¿Quién regalo las esmeraldas de la Macarena?

Tesoros de la Macarena: Oro, Seda y Devoción

Valoración: 3.81 (8675 votos)

La Santísima Virgen de la Esperanza Macarena de Sevilla no es solo un icono de profunda devoción, sino también un receptáculo de arte sacro de incalculable valor, manifestado en sus ricos atavíos, joyas y distinciones. Estos elementos, fruto de la maestría artesanal y de gestos de fe, narran capítulos importantes de su historia y de la relación con sus fieles e instituciones.

¿Quién regalo las esmeraldas de la Macarena?
También recoge el documental la relación que unió al diestro con la Hermandad de la Macarena, cuya virgen – a la que Joselito regaló las esmeraldas que luce en su pecho- fue vestida de luto cuando él murió.

Recientemente, la imagen fue protagonista de un acontecimiento histórico que subraya su relevancia universal: la entrega de una de las máximas distinciones pontificias. Pero más allá de los reconocimientos modernos, su ajuar se enriquece con piezas centenarias, obras cumbre del bordado y la orfebrería que realzan su figura a lo largo del año, especialmente durante la Semana Santa.

Índice de Contenido

La Rosa de Oro: Un Símbolo de Amor Pontificio

El 3 de diciembre de 2024 quedará grabado en la historia de la Hermandad de la Macarena. Pasada la una y media de la tarde, en un acto de gran solemnidad, Monseñor Edgar Peña Parra, enviado especial de Su Santidad el Papa Francisco, hizo entrega de la Rosa de Oro a la Santísima Virgen de la Esperanza. Este gesto representa un reconocimiento a la universal devoción que despierta la imagen mariana, congregando a miles de fieles en torno a ella.

La ceremonia, celebrada en la Basílica de la Esperanza Macarena, estuvo marcada por la emoción. Los hermanos, que llenaban tanto el templo como la Plaza de la Esperanza Macarena, expresaron su alegría y gratitud con un prolongado aplauso de diez minutos, acompañado de vítores a la Virgen.

La llegada de la Delegación Pontificia a la Basílica fue recibida por la Junta de Gobierno de la Hermandad, encabezada por el Hermano Mayor, así como por destacadas autoridades civiles y militares, incluyendo al presidente del Parlamento de Andalucía, el Alcalde de Sevilla, representantes del gobierno andaluz y la autoridad militar del Ejército de Tierra. La misión enviada por el Papa estaba compuesta por Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede; Monseñor Bernardito Cleopas Auza, Nuncio Apostólico en España y Andorra; Monseñor Bruno Bastos Lins, Vicejefe de protocolo; Monseñor Roman Walczak, Consejero 1º de la Nunciatura; Monseñor José Ángel Saiz Meneses, Arzobispo de Sevilla, entre otros miembros eclesiásticos.

La Basílica y sus alrededores lucían engalanados para esta ocasión trascendental. Dentro del templo y en el atrio, más de 600 hermanos esperaban el inicio de la ceremonia de entrega de esta presea personal del Papa Francisco. Una amplia representación de la sociedad sevillana, andaluza y española, junto a todos los grupos y colectivos de la Hermandad, ocupaban los bancos de la Basílica, testimoniando la importancia del evento.

La Rosa de Oro es una de las máximas distinciones que un Papa puede conceder a una Imagen de la Virgen. La Macarena se convierte así en la tercera imagen en España en recibirla y la primera dolorosa en el mundo en ser honrada con este reconocimiento. Para permitir que los fieles pudieran venerar a la Virgen en esta ocasión tan especial, la imagen estuvo expuesta en veneración extraordinaria desde el 30 de noviembre.

La ceremonia litúrgica comenzó con la Coral Polifónica y la Escolanía de la Hermandad entonando el himno Duc In Altum, seguido de la procesión solemne de entrada, el saludo y oración inicial, el Yo Confieso y la oración colecta, y las lecturas bíblicas.

Durante su homilía, Monseñor Peña Parra destacó el papel de la Iglesia como testigo de la esperanza, invitando a que la devoción a María se traduzca en una vida de humildad, servicio, comunión y esperanza. Reflexionó a partir del episodio de las bodas de Caná, presentándolo como un "icono de la solicitud maternal de María", atenta a las necesidades de los demás. Subrayó que la esperanza que refleja la Virgen Macarena no es una ilusión superficial, sino una confianza arraigada en la fe en Dios.

