¿Cuál es el precio del gramo de plata hoy?

El Adiós de la Plata en la Moneda Mexicana

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México, una nación cuya historia y economía están intrínsecamente ligadas a la extracción y exportación de plata, ha utilizado este valioso metal como base de su sistema monetario durante siglos. Desde la época virreinal, las monedas de plata acuñadas en la Nueva España circularon por todo el mundo, consolidando la riqueza del virreinato y, posteriormente, de la joven república mexicana. Sin embargo, la era de la plata como moneda de uso diario llegó a su fin, marcando un cambio fundamental en la numismática y la economía del país.

¿Qué es la plata novohispana?
Éstas eran finas salvillas de porcelana o plata, con una abrazadera central para sujetar al coco o la tacita con chocolate. Alrededor se podía colocar los dulces y bizcochos con que se acompañaba la bebida.

La pregunta sobre cuándo exactamente México dejó de utilizar plata en su moneda circulante no tiene una respuesta única y sencilla, ya que fue un proceso gradual que se extendió a lo largo de varias décadas, impulsado por factores económicos globales y necesidades internas. No fue un evento abrupto, sino una transición paulatina desde monedas con alto contenido de plata hasta aleaciones de metales básicos.

Índice de Contenido

Una Historia Plateada: De la Colonia al Siglo XX

La abundancia de yacimientos de plata en México determinó que este metal fuera el principal componente de las monedas desde la llegada de los españoles. Los famosos 'reales de a ocho', conocidos como 'dólares españoles', se convirtieron en una moneda de curso legal internacional. Tras la independencia, México continuó acuñando monedas de plata, principalmente el peso, que mantuvo un alto contenido del metal durante gran parte del siglo XIX.

El peso mexicano de plata fue una moneda de gran prestigio y circulación. Era la base del sistema monetario y su valor estaba directamente ligado al precio internacional de la plata. Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, los cambios en la economía mundial, particularmente la adopción generalizada del patrón oro por parte de las principales potencias, comenzaron a ejercer presión sobre los países que mantenían un patrón plata o bimetálico.

La Transición Gradual: Reducción del Contenido de Plata

El proceso de demonetización de la plata en México se aceleró a lo largo del siglo XX. A medida que el precio de la plata fluctuaba y aumentaba, mantener monedas de circulación diaria con un alto contenido del metal se volvía insostenible económicamente. El valor intrínseco del metal en la moneda podía superar su valor facial, llevando a la fundición masiva de monedas por parte de particulares.

Para combatir esto y adaptar el sistema monetario a las realidades económicas modernas, el gobierno mexicano comenzó a reducir progresivamente la cantidad de plata en las monedas circulantes. Este fue un proceso que afectó a diversas denominaciones a lo largo de varias décadas:

  • Décadas de 1900-1940: Se realizaron ajustes iniciales en la ley (pureza) de la plata en algunas monedas. El famoso peso de “Caballito” de principios del siglo XX, por ejemplo, tenía un alto contenido de plata, pero las emisiones posteriores comenzaron a variar.
  • Décadas de 1950-1970: Este fue el período crucial de transición. Monedas comunes como el peso, el cinco pesos y el diez pesos vieron reducir drásticamente su contenido de plata o ser reemplazadas por aleaciones de metales básicos como cobre, níquel y zinc. Por ejemplo, el peso de plata que circuló durante décadas (conocido popularmente como “Tepalcate” en sus últimas versiones) fue reemplazado por monedas de cuproníquel. Las monedas de cinco y diez pesos también experimentaron esta transformación.

El final práctico de la plata como componente significativo en las monedas de circulación masiva y diaria en México se sitúa principalmente en la década de 1970. Para entonces, la mayoría de las denominaciones utilizadas en el comercio cotidiano ya no contenían plata o su porcentaje era mínimo, insuficiente para considerarlas “monedas de plata” en el sentido tradicional.

Factores Económicos y la Era del Dinero Fiduciario

Varios factores económicos impulsaron este cambio:

  1. Volatilidad del Precio de la Plata: El precio de la plata en los mercados internacionales fluctuaba, lo que dificultaba mantener la estabilidad del valor de las monedas que dependían de este metal.
  2. El Patrón Oro Global: La hegemonía del patrón oro y, posteriormente, el surgimiento del dinero fiduciario (monedas cuyo valor no reside en el metal del que están hechas, sino en la confianza y el decreto gubernamental) hizo que el patrón plata fuera obsoleto para las transacciones modernas a gran escala.
  3. Costo de Producción: Acuñar monedas con metales preciosos es más costoso que usar metales básicos, especialmente a medida que aumenta la demanda de moneda circulante.
  4. Prevención de la Fundición: Al reducir o eliminar la plata, se evitaba que la gente fundiera las monedas para vender el metal a un precio mayor que el valor facial de la moneda.

La transición hacia el dinero fiduciario, donde el valor de la moneda está respaldado por la autoridad del gobierno central y no por un metal precioso, fue un fenómeno mundial al que México también se adaptó.

