¿Es España un buen país para la joyería?

Metales en Joyería: Preciosos y Base

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El fascinante mundo de la joyería no solo se define por el diseño y la creatividad, sino también, y quizás de manera fundamental, por los materiales que le dan forma. Cuando admiramos una pieza, rara vez nos detenemos a pensar en la compleja alquimia de metales que la componen. Comprender de qué está hecha realmente una joya es clave para apreciar su valor, durabilidad y características únicas.

¿Es España un buen país para la joyería?
Siempre aparecen nuevos diseñadores, pero la magnífica joyería tradicional española, en constante innovación, está destinada a perdurar . La joyería artesanal española se identifica con el espíritu, las ideas y la tradición de nuestro país.

En el ámbito de la orfebrería y la platería, existe una distinción clara entre los metales que se utilizan: los llamados metales preciosos (también conocidos como metales nobles) y los metales base (o no preciosos). Esta clasificación no es arbitraria; se basa en propiedades intrínsecas, rareza y, por supuesto, valor económico. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las joyas que encontramos en el mercado son una mezcla, o aleación, de varios metales. Esto se hace intencionadamente para dotar a la pieza de las cualidades necesarias que un metal puro por sí solo no posee.

Metales Preciosos en la Joyería

Los metales preciosos son la espina dorsal de la joyería fina. Se caracterizan generalmente por ser:

  • Poco reactivos: Lo que significa que no se oxidan ni corroen fácilmente.
  • De alto valor económico: Debido a su rareza y demanda.
  • Brillantes: Poseen un lustre distintivo.
  • Dúctiles y maleables: Permiten ser trabajados y conformados con relativa facilidad.
  • Raros: Se encuentran en cantidades limitadas en la naturaleza.

Los metales preciosos más comunes y apreciados en joyería son el oro, el platino, el paladio, el rodio y la plata. Aunque existen otros metales preciosos como el iridio, osmio y rutenio, su uso es más frecuente en aplicaciones industriales que en la creación de joyas.

Oro

Quizás el metal más emblemático asociado al lujo y la joyería fina. El oro puro posee un color amarillo brillante y una resistencia excepcional a la corrosión, manteniendo su brillo a lo largo del tiempo. Además, es hipoalergénico para la mayoría de las personas. Sin embargo, su principal desventaja en estado puro (24 quilates o 24k) es su extrema blandura. El oro puro es tan maleable que una joya hecha enteramente de él se deformaría o rayaría con suma facilidad.

Por esta razón, el oro en joyería siempre es una aleación, mezclado con otros metales para aumentar su dureza y durabilidad. La pureza del oro en una joya se mide en quilates (k). Una joya de 24k es teóricamente 100% oro puro (aunque en la práctica es casi imposible alcanzar el 100%). Las purezas más comunes en joyería son:

  • 18k: Contiene 75% oro puro y 25% otros metales.
  • 14k: Contiene 58.3% oro puro y 41.7% otros metales.
  • 10k: Contiene 41.7% oro puro y 58.3% otros metales.

Los metales que se mezclan con el oro determinan no solo su dureza sino también su color. Aleaciones con cobre dan lugar al oro rosa o rojo, mientras que las mezclas con plata, paladio o níquel (aunque este último es controvertido) crean el oro blanco.

Platino

El platino es otro metal precioso de gran prestigio en joyería, a menudo asociado con piezas de alta gama, especialmente aquellas que engastan diamantes. Sus características principales lo hacen ideal para este propósito:

  • Color blanco natural: Su brillo blanco realza el resplandor de las piedras preciosas.
  • Mayor resistencia: Es más fuerte que el oro, lo que proporciona una sujeción más segura para las gemas. A veces, incluso en joyas de oro, los engastes de las piedras se hacen en platino por esta razón.
  • Densidad: El platino es muy denso, lo que hace que una joya de platino se sienta considerablemente más pesada que una de oro del mismo tamaño.
  • Durabilidad particular: Cuando el platino se raya, el material no se pierde como en otros metales; se desplaza. Con el tiempo, esto puede darle a la superficie una pátina distintiva, apreciada por algunos por su aspecto de antigüedad.

