¿Qué cosas les gustan a los hippies?

Accesorios Hippies: Joyas y Estilo Libre

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El movimiento hippie, surgido en las décadas de 1960 y 1970, no fue solo una corriente social y cultural; fue una expresión vibrante de libertad, paz y amor que se manifestó poderosamente a través del estilo personal. Lejos de las convenciones establecidas, los hippies adoptaron una estética única, donde la ropa y, especialmente, los accesorios jugaron un papel fundamental. Estas piezas no eran meros adornos, sino símbolos de sus ideales, de su conexión con la naturaleza y de su rechazo al materialismo. Desde sencillas cintas para el pelo hasta elaboradas joyas de plata y piedras naturales, cada accesorio contaba una historia de individualidad y contra-cultura.

¿Qué prendas usan los hippies?
El estilo hippie suele ir de la mano con la moda bohemia y los vestidos largos, especialmente los chalecos con flecos y las faldas largas, se pueden combinar muy bien con accesorios divertidos como grandes gafas de sol y llamativos cinturones o botas.

El estilo hippie se caracterizó por su enfoque en lo natural, lo artesanal y lo simbólico. Mientras la moda convencional dictaba líneas rígidas y materiales sintéticos, los hippies abrazaron telas fluidas, estampados coloridos (como el batik y los diseños psicodélicos) y, por supuesto, una amplia variedad de accesorios que reflejaban su conexión con la tierra y su anhelo de paz. La orfebrería y la platería, aunque a menudo en formas más rústicas y menos pulidas que las tradicionales, se integraron en este universo, dando lugar a piezas con carácter y significado profundo.

Índice de Contenido

Iconos de la Orfebrería y Accesorios Hippies

Ciertos accesorios se convirtieron en emblemas del movimiento hippie. Su popularidad trascendió la moda para convertirse en verdaderos manifiestos visuales de una filosofía de vida. Exploraremos algunos de los más representativos, prestando especial atención a aquellos que involucraban metales y técnicas de joyería.

El Símbolo de la Paz: Un Collar con Historia

Quizás el accesorio más icónico del estilo hippie sea el collar con el símbolo de la paz. Diseñado originalmente en 1958 para el movimiento de desarme nuclear, este sencillo pero poderoso gráfico fue rápidamente adoptado por la contracultura como un emblema universal de paz y amor. Se veía por doquier: estampado en ropa, pintado en vehículos y, crucialmente, convertido en colgantes y joyas.

Estos colgantes se realizaban en una gran variedad de materiales. Los más comunes eran de metal, a menudo plata o metales base menos costosos. La plata, por su brillo natural y su asociación con la luna y lo místico, encajaba perfectamente con la estética hippie. Los colgantes podían ser simples discos grabados, piezas caladas o incluso integrados en diseños más complejos que incluían piedras o cuentas. La belleza residía en la sencillez del símbolo y en el mensaje que transmitía. La platería hippie a menudo favorecía acabados menos pulidos, a veces intencionadamente envejecidos o con texturas orgánicas, en contraste con las superficies brillantes y perfectas de la joyería comercial.

¿Qué accesorios usaban los hippies?
El movimiento hippie de los años 60 se centró en romper con las normas sociales y abrazar la individualidad a través de la moda. Entre los accesorios imprescindibles de esta época se incluyen diademas, collares con el símbolo de la paz, gafas de sol redondas, bolsos con flecos y patchwork, pendientes de plumas, joyería de conchas y piedras, y coronas de flores .

Cuentas y Collares Largos: Color y Naturalidad

Los collares largos, a menudo en capas, y las pulseras de cuentas fueron omnipresentes. La variedad de cuentas utilizadas era inmensa: cuentas de madera, semillas, cerámica, vidrio soplado de colores vibrantes y, por supuesto, cuentas de piedra y metal. Los collares podían ser simples hilos con un colgante central (quizás el símbolo de la paz, una piedra o un diente) o complejas composiciones multicolores que llegaban hasta el abdomen.

