¿Es Panamá un buen lugar para comprar joyas de oro?

El Tesoro en Oro de la Pollera Panameña

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La Pollera Panameña, considerada uno de los trajes típicos más hermosos del mundo, no está completa sin su deslumbrante colección de joyas. Cada pieza, cargada de historia y simbolismo, es un verdadero tesoro que complementa la belleza del atuendo y refleja la riqueza cultural y artesanal de Panamá. Estas joyas, a menudo heirlooms familiares, son la culminación de la maestría de orfebres que han mantenido vivas técnicas ancestrales.

El conjunto de joyas de la pollera es extenso y puede variar según la región y el tipo de pollera (de gala, montuna, etc.). Sin embargo, existe un conjunto de piezas que se consideran esenciales o particularmente icónicas, sumando mucho más de diez en total si contamos variaciones y complementos. Para responder a la pregunta sobre las "10 joyas", podemos enfocarnos en diez tipos o categorías de adornos metálicos que son fundamentales en el ajuar de la pollera de gala, sin olvidar que la cabeza lleva un adorno espectacular aparte.

¿Cuáles son las 10 joyas de la pollera panameña?
JOYAS DE CABEZA:El Peinetón de Corte Ovalado y Recto. ...Las Peinetas. ...La Pajuela. ...Los Parches o Pensamientos de Oro. ...Joyas Accesorios:Los Zarcillos. ...El Tapa hueso o Gargantilla. ...Anillo.
Índice de Contenido

El Tesoro de la Pollera: Más Allá de un Vestido

Las joyas de la pollera no son solo adornos; son un reflejo de la historia, el estatus social y la herencia familiar. En tiempos pasados, la cantidad y calidad de las joyas que una mujer portaba eran indicativos de la prosperidad de su familia. Hoy en día, mantienen su valor como patrimonio cultural y artístico. La mayoría de estas piezas están elaboradas en oro de alto quilate, a menudo amarillo o rosado, y se complementan con perlas naturales, piedras preciosas, coral y monedas antiguas.

La preparación de una empollerada implica un ritual cuidadoso donde cada joya tiene su lugar y significado. El peso total del ajuar puede ser considerable, pero la belleza y el esplendor que confiere son inigualables.

Las Diez Joyas Icónicas (y Algunas Más)

Aunque la lista puede ser más larga, aquí detallamos diez tipos de joyas metálicas que son pilares en el ajuar de la pollera de gala:

1. Las Peinetas: No es una sola, sino un juego de peinetas que se colocan en la parte trasera y delantera de la cabeza. Las más destacadas son las peinetas de brillo o roseta (grandes, con piedras o perlas) y las peinetas de balcón (más pequeñas, a menudo caladas). Son fundamentales para sostener el tocado y el cabello.

2. Los Aretes: Grandes y llamativos, a menudo cuelgan hasta los hombros. Los más tradicionales son las dormilonas (con perlas grandes) y los aretes de mosqueta (con forma floral y perlas). Su movimiento añade dinamismo al conjunto.

3. La Gargantilla: Una cadena corta o cinta de terciopelo con un medallón o una hilera de monedas antiguas (doblones, pesetas) que se ciñe al cuello. Es una pieza delicada pero con gran impacto visual.

4. El Rosario: Una joya de profundo significado religioso y cultural. Puede ser de oro, coral, perlas o una combinación, a menudo con una cruz o medallón. Se lleva colgado al cuello como un collar más.

5. La Cadena Bruja: Una de las cadenas más icónicas y largas. Se distingue por sus eslabones planos y calados, a menudo con adornos colgantes como cruces, relicarios o monedas. Su nombre evoca leyendas y tradiciones.

6. La Cadena Salomónica: Otra cadena larga y distintiva. Se caracteriza por sus eslabones entrelazados en forma de espiral o cuerda, que le dan gran volumen y brillo. Es una muestra de la compleja filigrana.

7. La Cadena Guachapalí: Una cadena de eslabones planos y anchos, a menudo decorada con grabados o repujados. Es una de las cadenas más pesadas y visualmente impactantes del ajuar.

8. El Collar de Monedas: Consiste en una o varias hileras de monedas antiguas de oro o plata unidas por eslabones o engastes. Representa riqueza y tradición familiar.

9. El Broche o Pectoral: Se coloca en el centro del escote o la camisa de la pollera. Puede ser un relicario, una cruz grande, un medallón o una pieza elaborada con perlas y diamantes. Es un punto focal importante.

10. Las Pulseras: Se llevan varias en cada muñeca. Pueden ser esclavas (rígidas, a menudo grabadas), de eslabones, con monedas, o de perlas. El sonido de su tintineo al moverse es característico.

