¿Qué es la ORFEBRERÍA visigoda?

Tesoros Visigodos: Orfebrería en Hispania

Valoración: 3.59 (5976 votos)

El reino visigodo en Hispania, a pesar de la escasez de vestigios arquitectónicos monumentales que han llegado hasta nuestros días, nos legó un patrimonio artístico de incalculable valor, especialmente en el ámbito de la orfebrería. Este arte suntuario, desarrollado principalmente entre los siglos VI y VIII, no solo demostraba la habilidad técnica de sus artesanos, sino que también reflejaba el poder, la religiosidad y las costumbres de la élite visigoda. Las piezas de metalistería, a menudo elaboradas en oro, plata y bronce, e enriquecidas con piedras preciosas, vidrio y otras incrustaciones, son hoy las principales testigos materiales de una cultura que floreció antes de la llegada del islam a la península ibérica.

¿Cuál era el arte de los visigodos?
El arte visigodo o hispanovisigodo es un arte cristiano de carácter religioso que se desarrolló principalmente en el siglo VII, ya que no se puede considerar perteneciente a la arquitectura y arte visigodo las manifestaciones anteriores (siglo VI) por ser de clara tradición tardorromana paleocristiana.

A diferencia de las grandes construcciones que a menudo perecieron o fueron reutilizadas, las pequeñas y valiosas piezas de orfebrería, muchas veces enterradas con sus dueños o escondidas para su protección, han sobrevivido en mayor número, ofreciéndonos una ventana única a la vida y el arte visigodo. Estos objetos, encontrados principalmente en necrópolis y tesoros, revelan la maestría en técnicas como el repujado, la filigrana y, de manera destacada, el esmalte alveolado o cloisonné.

Índice de Contenido

El Esplendor de las Coronas y Cruces Votivas: El Tesoro de Guarrazar

Sin duda, la manifestación más espectacular y conocida de la orfebrería visigoda es el célebre Tesoro de Guarrazar. Hallado entre 1858 y 1861 en la huerta de Guarrazar, cerca de Guadamur (Toledo), este conjunto es un exvoto regio de una riqueza y belleza excepcionales. No se trataba de joyas destinadas a ser usadas en la persona, sino de ofrendas a la Iglesia, concebidas para ser colgadas sobre el altar como símbolo de piedad y poder regio.

El tesoro original era más extenso, pero las piezas recuperadas, repartidas hoy entre el Museo Cluny de París y el Museo Arqueológico Nacional y la Armería del Palacio Real en Madrid, incluyen varias coronas votivas y cruces. La pieza más emblemática es la Corona de Recesvinto. Elaborada en oro repujado y profusamente decorada con zafiros, perlas y colgantes, de ella penden letras que forman la inscripción «Reccesvinthvs Rex offeret» (El rey Recesvinto la ofreció). Esta corona, por su tamaño, riqueza y la inscripción que porta, es un testimonio directo de la devoción y el poder de la monarquía visigoda.

Otras coronas, como la atribuida al rey Suintila (hoy perdida en su mayor parte), y cruces, también ricamente ornamentadas, formaban parte de este conjunto. Las coronas votivas de Guarrazar destacan por su elaboración en oro fino, a menudo con la técnica del repujado, y la incrustación de piedras preciosas sin tallar, vidrio y perlas, ensartadas en finas cadenillas. Estas piezas no solo son una muestra de la habilidad orfebre, sino también de la influencia bizantina en el arte visigodo, visible en el uso suntuario del oro y las gemas.

Fíbulas Aquiliformes: Joyas con Forma de Águila

Otra pieza característica y muy representativa de la orfebrería visigoda en Hispania son las fíbulas aquiliformes. Estas fíbulas, o broches, con forma estilizada de águila, se han encontrado en diversas necrópolis visigodas de gran importancia arqueológica, como las de Duratón, Madrona y Castiltierra, todas en la provincia de Segovia, o en Alovera (Guadalajara). Su presencia en estas tumbas es un indicador claro de la identidad cultural de los enterramientos.

Las fíbulas aquiliformes se utilizaban generalmente por pares para sujetar la vestimenta a la altura de los hombros o del pecho, funcionando como imperdibles o broches. Solían elaborarse en materiales como oro, bronce o plata, y a menudo estaban decoradas con incrustaciones de vidrio de colores o piedras semipreciosas. Su diseño zoomorfo, la forma de águila, es un motivo recurrente en el arte germánico y visigodo, asociado a menudo con el poder y la realeza, aunque su uso se extendió a la élite en general.

¿Cuándo se produjo la primera presencia de los visigodos en Andalucía?
415 a.C.: La llegada del pueblo visigodo a la Península. A partir del año 415 se sucedieron las primeras oleadas migratorias del pueblo visigodo a la Península Ibérica.

Estas piezas no solo tenían una función práctica (sujetar la ropa) y ornamental, sino que también podían indicar el estatus social de la persona enterrada. La calidad de los materiales y la elaboración variaban, desde ejemplos muy sofisticados en metales nobles y con incrustaciones elaboradas, hasta piezas más sencillas en bronce. Las fíbulas aquiliformes son, por tanto, valiosos documentos arqueológicos que nos hablan tanto de la indumentaria como de la jerarquía social en la Hispania visigoda.

Placas y Hebillas de Cinturón: Distinción y Técnica

Las placas y hebillas de cinturón son otra categoría fundamental dentro de la orfebrería visigoda, especialmente las encontradas en contextos funerarios femeninos. Estos objetos, de tamaño considerable y a menudo rectangulares, cumplían una doble función: práctica, como cierre del cinturón, y ornamental, actuando como un importante símbolo de rango y distinción para las mujeres visigodas que los portaban.

Las hebillas y placas visigodas, datadas principalmente entre los siglos V y VII, muestran una gran variedad en cuanto a materiales y decoración. Se han encontrado ejemplares de bronce, hierro fundido y, en algunos casos, de metales preciosos. La decoración es sumamente rica y a menudo utiliza técnicas sofisticadas como el esmalte alveolado o cloisonné. Esta técnica consiste en crear celdillas (alveolos) con finas tiras de metal soldadas a la base, que luego se rellenan con pasta vítrea de diferentes colores o con incrustaciones de piedras preciosas (como el lapislázuli, que denota influencias bizantinas) u otros materiales, creando motivos geométricos, vegetales o incluso figurativos.

Las piezas halladas en necrópolis como la de Castiltierra (Segovia) o Aguilafuente (Segovia) son ejemplos destacados. Las de Castiltierra, por ejemplo, de los siglos V-VII, son conocidas por su decoración en pasta vítrea con la técnica del cloisonné. Las encontradas en la tumba de una mujer en Aguilafuente, que data del siglo VI, incluían una hebilla acompañada de fíbulas y otras joyas, conformando un conjunto característico del ajuar femenino visigodo.

El estilo de estas hebillas y placas, particularmente el uso de la técnica del cloisonné y ciertos motivos decorativos, ha sido relacionado por historiadores como G.G. Koenig con la forma de vestir y las tradiciones artísticas desarrolladas en la región del Danubio en los siglos V y VI, que fueron expandidas hacia occidente por los pueblos germánicos. Esta conexión subraya las amplias redes culturales y las influencias que convergieron en el arte visigodo de Hispania.

Otras Joyas Visigodas

Además de las piezas más icónicas como las coronas votivas, las fíbulas y las hebillas, las necrópolis visigodas han proporcionado un conjunto variado de otras joyas que complementaban la indumentaria y el adorno personal. Entre ellas se encuentran pulseras de diferentes metales, collares de perlas y pendientes, a menudo enriquecidos con incrustaciones de vidrio de color. Estos hallazgos, como los de la necrópolis de Madrona (Segovia) o Aguilafuente, muestran la importancia del adorno personal en la sociedad visigoda, al menos entre los estratos con mayor poder adquisitivo.

La presencia de estas diversas piezas de orfebrería en los ajuares funerarios no solo documenta los tipos de adornos utilizados, sino que también proporciona información sobre las técnicas empleadas, los materiales disponibles y las posibles rutas comerciales y culturales que traían influencias y materiales (como el lapislázuli o el vidrio) a la península.

¿Qué piezas de ORFEBRERÍA se elaboraban en el arte visigodo?
ORFEBRERÍA VISIGODACoronas y cruces votivas.Las fíbulas aquiliformes.Las placas y hebillas de cinturón.

Técnicas y Materiales en la Orfebrería Visigoda

La orfebrería visigoda se caracteriza por el dominio de diversas técnicas metalúrgicas y decorativas. El oro fue el metal más preciado, utilizado en piezas de alto valor como las coronas votivas del Tesoro de Guarrazar o fíbulas y hebillas de la élite. También se emplearon la plata y el bronce para piezas de menor rango o de uso más extendido.

Entre las técnicas decorativas destacan:

  • Repujado: Técnica que consiste en trabajar el metal por el reverso con buriles para obtener un relieve en el anverso. Visible en las coronas de Guarrazar.
  • Incrustación: Incorporación de piedras preciosas (a menudo sin tallar), vidrio, pasta vítrea, esmalte o lapislázuli en cavidades o celdillas del metal.
  • Cloisonné (Esmalte Alveolado): Creación de celdillas con finas láminas de metal soldadas a la base, que se rellenan con pasta vítrea coloreada que se vitrifica mediante calor. Técnica muy utilizada en las hebillas y placas de cinturón.
  • Filigrana: Decoración con finos hilos de metal, a menudo retorcidos, soldados a la superficie.

