¿Qué letras penden de la Cruz de la Victoria?

La Cruz de la Victoria: Símbolo de Asturias

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Es habitual, al circular por las carreteras del Principado de Asturias, encontrarse con un símbolo distintivo adornando la parte trasera de muchos vehículos: una cruz de brazos iguales, a menudo flanqueada por letras griegas. Para quienes no son de la región, este emblema puede resultar un misterio. Sin embargo, no se trata de una simple decoración, sino de la Cruz de la Victoria, un icono de profunda relevancia histórica, cultural y espiritual para Asturias y sus gentes.

¿Qué significa la Cruz de la Victoria?
La Cruz de la Victoria, todo un símbolo en Asturias Y no sólo es símbolo por excelencia del Principado de Asturias, estando presente en su bandera y escudo, sino que además representa la "solidaridad de todos los españoles y su voluntad de sobrevivir como nación".

Esta cruz es mucho más que una pegatina popular entre los conductores. Es una de las reliquias más veneradas y significativas que se conservan en la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo. Su presencia en este lugar sagrado data de hace más de un milenio, marcando un hito en la historia del antiguo Reino de Asturias y, por extensión, de la península ibérica.

Índice de Contenido

Orígenes Históricos de la Cruz de la Victoria

La historia documentada de la Cruz de la Victoria se remonta al año 908 de la Era Cristiana. Una inscripción en su reverso, escrita en latín, certifica su origen y donación. Según esta inscripción, la cruz fue encargada y terminada en el castillo de Gauzón y donada a la catedral de San Salvador de Oviedo por el rey Alfonso III el Magno y la reina Jimena. La inscripción reza: “Permanezca esto complacientemente en honor de Dios, que ofrecen los servidores de Cristo Alfonso príncipe y Jimena reina. Quienquiera que arrebatara este don nuestro, perezca por el rayo divino. Esta obra se terminó y se concedió a San Salvador ovetense. Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo. Y se fabricó en el castillo de Gauzón el año 42 de nuestro reinado, transcurriendo la Era 946”.

Aunque la inscripción la fecha en el año 908 d.C. (Era 946), la tradición popular y la leyenda la ligan indisolublemente a la figura de Don Pelayo y a la legendaria Batalla de Covadonga, ocurrida en el año 722 d.C. Según esta tradición, Pelayo enarboló una cruz de madera en aquel crucial enfrentamiento contra las fuerzas musulmanas, un acto de fe que inspiró a los cristianos asturianos y les otorgó la victoria, marcando el inicio de la Reconquista. Aunque la cruz física conservada en Oviedo es posterior a la época de Pelayo, las pruebas de carbono 14 sobre la madera de roble que conforma su núcleo la datan en un periodo unos 200 años posterior a Covadonga, coincidiendo con la época de Alfonso III. Esto sugiere que, si bien la leyenda de Pelayo y una cruz de madera es fuerte, la reliquia actual es una obra posterior, encargada para conmemorar o simbolizar esa victoria fundacional.

La Cruz de la Victoria, tal como la conocemos hoy, es una cruz latina (aunque en su representación heráldica suele ser griega o patada) recubierta de oro y profusamente decorada con piedras preciosas, esmaltes y perlas. Su valor no es solo material, sino, sobre todo, histórico y simbólico, al ser testigo mudo de siglos de historia asturiana.

Significado Simbólico y Cultural

El significado de la Cruz de la Victoria es multifacético y profundo. En primer lugar, es un potentísimo símbolo de la fe cristiana. Su origen legendario en la Batalla de Covadonga la asocia directamente con la resistencia cristiana frente al avance islámico en la península. Es un emblema de la victoria lograda con la ayuda divina, un recordatorio de que, incluso en la adversidad, la fe puede ser fuente de fortaleza y superación.

Además de su significado religioso, la cruz es un símbolo de identidad para el pueblo asturiano. Representa la historia, la cultura y el espíritu de resistencia del Principado. Es un vínculo con sus raíces, con el antiguo Reino de Asturias considerado cuna de la España moderna. Como expresó el Rey Juan Carlos I a su hijo, el entonces Príncipe Felipe, en Covadonga en 1977, la cruz "significa la solidaridad de todos los españoles y su voluntad de sobrevivir como nación", así como "tu cruz. Tu cruz de rey. La que debes llevar con honra y nobleza". Esta interpretación extiende su simbolismo más allá de lo regional, conectándola con un proyecto nacional de unidad y perseverancia.

La Cruz en la Heráldica Asturiana

La relevancia de la Cruz de la Victoria se consolidó a lo largo de los siglos, pasando de ser una venerada reliquia a convertirse en el emblema heráldico por excelencia del Principado de Asturias. Figuras ilustradas como Gaspar Melchor de Jovellanos jugaron un papel clave en su promoción como símbolo representativo de la región.

¿Qué significan las letras griegas que cuelgan de los brazos de la cruz de Asturias?
De los brazos de esta cruz amarilla cuelgan las letras griegas alfa y omega, que simbolizan el principio y el fin de todas las cosas.

El escudo oficial del Principado de Asturias, aprobado en 1984, se basa en el adoptado por la Diputación Provincial de Oviedo en 1857 e incorpora de manera destacada la imagen de la Cruz de la Victoria en oro sobre campo azul. La bandera de Asturias, oficializada por ley en 1990, también presenta la Cruz de la Victoria en amarillo sobre un fondo azul, cuyo color se asocia popularmente con el mar Cantábrico o el cielo asturiano.