Al depositar la Rosa de Oro ante las plantas de la Virgen, sobre su peana de plata, se produjo un momento de honda emoción colectiva. El aplauso de los presentes y los vítores se extendieron por diez minutos, mientras que en la calle se lanzaban cohetes y repicaban las campanas de la Basílica. Este gesto simboliza el amor y la devoción del Papa Francisco hacia la Santísima Virgen.

La ceremonia concluyó con el Te Deum, la Oración de los Fieles, el Padrenuestro, el agradecimiento y la Bendición, finalizando con unas palabras del Arzobispo de Sevilla y el himno de la Hermandad. Este histórico evento, inmortalizado en fotografías, pasará a formar parte del rico legado de la Hermandad de la Macarena, añadiendo una distinción pontificia a su ya extenso tesoro artístico y espiritual.

¿Quién bordo el manto de la Macarena?
Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930) fue un bordador y diseñador español que contribuyó con sus obras e innovaciones al cambio estético que se produjo en las hermandades de la Semana Santa de Sevilla en los primeros años del siglo XX. Busto de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, obra del escultor Luis Álvarez Duarte.

Juan Manuel Rodríguez Ojeda: El Maestro del Bordado Macareno

Cuando hablamos del ajuar de la Virgen de la Macarena, es imposible no mencionar la figura de Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930). Este bordador y diseñador español fue una pieza clave en la transformación estética de las hermandades de la Semana Santa de Sevilla a principios del siglo XX, aportando innovaciones que definieron un estilo propio, conocido como el "estilo Macareno".

Rodríguez Ojeda se formó en el renombrado taller de las hermanas Antúnez, cuna de grandes maestros del bordado sevillano. Su prolífica obra se divide en dos etapas principales: la primera, hasta 1900, de corte más tradicional, y una segunda, a partir de 1900, marcada por la innovación, el regionalismo y el costumbrismo.

Su genio creativo se manifestó en obras que rompieron con las convenciones establecidas. Un ejemplo paradigmático es el palio que diseñó en 1901 para la Virgen de la Amargura de Sevilla. Este palio, bordado en hilo de oro sobre terciopelo azul, supuso una audaz ruptura con el tradicional terciopelo negro utilizado hasta entonces en señal de luto. Además, introdujo líneas curvas en las caídas de los faldones, creando una sensación visual novedosa que se apartaba del predominio de las líneas rectas. Aunque este palio fue vendido en 1926 a la Hermandad del Desconsuelo de Jerez de la Frontera, donde aún se conserva, su impacto en la estética procesional fue enorme.

La Hermandad de la Esperanza Macarena fue una de las principales destinatarias de su talento, siendo él mismo hermano y ocupando diversos cargos internos. Para la Macarena, Rodríguez Ojeda creó piezas icónicas que definen su imagen actual. Entre ellas destaca un manto de malla, estrenado en 1900, popularmente conocido como "El Camaronero", una obra de gran delicadeza y riqueza.

Otra de sus creaciones cumbre para la Macarena es el palio estrenado en la Semana Santa de 1908. Bordado sobre terciopelo rojo y malla, este palio no solo fue innovador por sus formas y bordados, sino que contribuyó decisivamente a popularizar la nueva estética que él propugnaba. Este conjunto de palio y manto definió el "estilo Macareno" de vestir a las imágenes dolorosas, un estilo que sería profusamente imitado posteriormente.

La versatilidad de Rodríguez Ojeda no se limitó al bordado. También ejerció como diseñador de obras de orfebrería, demostrando su dominio de diversas artes suntuarias. Además, fue el responsable del diseño de la indumentaria de la Centuria Romana de la Macarena, conocida popularmente como "los armaos", que acompaña a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en su procesión de la Madrugada del Viernes Santo.

En 1915, en plena madurez artística, realizó otra de sus obras maestras: el conjunto de palio y manto para la Virgen de la Presentación de la Hermandad de El Calvario. Este trabajo se enmarca en la corriente historicista, apreciable en detalles como la forma del palio, del tipo "de cajón", que evoca estilos pasados. La calidad y el detalle de estas piezas son testimonio de su excepcional habilidad y conocimiento de las técnicas de bordado en oro.

La importancia de Juan Manuel Rodríguez Ojeda en la historia del arte sacro sevillano fue reconocida con la inauguración de un monumento en su honor en Sevilla en el año 2000, coincidiendo con el 70 aniversario de su fallecimiento. Su legado perdura en las obras que aún procesionan, auténticos tesoros de hilo y aguja que contribuyen a la magnificencia visual de la Semana Santa.