Las pulseras de cuentas, a menudo apiladas en múltiples hileras en cada brazo, eran una forma de añadir color y textura. Las cuentas de vidrio de Murano o checas, con sus intrincados diseños y colores, eran muy apreciadas. Las cuentas de metal, frecuentemente de plata o latón, se intercalaban para añadir peso y brillo. La creación de estas piezas era a menudo una actividad artesanal, reflejando el valor que los hippies daban a lo hecho a mano y único, en oposición a la producción en masa.

Piedras Naturales y Minerales: La Conexión con la Tierra

La afinidad hippie por la naturaleza se manifestó en el uso extensivo de piedras y minerales en su joyería. Piedras semipreciosas como el turquesa, el lapislázuli, el ágata, el cuarzo y la amatista eran muy populares. Se creía que muchas de estas piedras tenían propiedades energéticas o curativas, lo que añadía una dimensión espiritual a los adornos.

Estas piedras se utilizaban de diversas maneras: engastadas en anillos y colgantes de plata (a menudo con engastes rústicos o de alambre), perforadas para formar cuentas en collares y pulseras, o simplemente llevadas como amuletos. La platería que acompañaba a estas piedras solía ser sencilla, buscando no opacar la belleza natural de la piedra, sino complementarla. Los anillos grandes con piedras llamativas eran un sello distintivo, a menudo con diseños orgánicos o simbólicos grabados en la plata.

Aretes: Plumas y Formas Orgánicas

Los aretes hippies eran tan variados como los propios individuos. Los aretes de plumas, a menudo combinadas con cuentas de madera o semillas, eran extremadamente populares, evocando una conexión con el reino animal y la libertad. También se veían muchos aretes hechos con piedras pequeñas, conchas marinas o trozos de madera.

¿Qué accesorios llevan los hippies?
Dentro de los accesorios para disfrazarse de hippie hay que tener en cuenta que deberá llevar largas melenas, gafas de colores de todos los tamaños y formas, colgantes con símbolos de la paz, coronas llenas de flores y algún que otro cigarrillo de la risa.

En el ámbito de la orfebrería, los aretes de plata con formas orgánicas, como hojas, flores o espirales, eran comunes. Los diseños calados o con filigrana simple también se integraban en la estética. La idea era llevar piezas que se sintieran naturales y ligeras, en sintonía con el estilo de vida despreocupado y en armonía con el entorno natural.

Accesorios para el Cabello: Diademas y Flores

Aunque no estrictamente orfebrería, los accesorios para el cabello eran esenciales. Las diademas de tela, cuero o macramé se llevaban sobre la frente, un estilo que remitía a culturas indígenas y bohemias. Las flores, tanto naturales como de tela, se incorporaban en el cabello o se tejían en coronas, simbolizando el "flower power" y la belleza de la naturaleza.

Materiales y Técnicas: La Artesanía en el Corazón del Estilo

El énfasis en lo artesanal era clave. Muchos hippies hacían sus propios accesorios o los compraban directamente a artesanos. Esto no solo era una forma de rechazar el consumismo, sino también de valorar la habilidad manual y la singularidad de cada pieza. La plata era un metal predilecto por varias razones: era más asequible que el oro, tenía un atractivo estético 'terrenal' y se trabajaba fácilmente con técnicas sencillas.

Técnicas como el alambrismo (wire wrapping), donde piedras o cuentas se sujetaban con alambre de metal sin necesidad de soldadura compleja, eran muy utilizadas. El trabajo de repujado o grabado simple en superficies de plata para añadir patrones o símbolos también era común. La idea no era la perfección de la alta joyería, sino la autenticidad y la expresión personal. Materiales como el cuero, el cáñamo y el algodón se combinaban a menudo con elementos metálicos o de piedra para crear piezas híbridas que reflejaban la mezcla de influencias y la conexión con lo natural.

Más Allá de la Joyería: Otros Accesorios Icónicos

Además de las joyas y los adornos corporales, otros accesorios definieron el look hippie:

  • Gafas Redondas: Popularizadas por figuras como John Lennon, las gafas de sol redondas con monturas de metal finas se convirtieron en un símbolo intelectual y a la vez desenfadado.
  • Bolsos con Flecos y Patchwork: Bolsos de gamuza o cuero con largos flecos, o bolsos de tela hechos con retazos (patchwork), reflejaban la preferencia por lo orgánico, lo texturizado y lo reutilizado.
  • Cinturones Anchos: A menudo de cuero, decorados con hebillas grandes, tachuelas o incrustaciones de piedras.
  • Sandalias y Pies Descalzos: El calzado era minimalista, prefiriendo sandalias sencillas o, idealmente, caminar descalzo como símbolo de libertad y conexión con la tierra.

Tabla Comparativa: Joyería Hippie vs. Joyería Convencional (Años 60)

CaracterísticaJoyería HippieJoyería Convencional (Años 60)
Materiales PrincipalesPlata, piedras naturales (turquesa, ágata), madera, cuentas de vidrio/semilla, cuero, cáñamo.Oro, diamantes, perlas, gemas pulidas, platino.
TécnicasHecho a mano, alambrismo, grabado simple, repujado, ensamblaje de cuentas, uso de elementos naturales.Fundición, engaste preciso, pulido brillante, diseños industriales.
Estilo y AcabadoRústico, orgánico, imperfecto, colores vibrantes, texturas variadas.Pulido, brillante, uniforme, formas geométricas o florales estilizadas.
SignificadoSimbólico (paz, amor, naturaleza), espiritual, individualidad, rechazo al consumismo.Estatus social, belleza estética, valor material.
ProducciónArtesanal, a pequeña escala, piezas únicas.Industrial, producción en masa.

Preguntas Frecuentes sobre los Accesorios Hippies

¿Por qué los hippies usaban tantos accesorios?
Los accesorios eran una forma crucial de expresar su identidad, sus creencias (paz, amor, conexión con la naturaleza) y su rechazo a las normas sociales y al consumismo. Cada pieza podía ser un símbolo o un amuleto.
¿Qué materiales eran los más comunes en la joyería hippie?
La plata era muy popular, a menudo combinada con piedras naturales como el turquesa. También se usaban mucho las cuentas de madera, vidrio, semillas y hueso, así como elementos naturales como plumas y conchas.
¿El símbolo de la paz fue creado por los hippies?
No, el símbolo de la paz fue diseñado en 1958 por Gerald Holtom para la Campaña por el Desarme Nuclear en Gran Bretaña. Sin embargo, fue el movimiento contracultural de los 60, incluidos los hippies, quien lo popularizó a nivel mundial como un símbolo de paz universal.
¿La joyería hippie era cara?
Dependía de los materiales y la complejidad. Las piezas hechas con cuentas sencillas o materiales reciclados eran muy asequibles. Las joyas de plata con piedras semipreciosas podían tener un valor artesanal, pero generalmente eran menos costosas que la joyería fina tradicional de oro y gemas preciosas.
¿Cómo influyó el estilo hippie en la orfebrería moderna?
El estilo hippie revalorizó lo artesanal, el uso de materiales naturales y semipreciosos, y la idea de la joya como expresión personal y simbólica más que como un mero adorno de estatus. Influyó en movimientos posteriores como el 'Art Jewelry' y sigue presente en la joyería bohemia y étnica contemporánea.

En conclusión, los accesorios hippies fueron mucho más que simples adornos. Fueron una extensión de una filosofía de vida que valoraba la paz, el amor, la naturaleza y la individualidad. La orfebrería y la platería se adaptaron a esta estética, favoreciendo la plata, las piedras naturales, las técnicas artesanales y los diseños con significado. Estas piezas, cargadas de historia y simbolismo, continúan inspirando hoy en día, recordándonos el poder de la expresión personal a través del arte de adornar el cuerpo.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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