Las Letras Griegas: Alfa y Omega

Un detalle característico de la representación heráldica de la Cruz de la Victoria son las dos letras griegas que penden de sus brazos laterales: la alfa y omega (Α y ω). Estas letras, la primera y la última del alfabeto griego, son un símbolo cristiano que representa a Dios como el principio y el fin de todas las cosas, una referencia bíblica (Apocalipsis 1:8, 21:6, 22:13). Su presencia en la cruz refuerza su significado religioso y su conexión con lo divino.

Es interesante notar que la normativa oficial del Principado de Asturias especifica cómo deben representarse estas letras en el escudo y la bandera: la letra alfa debe ser mayúscula (Α) y pender del brazo diestro (derecho de la cruz), mientras que la letra omega debe ser minúscula (ω) y pender del brazo siniestro (izquierdo de la cruz). Sin embargo, en la práctica, es frecuente encontrar representaciones donde la omega también aparece en mayúscula (Ω), un detalle que, aunque parezca menor, no se ajusta a la norma heráldica oficial que busca reflejar las formas de las representaciones más antiguas datadas en el siglo IX.

La Réplica del Puente de Cangas de Onís

Más allá de la reliquia en Oviedo y su presencia en los símbolos oficiales, una de las representaciones más conocidas y fotografiadas de la Cruz de la Victoria es la réplica que cuelga del arco central del famoso puente de Cangas de Onís. Este puente, popularmente conocido como "puente romano" aunque fue construido en la Edad Media (reinado de Alfonso XI), es un icono del paisaje asturiano y un punto clave en la ruta hacia Covadonga.

La tradición de colocar una réplica de la cruz en el puente de Cangas de Onís se remonta a 1939, con motivo del regreso de la imagen de la Virgen de Covadonga tras la Guerra Civil. Inicialmente se colocaba solo para ocasiones especiales, pero con el tiempo se decidió dejarla de forma permanente. Esta réplica, al igual que la oficial, suele mostrar el alfa mayúscula y, idealmente, la omega minúscula, aunque, como se mencionaba antes, algunas réplicas más recientes en este mismo puente han incurrido en el error de usar una omega mayúscula, desviándose de la representación tradicional y oficial.

Prevalencia en la Heráldica Municipal

La importancia de la Cruz de la Victoria, junto con la Cruz de los Ángeles (otra cruz histórica conservada en Oviedo y donada por Alfonso II), se extiende a la heráldica de los concejos asturianos. De los 78 municipios del Principado, un número significativo incorpora una de estas dos cruces en sus escudos. La Cruz de la Victoria figura en 14 escudos concejiles, además del propio Principado, mientras que la Cruz de los Ángeles aparece en 28. Esto significa que más de la mitad de los concejos asturianos llevan en su emblema uno de estos dos símbolos cruces de origen regio y alta carga histórica y simbólica, demostrando su arraigo en la identidad territorial de la región.

Tabla Resumen: Datos Clave

CaracterísticaDetalle
NombreCruz de la Victoria
Ubicación OriginalCastillo de Gauzón
Donante DocumentadoRey Alfonso III el Magno y Reina Jimena
Año de Donación Documentada908 d.C. (Era 946)
Ubicación Actual de la ReliquiaCámara Santa de la Catedral de Oviedo
Material PrincipalNúcleo de madera de roble recubierto de oro y piedras preciosas
Letras Pendientes OficialesAlfa y omega (Α mayúscula, ω minúscula)
Lema en la Inscripción"Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo."

Preguntas Frecuentes sobre la Cruz de la Victoria

¿Dónde se conserva la Cruz de la Victoria original?
La auténtica Cruz de la Victoria se custodia en la Cámara Santa de la Catedral de San Salvador de Oviedo.
¿Es la cruz que llevó Don Pelayo en la Batalla de Covadonga?
La tradición popular la asocia a Pelayo y Covadonga (722 d.C.). Sin embargo, la cruz conservada en Oviedo fue donada por el rey Alfonso III en el año 908 d.C., como indica su inscripción y confirman las pruebas de datación. Se considera una obra posterior que simboliza o conmemora aquella victoria fundacional.
¿Qué significan las letras griegas Alfa y Omega que cuelgan de la cruz?
Las letras Alfa (Α, principio) y Omega (ω, fin) son un símbolo cristiano que representa a Dios como el origen y el destino de todo. Su presencia en la cruz refuerza su carácter sagrado.
¿Por qué la Cruz de la Victoria es el símbolo de Asturias?
Fue adoptada como emblema heráldico del Principado por su profunda conexión con la historia del Reino de Asturias, la Batalla de Covadonga (en la leyenda) y la figura de Alfonso III. Representa la fe, la resistencia, la historia y la identidad asturiana, siendo oficializada en el escudo (1984) y la bandera (1990).
¿Por qué se ve la Cruz de la Victoria en coches, pegatinas y otros objetos en Asturias?
Se ha convertido en un símbolo de orgullo e identidad cultural para muchos asturianos. Llevar la cruz es una forma de expresar apego a la historia, las tradiciones y el sentimiento de pertenencia al Principado.
¿Cuál es el lema asociado a la Cruz de la Victoria?
La inscripción original de la cruz contiene el lema: "Este signo protege al piadoso. Este signo vence al enemigo."

En conclusión, la Cruz de la Victoria trasciende su condición de valiosa reliquia para convertirse en un emblema vivo de la identidad asturiana. Desde su origen documentado en el taller del castillo de Gauzón bajo el encargo de Alfonso III, pasando por su asociación legendaria con la gesta de Covadonga, hasta su consolidación como símbolo oficial del Principado con la influencia de figuras como Jovellanos y su presencia cotidiana en la vida de los asturianos, esta cruz de oro, gemas y madera de roble encapsula siglos de historia, fe y el espíritu indomable de una tierra y su gente.

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Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

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