Las Esmeraldas de la Macarena: Una Cuestión Sin Respuesta en la Fuente

Una pregunta recurrente en torno al ajuar de la Virgen de la Esperanza Macarena se refiere al origen de las famosas esmeraldas que en ocasiones adornan su figura, especialmente en la icónica tiara. Estas gemas, de un intenso color verde, son uno de los elementos más reconocibles y valiosos de su patrimonio joyero.

Sin embargo, la información proporcionada para la elaboración de este artículo, que detalla eventos recientes como la entrega de la Rosa de Oro y la figura histórica del bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, no contiene datos específicos sobre quién o quiénes donaron las esmeraldas a la Virgen de la Macarena. La fuente se centra en la distinción pontificia y en la obra del insigne bordador, dejando sin respuesta la incógnita sobre el origen de estas preciosas gemas.

¿Quién le ha entregado la Rosa de Oro a la Macarena?
Pasada la una y media de la tarde, el enviado especial de su Santidad el Papa Francisco, monseñor Edgar Peña Parra, entregaba a la Santísima Virgen de la Esperanza la Rosa de Oro como reconocimiento a la universal devoción de esta imagen mariana.

El patrimonio joyero de las imágenes devocionales suele construirse a lo largo de los siglos mediante donaciones de particulares, familias, instituciones o incluso colectas populares, motivadas por la fe y la devoción. Las esmeraldas de la Macarena, por su notoriedad y valor, son objeto de interés y especulación sobre su procedencia. No obstante, basándonos estrictamente en la información facilitada, no es posible determinar la identidad del donante o donantes de estas joyas.

Es importante destacar que, más allá del valor material, cada pieza del ajuar de una imagen como la Macarena está cargada de un profundo simbolismo religioso y sentimental, representando la fe y el sacrificio de quienes las donaron a lo largo de la historia.

Preguntas Frecuentes sobre el Ajuar de la Macarena

A continuación, abordamos algunas de las preguntas comunes basadas en la información disponible:

¿Quién entregó la Rosa de Oro a la Virgen de la Macarena?

La Rosa de Oro fue entregada a la Santísima Virgen de la Esperanza Macarena por Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto de los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y enviado especial de Su Santidad el Papa Francisco. La entrega tuvo lugar el 3 de diciembre de 2024 en la Basílica de la Macarena, en presencia de una amplia delegación pontificia y numerosas autoridades.

¿Qué significa la Rosa de Oro que recibió la Macarena?

La Rosa de Oro es una de las máximas distinciones que un Papa puede conceder a una Imagen de la Virgen. Su entrega a la Macarena reconoce la universal devoción que genera esta imagen mariana.

¿Es la Macarena la primera imagen en España en recibir la Rosa de Oro?

No, la Macarena es la tercera imagen en España en recibir esta distinción, pero sí es la primera imagen dolorosa en el mundo a la que se le otorga.

¿Quién bordó los mantos de la Macarena?

Varios mantos y palios de la Virgen de la Esperanza Macarena fueron bordados por el insigne artista Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1853-1930). Fue un maestro del bordado y diseñador que revolucionó la estética de la Semana Santa sevillana a principios del siglo XX. Entre sus obras para la Macarena se mencionan un manto de malla conocido como "El Camaronero" (estrenado en 1900) y el palio estrenado en 1908, que contribuyó a definir el "estilo Macareno".

¿Rodríguez Ojeda solo trabajaba bordando?

Aunque Juan Manuel Rodríguez Ojeda es principalmente conocido por su maestría en el bordado, también fue diseñador de obras de orfebrería y de la indumentaria de la Centuria Romana de la Macarena.

¿Se menciona en la información quién donó las esmeraldas de la Macarena?

No, la información proporcionada no especifica quién o quiénes regalaron las esmeraldas que forman parte del ajuar de la Virgen de la Macarena.

Este recorrido por algunos de los tesoros artísticos asociados a la Virgen de la Esperanza Macarena pone de manifiesto la riqueza material y espiritual que rodea a esta venerada imagen. La Rosa de Oro, como símbolo del reconocimiento pontificio, se suma a un patrimonio artístico centenario, donde la maestría del bordado de Juan Manuel Rodríguez Ojeda ocupa un lugar preeminente. Cada pieza, ya sea de oro, plata, seda o piedras preciosas, es un testimonio de la fe y devoción que la Macarena inspira en millones de personas.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Tesoros de la Macarena: Oro, Seda y Devoción puedes visitar la categoría Artesania.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir