¿Qué es la técnica de martillado en orfebrería?

Martillado: El Arte de Dar Forma al Metal

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El arte de transformar un simple trozo de metal en una pieza de joyería o un objeto de platería exquisito a menudo comienza con una de las técnicas más fundamentales y antiguas: el martillado. Lejos de ser un simple acto de golpear, el martillado en orfebrería es una disciplina que combina fuerza, precisión y un profundo conocimiento del material. Es la técnica que permite dar forma, crear textura y fortalecer el metal, imprimiéndole un carácter único y la huella inconfundible del artesano.

Índice de Contenido

¿Qué es la Técnica del Martillado en Orfebrería y Platería?

En esencia, el martillado es el proceso de golpear repetidamente el metal con diversas herramientas (principalmente martillos, pero también yunques y estacas) para modificar su forma, tamaño, grosor o superficie. No se trata de una fuerza bruta, sino de una serie de impactos controlados que, aplicados estratégicamente, permiten al metal fluir y adoptar la forma deseada. Esta técnica es crucial tanto para crear formas tridimensionales a partir de láminas planas como para añadir acabados decorativos.

¿Qué es la técnica de martillado en orfebrería?
Esta es una técnica de fundición que realizo con materiales metálicos (PLATA & ORO), en donde después de calentarlos al rojo vivo, a partir de repetidos golpes las piezas van tomando forma y el grosor deseado.

El martillado es una de las piedras angulares de la metalistería artística. Permite al orfebre o platero "esculpir" el metal, dándole vida y volumen. A través de diferentes tipos de golpes y el uso de variadas superficies de apoyo, se pueden lograr desde curvas suaves y orgánicas hasta ángulos definidos y superficies ricamente texturizadas. Es una técnica que requiere paciencia, práctica y un entendimiento íntimo de cómo reacciona cada metal bajo la presión del martillo.

Un Legado Ancestral: La Historia del Martillo en el Metal

El martillado es, posiblemente, una de las primeras técnicas metalúrgicas desarrolladas por la humanidad. Mucho antes de que existieran la fundición compleja o las máquinas modernas, nuestros ancestros descubrieron que podían alterar la forma de metales nativos como el oro y el cobre simplemente golpeándolos. Desde las civilizaciones antiguas de Egipto, Mesopotamia y el Mediterráneo, hasta las culturas precolombinas en América, el martillo ha sido la herramienta fundamental para trabajar metales preciosos y base.

Las impresionantes piezas de orfebrería halladas en tumbas faraónicas, los elaborados vasos de plata de la antigua Grecia o las intrincadas máscaras de oro de culturas como la Moche en Perú, son testimonio de la maestría alcanzada con esta técnica milenaria. El martillado no solo permitía crear objetos utilitarios y rituales, sino que también se utilizaba para añadir belleza y simbolismo a través de la textura y la forma. La durabilidad y la belleza de estas piezas antiguas son una prueba de la efectividad y el arte inherente al martillado.

¿Por Qué Martillar el Metal? Propósitos y Beneficios Clave

La versatilidad del martillado lo convierte en una técnica indispensable en el taller de cualquier orfebre o platero. Sus aplicaciones son variadas y cada una contribuye de manera significativa al resultado final de una pieza:

  • Dar Forma y Volumen: Es la base para crear objetos tridimensionales a partir de láminas planas o alambres. Técnicas como la forja, la elevación (raising) y el hundimiento (sinking) permiten "mover" el metal de manera controlada para crear concavidades, convexidades, ángulos y curvas. Es el método principal para construir cuencos, copas, jarrones, cuerpos de teteras, etc., a partir de metal en lámina.
  • Crear Textura y Acabados Decorativos: Mediante el uso de martillos con caras especiales o golpeando el metal sobre superficies texturizadas, se pueden crear una infinita variedad de patrones decorativos. Desde sutiles marcas que reflejan la luz de manera única (como el acabado facetado) hasta texturas que imitan superficies naturales (como la corteza de árbol) o patrones geométricos. La textura no solo añade interés visual, sino que también puede disimular pequeñas imperfecciones y hacer que la pieza sea más interesante al tacto.
  • Endurecer el Metal (Endurecimiento por Deformación): Al martillar el metal, se produce un fenómeno conocido como endurecimiento por trabajo o acritud. Los golpes reorganizan la estructura cristalina del metal, haciéndolo más denso y resistente. Este proceso es vital para mejorar la durabilidad y la rigidez de la pieza, especialmente en áreas que necesitan mantener su forma o soportar cierta tensión.
  • Planishing (Aplanado y Refinado): Una vez que la forma principal ha sido lograda, la superficie del metal suele presentar las marcas de los martillados de conformado. El planishing es la técnica de golpear la superficie con martillos de cara muy pulida sobre un soporte duro y pulido para alisar el metal, eliminar las marcas anteriores y dejar una superficie uniforme y brillante, lista para el pulido final. Un buen planishing es fundamental para obtener un acabado espejo de alta calidad.

