110) tenía aproximadamente 50% Ag con aproximadamente 30% Ag en la segunda capa. La complejidad de su método introdujo incertidumbres (errores estimados del 20-30%), pero las tendencias y la existencia de la oscilación composicional fueron robustas. Compararon sus resultados con un cálculo de Monte Carlo basado en un modelo de ruptura de enlaces que permitía que las energías de los enlaces superficiales difirieran de las de la masa, encontrando una buena concordancia.

Meinel, Klaua y Bethge examinaron las superficies (111) y (100) de aleaciones Ag/Au crecidas epitaxialmente sobre sustratos de Ag monocristalinos. Midieron las composiciones superficiales utilizando AES después de recocer a aproximadamente 570 K. Su calibración de AES fue cuidadosa, teniendo en cuenta tanto la retrodispersión como la atenuación, aunque solo permitieron la segregación en la capa superficial para su análisis. Para la cara cristalina (111), midieron una fuerte segregación de Ag a la superficie. Cerca de la mitad del rango de composición de masa, la composición superficial de Ag fue aproximadamente un 20% mayor que en la masa. En el extremo rico en oro, encontraron concentraciones de Ag en la superficie mucho más altas que las encontradas por King y Donnelly.

Para la superficie (100), extraer resultados cuantitativos de composición superficial fue más difícil. Sin embargo, observaron evidencia de una interesante transición de fase estructura-composición. Para bajas concentraciones de plata en masa, la superficie mantiene la misma reconstrucción que tiene un Au(100) puro, pero para un contenido de Ag en masa superior a aproximadamente 5%, la reconstrucción desaparece y la composición superficial de Ag experimenta un rápido aumento.

Aplicaciones Prácticas y Superficies Cotidianas

Finalmente, se han realizado algunos estudios en superficies menos caracterizadas para conectar con problemas prácticos. Toreis y colaboradores utilizaron Espectroscopia de Fotoelectrones de Rayos X (XPS) para examinar la composición superficial de partículas catalizadoras de Ag/Au altamente dispersas soportadas en alúmina, encontrando enriquecimiento de plata en la superficie. Nefedeov y colaboradores utilizaron XPS para estudiar la composición superficial de aleaciones Ag/Au expuestas al aire y de minerales de oro nativo (que tienen un contenido sustancial de Ag). Las superficies de la aleación y del oro de mina estaban enriquecidas en Ag, pero la superficie del oro de placer estaba empobrecida en Ag.

Tabla Comparativa de Técnicas y Hallazgos

TécnicaSensibilidad PrincipalHallazgo Común en Ag/AuObservaciones Adicionales
AES (Espectroscopia Auger de Electrones)Primeras ~5-10 capas atómicasGeneralmente muestra enriquecimiento de AgPuede promediar la composición en profundidad; SAM permite estudio de granos individuales.
ISS (Espectroscopia de Dispersión de Iones)Principalmente la 1ª capa atómicaMuestra fuerte enriquecimiento de AgMás sensible a la capa más externa.
XPS (Espectroscopia de Fotoelectrones de Rayos X)Primeras ~10-20 capas atómicasMuestra enriquecimiento de Ag (en algunos casos prácticos)Utilizada en superficies menos ideales (catalizadores, minerales).

Preguntas Frecuentes sobre Aleaciones de Plata y Oro

¿Qué tipo de aleación forman la plata y el oro?
La plata y el oro forman una serie continua de soluciones sólidas, lo que significa que pueden mezclarse en cualquier proporción y sus átomos se distribuyen de manera uniforme en la estructura cristalina en la masa.

¿Por qué es importante estudiar la superficie de estas aleaciones?
La composición de la superficie es crucial porque determina muchas de las propiedades del material, como su reactividad química, sus propiedades catalíticas y su apariencia, que son vitales en aplicaciones como la joyería, la catálisis y la electrónica.

¿Siempre se acumula plata en la superficie de las aleaciones de plata y oro?
La mayoría de los estudios más recientes, utilizando técnicas sensibles a la superficie, han encontrado un enriquecimiento de plata en la superficie en comparación con la masa. Sin embargo, los primeros estudios obtuvieron resultados contradictorios, y la extensión de la segregación puede depender de factores como la temperatura, la orientación cristalina y la composición de la masa.

¿Influye la estructura del material en la segregación?
Sí, estudios en monocristales han demostrado que la orientación cristalina de la superficie (como (111), (100) o (110)) puede influir en la cantidad de plata que segrega a la superficie, siendo generalmente más fuerte en caras menos densas atómicamente.

¿Qué técnicas se usan para estudiar estas aleaciones a nivel atómico?
Se utilizan diversas técnicas sensibles a la superficie, como la Espectroscopia Auger de Electrones (AES), la Espectroscopia de Dispersión de Iones (ISS) y la Espectroscopia de Fotoelectrones de Rayos X (XPS). Cada técnica tiene diferente sensibilidad a la profundidad, lo que ayuda a comprender la distribución de la composición en las primeras capas atómicas.

Conclusiones y Perspectivas

El estudio de las aleaciones de plata y oro revela una complejidad fascinante, especialmente en lo que respecta a su comportamiento superficial. Aunque en la masa forman soluciones sólidas continuas, la superficie a menudo presenta un enriquecimiento de plata. Este fenómeno de segregación no es simple; depende de la orientación cristalina, la temperatura y puede implicar una distribución de composición que oscila entre las primeras capas atómicas (enriquecimiento en la primera, empobrecimiento en la segunda). La investigación ha avanzado significativamente gracias al uso de técnicas analíticas de superficie cada vez más sofisticadas, que han permitido vislumbrar la composición capa por capa. A pesar de los avances, el campo sigue evolucionando, buscando una comprensión completa que permita predecir y controlar las propiedades de estas valiosas aleaciones en sus diversas aplicaciones.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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