Más Allá de la Circulación: La Plata Hoy

Aunque la plata dejó de ser el metal de las monedas de circulación diaria, no desapareció por completo del panorama numismático mexicano. El Banco de México continúa acuñando monedas de plata, pero estas tienen un propósito diferente:

  • Monedas Conmemorativas: Ocasionalmente se emiten monedas de plata con diseños especiales para conmemorar eventos o personajes históricos. Estas suelen tener un valor facial, pero su valor de mercado es significativamente mayor debido a su contenido de plata y su carácter de colección.
  • Monedas de Inversión (Bullion): La más conocida es la Onza Libertad de plata. Esta moneda no tiene un valor facial grabado (su valor es el de su peso en plata más una prima), y está destinada principalmente a inversores y coleccionistas. Representa la continuación de la rica tradición platera de México, pero fuera del ámbito de la moneda utilizada para comprar el pan o el periódico.

Por lo tanto, si bien México sigue siendo un importante productor de plata y el metal aún se acuña en formas monetarias, su uso como moneda de circulación masiva y base del sistema monetario concluyó en la segunda mitad del siglo XX.

Impacto en la Orfebrería y Platería

Es importante distinguir entre el uso de la plata en la moneda y su uso en la orfebrería y platería. Si bien el fin de la plata como moneda circulante es un hito numismático y económico, la tradición de la orfebrería y platería en México, especialmente en lugares como Taxco, Guerrero, ha continuado floreciendo. La plata sigue siendo un material fundamental para la creación de joyas, objetos de arte y artículos decorativos, manteniendo viva una artesanía ancestral que es parte de la identidad cultural del país.

Tabla Comparativa: Contenido de Plata en Monedas Seleccionadas

DenominaciónPeriodo AproximadoContenido de Plata (%)Notas
8 RealesColonia~90.3Base del sistema monetario colonial.
1 Peso (Tipo “Caballito”)1910-191490.3Moneda icónica de la Revolución.
1 Peso (Resplandor)Varias emisiones hasta los 1940s80.0 - 72.0Contenido variable según la época.
5 Pesos (Tipo “Jinete”)1947-194890.0Alto contenido, pero emisión corta.
5 Pesos1950-195430.0Reducción significativa del contenido.
1 Peso (“Tepalcate”)1957-196710.0Bajo contenido, una de las últimas monedas de 1 peso con plata.
10 Pesos1964-196710.0Bajo contenido de plata.
25 Pesos (Juegos Olímpicos)196872.0Moneda conmemorativa para circulación, relativamente alta en plata, pero puntual.
Monedas de circulación estándar post-1970sDesde 1970s en adelante0.0Principalmente aleaciones de metales básicos (cuproníquel, bronce-aluminio, etc.).
Onza LibertadDesde 198299.9Moneda de inversión/bullion, no de circulación general.

Preguntas Frecuentes sobre la Plata y la Moneda Mexicana

¿Las monedas mexicanas antiguas de plata todavía valen su peso en plata?
Sí, la mayoría de las monedas mexicanas antiguas acuñadas con alto contenido de plata (generalmente antes de los años 70 para las de circulación masiva) tienen un valor intrínseco basado en el precio actual de la plata. Este valor suele ser significativamente mayor que su valor facial original. Su valor para coleccionistas puede ser incluso mayor dependiendo de la rareza, condición y demanda.

¿Puedo usar una moneda de plata antigua para comprar cosas hoy en día?
Técnicamente, algunas monedas muy antiguas podrían seguir siendo de curso legal por su valor facial, pero sería extremadamente irracional usarlas así, ya que su valor como metal o para colección es mucho mayor. En la práctica, no se utilizan para transacciones diarias.

¿La Onza Libertad de plata es una moneda de circulación?
No, la Onza Libertad es una moneda de inversión o bullion. Aunque es acuñada por la Casa de Moneda de México, su propósito es el ahorro e inversión en plata física. No se utiliza en el comercio diario y, como se mencionó, no tiene un valor facial grabado.

¿Cuándo fue la última vez que se acuñó una moneda de circulación diaria con plata en México?
El proceso fue gradual. Las monedas de baja denominación dejaron de tener plata antes. Algunas monedas de 10 y 25 pesos con bajo contenido de plata se acuñaron hasta finales de los 60. Para la década de 1970, las monedas de circulación estándar ya no contenían plata. Así, el final de la plata en la moneda de circulación masiva ocurrió en la segunda mitad de la década de 1960 y principios de 1970.

¿Qué metales se usan ahora en las monedas mexicanas?
Las monedas mexicanas modernas están hechas de diversas aleaciones de metales básicos, como bronce-aluminio, cuproníquel, acero inoxidable y acero con recubrimiento de níquel, dependiendo de la denominación.

En conclusión, la plata ha jugado un papel estelar en la historia monetaria de México. Su despedida de la circulación diaria no fue un evento único, sino una evolución necesaria en respuesta a los cambios económicos globales, culminando en la segunda mitad del siglo XX. Hoy, la plata mexicana sigue brillando, pero principalmente en el ámbito de la inversión y la artesanía, honrando un legado que definió a la nación por siglos.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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