Al igual que el oro, el platino rara vez se usa en estado puro al 100% en joyería. Las aleaciones de platino más comunes contienen un 95% de platino puro, mezclado con otros metales como cobre, cobalto, iridio, rutenio o paladio.

Paladio

Aunque se pueden encontrar joyas hechas completamente de paladio, es más común su uso como componente crucial en la creación de oro blanco. El oro puro es amarillo; al añadir paladio (un metal precioso blanco) a la aleación de oro, se neutraliza el color amarillo, resultando en un tono blanco plateado. Una aleación típica de oro blanco de 18k podría ser 75% oro puro, 16% paladio y 9% plata.

Rodio

El rodio es conocido por su excepcional brillo. Se utiliza principalmente como un baño superficial, una capa fina aplicada sobre joyas de oro (especialmente oro blanco), platino o plata para aumentar su lustre y darles un acabado más blanco y reflectante. Es importante saber que este baño de rodio es una capa delgada y se desgasta con el tiempo, requiriendo un nuevo baño para restaurar su brillo original.

Plata

La plata es quizás el metal precioso más accesible y ampliamente utilizado en joyería. Posee un brillo hermoso cuando está pulida. Las formulaciones de plata más comunes en joyería son:

  • Plata 950: Contiene 95% plata pura y 5% otros metales (generalmente cobre).
  • Plata Esterlina (o Plata 925): Contiene 92.5% plata pura y 7.5% cobre. Esta es la pureza estándar internacional.
  • Plata 900: Contiene 90% plata pura y 10% cobre.

A diferencia de otros metales preciosos, la plata es más reactiva, especialmente con compuestos de azufre presentes en el aire. Esta reacción es lo que causa el oscurecimiento o "deslustre" de la plata con el tiempo. Sin embargo, con cuidados adecuados y limpieza regular, se puede mantener su brillo.

Metales Base y su Rol Vital

Aunque no poseen el mismo valor intrínseco ni la inercia química de los metales preciosos, los metales base desempeñan roles esenciales en la joyería. Sus características, a menudo opuestas a las de los metales preciosos (más reactivos, más económicos), los hacen indispensables para crear aleaciones con las propiedades deseadas. Además, algunos metales base o sus aleaciones se utilizan hoy en día para crear joyas por sí solos, ofreciendo alternativas más económicas y con propiedades únicas.

Históricamente, la percepción del valor de un metal base podía cambiar drásticamente. Por ejemplo, el aluminio, a pesar de ser uno de los metales más abundantes en la corteza terrestre, fue considerado un metal precioso en el siglo XIX. Antes del desarrollo de métodos de purificación industrial eficientes, obtener aluminio puro era tan difícil y costoso que superaba el precio del oro. Se fabricaban joyas de aluminio que solo la clase alta podía permitirse, un ejemplo fascinante de cómo la oferta y la demanda, junto con la tecnología, influyen en lo que consideramos "precioso".

Cobre

El cobre es, sin duda, uno de los metales base más importantes en la fabricación de aleaciones de joyería. Es un metal relativamente blando por sí solo, pero al mezclarse con metales preciosos como el oro o la plata, aumenta significativamente la dureza y la resistencia de la aleación. Esto se debe a que los átomos de cobre, siendo más pequeños, se insertan en la estructura atómica de la plata o el oro, dificultando que los átomos se deslicen entre sí.

Además de endurecer, el cobre es fundamental para obtener colores específicos en las aleaciones de oro. Su característico tono rojizo es lo que confiere el color al oro rosa y al oro rojo. Aunque menos común que la alergia al níquel, algunas personas pueden experimentar reacciones al cobre.

Tungsteno

El tungsteno, o más precisamente el carburo de tungsteno (una mezcla de tungsteno con carbono), es conocido por su extrema dureza y resistencia a los arañazos. Es tan duro que se utiliza en herramientas industriales como brocas y martillos. Las joyas hechas de carburo de tungsteno son notablemente duraderas y mantienen su pulido casi indefinidamente. Sin embargo, esta misma dureza las hace susceptibles a fracturarse si reciben un golpe muy fuerte, ya que son menos flexibles que los metales preciosos.

¿Cuál es el metal menos valioso?
Los metales preciosos incluyen el oro, el platino, el paladio, el rodio y la plata. Los metales no preciosos incluyen el cobre, el titanio, el tungsteno, el zinc y el níquel.

Titanio

El titanio es otro metal base que ha ganado popularidad en joyería, especialmente para anillos y piezas de diseño moderno. Es más duro que el oro y la plata, pero significativamente más ligero que el tungsteno y menos propenso a fracturarse. Su resistencia a la corrosión y su naturaleza hipoalergénica lo hacen una excelente opción para personas con piel sensible. El titanio ofrece una alternativa duradera y más económica a los metales preciosos.

Hierro (en Acero Inoxidable)

Aunque el hierro puro se oxida con facilidad y rara vez se usa en joyería, su aleación con cromo y otros metales da lugar al acero inoxidable. Este material es muy popular en joyería económica y de moda debido a su resistencia a la corrosión y su durabilidad. Algunos tipos de acero inoxidable contienen níquel, lo que puede causar problemas a personas alérgicas, pero existen opciones de acero inoxidable "libre de níquel".

Zinc

El zinc es un metal base que puede utilizarse en pequeñas cantidades en aleaciones de oro para ayudar a blanquear el color amarillo del oro puro, contribuyendo así a la creación de oro blanco. Sin embargo, algunos joyeros prefieren evitar el zinc en favor de metales preciosos blancos como el paladio para lograr este efecto.

Níquel

El níquel es quizás el metal base más controvertido en joyería debido a su alta propensión a causar reacciones alérgicas en la piel de muchas personas. Al igual que el zinc, se ha utilizado históricamente en aleaciones de oro blanco por su capacidad para blanquear el oro. Sin embargo, debido a las alergias, muchas regulaciones (como las de la Unión Europea) restringen estrictamente la cantidad de níquel permitida en las joyas que entran en contacto con la piel.

Un ejemplo de uso de níquel en joyería es la aleación conocida como "alpaca" o "plata alemana". Aunque su nombre y apariencia pueden sugerir la presencia de plata, la alpaca es una mezcla de cobre, zinc y níquel, sin ningún metal precioso. Su contenido de níquel la convierte en una causa frecuente de dermatitis de contacto.

Tabla Comparativa de Metales Comunes en Joyería

MetalTipo PrincipalUso ComúnPureza Típica en JoyeríaPropiedades DestacadasRiesgo de Alergia
OroPreciosoAnillos, collares, pulseras10k, 14k, 18k (75% oro puro)Brillante, dúctil, resistente a corrosión (en aleación)Muy bajo (en estado puro o aleaciones sin níquel)
PlatinoPreciosoAnillos de compromiso, engastes de diamantes950 (95% platino puro)Muy resistente, denso, blanco natural, duraderoMuy bajo
PlataPreciosoAmplia variedad de joyas925 (Plata Esterlina), 950Brillante, maleable, más económica que oro/platinoBajo (puede reaccionar con la piel en casos raros)
PaladioPreciosoAleaciones de oro blanco, joyas rarasComponente en oro blanco 18k (ej. 16%)Blanco, ligero, hipoalergénicoMuy bajo
RodioPreciosoBaño superficial (enchapado)Capa fina (baño)Alto brillo, color blanco reflectanteMuy bajo (en baño)
CobreBaseAleaciones de oro (rosa/rojo), plata (esterlina)Componente en aleacionesAumenta dureza, da color (rojo), económicoBajo (alergia poco común)
Tungsteno (Carburo)Base (Aleación)Anillos (especialmente masculinos)Compuesto (Carburo de Tungsteno)Extremadamente duro, resistente a arañazosMuy bajo
TitanioBaseAnillos, pendientes, piercingsCasi puro o aleacionesLigero, duro, resistente a corrosión, hipoalergénicoMuy bajo
Hierro (en Acero Inoxidable)Base (Aleación)Joyas de moda, piercingsAleación (con cromo, etc.)Resistente a corrosión, duradero, económicoVariable (riesgo si contiene níquel)
NíquelBaseAleaciones (ej. oro blanco antiguo, alpaca)Componente en aleacionesAyuda a blanquear el oroAlto (causa común de alergia)

