¿Qué objetos crearon los vikingos?

Joyas y Adornos Vikingos: Más Allá del Mito

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Contrario a la imagen popular de vikingos rudos y descuidados, las evidencias históricas y arqueológicas revelan un pueblo con un notable aprecio por la higiene personal, la vestimenta fina y, sobre todo, la joyería. Los vikingos no solo utilizaban adornos por estética, sino también como símbolos de estatus, riqueza e incluso con propósitos funcionales y religiosos. Su refinamiento en la apariencia personal era tal que incluso cronistas cristianos de la época, a pesar de condenarlos, se vieron obligados a reconocer su elegancia.

¿Qué significa el amuleto vikingo?
Collar de runa vegvisir norse\n\n Vegvisir representa orientación y protección en la cultura de los vikingos, y se utiliza a menudo para guiar las direcciones en la navegación, igual que la brújula.

La vestimenta nórdica se confeccionaba principalmente con materiales naturales como lana, lino y pieles de animales. Las clases más acomodadas podían permitirse lujos como la seda. La higiene era una práctica diaria, con los sábados dedicados específicamente al baño y al lavado de ropa, un hábito que sorprendía a sus contemporáneos anglosajones. Esta atención al cuidado personal y a la vestimenta no era mera vanidad; se cree que estaba ligada a sus creencias sobre el destino y la importancia de presentarse de la mejor manera posible, tanto en vida como al llegar al más allá.

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Fuentes de Información: Desvelando el Guardarropa Vikingo

Nuestra comprensión de cómo vestían y se adornaban los vikingos proviene de una combinación de fuentes:

  • Evidencia Arqueológica: Fragmentos textiles conservados por contacto con metales (especialmente broches) en tumbas, y la disposición de estos broches en los enterramientos, proporcionan pistas sobre los tipos de tejidos, diseños y cortes de la ropa. Los ajuares funerarios, particularmente los de mujeres debido a la mayor conservación de joyas, son una fuente invaluable.
  • Representaciones Artísticas: Piedras pictóricas (como las de Gotlandia), pendientes de figuras y tapices (como el del barco funerario de Oseberg) muestran cómo se veían las personas de la época, sus vestimentas y adornos.
  • Obras Escritas: Aunque a menudo sesgadas por ser escritas por sus enemigos (principalmente cronistas cristianos), estos textos a veces describen, aunque sea de forma crítica, la apariencia y hábitos de los vikingos. Relatos como los de Alcuino o John de Wallingford, si bien buscan demonizar, confirman la atención vikinga a la vestimenta y la higiene.

Estas fuentes nos permiten reconstruir una imagen mucho más compleja y fascinante de los vikingos de la que a menudo se presenta en la cultura popular.

Vestimenta Vikinga: Capas y Distinción Social

Tanto hombres como mujeres vikingos vestían por capas, adaptándose al clima nórdico. La ropa interior, probablemente de lino o lana, era la primera capa, aunque la evidencia directa de esta es escasa. La siguiente capa consistía en túnicas y pantalones para los hombres, y vestidos para las mujeres. La calidad de los materiales y la elaboración de las prendas y sus adornos reflejaban claramente la clase social.

Vestuario Masculino

Los hombres vestían una túnica hasta la rodilla sobre la ropa interior, combinada con pantalones que podían ser holgados o ajustados. Un cinturón a la cintura era esencial, a menudo utilizado para colgar un cuchillo, una bolsa u otros objetos personales como amuletos. La túnica se abrigaba sobre el cinturón. Los hombres de las clases altas (Jarls) añadían una capa, a veces forrada de piel o bordeada de seda, y sus prendas podían estar bordadas con hilo de oro o plata. Los hombres de la clase baja (Karls) usaban chaquetas de lana. Los esclavos (Thralls) vestían de forma mucho más simple, generalmente solo una túnica de lana sujeta con un cinturón o cuerda.

El calzado masculino consistía en zapatos o botas de cuero, que podían ser de suela (varias capas de piel cosidas) o de una sola pieza de cuero cosida. Las botas solían ser de suela y hechas de cuero de vaca o ciervo.

Vestuario Femenino

Las mujeres vikingas usaban una prenda interior (probablemente camisa) sobre la cual vestían un vestido suspendido por correas sobre los hombros. La forma en que el vestido se ajustaba dependía de cómo y dónde se colocaran los broches. Estos broches, especialmente los ovalados y abovedados, eran piezas de joyería funcionales y decorativas cruciales en el vestuario femenino.

De uno de los broches, a menudo el derecho, las mujeres podían colgar de correas herramientas textiles como tijeras, pinzas o agujas. Entre los broches, era común suspender festones de cuentas, a veces con colgantes de ámbar o plata. Un cinturón a la cintura sostenía un cuchillo y una cartera. Las mujeres casadas a menudo cubrían su cabello con un tocado alto o un pañuelo.

Tanto hombres como mujeres usaban tocados, siendo populares los sombreros con visera, los gorros de lana y los filetes (diademas) de metal. Las capas con capucha y los chales sujetos con broches adornados también eran comunes. El famoso casco con cuernos es un mito; los cascos reales para el combate no tenían cuernos.

La Fascinante Joyería Vikinga

La joyería era una parte integral de la vida vikinga, usada por ambos sexos y con múltiples propósitos. Los artículos más comunes incluían anillos para el cuello, collares, pulseras, anillos para dedos de manos y pies, brazaletes, aretes, amuletos, pendientes, cuentas y broches.

Broches: Más que un Adorno

Los broches eran quizás las joyas más esenciales, ya que cumplían una función práctica como cierres para la ropa. Existía una gran variedad, desde piezas únicas de metales preciosos para la élite hasta artículos producidos en masa de materiales más económicos. Los broches ovalados y abovedados, usados en pares por las mujeres para sujetar sus vestidos, son los más encontrados. Solían tener entre 10 y 12 cm de largo, con una decoración en relieve audaz, a menudo con motivos de "bestias entrelazadas", y a veces adornados con filigrana. Los broches de materiales más baratos a menudo se recubrían con una capa dorada para imitar el oro o la plata.

Anillos para el Cuello y Collares

Los hombres solían usar anillos para el cuello hechos de varillas de metal entrelazadas, que podían sostener una gema o un amuleto. Los collares de las mujeres tendían a ser más elaborados, a menudo compuestos por cuentas pulidas, piedras preciosas o hechos de plata u oro.

Pulseras y Brazaletes: El Valor en la Muñeca

Las pulseras y los brazaletes (anillos más gruesos) eran populares tanto en hombres como en mujeres, diferenciándose principalmente en tamaño. Además de ser adornos, los brazaletes tenían un significado social y ceremonial. Eran utilizados para marcar la transición de niño a hombre o como regalos de señores de alto estatus a sus subordinados. El brazalete vikingo era, de hecho, una forma de riqueza portátil y una especie de "billetera". Estaban diseñados para poder doblarlos y romper piezas (conocidas como 'hackgold' o 'hacksilver') para usarlas como medio de pago en transacciones comerciales.

¿Qué joyas usaban los vikingos?
Los hombres generalmente usaban anillos para el cuello que estaban hechos de varillas de metal entrelazadas entre sí que a veces sostenían una gema, un amuleto o un colgante, mientras que los collares de las mujeres, como se señaló, eran más elaborados.

Anillos para Dedos y Pies

Los anillos eran también comunes, variando en materiales y diseño según la clase social. Se usaban en los dedos de manos y, sorprendentemente, también en los pies.

Amuletos y Colgantes: Conexión con lo Divino

Los colgantes eran muy variados y a menudo tenían connotaciones religiosas o protectoras. Podían representar tronos, caballos (como Sleipnir, el corcel de Odín), o diversas armas asociadas a las deidades. El colgante más popular era el martillo de Thor, Mjölnir. Este amuleto no solo se consideraba protector contra las amenazas, sino también una fuente de fuerza personal a la que uno podía recurrir.

Materiales en la Orfebrería Vikinga

Los materiales utilizados en la joyería reflejaban el estatus social. Las clases altas (Jarls) preferían metales preciosos como la plata y el oro, a menudo combinados con piedras preciosas y vidrio pulido. Las clases bajas (Karls) también se adornaban, pero dentro de sus posibilidades, utilizando materiales más comunes y económicos:

Clase SocialMateriales de Joyería Típicos
Jarls (Aristocracia)Plata, Oro, Piedras Preciosas, Vidrio pulido
Karls (Clase Baja)Estaño, Plomo, Hierro, Cobre
Thralls (Esclavos)Pocos o ningún adorno, quizás amuletos muy simples

Es importante notar que incluso los artículos de materiales más modestos a menudo eran hábilmente trabajados, y a veces se aplicaban acabados superficiales para imitar metales más caros.

Higiene y Apariencia: Un Significado Cósmico

La importancia de la higiene y la apariencia personal en la cultura vikinga iba más allá de la simple vanidad. Estaba ligada a sus profundas creencias sobre el destino (wyrd) y el orden cósmico. La poesía nórdica, como el Hávamál y el Reginsmál, aconsejaba comenzar el día "peinado y lavado", ya que nunca se sabía dónde se estaría al anochecer o si se seguiría vivo. La idea era estar siempre presentable, incluso ante los dioses o al llegar al más allá.

Además, algunos hábitos higiénicos tenían un significado cósmico directo. Se creía que el barco Naglfar, que transportaría un ejército de muertos en el Ragnarök (el fin del mundo), estaba hecho de las uñas de las manos (y posiblemente pies) de los difuntos. Cortarse las uñas se veía como una forma de retrasar la finalización de este barco y, por lo tanto, de contribuir al mantenimiento del orden universal y posponer el cataclismo final. Así, algo tan simple como cortarse las uñas adquiría una dimensión mitológica.

Preguntas Frecuentes sobre la Joyería Vikinga

¿Los vikingos usaban cascos con cuernos?

No, el famoso casco con cuernos es un mito popularizado en el siglo XIX. Los cascos de combate vikingos eran sencillos y prácticos, sin cuernos ni alas que interferirían en la lucha. Se han encontrado cascos con cuernos, pero se cree que eran para uso ceremonial o que datan de períodos anteriores a la era vikinga.

¿De qué materiales estaban hechas las joyas vikingas?

Los materiales variaban según el estatus social. Las clases altas usaban oro, plata, piedras preciosas y vidrio. Las clases bajas utilizaban estaño, plomo, hierro y cobre. A menudo se aplicaban acabados para que los materiales más baratos parecieran más caros.

¿Por qué los vikingos se preocupaban tanto por la higiene?

La higiene era importante por varias razones. Primero, por comodidad y bienestar personal, algo que los anglosajones incluso notaron con envidia. Segundo, estaba ligado a sus creencias sobre el destino y la necesidad de estar siempre presentable. Tercero, algunos actos de higiene, como cortarse las uñas, tenían un significado cósmico relacionado con la prevención del Ragnarök.

¿Qué era el amuleto del martillo de Thor (Mjölnir)?

El Mjölnir era uno de los colgantes más populares. Representaba el martillo del dios Thor y se consideraba un amuleto protector contra las amenazas. También simbolizaba la fuerza personal y la capacidad de superar obstáculos.

¿Las mujeres vikingas usaban joyas?

Sí, las mujeres vikingas usaban una gran variedad de joyas, a menudo más elaboradas que las de los hombres. Los broches (especialmente los ovalados) eran esenciales para sujetar la ropa y a menudo se utilizaban para colgar otras herramientas o adornos. También usaban collares, pulseras, anillos y tocados adornados.

Conclusión

La imagen del vikingo como un bruto inculto es una simplificación injusta. Eran un pueblo con una rica cultura material, un profundo aprecio por la apariencia personal y una sofisticada tradición en la orfebrería y la platería. Sus joyas no eran solo adornos; eran indicadores de estatus, herramientas funcionales, símbolos religiosos y, en el caso de los brazaletes, una forma de riqueza tangible. El estudio de sus adornos y hábitos de higiene nos ofrece una ventana fascinante a su sociedad, sus creencias y su vida cotidiana, revelando un aspecto mucho más refinado de estos legendarios navegantes y guerreros del Norte.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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