Las Herramientas del Oficio: Martillos, Yunques y Estacas

Aunque el concepto es simple (golpear metal), la práctica requiere herramientas específicas. La elección del martillo y el soporte adecuados es crucial para lograr el efecto deseado:

  • Martillos: Existe una gran variedad de martillos para orfebrería y platería, cada uno con formas y pesos distintos. Algunos ejemplos incluyen:
    • Martillos de Bola (Ball-Peen Hammers): Con una cara plana y otra semiesférica, muy versátiles para forjar y texturizar.
    • Martillos de Forja: Más pesados, utilizados para el trabajo inicial de dar forma a lingotes o láminas gruesas.
    • Martillos de Elevación (Raising Hammers): Diseñados específicamente para la técnica de raising, con caras largas y estrechas que concentran la fuerza en un punto para "empujar" el metal hacia arriba.
    • Martillos de Planishing: Con caras muy pulidas y ligeramente convexas, esenciales para alisar superficies.
    • Martillos de Texturizado: Con caras que tienen patrones pregrabados (cuadrados, redondos, rayados, etc.) que se transfieren al metal.
    • Martillos de Perfilado (Shaping Hammers): Con caras de diversas curvas y ángulos para dar formas específicas a bordes o secciones.
  • Soportes: Tan importantes como los martillos, los soportes proporcionan la superficie dura y con la forma adecuada contra la cual se golpea el metal.
    • Yunke (Anvil): La herramienta clásica, una masa de acero con diferentes superficies (cuernos, caras planas) para soportar el metal mientras se martilla. Es el yunke el que, en conjunto con el martillo, dirige el flujo del metal.
    • Estacas (Stakes): Piezas de acero con diversas formas (esféricas, cónicas, cilíndricas, curvas) que se insertan en un soporte o en el yunke. Son indispensables para técnicas como la elevación y el hundimiento, ya que proporcionan la forma interna contra la cual se martilla.
    • Bloques de Madera o Bolsas de Arena: Se utilizan para técnicas de hundimiento inicial o para trabajar formas delicadas que no requieren un soporte de acero duro.

La interacción precisa entre el martillo y el soporte es lo que permite controlar el movimiento del metal y lograr la forma deseada. No es solo golpear, es dirigir la energía del golpe.

Técnicas Clave de Martillado en Detalle

Exploremos con más profundidad algunas de las técnicas fundamentales:

Forja

La forja en orfebrería, a menudo realizada en frío o con un ligero calentamiento, es el proceso inicial de dar forma a un trozo de metal bruto (lingote, lámina gruesa, alambre). Consiste en golpear el metal para estirarlo (hacerlo más largo y delgado), recalcarlo (hacerlo más corto y grueso) o doblarlo. Es la base para crear aros de anillo, brazaletes, vástagos o para dar la forma inicial a una pieza que luego será elevada o hundida.

Elevación (Raising)

Esta es una técnica espectacular para crear formas huecas como cuencos, vasos, copas o cuerpos de jarras a partir de una simple lámina de metal plana o preformada. El proceso implica martillar la lámina contra una estaca curva o un borde del yunke, trabajando desde el borde exterior hacia el centro. Cada golpe, aplicado con un martillo de elevación específico, empuja el metal hacia arriba y hacia adentro, reduciendo el diámetro de la abertura superior y aumentando la altura de la pared. Es un proceso repetitivo que requiere múltiples pasadas alrededor de la forma y, crucialmente, requiere recocido periódico.

Hundimiento (Sinking)

Mientras que la elevación trabaja desde afuera hacia adentro y hacia arriba, el hundimiento trabaja desde el centro hacia afuera y hacia abajo. Se coloca una lámina de metal sobre una depresión (en un bloque de madera, un troquel o una bolsa de arena) o sobre una estaca convexa, y se martilla desde el centro hacia los bordes. Los golpes empujan el metal hacia abajo dentro de la depresión o sobre la estaca, creando una forma cóncava. También es un proceso gradual que requiere recocido.

Planishing

Después de que la forma principal de una pieza hueca ha sido lograda mediante elevación o hundimiento, la superficie está cubierta de pequeñas facetas y marcas de los martillos de conformado. El planishing es la técnica para alisar y refinar esta superficie. Se utiliza un martillo de planishing con una cara muy pulida y ligeramente convexa, y se golpea sistemáticamente sobre toda la superficie, apoyando el metal sobre una estaca de planishing o una parte plana y pulida del yunke. Los golpes son más ligeros y se solapan ligeramente, buscando eliminar las marcas anteriores y dejar una superficie lo más lisa y uniforme posible, lista para el pulido final. Un planishing experto puede dejar una superficie casi espejo.

Texturizado

Esta técnica se enfoca en modificar la superficie del metal con fines decorativos. Se puede lograr de varias maneras:

  • Utilizando martillos con caras que tienen patrones pregrabados.
  • Golpeando el metal sobre una superficie con textura (como tela gruesa, papel de lija, o una placa de acero grabada).
  • Utilizando punzones y cinceles para crear patrones específicos (aunque esto a veces se considera una técnica separada, el cincelado, a menudo se combina con el martillado y el repujado).

El texturizado añade interés visual, táctil y puede ayudar a ocultar pequeñas imperfecciones o a dirigir la luz de una manera específica.

¿Cómo se clasifican los martillos?
Martillo de construcción, incluyendo la maza. Martillo de galponero. Martillo de guerra. Martillo mecánico.

El Proceso General y la Importancia del Recocido

Independientemente de la técnica de martillado específica que se utilice, hay un proceso fundamental que se repite: la alternancia entre el martillado y el recocido. El martillado endurece el metal (endurecimiento por trabajo), lo que eventualmente lo vuelve quebradizo y propenso a agrietarse si se sigue golpeando. El recocido es el proceso de calentar el metal hasta que alcanza una temperatura específica (que varía según el metal) y luego dejarlo enfriar lentamente. Este proceso relaja las tensiones internas, restaura la estructura cristalina original y devuelve al metal su ductilidad, permitiendo que sea martillado de nuevo sin romperse.

Un proceso típico de conformado de una pieza hueca podría ser:

  1. Cortar la lámina de metal.
  2. Martillar para iniciar la forma.
  3. Recocer el metal.
  4. Martillar para seguir dando forma.
  5. Recocer el metal.
  6. Repetir martillado y recocido hasta lograr la forma deseada.
  7. Planishing (puede requerir recocido si la pieza se endurece mucho durante este paso).
  8. Texturizado (si aplica).
  9. Acabado final.

La habilidad de saber cuándo y cómo recocer es tan importante como la habilidad de martillar. Un recocido inadecuado puede arruinar la pieza.

El Resultado: Carácter y Belleza Única

Una pieza que ha sido formada o texturizada con martillo tiene una calidad distintiva que a menudo no se encuentra en piezas hechas exclusivamente por fundición o métodos mecánicos. Las sutiles variaciones en la superficie, las marcas deliberadas del martillo (si forman parte del diseño) o la forma en que la luz juega con la textura aplicada, le confieren a la pieza un alma y un carácter únicos. Es un testimonio visible del trabajo manual y la conexión directa entre el artesano, la herramienta y el metal. Cada golpe es parte de la historia de la pieza.

Martillado vs. Fundición: Dos Caminos al Arte

Aunque a menudo se complementan en la creación de piezas complejas, el martillado y la fundición son dos enfoques fundamentalmente diferentes para trabajar el metal. Aquí una breve comparación:

CaracterísticaMartilladoFundición
Proceso PrincipalDar forma al metal sólido mediante golpes controlados sobre un soporte.Verter metal líquido en un molde y dejarlo solidificar.
Punto de PartidaLámina, alambre, lingote sólido.Metal fundido (líquido).
Formas TípicasFormas huecas (cuencos, vasos), superficies texturizadas, objetos construidos a partir de componentes.Formas complejas, detalles intrincados, réplicas exactas, producciones en serie.
EndurecimientoEndurece el metal (endurecimiento por trabajo); requiere recocido periódico.Generalmente produce un metal más blando inicialmente; puede requerir trabajo posterior (como martillado o laminado) para endurecer.
Acabado SuperficialPuede mostrar marcas del martillo o texturas; requiere planishing y pulido para superficies lisas.Puede requerir lijado y pulido para eliminar líneas de molde, rugosidades o porosidad.
Consumo de MetalGeneralmente produce menos desperdicio directo (virutas, recortes) si se trabaja eficientemente.Genera bebederos, mazarotas y a veces metal de descarte del molde que deben reciclarse.
Flexibilidad de DiseñoExcelente para formas orgánicas, curvas amplias, texturas de superficie; más difícil para detalles muy finos o formas geométricas exactas repetidas.Excelente para reproducir detalles finos, texturas intrincadas, formas geométricas complejas y réplicas exactas de un original.
UnicidadCada pieza es inherentemente única debido a la naturaleza manual del proceso.Permite crear múltiples copias idénticas de un diseño.