Preguntas Frecuentes sobre Metales en Joyería

¿Por qué casi ninguna joya es de metal 100% puro?
Los metales puros como el oro o la plata pura (100%) son a menudo demasiado blandos, maleables o frágiles para resistir el uso diario. Se mezclan con otros metales (se alean) para mejorar su dureza, durabilidad, resistencia al desgaste, o para modificar su color y otras propiedades.

¿Cuál es el metal menos valioso usado en joyería?
Entre los metales comunes listados, los metales base como el cobre, el hierro (en acero inoxidable), el zinc o el níquel tienen un valor económico significativamente menor que los metales preciosos como el oro, platino, paladio o plata. El valor final de una joya dependerá del tipo y pureza del metal principal, el diseño, la mano de obra y la presencia de gemas.

¿Qué es el oro blanco y de qué está hecho?
El oro blanco no es un metal que se encuentre naturalmente. Es una aleación de oro puro (que es amarillo) con uno o más metales blancos o blanqueadores, como el paladio, la plata, el níquel o el zinc. La proporción de oro puro define sus quilates (ej. 75% oro para 18k). Muchas joyas de oro blanco también reciben un baño de rodio para potenciar su blancura y brillo.

¿Por qué la plata se pone negra?
La plata se oscurece (se deslustra o sulfura) debido a una reacción química con compuestos de azufre presentes en el aire, la humedad, ciertos alimentos, cosméticos o incluso el sudor de la piel. Esta reacción forma una capa oscura de sulfuro de plata en la superficie del metal.

¿El níquel en las joyas es peligroso?
El níquel no es inherentemente peligroso para la salud en general, pero es una causa muy común de dermatitis de contacto o alergia cutánea. Para las personas sensibles, el contacto prolongado con joyas que contienen níquel puede causar enrojecimiento, picazón, erupciones o ampollas en la piel. Por ello, se recomienda a las personas con piel sensible optar por joyas libres de níquel.

¿Es el titanio o el tungsteno una buena alternativa a los metales preciosos?
Sí, tanto el titanio como el carburo de tungsteno son excelentes alternativas, especialmente para quienes buscan durabilidad y resistencia a los arañazos a un precio más accesible. Son muy resistentes, ligeros (titanio) o extremadamente duros (tungsteno), y generalmente hipoalergénicos. Son populares, por ejemplo, para anillos de matrimonio masculinos.

Conclusión

El mundo de los metales en joyería es rico y diverso. Desde la venerable historia del oro y la plata hasta las innovaciones con titanio y tungsteno, cada metal o aleación aporta sus propias características únicas que lo hacen adecuado para diferentes tipos de joyas y propósitos. Comprender la diferencia entre metales preciosos y metales base, por qué se crean las aleaciónes y qué significan términos como quilates o plata esterlina, te empoderará como comprador. Podrás apreciar mejor la calidad, la durabilidad y el valor de una pieza, haciendo elecciones informadas que aseguren que tus joyas no solo sean hermosas, sino también adecuadas para tu estilo de vida y piel. Así, cada joya se convierte en algo más que un simple adorno; es una pequeña obra de arte y ciencia metalúrgica.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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