Estos materiales y técnicas, combinados con diseños que mezclan elementos germánicos (formas zoomorfas, motivos geométricos) con influencias tardorromanas y bizantinas (uso suntuario del oro y las gemas, ciertos motivos decorativos), dan lugar a un estilo de orfebrería distintivo y fascinante.

Principales Hallazgos y Contextos

La mayoría de las piezas de orfebrería visigoda que conocemos provienen de dos contextos principales: los tesoros y las necrópolis.

  • Tesoros: El Tesoro de Guarrazar es el ejemplo paradigmático de un tesoro regio y eclesiástico, escondido probablemente durante la invasión musulmana. Estos tesoros, a menudo votivos o de acumulación de riqueza, proporcionan conjuntos de piezas de gran valor intrínseco y artístico.
  • Necrópolis: Las necrópolis visigodas, especialmente en la Meseta Central (Segovia, Guadalajara), han sido una fuente fundamental de información sobre la orfebrería de uso personal. Yacimientos como Castiltierra, Duratón, Madrona y Aguilafuente han revelado ajuares funerarios ricos en fíbulas, hebillas, placas de cinturón, pulseras, collares y pendientes. El análisis de estos ajuares permite estudiar las costumbres funerarias, la indumentaria, las diferencias sociales y la evolución estilística de la orfebrería.

La distribución de estos hallazgos, concentrados en ciertas áreas de la antigua Hispania visigoda, también ayuda a trazar mapas de asentamiento y de la difusión de ciertos estilos y técnicas artísticas.

Tabla Comparativa de Piezas Emblemáticas

Para visualizar mejor las características de las principales piezas de orfebrería visigoda, presentamos la siguiente tabla comparativa:

PiezaFunción PrincipalMateriales TípicosTécnicas DecorativasContexto de HallazgoEjemplos Notables
Coronas y Cruces VotivasOfrenda religiosa (colgar sobre altar)Oro, piedras preciosas, perlas, vidrioRepujado, incrustación, engasteTesoros (Guarrazar)Corona de Recesvinto, Cruces de Guarrazar
Fíbulas AquiliformesBroche para sujetar vestimentaOro, bronce, plata, vidrioIncrustación, fundiciónNecrópolis (Duratón, Madrona, Castiltierra, Alovera)Fíbulas de águila de Segovia
Placas y Hebillas de CinturónCierre de cinturón, adorno, símbolo de estatusBronce, hierro, oro, pasta vítrea, lapislázuliFundición, incrustación, CloisonnéNecrópolis (Castiltierra, Aguilafuente, Alovera)Hebillas rectangulares con decoración en cloisonné
Otras Joyas (Pulseras, Collares, Pendientes)Adorno personalMetales diversos, perlas, vidrioFundición, incrustaciónNecrópolis (Aguilafuente, Madrona)Conjuntos de ajuar femenino

Preguntas Frecuentes sobre la Orfebrería Visigoda

¿Qué es la orfebrería visigoda?

La orfebrería visigoda es el conjunto de trabajos artísticos realizados en metales preciosos (oro, plata) y otros metales (bronce, hierro), a menudo combinados con piedras, vidrio o esmaltes, producidos durante el período del reino visigodo en Hispania (principalmente entre los siglos VI y VIII). Incluye piezas tanto de uso religioso como personal.

¿Cuáles son las piezas más importantes de la orfebrería visigoda?

Las piezas más destacadas son las coronas y cruces votivas (como las del Tesoro de Guarrazar), las fíbulas aquiliformes (broches en forma de águila) y las grandes placas y hebillas de cinturón, a menudo decoradas con la técnica del cloisonné. También se han encontrado otras joyas como pulseras, collares y pendientes.

Where is La Vista de Toledo?
View of Toledo (Spanish: Vista de Toledo), is one of the two surviving landscapes painted by El Greco, along with View and Plan of Toledo. View of Toledo is held by the Metropolitan Museum of Art in New York City.

¿Dónde se encontró el famoso Tesoro de Guarrazar?

El Tesoro de Guarrazar fue encontrado en la huerta de Guarrazar, una localidad cercana a Guadamur, en la provincia de Toledo, España.

¿Cuál era la función de las coronas votivas del Tesoro de Guarrazar?

Estas coronas no eran para ser usadas por los reyes, sino que eran ofrendas (exvotos) a la Iglesia, destinadas a ser colgadas sobre el altar mayor como símbolo de devoción y poder real.

¿Qué son las fíbulas aquiliformes y cómo se usaban?

