El Camino de Taxco Produce: De Humildes Inicios

13/06/2018

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La historia de éxito de un negocio a menudo comienza con humildes raíces y una visión clara. En una conversación reveladora, Gilberto Villaseñor II, Jefe Oficial Visionario de V&V Supremo, tuvo la oportunidad de dialogar con el Sr. Alfredo Duarte, propietario de Taxco Produce, una empresa cuya trayectoria ilustra perfectamente esta premisa. Acompañado por su socio Jessie, el Sr. Duarte compartió los hitos fundamentales que marcaron el inicio y la evolución de su emprendimiento.

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Comenzando en pequeño

Como muchas grandes historias empresariales, la de Taxco Produce tuvo un comienzo modesto. El Sr. Duarte relató cómo él y su socio, Jessie, iniciaron su andadura 'en pequeño'. Lejos de los recursos o la infraestructura que podrían caracterizar a negocios ya establecidos, sus primeros pasos se dieron con lo que tenían a mano, simbolizado en el uso de un 'camión viejo'. Este inicio, aunque desafiante, forjó la base de lo que vendría después, demostrando que la determinación y el ingenio pueden superar las limitaciones iniciales.

¿Quién es el dueño de Taxco? — Alfredo Duarte, Propietario de Taxco Produce, sobre el hecho de haber comenzado en pequeño, junto con su socio Jessie.

La Estrategia de Reinversión

Un pilar fundamental en la estrategia de crecimiento de Taxco Produce fue una disciplina financiera temprana: la reinversión de las ganancias en el propio negocio. En lugar de retirar capital o buscar lujos prematuros, el enfoque estuvo en fortalecer la operación, adquirir mejores herramientas (quizás reemplazando ese 'camión viejo'), expandir inventario o mejorar procesos. Esta reinversión constante permitió que el negocio se alimentara a sí mismo, generando un ciclo virtuoso de crecimiento sostenido a partir de sus propios recursos, sentando las bases para una expansión futura.

Siempre Tratando de Avanzar

Más allá de la estrategia tangible de reinversión, el Sr. Duarte destacó una mentalidad clave que ha guiado a la empresa: la voluntad de 'siempre tratar de avanzar'. Esta filosofía implica una búsqueda continua de mejora, de superar obstáculos y de no conformarse con el status quo. Es el impulso detrás de la innovación, la adaptación a los cambios del mercado y la perseverancia frente a las adversidades. Para Taxco Produce, esta mentalidad de progreso constante fue tan vital como los recursos económicos, impulsando al equipo a buscar nuevas oportunidades y eficiencias operativas día tras día.

La Ventaja de la Ubicación en Texas durante COVID-19

El contexto geográfico también jugó un papel importante, especialmente en tiempos recientes marcados por desafíos globales. El Sr. Duarte mencionó específicamente las ventajas comerciales que representó estar ubicado en el estado de Texas, en comparación con otros estados, durante el período de COVID-19. Si bien los detalles específicos de estas ventajas no se proporcionaron en la conversación, la mención subraya cómo factores externos y la ubicación estratégica pueden influir significativamente en la resiliencia y el éxito de un negocio frente a crisis o cambios en el entorno operativo. La flexibilidad o las políticas del estado de Texas durante la pandemia pudieron haber ofrecido un entorno más favorable para las operaciones de Taxco Produce, permitiéndoles continuar operando de manera más efectiva que en otras jurisdicciones.

Preguntas Frecuentes

¿Quién es el dueño de Taxco Produce?
Según la conversación mencionada, el Sr. Alfredo Duarte es el propietario de Taxco Produce, junto con su socio Jessie.

¿Cómo empezaron Taxco Produce?
Comenzaron 'en pequeño', utilizando inicialmente un camión viejo.

¿Cuál fue una estrategia clave para su crecimiento?
Una estrategia importante fue reinvertir las ganancias en el negocio.

¿Qué ventaja tuvo su ubicación durante COVID-19?
El Sr. Duarte destacó las ventajas comerciales de estar en Texas en comparación con otros estados durante ese período.

Conclusión

La historia compartida por el Sr. Alfredo Duarte de Taxco Produce, en diálogo con Gilberto Villaseñor II, es un testimonio del poder de los inicios humildes, la disciplina financiera, una mentalidad orientada al futuro y la importancia de la ubicación estratégica. Desde un camión viejo hasta un negocio exitoso, su camino, recorrido junto a Jessie, ofrece valiosas lecciones sobre cómo construir y sostener una empresa a través de la dedicación y una visión clara, adaptándose a los desafíos y aprovechando las oportunidades que se presentan.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.