Variaciones y Complementos

Además de estas diez piezas principales, el ajuar puede incluir:

  • Otras cadenas como la Cola de Pato, la Cadena Chata, la Cadena de Bolas, la Cadena de Gallito, la Cadena de Tres Tiempos, etc., cada una con su diseño y nombre particular.
  • Sortijas (anillos) en varios dedos, a menudo con piedras o monedas.
  • Relicarios y guardapelos adicionales colgados de las cadenas.
  • El Tapamoño: Aunque a menudo cubierto por las peinetas y tembleques, es una pieza que cubre el recogido del cabello, pudiendo ser una tela bordada o una joya plana con incrustaciones.
  • Importante mencionar que los Tembleques, que adornan la cabeza con formas florales y de animales, NO son joyas metálicas. Están elaborados principalmente con perlas, cristales, escamas de pescado o canutillos, y son un arte aparte dentro del conjunto de la pollera. Son esenciales para el tocado, pero no se clasifican como orfebrería.

Materiales y Técnicas: La Maestría de la Orfebrería Panameña

La orfebrería de la pollera se caracteriza por el uso de materiales finos y técnicas tradicionales:

MaterialUso ComúnNotas
OroCadenas, peinetas, aretes, broches, pulserasPrincipal material, alto quilate, a menudo amarillo o rosado.
PerlasAretes (dormilonas), peinetas, collares, brochesPreferiblemente naturales (perlas cultivadas también usadas hoy).
Monedas AntiguasGargantillas, collares, broches, pulserasDoblones, pesetas u otras monedas de oro/plata históricas.
CoralRosarios, collares, pulserasPrincipalmente coral rojo, usado en cuentas.
Piedras Preciosas/SemipreciosasPeinetas (brillo), broches, anillosDiamantes, esmeraldas, rubíes, zafiros, etc., o imitaciones.
PlataMenos común en pollera de gala; más usada en pollera montuna.A veces se usa para engastes o detalles en piezas de oro.

Las técnicas empleadas incluyen la filigrana (trabajo delicado con hilos finos de metal), el repujado (moldeado del metal), el calado (recorte de diseños en metal) y el engaste de piedras y perlas. Cada pieza requiere horas de trabajo artesanal y un conocimiento transmitido de generación en generación.

El Significado Detrás del Brillo

Cada joya de la pollera cuenta una historia. El Rosario habla de fe; las monedas, de prosperidad y herencia. Las cadenas, por su peso y complejidad, son símbolos de estatus y la habilidad del orfebre. Las perlas naturales en los aretes dormilonas se asocian con la pureza y la conexión con la naturaleza. Las peinetas y tembleques en la cabeza enmarcan el rostro y son el punto culminante del tocado, simbolizando la belleza y el esplendor de la empollerada.

Preguntas Frecuentes sobre la Joyería de la Pollera

¿Toda la joyería de la pollera es de oro? Mayormente sí, especialmente para la pollera de gala. El oro de alto quilate es el material tradicional y preferido. La pollera montuna, en cambio, puede llevar joyas de plata o una combinación de oro y plata.

¿Cuál es la joya más valiosa del ajuar? No hay una única joya "más valiosa", ya que depende del peso del oro, la calidad de las perlas (si son naturales o cultivadas), la antigüedad de las monedas y la complejidad del trabajo artesanal. Las cadenas largas y pesadas, y los collares de monedas suelen tener un alto valor.

¿Las monedas usadas en las joyas son reales? Sí, se utilizan monedas antiguas de oro o plata que circularon históricamente, como doblones, pesetas y otras.

¿Los Tembleques se consideran joyas? Tradicionalmente, no. Los Tembleques son adornos para la cabeza elaborados principalmente con materiales no metálicos como perlas, cristales o escamas. Son parte esencial del tocado, pero no de la orfebrería metálica.

¿Las joyas de la pollera se heredan? Sí, muchas de las joyas más valiosas son heirlooms familiares que se transmiten de madres a hijas a lo largo de generaciones, aumentando su valor sentimental e histórico.

Conclusión

Las joyas de la pollera panameña son mucho más que simples adornos. Son un legado cultural, una manifestación de arte, historia y tradición. Cada collar, cada peineta, cada arete es una pequeña obra maestra de la orfebrería que, al unirse al esplendor de la pollera, crea un conjunto inigualable que celebra la identidad y el patrimonio de Panamá. El brillo del oro y las perlas enmarcan la belleza de la mujer empollerada, contando una historia que se ha tejido a lo largo de siglos.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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