Las fíbulas aquiliformes son broches o imperdibles con forma estilizada de águila. Se usaban generalmente por pares para sujetar la vestimenta en los hombros o el pecho. Eran comunes en los ajuares funerarios y denotan la presencia visigoda y, a menudo, el estatus social.

¿Qué es la técnica del cloisonné en la orfebrería visigoda?

El cloisonné, o esmalte alveolado, es una técnica decorativa muy usada en las hebillas y placas de cinturón. Consiste en crear pequeñas celdillas con tiras de metal soldadas sobre una base, que luego se rellenan con pasta vítrea de colores que se cuece para que se solidifique, creando patrones y diseños.

¿Qué influencias se aprecian en la orfebrería visigoda?

La orfebrería visigoda muestra influencias tardorromanas y paleocristianas, así como importantes aportaciones del arte bizantino (en el uso suntuario del oro, gemas y lapislázuli) y de las tradiciones artísticas germánicas (en motivos zoomorfos y geométricos, y técnicas como el cloisonné, relacionado con estilos danubianos).

En conclusión, la orfebrería visigoda, a través de piezas como las regias coronas votivas, las distintivas fíbulas y las elaboradas hebillas de cinturón, constituye uno de los legados artísticos más importantes del reino visigodo en Hispania. Estos objetos no solo son obras de arte de gran calidad técnica y estética, sino también valiosas fuentes de información sobre la organización social, las creencias religiosas, la indumentaria y las influencias culturales que convergieron en la península ibérica durante la Alta Edad Media.

Si quieres conocer otros artículos parecidos a Tesoros Visigodos: Orfebrería en Hispania puedes visitar la categoría Orfebreria.

Avatar photo

Alberto Calatrava

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1956, en un entorno donde el arte y la artesanía se entrelazaban con la vida cotidiana. Mi viaje en la platería comenzó en el taller de Don Edgard Michaelsen, un maestro que me introdujo en las técnicas ancestrales de la platería hispanoamericana, herederas de siglos de tradición colonial. Allí, entre martillos y limaduras de plata, descubrí que el metal no era solo un material, sino un lenguaje capaz de expresar historias, culturas y emociones. Complemé mi formación como discípulo del maestro orfebre Emilio Patarca y del escultor Walter Gavito, quien me enseñó a ver la anatomía de las formas a través del dibujo y la escultura. Esta fusión entre orfebrería y escultura definió mi estilo: una búsqueda constante por capturar la esencia viva de la naturaleza en piezas funcionales, como sahumadores, mates o empuñaduras de bastones, donde animales como teros, mulitas o ciervos se convertían en protagonistas metálicos.Mis obras, forjadas en plata 925 y oro de 18 quilates, no solo habitan en colecciones privadas, sino que también forman parte del patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires. Cada pieza nace de un proceso meticuloso: primero, estudiar las proporciones y movimientos del animal elegido; luego, modelar sus partes por separado —patas, cabeza, tronco— y finalmente unirlas mediante soldaduras invisibles, como si el metal respirara. Esta técnica, que combina precisión técnica y sensibilidad artística, me llevó a exponer en espacios emblemáticos como el Palais de Glace, el Museo Histórico del Norte en Salta y hasta en Miami, donde el arte argentino dialogó con coleccionistas internacionales.En 2002, decidí abrir las puertas de mi taller para enseñar este oficio, no como un mero conjunto de técnicas, sino como un legado cultural. Impartí seminarios en Potosí, Bolivia, y en Catamarca, donde colaboré con el Ministerio de Educación para formar a nuevos maestros plateros, asegurando que la tradición no se perdiera en la era industrial. Sin embargo, mi camino dio un giro inesperado al explorar el poder terapéutico del sonido. Inspirado por prácticas ancestrales del Himalaya, comencé a fabricar cuencos tibetanos y gongs usando una aleación de cobre y zinc, forjándolos a martillo con la misma dedicación que mis piezas de platería. Cada golpe, realizado con intención meditativa, no solo moldea el metal, sino que activa vibraciones capaces de inducir estados de calma profunda, una conexión entre el arte manual y la sanación espiritual.Hoy, desde mi taller Buda Orfebre, fusiono dos mundos: el de la platería criolla, arraigada en la identidad gaucha, y el de los instrumentos sonoros, que resonan como puentes hacia lo intangible. Creo que el arte no debe limitarse a lo estético; debe ser un vehículo para transformar, ya sea a través de un sahumador que evoca la Pampa o de un cuenco cuyas ondas acarician el alma. Mi vida, como mis obras, es un testimonio de que las manos, guiadas por pasión y conciencia, pueden convertir el metal en poesía y el sonido en medicina.

Subir