Ambas técnicas son valiosas y la elección o combinación de ellas depende del diseño específico, el material y el objetivo artístico o funcional de la pieza.

Dominando el Martillo: Habilidad, Paciencia y Práctica

La técnica del martillado no es algo que se aprenda de la noche a la mañana. Requiere desarrollar una sensibilidad especial para el metal, aprender a "leer" su respuesta a cada golpe. Es fundamental comprender la fuerza necesaria, el ángulo correcto del martillo, y cómo la forma del soporte influye en el movimiento del metal. El ritmo y la constancia en los golpes también son importantes.

Además de la técnica física, la paciencia es una virtud indispensable. El conformado de una pieza hueca compleja puede requerir cientos o miles de golpes, intercalados con numerosos ciclos de recocido. Es un proceso laborioso que exige dedicación. Como muchas habilidades artesanales, la maestría en el martillado se logra a través de la práctica constante y la experiencia.

El Martillado Hoy: Tradición y Vanguardia

A pesar de la aparición de tecnologías avanzadas en la fabricación de objetos metálicos, el martillado sigue siendo una técnica vital en la orfebrería y la platería contemporánea. Muchos diseñadores y artistas valoran la calidad, el carácter y la conexión humana que solo el trabajo manual con martillo puede ofrecer. Las piezas martilladas son a menudo buscadas por coleccionistas por su unicidad y la evidente habilidad artesanal que implican.

Hoy en día, el martillado se utiliza tanto en la creación de piezas tradicionales (como bandejas, cuencos y cubiertos) como en diseños vanguardistas y escultóricos. A menudo, se combina con otras técnicas como la fundición, el soldado, el grabado o el esmaltado para crear piezas de gran complejidad y belleza. El martillo sigue siendo una herramienta poderosa en manos del artesano moderno.

Preguntas Frecuentes sobre el Martillado en Orfebrería

¿Solo se puede martillar oro y plata?
No, aunque son metales muy populares en orfebrería por su maleabilidad y ductilidad, el martillado se aplica a una amplia gama de metales, incluyendo cobre, bronce, latón, aluminio y acero. Cada metal tiene sus propias características y requiere ajustes en la técnica y la temperatura de recocido.
¿El martillado hace que el metal sea más frágil?
El martillado endurece el metal (endurecimiento por trabajo), lo que lo hace más fuerte pero también menos dúctil. Si se martilla en exceso sin recocer, el metal puede volverse quebradizo y romperse. El recocido es fundamental para evitar la fragilidad al restaurar la ductilidad.
¿Necesito herramientas muy caras para empezar a martillar?
Para empezar, se pueden adquirir herramientas básicas (un par de martillos, una estaca simple o un trozo de riel de tren como yunque improvisado, y una forma de recocer). Sin embargo, para explorar todas las facetas de la técnica y trabajar con mayor precisión, la inversión en una variedad de martillos y estacas de calidad es recomendable.
¿Cuánto tiempo lleva crear una pieza martillada?
El tiempo varía enormemente según la complejidad del diseño, el tamaño de la pieza y la experiencia del artesano. Una pieza pequeña y sencilla con textura superficial puede llevar unas horas, mientras que un jarrón grande elevado o una pieza escultórica compleja pueden requerir días, semanas o incluso meses de trabajo.
¿Qué diferencia hay entre martillado y repujado?
El martillado es el término general para dar forma al metal mediante golpes. El repujado (o repoussé) es una técnica específica de martillado donde se trabaja el metal desde el reverso para crear un relieve en el anverso. A menudo se combina con el cincelado (chasing), que consiste en definir los detalles en el anverso utilizando punzones y martillos.
¿Puede el martillado cambiar el color del metal?
El martillado en sí mismo no cambia el color inherente del metal, pero sí afecta cómo la luz interactúa con la superficie, creando sombras y brillos que pueden dar la impresión de un color diferente o variar la tonalidad percibida. El proceso de recocido puede causar oxidación superficial, que sí cambia el color temporalmente, pero esta capa de óxido generalmente se elimina durante el acabado.

Conclusión: El Ritmo del Artesano

La técnica del martillado es mucho más que golpear metal; es un arte que requiere paciencia, habilidad y un profundo respeto por el material. Es una de las columnas vertebrales de la orfebrería y la platería, una técnica que ha resistido el paso del tiempo y que sigue siendo fundamental para crear piezas con carácter, belleza y la inconfundible marca del trabajo hecho a mano. Cada golpe de martillo cuenta una historia, la historia de la transformación del metal en arte, un ritmo ancestral que sigue latiendo en los talleres de todo el mundo.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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